Si al menos tuvieran un rol acumulativo, de ir despertando consciencias y activando de a pocos a la ciudadanía, bienvenidas sean, pero actos políticos presididos por rostros como los de Lourdes Flores o Raúl Diez Canseco, no tienen futuro alguno y, más bien, generan paulatino rechazo y desgano de la población, que no va a encontrar en estos actos un canal de genuina expresión de indignación respecto de las tropelías de un régimen infame como el de Castillo. Si en Lima, que el 85% desaprueba a Castillo, solo van cuatro gatos a las marchas es que algo se está haciendo mal. Ojalá lo entiendan los organizadores.
-La del estribo: dos libros a leer: Treinta kilómetros a la medianoche, de Gustavo Rodríguez, y Mariposas y Murciélagos, una compilación de crónicas de Julio Villanueva Chang. Hay que saludar la profusión editorial del mercado peruano, tanto en ficción como en no ficción. La pandemia, al parecer, no ha afectado el ánimo de nuestros escritores.