[PIE DERECHO] La derecha se comporta como una aristocracia decadente: distraída, ensimismada en sus peleas internas, convencida de que su turno es un derecho natural. No ve que el país hierve de rabia contra los mismos de siempre, contra los que controlan el poder, contra quienes prometen orden y solo entregan privilegios. Allí, en esa indignación, es donde la izquierda radical pesca con facilidad.
El riesgo no es hipotético. Es inminente. Mientras los candidatos de derecha se devoran entre sí, como hemos visto estos últimos días, un outsider antisistema irrumpirá con un discurso feroz, emocional, de revancha. Y ese mensaje, aunque irracional, conectará con la furia de las mayorías.
Si la derecha política sigue anestesiada por encuestas engañosas, y los poderes fácticos de la sociedad civil (empresarios, medios, líderes de opinión) no se activan en la línea correcta, el despertar será demasiado tarde, cuando ya nos encontremos en segunda vuelta a un adversario extremista o, lo que sería peor, dejando la suerte del país en manos de dos radicales, a falta de uno, que no dudarán en dinamitar lo que queda en pie del sistema destruyendo lo mucho o poco de democracia y de economía de mercado que se ha logrado construir en las últimas décadas. No es una advertencia ligera: es la crónica de un desastre anunciado.
–La del estribo: ¡Qué hermosa novela corta La perla, de John Steinbeck! Con ésta, la segunda entrega del escritor norteamericano luego de la magistral Las uvas de la ira, en el club del libro de Alonso Cueto. Y dos recomendaciones cinemeras: Polvo serán, de Carlos Marqués-Marcet. Como siempre, con su proveedor favorito. Y Higuest 2 Lowest, de Spike Lee, con la actuación de Denzel Washington, en Apple y también con su proveedor de confianza.
SUMILLA: “Mientras los candidatos de derecha se devoran entre sí, como hemos visto estos últimos días, un outsider antisistema irrumpirá con un discurso feroz”