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Gluck en lo suyo

Gluck en lo suyo

Ratificando su gran momento, Gluck se impuso en el Clásico La Copa (G.II). El potrillo consiguió la sexta victoria de su campaña y se ubica como el líder de los fondistas de Monterrico.

[TIEMPO SUPLEMENTARIO] El presente de Gluck es muy bueno. Establecido como uno de los potrillos más destacados de su generación, cada jornada en la que le salta la pista de Monterrico exhibe sus notables medios corredores. El alazán de tres años ya se acostumbró a la victoria. Y es que, en lo que va del año, acumula tres triunfos consecutivos. Por la manera en que fueron obtenidos, por la clase demostrada, la impresión resultante es bastante positiva.

El primero lo logró en el  Ciudad de Lima (G.II). Dos mil metros en los que fue líder de “punta a punta”; un clásico en el que adelantó a sus competidores desde el primer salto y su dominio nunca fue puesto en juego.  Luego, en un escenario más complejo, aplicando un libreto distinto, sostuvo su invicto en el Alfredo Benavides y Alfredo Benavides Diez Canseco (G.III). Con la presencia de Nuremberg, lo siguió de cerca hasta la entrada a la recta final, donde, exigido por su jinete Renzo Rojas, aplicó su potente remate para doblegarlo por apenas una cabeza.

Fuente- Jockey Club del Perú
Fuente: Jockey Club del Perú

Tras estas dos alegrías jerárquicas, Gluck descansó sesenta y tres días. Se entrenó y volvió este domingo para disputar el tradicional Clásico La Copa (G.II). Solo eran tres los rivales: Nuremberg, Paradigma y Súper Omarcito. Con igual descanso y óptimos trabajos, el entrenado por Jorge Salas iba por su revancha. Y así fue la competencia: un match entre Gluck y Nuremberg.

resultados carrera

Renzo Rojas, esta vez en las riendas de Nuremberg, desde el principio ubicó a su conducido en la primera ubicación. Gluck, piloteado por el experimentado Carlos Javier Herrera, no perdía el paso y se ponía segundo. Más atrás —complicado por su mala partida— corrían Paradigma y Súper Omarcito. Con el ritmo impuesto por el puntero, las posiciones no variaron hasta la recta final.

Entrados al derecho, Nuremberg intentó defenderse con bravura en el comando, pero lo de Gluck se avizoraba como un ataque incontrolable. Conocedor del rush final del hijo de Koko Mambo, Carlos Javier Herrera supo buscarlo y exigirlo en el momento justo. Decisiones rápidas, en cuestión de segundos, como son las de la hípica. Pero Nuremberg no se caracteriza por ser un caballo que se entrega fácilmente. El pupilo del Unicornio luchó hasta el final, pero a falta de doscientos metros, ya la carrera era de Gluck. Así fue como, reluciendo su singular avance en los metros decisivos, el entrenado por José Soyer cruzó la meta en el primer puesto.

“Pinta” bien la sociedad entre Carlos Javier Herrera y Gluck. Dada su juventud, además, este fondista tiene mucha proyección. Será cuestión de observar si sigue progresando y, carrera tras carrera, permanece por el camino trazado en este inicio de su corta pero productiva campaña defendiendo los colores del Stud Santa Rosa.

Créditos de la foto de portada: Prensa JCP.

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Caballos, hipódromo

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