Juan Carlos Tafur -Columna

El sendero de Castillo

“La mano tenebrosa que mece la cuna del gobierno es la de Sendero Luminoso, a la cual es más allegado el propio presidente Castillo”

El único homenaje sincero del gobierno a la victoria digna y ejemplar que se logró contra Sendero Luminoso, a partir de la captura -un día como hoy hace 29 años- de su cabecilla Abimael Guzmán, y que hizo que una organización vertical y rígida como la subversiva, se cayera como un castillo de naipes, pasa porque el presidente Castillo aparte de su entorno a cualquier personaje involucrado directa o indirectamente con cualquier pasado vinculado al senderismo o con actuales relaciones a través de los organismos políticos de fachada de Sendero Luminoso, como el Movadef o el Fenate.

Cualquier tuit o post en redes sociales, o declaración oficial, cae en saco roto si ello no se produce. Puntualmente hablando, poco o nada significa que el Primer Mandatario lance un post condenando el terrorismo a propósito, ayer, de la muerte de Guzmán, si mantiene a su lado a su premier Guido Bellido y a su ministro de Trabajo, Iber Maraví.

Según la última encuesta de Datum, contratada por Lampadia, un 32% de la población considera que Sendero Luminoso o el Movadef tienen “mucha presencia” en el gobierno y un 26% señala que tiene “alguna presencia”. En total, un 58% de la ciudadanía percibe la cercanía subversiva a las esferas del poder.

A la vez, preguntada la población respecto de la continuidad en sus cargos de los ministros con expresiones de simpatía por Sendero Luminoso, un rotundo 79% considera que deben ser removidos.

Resulta claro que los devaneos políticos del gobierno con gente abiertamente simpatizante del senderismo o con un pasado cercano a él, horada la percepción que el gobierno en su conjunto tiene. El reducido crecimiento que muestra en sus niveles de aprobación (sube de 39 a 41%) -coincidiendo en ello con CPI-, no tardará en revertirse si desde Palacio no se toman decisiones claras y rotundas respecto de los funcionarios de gobierno denunciados por su filosenderismo.

Además de la influencia radical de Vladimir Cerrón, la incompetencia evidente de varios ministros y las denuncias de violencia de género de tres titulares de pliego, se suma la pesada mochila que el gobierno de Castillo ha decidido colgarse al hombro: la presencia soterrada o desenmascarada de elementos prosenderistas.

Aunque parezca inaudito, no es Cerrón el mayor peligro de este gobierno. Está bajo control y su presencia en el gabinete no es determinante. Es más mediático y tiene más perspectiva política, pero la mano tenebrosa que mece la cuna del gobierno es la de Sendero Luminoso, a la cual es más allegado el propio presidente Castillo. Esa es la que hay que extirpar si queremos evitar que el país ingrese a una espiral de dinamitación de la democracia peruana.

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Presidente Castillo, prosenderistas, sendero luminoso

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