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Redescubriendo a Mariátegui

Sobre José Carlos Mariátegui pesan muchos estigmas. Los más simplones lo relegan a ser, sin más, un ideólogo comunista. Hay que decir, por supuesto, que esta etiqueta resulta mezquina dadas las cualidades críticas, estéticas e intelectuales de una figura fundadora en nuestra tradición cultural. Por otra parte, ninguno de sus biógrafos ha logrado construir una imagen integral de Mariátegui, un relato que sea la suma de sus virtudes y sus contradicciones.

La importancia de Mariátegui para la historia intelectual peruana es indudable. No solo por la potencia crítica del ensayo que dedica a nuestra literatura en Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928), su libro más emblemático, sino también por su actividad como editor, gestor cultural y difusor de las novedades artísticas del mundo contemporáneo en la Lima pacata regida por los últimos suspiros de la República Aristocrática. A eso, naturalmente, hay que sumar su obra ensayística y literaria (poemas, crónicas, relatos, etc), que lo señalan como un activo protagonista del tránsito del modernismo a la vanguardia.

Por ese motivo, cada vez que un investigador ofrece nuevas piezas para seguir construyendo ese maravilloso rompecabezas que es la trayectoria vital de Mariátegui, vale la pena detenerse a examinar las novedades. Es el caso del libro que paso a comentar, Mariátegui, nuevos aportes, de Servais Thissen, ciudadano belga que reside en el Perú desde 1967 y ha dedicado enormes esfuerzos al estudio de diversos aspectos de la cultura peruana.

Uno de esos aspectos es sin duda la vida y obra de Mariátegui, que Thissen estudia con regularidad y devoción. Ya en 2017 había dado a conocer Mariátegui, la aventura del hombre nuevo, una biografía ilustrada con más de 500 fotografías, la mayoría poco conocidas, que renovó el interés por el notable pensador. Mariátegui, nuevos aportes ofrece materiales poco conocidos: cartas, poemas, entrevistas, cuentos y artículos, además de otros documentos como textos escritos a propósito de su fallecimiento, que en más de un caso, muestran un aprecio y un respeto que supera cualquier frontera o enemistad ideológica.

Basta leer como ejemplo las líneas que dedica Federico More en dicha ocasión y que Thissen recoge con acierto (pp.289-291): “Mariátegui quedará como el más sereno y transparente de nuestros prosadores. Y como el más idealista, el más disciplinado y el más ferviente de nuestros politicógrafos. No compartí nunca  sus ideas poco menos que comunistas, yo soy, apenas, un socialdemócrata. Casi un filisteo para la Tercera Internacional. Pero comprendo que dentro de las fórmulas de su extremo socialismo, Mariátegui quiso anhelosamente salvar a su patria, crearle una realidad feliz, interpretar su historia eficazmente” (artículo publicado en Mundial, 19 de abril de 1930).

En la página 99 del volumen recopilado por Thissen hay un hallazgo que conecta ese pasado de la belle epoque limeña con el presente atribulado del país, algo que alude a la costumbre de infamar al enemigo político. En dicho texto, titulado “Maximalismo peruano” (publicado en El Tiempo, el 30 de diciembre de 1917), Mariátegui describe con humor la costumbre de llamar “bolchevikis” a los simpatizantes del espectro socialista o de izquierda de ese entonces, lo que sin duda nos recuerda el rojeo y el terruqueo de hoy. Cito: “Ocurre (…) que la palabra bolcheviki y la palabra maximalista se han enseñoreado en el comentario limeño. Alternativamente las pronuncia la ciudad con pertinencia y a su antojo. Se mira al señor don Juan Manuel Torres Balcázar en el umbra de su imprenta y se piensa que es un bolcheviki en mangas de camisa. Se mira al señor don Miguel Echenique pasar por el jirón de la Unión y se piensa paradojalmente que es un bolcheviki banquero. Se mira al señor don Felipe Barreda y Laos y se piensa que es un bolcheviki involuntario pero bolcheviki siempre”.

Son 437 páginas que se recorren con avidez, con curiosidad, con fascinación. El aspecto más polémico de esta recopilación es sin duda la demostración definitiva de la filiación de Mariátegui, que no era hijo del señor Mariátegui, sino de otro señor. ¿Tendría que ser polémica la verdad? Se trata de un dato importante y que reviste interés  pero, en términos del análisis crítico de las ideas, el pensamiento y la obra de Mariátegui, es un asunto bastante lateral. Lectura más que recomendada.

Servais Thissen. Mariátegui, nuevos aportes. Lima: Argos Productos Editoriales, 2021.

 

Mariategui - Servais Thissen

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Cultura, Libros, Literatura

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