Tomas Cortez

¿Quo Vadis Pedro?

"El Perú vive en continuo estado de crisis política. Así es imposible crear una Republica donde todos los peruanos se sientan iguales, unos y otros."

UNO

Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas – Umberto Eco – Filósofo y Escritor Italiano.

Nunca fuimos realmente una Nación. Jamás. Muchos no entienden y menos conocen el Perú. Somos intrínsecamente mestizos y cholos. Un país escindido social y económicamente, desde tiempos remotos. 

Confirmando la premisa de Umberto, desde el año pasado, aparecía en las redes sociales el estólido comentario.

-El que es pobre, lo es porque quiere.

Sin tener en cuenta que estudios – de organismos internacionales- han determinado que, en los países del Tercer Mundo, las personas –por debajo de límite de pobreza- no tienen las mismas oportunidades que un joven de clase media o clase media-baja. Pagan, muchísimo más, por servicios esenciales –como el agua – y ni hablar de poder instruirse (deben salir a trabajar). 

-Entonces, ¿en qué quedamos?

La pandemia desnudó la fragilidad de la economía peruana. Asimismo, la informalidad yacente. Somos uno de los países con mayor índice en Latinoamérica: tres de cada cuatro trabajadores, se desempeña en un empleo informal. 

En plena bonanza económica de años atrás, nunca dimos el salto cualitativo, y esto por la coyuntura política. 

De ahí la importancia de los actores políticos.

En política, las actitudes lo dicen todo. MariCarmen Alva es el paradigma de la derecha. Su reacción –días atrás – hacia una congresista la delató. Ya lo mencionó la periodista Rosa María Palacios.

-La contención es una habilidad social que se aprende en la infancia. Cuando no se logra, pasa esto.

Y ella era la Presidente del Congreso. Creo que no hace falta añadir más, ¿no?

 

DOS

Dedujimos, hace más de un año, que el primer sorprendido y atemorizado – debe haber temblado en forma intermitente– en ocupar la silla presidencial, era el propio Castillo. Su nula experiencia política y los continuos devaneos en las elecciones de ministros y hombres de confianza, superan lo conocido. Producen vergüenza ajena. Yerros por todos lados, solo su círculo áulico tiene su confianza. Finalmente, la corrupción llegó a dicho entorno, incluido el familiar. Es la secuela lógica. El Estado siempre es un botín apetitoso. 

Las evidencias, sean apócrifas o no, se acumulan una tras otra. Son tan notarias, que confirman las torpezas, incluso, para delinquir. De ahí, que solo un oligofrénico puede pensar que ellos montaron, en las elecciones pasadas, un fraude a gran escala. 

Vivimos una inestabilidad política desde hace más de una década. Y una de los grandes culpables es Keiko. Le dolió, en el alma, perder. Por ende, le hizo la vida imposible a PPK –tenia 73 congresistas- y así jodió al país. No le importó. Tampoco ahora. 

El ilustrado, Enrique Chirinos Soto manifestó en una ocasión una premisa, en el Perú contemporáneo.

-El Parlamento es el Primer Poder, superior al Ejecutivo.

Y es cierto.

Un año atrás, ella manifestó. 

-Tengo una gran responsabilidad como presidenta del partido FP. (…) No me voy de la política, pero no está dentro de mis planes ser candidata presidencial.

 

-¿Alguien le cree?

Desde hace un año, los congresistas desnudan sus falencias y limitaciones. Saben que de ellos depende, vacarlo al Presidente. Pero también tendrían que irse. Y eso no puede ser. Jamás. No tienen respaldo popular. Eso les jode. Ergo, Los congresistas saben que no pueden expulsar a Pedro, sin salir indemnes.

La prensa tampoco puede eximirse de culpas. Un importante sector avaló las patrañas de fraude y las movilizaciones del execrable movimiento denominado La Resistencia. Las consecuencias son evidentes: mucha gente ya no les cree. Y eso es grave. Perder la credibilidad, es lo peor que puede pasarle a un periodista.

El Perú vive en continuo estado de crisis política. Así es imposible crear una Republica donde todos los peruanos se sientan iguales, unos y otros. 

TRES

-¿A quien elegimos cuando se vaya –o lo saquen – a Pedro?

-¿Tenemos un partido político que nos represente?, ¿O vamos a elegir los extremos?, ¿la versión chola de Trump o un Putin a la peruana?

Antauro debe ser una preocupación. Su indulto es legal, nos guste o no. Se va a presentar como candidato a las elecciones, no está impedido. 

La derecha perdió las últimas elecciones y no aprendió la lección. Si hubiera presentado un candidato, en consenso, hubiera ganado. Sin problemas. No lo hizo. Al contrario, vimos candidatos de lo más variopinto. Nos dimos cuenta que la definición de MVLL acerca de Hernando de Soto era certera: gordo engreído y pomposo. Que fue incapaz de crear un partido político. Hizo lo más fácil: lo alquiló. Para más tarde, abandonarlo.

Si ellos, los políticos, aún no descifran el Perú profundo, pues seguiremos eligiendo impresentables. 

-¿A dónde iremos Pedro?

-¿A vivir una distopía hecha bucle?

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