fabrizio Ricalde

Precuela de Harry Potter sin magia y sin interés

"Nada por ver aquí si no te interesa Harry Potter. Si eres fanático, deberías estar furioso. Rowling necesita corregir el rumbo."

Hace poco volví a ver la saga de Harry Potter. Comprobé su efectividad. Es la historia de un niño huérfano que de pronto ingresa en una aventura para combatir a un villano sorpresivo en busca de venganza esa cautivadora. Se trata también del sufrimiento y los temores de una persona solitaria, con el deseo de ser feliz, sin ánimos de grandeza y rodeado de infinitos insumos humanos.

Una de las inmuerables líneas narrativa de Fantastic Beasts and Where to Find Them es precisamente la de un niño abandonado. Pero este está obsesionado con vengarse por ello. Carece de cualquier otra conexión humana con su propia historia. A comparación de Harry, Credence no ha tenido un hilo narrativo que lo soporte. De hecho, es un personaje absolutamente unidimensional. 

A nadie le importa Credence. Nadie lo quiere. No tiene amigos. No se ríe. Durante tres películas ha estado atormentado y nada más. Solo sufre. No tiene ternura, no da pena, no quieres ser como él. Es un paria absoluto. Es también un problema incorregible. Se aleja de quienes quieren salvarlo, no hace vínculos con nadie. La historia se hace confusa en su presencia y (además) Ezra Miller sobreactua su rol.

El problema de esto es que Credence es el elemento fundamental de la saga. Es eso por lo que todos se pelean. 

La historia de Credence pudo empezar con su abandono, su infancia con tintes humanos y no solo violencia, y como Grindelwald lo busca para volverlo de su lado y competir por ello contra Dumbledore (a quien no puede combatir directamente). No importa si la fórmula suena a lo mismo. Lo importante era darle a Credence vida propia, capas y dimensiones adicionales para quererlo.

En lugar de Credence, quizás el foco de la atención lo tiene Newt Scamander. Por el póster y la presencia en pantalla, lo parece. Sin embargo, su historia es también pasada por encima. Se supone que andaba enamorado, pero vemos poco de eso. Se supone que tenía una especie de zoológico mágico, pero cada vez vemos menos de ello. Newt no tiene motivaciones propias, pues…

… su principal objetivo es cumplir las instrucciones de Dumbledore. De nuevo, otra similitud con Potter. Es como si Harry hubiera sido dividido en dos: el niño atormentado es Credence y el guerrero torpe e infantil es Newt. Sin embargo, ninguno de ellos lleva un desarrollo de sus historias personales. Toda esta saga está más orientada a la acción presente, a la pirotecnica y el espectáculo.

Tampoco hay demasiado espacio para Dumbledore. Por el título de la película, se infiere que será el centro de atención en esta tercera entrega. Y sí, aquí el viejo mago se vuelve el eje narrativo de toda la saga. Pero realmente, no hay nada nuevo e interesante en él. Su complejidad en el mundo Potter era más evidente: mandaba a Harry al matadero, y tenía su propia agenda, y aunque era siempre bueno, guardaba realmente secretos todo el tiempo.

No sé como Dumbledore podría volverse interesante de nuevo. Su batalla contra Grindelwald se parece a la que sostiene con Voldemort años después, pero esta ya sabemos como va a terminar. Y como no importan Newt ni Credence ni nadie más, ¿para qué tendría que vencerlo?

Tengo una idea para Rowling. Quizás sea el momento de conectar todo esto con Tom Riddle. Al mismo estilo de Star Wars con Darth Vader. El fascismo de Grindelwald puede ser de alguna forma piedra angular de la creación del villano Voldemort. Y todo este enredo de líneas narrativas sin sentido puede caer directo en las guerras de los Mortífagos contra la Órden del Fénix, los papás de Harry, Snape, Sirius y personajes más interesantes.

Pero realmente no parece haber salvación para esta saga secundaria. Ni siquiera la historia de amor entre Dumbledore y Grindelwald pudo atrapar mi atención. La salida del closet es demasiado tímida y tiene tan poca previa que resulta inverosimil. Es demasiado sutil. Incluso no sirve de nada para normalizar la homosexualidad, pues haría falta algo más evidente. 

Aún con todo lo dicho, lo que más me molesta es tener un villano tan pasivo. Grindelwald es un gentleman. No hay nada sanguinario o violento en él. No parece ser realmente una amenaza para nadie. Ha matado a personajes representativos, pero ya nadie se acuerda de ellos. Es un político, desea ser un dictador del mundo mágico, pero la narración no permite que sea temeroso.

Al final, Dumbledore no parece tener ningún secreto poderoso. Antes de ello, Grindelwald no cometió grandes crímenes sobrecogedores. Y aún previo a ello, los animales no son tan fantásticos, más bien son tiernos y caricaturescos. Todo en esta saga es y sigue y seguro seguirá siendo plano, predecible y olvidable. Haría muy bien apostar por otro director y cambiar la fórmula. Por favor.

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Cine, Cultura, Harry Potter

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