Maria Pia Valcarcel

¿Cuándo nos sentiremos seguras?

Ser mujer en Perú no es fácil. Tenemos que cargar con el peso de ser el país que ocupa el tercer lugar de incidencias por delitos de violación sexual en el mundo, y por ello, siempre corremos el riesgo de ser víctimas de este tipo de delitos. Ser mujer en Perú implica no sentirte segura nunca y que las noticias de abusos sexuales sean cosa del día a día.

Esta semana me topé con dos noticias desagradables sobre denuncias de abuso sexual. La primera es de una joven que viajaba en un bus de Chiclayo a Jaén, y mientras ella dormía, un sujeto identificado como Eduardo Bulnes Salcedo, de 44 años, a quien no conocía, estaba a su costado vulnerándola sexualmente. La segunda noticia, es sobre 11 menores de un colegio en Huánuco, entre 6 y 12 años, que habrían sido abusadas sexualmente por otros 6 menores de edad y un adulto de 43 años identificado como Mauro Custodio. Uno de los agresores que es menor de edad incluso es tío de 2 de las niñas que fueron abusadas.

Luego de estas denuncias, ¿qué pasó? NADA. Eduardo Bules Salcedo fue dejado en libertad debido a que la jueza María Campos Idrogo consideró que no había suficientes pruebas ni peligro de fuga, pese a que fue capturado en flagrancia. Por otro lado, Mauro Custodio y los menores de edad que abusaron de las niñas, no han sido detenidos por la PNP, argumentando que la investigación se encuentra aún en etapa preliminar. Es decir, la palabra de una mujer y de unas niñas no vale nada para la justicia peruana, y parece que hubiera carta libre para cometer abusos sexuales. A la policía no parece importarle que estos agresores continúen repitiendo su comportamiento con otras víctimas.

Alguien que comete una violación sexual está condenado a una pena privativa de libertad no menor de 14 ni mayor de 20 años. En el caso de violaciones a menores de edad la pena privativa de libertad es cadena perpetua y en el caso de tocamientos, actos de connotación sexual o actos libidinosos sin consentimiento la pena es no menor de 3 ni mayor a 6 años. Si la ley lo estipula, entonces ¿por qué se deja en libertad a estas personas a pesar de las denuncias? ¿Poder enfrentar de 3 a 6 años de prisión no es motivo suficiente para que una persona busque fugarse? ¿O los jueces o PNP piensan que los acusados van a esperar sentados a que se les investigue? Y la verdad es que parece que en el Perú sí esperan sentados, porque nuestro sistema ha mostrado ser decepcionante en cuanto a las medidas que se toman para estos casos.

El Perú ocupa el tercer lugar de incidencias por delitos de violación sexual en el mundo, según estadísticas proporcionadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Luego de ver cómo actúa la policía y la justicia peruana, ¿esta cifra nos sorprende? Actualmente, el número de internos por violación sexual de menores es el segundo más numeroso en el sistema penitenciario del país, y continúa yendo en aumento. Según Ojo Público, este número en 2017 fue de 8,107 (9.2% de la población penal), incrementándose a 10,074 (11.55%) al cierre de 2021. Sin embargo, esto solo representa el universo de casos donde el delincuente fue identificado y detenido. Y como vemos en los casos mencionados al inicio de este artículo, las personas que han sido identificadas como autores de abusos sexuales podrían estar en el universo de los no detenidos.

Claramente las penas privativas de libertad, incluyendo la cadena perpetua, no han resultado ser eficientes, y menos nuestro sistema que parece ser más hostil con el denunciante que con el denunciado. Muchas veces me he cruzado con testimonios de víctimas que denuncian un abuso sexual y cuentan sobre el trato que reciben en las comisarías, la burocracia por la que tienen que pasar, y los exámenes del médico legista, que dan cuenta que además de haber vivido algo traumático, lo que viene después, al decidir denunciar, muchas puedes las puede desalentar a finalmente presentar la denuncia. Por ello me pregunto, ¿cuándo nos sentiremos seguras? ¿Cuándo podremos salir sin miedo alguno? El sistema tiene que cambiar y esto es responsabilidad del Estado. Nos están violando, nos están matando.

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