Se va a utilizar el poderoso parlante que posee naturalmente el poder ejecutivo, para trazar y desplegar una estrategia comunicacional que confronte al gobierno con los tres actores mencionados (prensa, Parlamento y empresarios) y nos la vamos a pasar el tiempo que le reste del mandato a Castillo en ese plan, haciendo daño a tres sectores cruciales de la vida nacional, solo con el propósito de salvar su propio pellejo. Es, en esencia, una inmoralidad política, maquiavélica, pero lamentablemente eficaz, y el régimen no mostrará ningún escrúpulo en abusar de ella.