La Casa del pueblo

Fantasmas en la Casa del Pueblo

Aunque los militantes apristas acudieron a las urnas sin una estrella que guíe su camino, hubo varios que endosaron su apoyo a Rafael López Aliaga (dirigentes incluidos). De Haya de la Torre a Porky hay apenas una crisis de diferencia.

A pocas horas del flash electoral, la Casa del Pueblo luce completamente vacía. Luego de varias décadas de ser el epicentro de las celebraciones y lamentos apristas, hoy parece una vieja casona abandonada. No es la pandemia la que ha impedido a sus militantes reunirse, sino la falta de representantes en las elecciones presidenciales y congresales. La crisis que vive el histórico partido -con una dirigencia a la que muchos rechazan- también se vio reflejada en sus preferencias de cara al 11 de abril.

Quien tuvo el respaldo más claro, para decepción del ala aprista más joven, fue Rafael López Aliaga. Pero no fue el único. Verónika Mendoza generó unos cuantos adeptos. Este endoso, aunque pequeño, no fue muy bien visto dentro del partido. Cuando Gustavo Saberbein, exministro de Economía durante el primer gobierno de Alan García, escribió en uno de los chats apristas que él apoyaría a Mendoza, inmediatamente empezaron a lloverle decenas de críticas, cuenta Nicola Sabroso Palomino (23), quien milita en el APRA desde su adolescencia.

Y aunque haya uno que otro ‘verolover’, en el APRA persiste el rechazo hacia la ‘izquierda comunista’. De hecho, el gran ganador de la jornada del domingo ni siquiera fue tomado en cuenta. “Pedro Castillo es más un meme dentro del APRA que una opción”, dice Sabroso Palomino.

Los militantes más mediáticos y la dirigencia en pleno decidieron apoyar, en cambio, al ultraconservador López Aliaga. “Recuerdo las palabras de un compañero que dijo ‘en este momento hay una comunista que está buscando llegar al poder y tiene bastante apoyo, entonces el APRA debe apoyar a su enemigo, por lo que tenemos que apoyar a López Aliaga’. Se están yendo por extremismos ideológicos”, dice con pena Nicola Sabroso.

Hernán Garrido Lecca, dos veces ministro de Alan García, comentó en una reciente entrevista que muchos militantes iban a votar por el candidato de Renovación Popular. “Ahora que nosotros no tenemos candidatos, yo he hablado con bases en todo el país y él [López Aliaga] tiene muchísimo respaldo dentro del partido. En el contexto actual, creo que él ha recogido muchas de las posiciones del APRA en muchos temas y es por eso que se ha granjeado la simpatía de muchos de los militantes de mi partido”, declaró.

Abelardo Chura Bárcena (21), aprista de la ciudad de Tacna, dice que dentro del partido no se ha conminado a nadie a votar por el candidato de Renovación Popular y responde que no se puede hablar de “muchas bases al interior del país que lo apoyen” porque a los militantes de provincias no se les tiene en cuenta ni en las elecciones internas.

Pero sí hubo un sector del partido que no solo decidió su voto por Renovación Popular, sino que hizo campaña por López Aliaga. “Hay bastantes compañeros que, lamentablemente, desean votar por López Aliaga, y que están participando activamente de su campaña […] Varios militantes creemos que hay un pasito cerca de la traición, porque no solo piensan no votar por alguien, sino que están poniendo su logo por todas partes: son prácticamente de otro partido”, sostiene Nicola Sabroso.

Carlos Torres Ponce (24), militante de la base de Ica, también habla de traición. “Es visto como traición a todos aquellos compañeros que hacen una campaña expresa, activa, sea cual sea la persona. Así sea el mismísimo Federico Danton [el hijo de García] haciéndole campaña a otro candidato, sería visto como traición a ojos de los militantes”, sostiene.

Los vínculos entre el APRA y Renovación Popular quedaron claros cuando el hijo de Jorge del Castillo, Miguel del Castillo, militante aprista desde 2008, fue acreditado como representante de Rafael López Aliaga en los ensayos del debate presidencial organizado por el JNE, tal como lo informó la periodista Karla Ramírez. Y aunque después lo desacreditaron, su acercamiento al partido celeste generó mucho rechazo, al menos entre los militantes más jóvenes, porque la dirigencia permaneció en silencio.

“La acreditación de Del Castillo, a ojos de la militancia, se ve como una traición al partido de Haya de la Torre, por lo que nosotros los apristas deslindamos de este tipo de acciones […] Se le está haciendo un daño terrible al partido, por lo que esperamos que Miguel del Castillo renuncie”, expresa Carlos Torres.

Lo más lamentable para esta facción de jóvenes apristas es que los mismos dirigentes de su partido participaran activamente en coordinaciones con el representante de la ‘ola celeste’. Casos como los del secretario nacional de la Juventud Aprista Peruana, César Aranguren; Laura Angulo, secretaria nacional de la mujer; y el mismo presidente de la Comisión de Plan de Gobierno del partido, Renán Nuñez, quienes se reunieron con López Aliaga, han generado muchísima indignación dentro de las bases apristas.

Aunque han pedido que se les expulse, o que al menos se les separe de sus cargos, los militantes no han recibido ninguna respuesta a sus denuncias. Los dirigentes acusados, según Torres, han intentado lavarse las manos argumentando que este acercamiento era una postura democrática para compartir las propuestas del Apra. Sin embargo, dice el joven militante, “no se les ha  visto a ellos reunirse con otros partidos políticos por lo que esa [supuesta] democracia no se ve, porque en vez de ir con todos los candidatos y tratar de diseñar un pliego de propuestas, simplemente se han reunido con ‘Porky’”.

Sudaca se comunicó con algunos viejos apristas para recoger sus opiniones. Hernán Garrido Leca no quiso participar, pero envió un sarcástico mensaje: “Willax es el canal que nadie ve y el PAP (Partido Aprista Peruano) el partido que no existe”. Nidia Vilchez comentó que no estaba enterada de nada, pero que “si son dirigentes [los que apoyaron a un candidato], ahí habría un grave delito de acuerdo a nuestros estatutos”. Por su parte, Aurelio Pastor dijo que tampoco tenía conocimiento de algún tipo de apoyo y que ni se acordaba de que el domingo debía ir a votar.

“Hay bastante incertidumbre, internamente la gente se ha quedado con la desazón de no haber podido presentar una candidatura del APRA. Una dirigencia más fuerte podría indicar a los militantes por quién votar, pero una dirigencia deslegitimada como esta no tiene fuerzas para nada”, explica Jaicec Espinosa, un militante aprista de 36 años. Y agrega: “Hemos perdido la inscripción y los dirigentes en vez de tratar de solucionar los problemas internos, se metan de lleno a una campaña en la que no estamos participando”.

 

Fotoportada: Leyla López (imágenes: Andina y Alessandro Azurín)

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Apra, Bicentenario, Elecciones 2021

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