Juan Carlos Tafur

El plan B

“Es responsabilidad de las fuerzas democráticas de oposición no dejarse llevar de las narices ni por el plan A ni por el B ni por el C que se le pueda ocurrir al verdadero estratega detrás del incompetente de Pedro Castillo, como es Vladimir Cerrón”

¿Cuál puede ser el famoso “plan B” del que ha hablado Vladimir Cerrón, respecto de la eventualidad de que el plan A, la convocatoria a una Asamblea Constituyente, fracase, como es previsible que ocurra? Ni sumando los votos de Perú Libre (33), Perú Democrático (5), Juntos por el Perú (5) ni toda la guardería acciopopulista (15), suma los 66 votos necesarios para aprobar en primera instancia la reforma y que vaya luego a un referéndum. Llegan apenas a 58.

 

Solo se abren dos escenarios: o fuerza, mediante la designación de gabinetes aún más impresentables que el actual, que preside el disparatado Aníbal Torres, la negatoria de confianza a dos gabinetes y la disolución del Congreso posterior, o procede a lo que ya algunos congresistas perulibristas, al parecer saliéndose del libreto planificado, han revelado involuntariamente: la estrategia de un adelanto general de elecciones, y aprovechar todo el tiempo que medie hasta que ello ocurra para utilizar todos los resortes del poder (consejos de ministros descentralizados, mítines presidenciales, etc.) para promover una candidatura pro Constituyente (podría incluir esta estrategia un indulto a Antauro Humala para permitirle ser candidato).

 

 

En cualquiera de ambos escenarios, el país quedará a la deriva, quedando como única fórmula de contrapeso, que las fuerzas de oposición se galvanicen e impidan que el fraccionamiento exhibido en las elecciones del año pasado, permitan que vuelva a colarse en una segunda vuelta un disruptivo radical como lo fuera Pedro Castillo.

Este es un gobierno en fase terminal, que agotará todas las instancias de desestabilización para evitar su estrepitosa caída. Castillo pende de un hilo (una delación contundente o una convulsión social mayor podrían provocar su salida acelerada) y está huyendo hacia adelante.

Es responsabilidad de las fuerzas democráticas de oposición no dejarse llevar de las narices ni por el plan A ni por el B ni por el C que se le pueda ocurrir al verdadero estratega detrás del incompetente de Pedro Castillo, como es Vladimir Cerrón, que bien sabe que este régimen ya fracasó y no logrará absolutamente nada de lo propuesto en su plan de gobierno original, y no le temblará la mano en inmolar al inefable presidente en su estrategia piromaníaca.

 

 

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Gobierno, Vladimir Cerrón

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