Martin Scheuch

El caso de un cura homófobo ante un tribunal alemán

"Y la Iglesia católica sigue siendo uno de los espacios de este mundo donde todavía hay derechos fundamentales de la persona humana que todavía no han sido conquistados. Entre ellos, el derecho de las personas homosexuales a no ser discriminadas de ninguna manera."

“Volksverhetzung” —término intraducible al español— es en Alemania un delito, que consiste en incitar al odio contra un sector de la población. Y por este delito el P. Wolfgang Rothe (n. 1967), sacerdote católico de Múnich, denunció al P. Dariusz Oko (n. 1960), sacerdote católico polaco, cuyo artículo “Sobre la necesidad de restringir los grupillos homosexuales en la Iglesia (Primera parte)” fue traducido y publicado en alemán en la revista bimensual Theologisches (enero/febrero 2021), de corte tradicionalista, cuyo redactor jefe es el P. Johannes Stöhr (n. 1931), miembro del Opus Dei, quien también fue incluido en la denuncia.

No es para menos. El artículo de marras plantea una especie de teoría de la conspiración, donde los clérigos homosexuales que hay en la Iglesia católica buscarían ocupar altos cargos a fin de utilizar las estructuras eclesiásticas para sus propios intereses, contrarios a la misión que Jesucristo le confió a los Apóstoles. Si bien es innegable que existe un alto porcentaje de clérigos y religiosos homosexuales en la Iglesia católica —como lo ha demostrado el periodista francés Frédéric Martel en su libro-reportaje “Sodoma: Poder y escándalo en el Vaticano” (2019)—, este hecho se debería a que la vocación religiosa se le presenta a muchos homosexuales católicos como el lugar ideal para mantener oculta su orientación sexual y ser aceptados —e incluso admirados— socialmente por el hecho de renunciar al matrimonio y consagrarse a una labor espiritual en la comunidad.

El problema con el artículo del P. Dariusz Oko —conocido por ser un homófobo acendrado y fanatico opositor al enfoque de género—, es que no tiene ningún reparo en denigrar la condición homosexual y presentarla como causa de los principales males que sufre la Iglesia católica, desde los abusos sexuales hasta las doctrinas heréticas. Casi se podría concluir que para él ningún homosexual tiene redención. He aquí algunas perlas de su artículo:

«Para las personas que ya en el seminario viven permanentemente en pecado mortal y que ya entonces se enorgullecen de haber tenido varias docenas de compañeros sexuales, es sin embargo difícil desarrollarse espiritualmente de manera normal. Para estas personas el cristianismo, la gracia y los valores elevados se convierten en una abstracción, una ideología oficial de la Iglesia, que como sus representantes deben anunciar, pero en la cual ellos mismos no creen… En verdad quieren quedarse en un nivel inferior, en lo material y sensorial, quieren lujo, confort, dominio, poder y carrera, y frecuentes y continuos desenfrenos. …buscarán las cumbres del poder eclesiástico, las cuales, una vez alcanzadas, convertirán no tanto en cumbres de la espiritualidad y del servicio humilde, sino en cumbres de la soberbia y la mojigatería, en cumbres de la riqueza y el lujo, en cumbres de la promiscuidad y la hipocresía. De esta manera practicarán el anti-evangelio y el anti-testimonio en forma pura….»

«…la Iglesia es paralizada por su mafia homosexual interna, que, al igual que una colonia de parásitos, se preocupa sobre todo de sí misma y no de su portador, a cuyas costas vive. Sólo por su existencia se puede explicar por qué tales personas llegan tan alto y casi siempre quedan impunes. Y hay una legión de personas así en la Iglesia».

«Una tal mafia homosexual se comporta igual que cualquier mafia, como un parásito despiadado, como un tumor canceroso que está dispuesto incluso a matar a su huésped, absorber todos sus recursos y provisiones para asegurarse su cómoda existencia. También se puede decir que la Iglesia está en muchos ámbitos y a todas luces balo la ocupación y dominación de la mafia homosexual».

El P. Dariusz Oko, tras la denuncia del P. Rothe, había sido condenado por la fiscalía a pagar una multa de 4,800 euros. Y el editor de la revista donde fue publicado el artículo, el P. Johannes Stöhr, a una multa de 9,100 euros. Sin embargo, apelaron la decisión. Por lo cual, el viernes 20 de mayo se realizó una audiencia judicial en la Sala 142 del Juzgado de Primera Instancia de Colonia, ciudad donde tiene su sede la revista Theologisches.

El proceso estuvo tachonado de momentos pintorescos. En un audiencia judicial pública en Alemania no se suele aplaudir. Aquí ocurrió precisamente eso. Asistentes a la audiencia aplaudían por momentos al sacerdote Dariusz Oko, algunas mujeres levantaban la voz cuando el fiscal explicaba la situación judicial, sonaban celulares, un hombre telefoneaba en polaco, dos mujeres rezaban el rosario, un hombre llevaba una camiseta con la inscripción “Soldado de Cristo”. La jueza Sophie Schwartz no reaccionaba ante las interrupciones y el ambiente estaba cada vez más caldeado. Cuando se aplaudía, sólo sonreía irritada. En un momento el fiscal supremo Ulf Willuhm toma el micrófono y aclara que no se acostumbran las ovaciones en un juzgado: «no se trata de una representación teatral».

Más de 25 simpatizantes del sacerdote polaco han venido a Colonia, la mayoría de ellos habla sólo en polaco. En las pausas algunos se toman fotos con el clérigo sexagenario, muy popular en Polonia entre los conservadores nacionalistas e invitado frecuente de talk shows, además de director de la cátedra de Filosofía Cognitiva de la Pontifica Universidad “Juan Pablo II” de Cracovia.

El denunciante P. Rothe también estaba entre los presentes. En la pausa un hombre quiso leerle pasajes de la Biblia.

Tres horas dura la lectura pública de dos artículos del P. Oko sobre el tema de la homosexualidad en la Iglesia católica.

A continuación, el P. Oko manifiesta que sus textos han sido malinterpretados y que él mismo se considera defensor de las víctimas de abuso. Afirma no tener nada contra los homosexuales en general. «Yo sólo escribo sobre sacerdotes homosexuales que cometen delitos y destruyen la Iglesia». Sin embargo, en la segunda parte del artículo, publicada posteriormente, el sacerdote polaco había escrito: «No se debe intentar convertir a estas personas, pues para ello ya están demasiado corrompidas y degeneradas, sólo se debe rezar por ellas, y reflexionar y planear cómo uno puede proteger a los jóvenes, a jóvenes clérigos, a sí mismo y a toda la Iglesia de ellos». 

Su abogado defensor alega que la traducción alemana del artículo es cruda e imprecisa. Tras una conversación con su abogado defensor, P. Oko termina diciendo que lamenta sus expresiones y que le pide perdón a todos los que haya ofendido a través de ellas. El coacusado P. Stöhr ya había pedido perdón. Finalmente, la jueza considera que ambos acusados han recapacitado y decide archivar el caso sobre la base de un acuerdo extrajudicial por el cual el P. Oko debe pagar 3,150 euros y el P. Stöhr – que cuenta con mayores ingresos- el monto de 4,000 al Weisser Ring, una asociación sin fines de lucro dedicada a ayudar a las víctimas de delitos.

El P.Rothe, en declaraciones a Domradio, expuso su parecer sobre la decisión judicial.

«No fue ninguna condena, pero tampoco fue precisamente una absolución. El acuerdo entre la fiscalía y el tribunal fue precedido de una disculpa del autor del artículo incriminado por sus expresiones, formulada muy claramente. Le ha pedido perdón a todos aquellos que se hayan sentido ofendidos con ello. Y ha reiterado que nunca más volverá a expresarse de esa manera.

En esa medida considero esto como un resultado positivo. Pues en última instancia se trata de que esas expresiones no tienen lugar en una sociedad libre y en una democracia. De esto eran conscientes tanto la fiscalía como el tribunal. Y esto fue puesto también de manifiesto por el acusado».

Ya antes de la audiencia, cuando se conoció la orden penal que multaba al sacerdote polaco, el Viceministro de Justicia de Polonia, Marcin Romanowski, había manifestado su desacuerdo, declarando que veía «tendencias contrarias a la libertad en el sistema de protección legal de Alemania».

En las sanciones contra el P. Dariusz Oko, ¿había una amenaza a la libertad de expresión?

En Alemania la libertad de expresión tiene límites especificados por la ley. Se tolera prácticamente todo, excepto aquello que incite al delito o que socave la tolerancia. Lo que el P. Dariusz Oko escribió no puede estar protegido por la libertad de expresión, pues invita a la discriminación y maltrato de las personas homosexuales. Y lo que él planteaba llevar a cabo en su artículo era prácticamente una razzia contra los homosexuales en la Iglesia católica. Lamentablemente, hay muchos católicos que piensan así. Y la Iglesia católica sigue siendo uno de los espacios de este mundo donde todavía hay derechos fundamentales de la persona humana que todavía no han sido conquistados. Entre ellos, el derecho de las personas homosexuales a no ser discriminadas de ninguna manera.

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