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Un Célibe, la conversa y el zurdo

“No es reprimir, es elevar a Dios. Si veo un ‘mujerón’, le digo a la Virgen, directamente: ‘tú eres más bonita que esta chica’. Estoy tan enamorado de la Virgen María, que me llena de paz, de alegría y de fortaleza” - Rafael López Aliaga

UNO

Gordo culón y caucásico, una alopecia lo acompaña desde tiempos pretéritos. Cuando es interpelado sufre de una incontinencia verbal. Su presencia, en el escenario político, es una secuela natural de la aparición del hombre-ridículo en la presidencia de los EE.UU.  Ante las cámaras, una pregunta incómoda y pertinaz lo acecha, la entrevistadora no ceja en su empeño. El candidato refunfuña, no se disculpa, monologa: “Soy dueño de la verdad pues, no necesito disculparme; soy millonario, carajo”.

“Darle vivienda, en un hotel 5 estrellas, a una niña violada es lo máximo que puedo darle de cariño”.

La blonda periodista lo interpela: “Hay un gran porcentaje de niñas de 9 y 12 años que son violadas, ¿piensa que es justo que den a luz?”.

“Entonces Ud. es asesina, quiere matar a dos personas”.

El Opus Dei ha parido 2 personajes en el ámbito político: Ambos célibes. Ególatras y bizarros.

Cada viernes, en su cubículo privado, con el torso desnudo, se arrodilla y empieza la flagelación. En ese momento, siente levitar, acercándose cada vez más a su Dios, a través del dolor. La mayoría, a eso, le llama sadomasoquismo.

Conservadores, católicos, protestantes, etc. se identifican con el orondo personaje. Sea por su autoritarismo, antifeminismo y homofobia. Gente que siente temblar, el piso de sus creencias, ante los cambios en la sociedad.

George W Bush era un converso también. Oró, con su gabinete, para tomar la decisión de invadir Irak. No encontró las armas de destrucción masiva; pero sí, encontró petróleo.

DOS

“Me interesa un comino esta elección, es lo que menos me importa en la vida…métanse la alcaldía al poto, a mí que me importa la alcaldía…” Lourdes Flores Nano – candidata a la Alcaldía 2010

Salida de un partido de derecha, del que solo quedan escombros. Lourdes, caderona de pelo frondoso y ya sesentona. Abogada de cierto prestigio y arropada; eso sí, con un poncho de marca. Locuaz, habla de maniobras fraudulentas en un puñado de mesas. Luego se contradice “hubo fraude”, y sentencia: “Keiko ha ganado en las mesas”. Días después, manifiesta, sin ruborizarse “hubo penetraciones en mesas”.

Queda en ridículo al denunciar fraude, porque los personeros  y jefe de mesa tenían el mismo apellido; insólito, porque es algo común en los pueblos del Perú profundo. No sorprende, es el desconocimiento inequívoco de parte de la derecha contumaz.

“Lo que me pasa hoy día es que, precisamente, no tengo ningún interés, no tengo en juego nada, pero sí tengo un sentimiento democrático”.

Conocido es el aporte financiero de Odebrecht a su campaña política. Hay pendiente un juicio. De la incólume e impoluta Lourdes, que emergió en 1985, ya no queda nada. Solo resquicios de una, impenitente fujimorista, que busca por todos los medios, desacreditar las instituciones democráticas.

TRES

“Nosotros somos socialistas y nuestro camino a una nueva Constitución es un primer paso, y si tomamos el poder, no lo vamos a dejar. Con todo el respeto que se merecen ustedes y sus pelotudeces democráticas, preferimos quedarnos para establecer un proceso revolucionario en el Perú” – Guillermo Bermejo

Piel cobriza, altisonante y con discursos cadavéricos de los años setenta. Genuflexo ante su líder Cerrón (“la sentencia es una error judicial”). Pareciera que no entiende que su discurso y posición, están a contramano con el presente.

Acusado de terrorismo, fue asilado político de la Venezuela de Maduro. Tiene pendiente un juicio.

En las antípodas de la izquierda moderna, es un conservador recalcitrante y supinamente ignaro en otros temas.

“No podemos estar en los mismos caminos que el Nuevo Perú y ellos […] No vamos a aceptar que nos vengan a imponer (…) género o aborto y tanta vaina, ahorita”.

Cuanto se dejan sentir Bedoya, Barrantes y Pease en el horizonte político.

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Guillermo Bermejo, Lourdes Flores, Rafael Lopez Aliaga

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