Juan Carlos Tafur

Por el centro no voy más

"En esta elección veo difícil que se llegue al poder por el centro. La ciudadanía va a votar de muy malhumor, hastiada. Y ese votante irritado no va a buscar una fórmula acomedida ni moderada".

Según el IEP, un 39% de la población se define de centro, aunque, más allá de tal autoidentificación, el desplome vizcarrista y la polarización de la campaña han afectado el lugar aquel donde siempre se ha dicho que un candidato debe posicionarse si quiere llegar a Palacio.

Particularmente, en esta elección veo difícil que se reedite ese axioma según el cual se sube al poder por el centro y aquel candidato que lo conquiste tendrá los parabienes en las urnas. Por el contrario, la ciudadanía va a votar de muy malhumor, hastiada de la pandemia, de la crisis económica, de los escándalos éticos (el último, el vacunagate), de las crisis políticas sucesivas que venimos sufriendo desde el 2016, etc. Y ese votante irritado no va a buscar una fórmula acomedida ni moderada.

Cae Forsyth y cae Guzmán, son las dos principales caídas en la encuesta del IEP. ¿Quién más queda al centro? Ollanta Humala, con 2.4%, está en el juego. Muy bajo y difícil de remontar, siendo además el candidato con el mayor antivoto (más que Keiko Fujimori, inclusive), pero por las vueltas que dan las elecciones en el país podría crecer y de repente dar una sorpresa.

Lo que no se entiende es el giro estratégico de Julio Guzmán convocando a alguien como Richard Arce, quien personalmente me parece uno de los más lúcidos políticos de la izquierda peruana. Pero no le aporta nada. ¿Acaso Guzmán le va a quitar votos a Lescano, Mendoza o Castillo? Guzmán debe morir en su ley centrista, como reza su propio lema de campaña. Y lo que tiene que hacer es un giro radical de su perfil electoral porque él es el problema (la votación congresal del partido Morado triplica la del candidato presidencial).

Veinte años de centrismo, solo interrumpidos por la gestión claramente derechista de Alan García, de hecho han mellado los créditos de esa opción. Personalmente, creo que lo que mejor le vendría al Perú es un shock derechista promercado, pero no me resulta ininteligible que la gente también quiera esa radicalidad por la izquierda. Pero si eres consustancialmente de centro, termina pues en tu palo, que el disfraz no se lo va a creer nadie.

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