La calle se está calentando, pero existe el justificado temor de que aún si eso ocurriese no habría en el Congreso consciencia de lo que correspondería hacer en ese caso. Por eso hay que decirlo en voz alta y clara: tienen que irse Castillo y Boluarte y llamar a elecciones generales adelantadas. Es la única salida de esta crisis.
Ya entonces habrá que tornar imperativa la conjunción de fuerzas tanto del centro como de la derecha para evitar que la dispersión ocasione que nuevamente un disruptivo aparezca en escena y entre al albur de la lotería que es en el país la segunda vuelta electoral, pero primero lo primero, como es asegurarse el camino del final del horror que supone este malhadado gobierno.