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"El ‘Rayo’, quien hiciera un partidazo, fue partícipe de la derrota de Boca Juniors, el club más ‘cebollita’ de la Libertadores. Y es que el fútbol tiene estas moralejas: ‘No sirve celebrar antes de tiempo’. El destino no juega muchas veces a lo previsible, por el contrario, es veleidoso, y llega a imponerse dentro de esas raras pero interesantes casualidades que le dan sentido a la vida"

[CASITA DE CARTÓN] Esta casita de Cartón abre sus puertas escuchando el himno de todo fanático del fútbol argentino, ‘La cumbia de los trapos’, pero no la versión horrible que en vivo hiciera Yerba Brava en la final de Río, y que fueran a consecuencia de eso víctimas de las burlas de los internautas, y de otro peso pesado de la cumbia rioplatense como Pablito Lescano de Damas Gratis, sino la versión de estudio, infaltable en cada fiesta de cumbia, porque Argentina no solamente es rock, como muchas veces creemos, los que hemos crecido por ejemplo, en su momento con radio ‘La Ñ’, ahora ‘Oasis’, con canciones de Soda Stereo o Virus, sino que lleva en sus latidos populares este género, y que de alguna manera, por como lo viven, lo hacen marcando su distintiva pasión. Y del cual el que escribe no ha estado alejado, sino por el contrario, siempre que viaja con River o cada vez que va a los ‘boliches’, se envuelve de aquellos movimientos populares que tienen por definición lo que es este país: Argentina. Pues la música que prefiero oír, es esa que transita a diario con la gente de pueblo, los laburantes, los obreros, los que cada mañana forjan un nuevo motivo a su vivir, y claro, ¿quién puede vivir sin escuchar aquella música que describe su día a día y su sentir? Y aún con la fiebre futbolística, escribo esto luego del resultado de la final de la copa libertadores de América, torneo más importante de clubes de nuestra región. Y en este caso, donde tuvo a nuestro compatriota, Luis Advíncula, como autor de uno de los goles. Pero del que no fue suficiente, dado que el equipo brasileño, el ‘Flu’, terminaría coronándose por vez primera campeón.

Y es que el fútbol tiene estas moralejas: ‘No sirve celebrar antes de tiempo’. Nublarse dentro de los excesos de triunfalismos antes que la pelota ruede, como en la vida misma, no sirve de mucho prever lo que sucederá, porque como manifestara el poeta maldito, Mallarmé: ‘una tirada de dados jamás abolirá al azar’. El destino no juega muchas veces a lo previsible, por el contrario, es veleidoso, y llega a imponerse dentro de esas raras pero interesantes casualidades que le dan sentido a la vida. Y en Argentina, los medios, que forman la comparsa mental de las cosas que importan en la sociedad como no  (lo macro real), día y noche celebraban anticipadamente la séptima copa Libertadores. Y que ahora, con el resultado del sábado, ha dejado a sus hinchas desilusionados y a algunos en la banca rota, quienes por ejemplo hipotecaron hasta las becas de sus hijos, o vendieron sus carros, o como el caso viral del niño que rifó su play station para poder estar presente en esta final. Con este resultado, son 16 años sin poder alzarla, y quedando perennemente en el segundo lugar de los equipos con más copas, buscando el preciado sitial del ‘Rey de copas’, Independiente de Avellaneda, quien es el máximo ganador con siete, y que no gana esta presea desde 1984, cuando por la mínima se impusiera en Brasil ante Gremio de Porto Alegre. Con esta derrota, a su vez, el club de la ribera, se ha convertido en el club más ‘cebollita’ –frase otorgada por la famosa serie de los 90´s en Argentina a los que quedan subcampeón- del torneo, pero también la que más finales ha disputado.

En nuestro país, la mayoría hinchaba por Boca, más allá que por el ‘rayo’, sino también por una tradición futbolera de peruanos que han sabido ponerse esa pesada ‘mica’, como Julio Meléndez, o el ‘maestrito’ (apodo que le pusiera justamente en su estadía en aquel club, el siempre recordado Diego Armando Maradona), Ñol Solano. Y ahora con Advíncula, se sigue esa línea de grata tradición para parte de la hinchada ‘Xeneize’. Aunque cabe decir, que paro otro sector, fue como un acto de dramatismo excesivo para las cámaras sus llantos, y así fácilmente ganarse al hincha. Y es que el fútbol no solamente es la foto del Instagram o los videos del Tik tok, sino que implica otras razones que la misma razón no entiende. Pero esas ya son otras profundas aguas. Y en lo que respecta con ‘Lucho’, es otra final perdida en aquella mítica cancha. La anterior vez fue cuando perdimos la final de la copa América justamente contra Brasil.

Esta casita de cartón cierra sus puertas entendiendo claramente la expresión del maestro Jorge Luis Borges: ‘El fútbol es popular porque la estupidez es popular’. Pero a su vez, que cada uno necesita de esa dosis para darle ‘manija’ a los días. ¿Qué más existencialista que considerar hasta el mismo hecho de existir como algo estúpido? Partiendo de eso, la vida que siga su juego melodramático. Y en el fútbol, nosotros, los latinos, tenemos el sentimiento, algo  indescriptible y que nunca tenemos que perderlo.

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Argentina, Boca Juniors, Copa Libertadores, Fútbol, pasión deportiva

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