[Agenda País] En 17 escasos meses, los peruanos iremos a las urnas para elegir, en primea vuelta, a los dos candidatos que se disputarán la presidencia en la segunda vuelta, y a los futuros diputados y senadores de la república.
Nuestro presente sistema electoral y procedimiento de votación es prácticamente el mismo desde hace décadas y no solamente es vulnerable a acciones fraudulentas, sino que también, impide una conexión más cercana entre el elector y su representante.
Actualmente, el mapa electoral peruano se divide en 27 circunscripciones donde cada partido lanza su oferta de candidatos a los electores. Debido a que estas circunscripciones son múltiples, tenemos, por ejemplo, que en el caso de Lima para diputados, cada partido debe presentar 33 candidatos, cifra igual a las curules asignadas a esta circunscripción. Imaginemos que tendremos 40 partidos políticos en el partidor del 2026, entonces los electores de Lima tendrán que elegir entre 1,320 candidatos para diputados.
Ardua tarea también para los miembros de mesa que tendrán que computar a mano la asignación de votos para cada uno de los 1,320 candidatos y plasmarlos en el planillón de control para luego transcribir el resumen en al acta electoral respectiva. A más alternativas, mayor es la probabilidad de error o fraude.
Este sistema, además, aleja al congresista de sus votantes, nadie se siente representante ni representado.
Para evitar errores y/o fraudes, tanto en el acto de votación como en el escrutinio, así como para lograr un mayor acercamiento y compromiso entre congresista y votantes, es necesario que derivemos hacia distritos electorales uninominales.
Con circunscripciones de unos 180,000 ciudadanos para diputados y 400,000 para senadores, el elector podrá decidir por un solo candidato que representa a un partido; así, se simplifica la votación y aunque nuestro candidato preferido no gane, sabremos quien es el diputado y senador que representa a nuestra circunscripción.
Pero otro cambio fundamental es incluir la tecnología en el acto de votación, en el escrutinio y que además otorgue la posibilidad de una auditoría en caso que se requiera.
Existen muchas posibilidades de incluir la tecnología en las elecciones, pero me voy a referir a la que se usa en el Estado de la Florida en los Estados de Unidos de Norteamérica, que me parece muy práctica y fácil de implementar. Claro que, previamente, debe realizarse la reforma hacia los distritos electorales uninominales, condición previa ineludible.
En Florida, una vez que el elector se identifica, se le imprime ahí mismo una cédula de sufragio que incluye un código en vez de nombre, para mantener su privacidad. Esa cédula es una tarjeta electrónica que al costado de cada candidato tiene un ovalito que el elector debe rellenar para mostrar su preferencia. No aspas, ni cruces, ni números.
Una vez que el elector termina de llenar todas sus opciones, digamos que, en el caso peruano, para escoger la plancha presidencial, el candidato a diputado y el candidato a senador ( recordemos que estamos en distritos uninominales ), esta cédula se introduce en un escáner que lee las opciones marcadas pero que además es almacenada en la misma máquina.
Es decir, se simplifica el proceso tanto para el elector como para los miembros de mesa, la lectura electrónica de la cédula hace que el escrutinio sea inmediato y el almacenamiento de la misma permite una auditoría, si es el caso, manteniendo la anonimidad del elector.
De mantenerse el actual sistema, con distritos electorales múltiples, la proliferación de partidos y candidatos, y un acto de votación manual y tedioso, nos volveremos a enfrentar a las dudas sobre la transparencia de las elecciones y la legitimidad de sus resultados.
A ver si se hace una el congreso y nos regala distritos electorales uninominales e incluye la tecnología con auditoría en las trascendentales elecciones del 2026.