Cortez, Tomás

Mis películas preferidas: Licorice Pizza – Paul Thomas Anderson (2021)

UNO

“Una vez tuve una chica o ¿debo decir que ella me tuvo a mí?” – Norwegian Wood

Es Cine de Autor (Si, con Mayúsculas), tal como es el Cine de Scorsese, Eastwood, Ford, Hawks, Welles, Leone, Tarantino, Fellini, entre otros. ¿Sabes cuál es una de las diferencias entre una peli de Autor y una de Marvel? Que nadie se atrevería hacer una nueva versión de los clásicos de estos cineastas, arriba mencionados; sin embargo, dentro de 5 años habrá una nueva versión del Hombre Araña. Te guste o no.

Las acciones se escenifican en el Valle San Fernando, conocida como “La Beverly Hills” de la Clase Trabajadora. Un lugar, que vive, en los márgenes de la Industria del Entretenimiento. Es el recuerdo nostálgico, de un viejo amor, en pleno 1973. Tiene muchos puntos, en común, con “Erase una vez en Hollywood”, de su amigo Quentin.

Mientras en pelis, como las de Tondero, buscan actores, netamente, fotogénicos. PTA buscó 2 jóvenes, sin mayor experiencia actoral, y con rasgos típicos: acné y una prominente nariz. Lo que realmente importaba, es que sean 2 jóvenes, con los que uno pueda identificarse plenamente. Eso sí, ambos exudan una gran química, en la pantalla.

 

DOS

“Serás un tipo rico viviendo en una mansión, cuando tengas 16 años. Yo seguiré aquí tomando fotos de los niños, para sus anuarios, cuando tenga 30. No te acordaras de mí.”

“No voy a olvidarte. Y tu a mí tampoco” le contesta el joven enamorado. 

Es parte de la conversación, entre Gary (quinceañero con acné) y Alana (veinteañera), que no sabe que será de su vida, ni que le gustaría ser. Perdida y sin rumbo, como casi todos, cuando teníamos esa edad, ¿no?

En un hermoso plano secuencia, larguísima –hace recordar a Boogie Nights- nos muestra a ambos personajes y su interacción inicial.

Típico mesócrata: Medio gordito, peinado beatle y con una visión, inusual para su edad, para los negocios. Es mandadazo y aborda, directamente, a la Elegida; llevándola a cenar. Ella, tiene 10 años más, se sorprende, con el emprendedurismo y frescura del adolescente. ¿Cuantos de nosotros no soñábamos, a esa edad, tener una relación con una fémina mucho mayor? Creo que la mayoría.

Paul no hace una comedia romántica barata. Evita los clichés y lugares comunes.

Me encanta la escena cuando la flaca le increpa a su padre, por el rechazo a Lance, el joven judío que le atrae.

“Porque lo hiciste. Quizás iba a ser mi novio. Es ateo, actor y famoso. Me iba a sacar de aquí”.

Luego le reprocha a su hermana mayor.

“No me mires, ni me mires, ¿qué haces?, ¿qué piensas? Trabajo para mama y papa y soy perfecta. Soy Agente Inmobiliaria y Alana es un desastre. Alana trae novios estúpidos”  

“Debes dejar de pelear con todos” le aconseja, su otra hermana.

“Vete a la mierda, Danielle” 

 

TRES

Como Ford o Hitchcook o el propio Eastwood, los secundarios son importantísimos y se les da el relieve, necesario, en las escenas que aparecen. Acá, tenemos a 3 personajes que hacen recordar el viejo Hollywood: Lucille Doolittle (Lucille Ball), Jack Holden (William Holden) y Jon Peters (amante de Barbra Streisand), netamente excéntricos, grandes ególatras y bebedores irredentos. Mención aparte, un inolvidable Tom Waits, que borda su papel.

Todos los bisoños directores deben, obligatoriamente, ver la secuencia, cuando ingresa a la tienda donde venden las camas de agua. La fusión de la música (Ac-Cent-Tchu-Ate The Positive-Bing Crosby) junto con el lento movimiento de cámara, hacen que la escena sea embriagadora. El soundtrack es imperdible y lo tienes en YouTube.

Las contradicciones de Alana, cuando cela de la amiguita de Gary, la ponen en evidencia.

Se la pasan corriendo ambos.

Cuando es apresado, equivocadamente, ella va, a toda bala, junto a él.

O es Valentine, el que corre, con el corazón en la mano, para levantar a AK, de su inequívoco paseo, tortuoso, con Holden.

Al final, cuando por fin, después del desengaño político, Alana Kane entiende que el quinceañero, con espinilla, es su otra mitad.

 

CUATRO

Paul Thomas Anderson muestra a jóvenes, tal como son, con defectos y virtudes. A los adultos, con sus contradicciones y vicios por doquier. O sus miradas maniqueístas. Es un lienzo de recuerdos, tal como lo hizo Cuarón en “Roma”, Tarantino en “Erase una vez en Hollywood” y Branagh en “Belfast”.

La escena final de la primera cita, resume la película, cuando Gary le dice que no la olvidara nunca. Y la cámara se queda con el rostro asombrado de Alana. Es todo un poema.

O cuando, exultante, G indica a todos

“Quiero presentarles a la sra. Alana Valentine”

“Idiota” lo increpa ella.

Ella amaga a irse y el adolescente, la detiene y besa. Mejor dicho, se besan. Salen corriendo (nuevamente). Y por fin, la muchacha, reconoce para sí.

“Te amo Gary”

 

 

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Cine, Películas

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