Juan Carlos Tafur -Columna

Keiko no aprende

“Cuando se preveía que la iniciativa de Patricia Chirinos iba a morir por inanición, Fuerza Popular y Keiko Fujimori deciden darle nueva vida apoyando tan descabellada causa”

Cuando se preveía que la iniciativa de Patricia Chirinos iba a morir por inanición, Fuerza Popular y Keiko Fujimori deciden darle nueva vida apoyando tan descabellada causa.

La lideresa de Fuerza Popular no parece entender que su mayor error de perspectiva histórica ocurrió cuando el último lustro derechizó en extremo a su partido, alejándolo de las posturas de centroderecha que el fujimorismo siempre desplegó (desde los tiempos aurorales de los 90).

Por eso llevó a finales del quinquenio anterior al keikismo al peor de sus momentos políticos, con un desprestigio gigantesco y una tendencia decreciente que invitaba a pensar en su muerte natural.

En lugar de establecer un pacto político histórico con PPK, conformando una gran alianza de derecha que hiciera las reformas liberales que el país espera desde finales de los 90, se dedicó a sabotear al régimen buscando el propósito, al final alcanzado, de interrumpir su mandato.

Luego, quiso hacer lo propio con Martín Vizcarra y nunca supuso que éste se rebelase y le propinara un puntapié al Congreso donde el keikismo tenía abrumadora mayoría y terminó así la historia, que el país debe recordar siempre, del mayor desperdicio de poder político que se recuerde.

Una feliz campaña electoral en primera vuelta de este año, y una inédita fragmentación partidaria, la hizo disputar la segunda vuelta contra Pedro Castillo y la colocó nuevamente en las ligas mayores, como si los errores del pasado no le hubiesen pasado factura (¡cuando por ellos fue que, al final, perdió frente a un rival al que cualquier otro candidato quizás le hubiera ganado!).

Hoy, a pesar de ello, insiste en plegarse a posturas de la derecha extrema, en lugar de tratar de reubicarse en el espacio de centroderecha que le corresponde, y que la debería llevar a ejercer una oposición recia y firme frente a un régimen que hace agua por todos lados, pero sin infantilismos radicales y veleidosos como los que están detrás del proyecto de la congresista Chirinos, al cual Keiko se presta como furgón de cola.

El keikismo, que hace pocos días brindó su apoyo al inefable ministro de Transportes -seguramente por estar hipotecado al financiamiento de los transportistas informales-, parece creer que sumándose a una torpe iniciativa de vacancia, hará que la ciudadanía lo caracterice como protagonista del liderazgo de la oposición. Lo único que está logrando es alejarse cada vez más del sentido común.

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Keiko Fujimori, política peruana, PPK, vacancia presidencial

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