Jorge-Luis-Tineo

Eric y Tommy: Los «nuevos» en Kiss

Kiss se acerca nuevamente a Lima, dispuestos a hacer volar por los aires los techos redondeados del escenario sanmiguelino en que se presentarán como parte de su gira de despedida, The End of the Road World Tour. Los medios locales más grandes y acaparadores, El Comercio, su satélite Perú 21 y La República, han publicado entrevistas a los carismáticos Paul Stanley (nombre real: Stanley Bert Eisen, 70) y Gene Simmons (nombre real: Chaim Witz, 72), fundadores y líderes del cuarteto, plagadas de lugares comunes, las clásicas notas jaladoras y marketeras orientadas únicamente a llenar las cajas registradoras de Teleticket. Como si una banda como Kiss necesitara esa clase de piezas de «PR» para convocar más gente a sus conciertos. 

O sea, no es que las declaraciones y saludos de icónicos personajes como Starchild o The Demon carezcan de interés, pero esta segunda visita merecería una cobertura diferente. Claro, al no tener medios especializados en música en esta comarca, se condena al público a los perfiles y respuestas de siempre. Solicité, hace una semana, una entrevista con Eric Singer y Tommy Thayer, con la intención de complementar esta columna con la palabra de los dos “nuevos” integrantes y la respuesta del organizador, a más de veinte días de la fecha reprogramada -4 de mayo- fue de lo más predecible, escueta y corta de miras: «ya acabaron las promociones en Latinoamérica. Gracias por su interés». 

Cualquier seguidor de Kiss que se respete sabe, por supuesto, que ambos no son nada nuevos en el universo de este grupo de hard-rock formado hace 50 años en New York, de las cenizas dejadas por Wicked Lester, quinteto liderado por Stanley y Simmons, cuando tenían 18 y 20 años, respectivamente. Y no solo porque vienen interpretando los papeles de Peter Criss (nombre real: Peter Criscuola, 76) y Ace Frehley (nombre real: Paul Daniel Frehley, 70) desde hace dieciocho años, superando tres veces la cantidad de tiempo que duró el período clásico del cuarteto original, comprendido entre 1973 y 1979, período en el cual lanzaron siete álbumes en estudio, dos en vivo y una película, sino porque han participado, en distintas circunstancias, de grabaciones y actividades de Kiss desde inicios de la década de los noventa. 

Thayer y Singer son dos músicos de gran talento y experiencia que merecen también ser visibilizados puesto que su presencia es fundamental para esta nueva etapa en la trayectoria del grupo, marcada por el retorno permanente a su impresionante puesta en escena, luego de casi una década y media de haberse quitado los trajes estrambóticos de ciencia ficción y los maquillajes inspirados en el kabuki, una forma japonesa de teatro y danza que tuvo su apogeo entre los siglos XVII y XVIII, que los convirtió en una de las bandas más importantes de hard-rock en los años setenta. 

Eric Singer (63), baterista y cantante, ingresó oficialmente a Kiss en 1991, tras el prematuro fallecimiento del primer reemplazante de Criss, Eric Carr (Paul Charles Caravello), de un extraño y demoledor cáncer al corazón, a los 41 años. De hecho, fue Singer quien grabó las canciones de Revenge (1991), el último álbum en el que Carr figura como miembro del grupo. Desde entonces se ha mantenido siempre con la banda, con la excepción del período en que Stanley, Simmons, Frehley y Criss decidieron reunirse para una serie de conciertos alrededor del mundo que se extendieron entre 1996 y 2001. Antes de su ingreso a Kiss, Singer había paseado su sólida batería por varios grupos, incluyendo una corta estancia en Black Sabbath, con quienes grabó los álbumes Seventh star (1986) y The eternal idol (1987). También ha alternado en estudios y giras de Lita Ford, Alice Cooper, Gary Moore, entre otros. 

Actualmente, Singer acompaña a Paul Stanley en su extraordinario proyecto personal, Soul Station, una banda de quince integrantes en la que el cantante y guitarrista deja de lado los riffs, los trajes de cuero y los fuegos artificiales para mostrar su profunda conexión con el soul y el R&B de los años sesenta. Años atrás, Stanley ya había insinuado este aspecto de sus gustos musicales con el cover de Then she kissed me, balada soul de 1963 de The Crystals, que incluyó en el sexto disco de Kiss, Love gun (1977). El primer álbum de esta alucinante entrega musical de Paul Stanley’s Soul Station lanzado en 2021, se titula Now and then, y contiene clásicos de Al Green, Smokey Robinson, The Temptations, The Four Tops, entre otros. 

En cuanto a Tommy Thayer (61), su asociación con Kiss es incluso más antigua que la de Singer. En 1989 coescribió con Gene Simmons dos temas del álbum Hot in the shade, uno de los mejores de su período desenmascarado. Unos años después, en 1995, organizó la Kiss Convention en la que germinó la idea de reunir a los originales para el concierto acústico de MTV. Thayer, quien ya para entonces llevaba cuatro discos con su propia banda de hard-rock, Black ‘N Blue (de los cuales uno había tenido como productor a Simmons), recibió un encargo de enorme importancia: ayudar a Peter Criss y Ace Frehley a reaprender las líneas de batería y guitarra que no tocaban desde hacía dos décadas. Luego, grabó las primeras guitarras en siete de las once canciones del disco Psycho circus (1998), en medio de la gira de retorno de la formación original.  

Recién en el 2002, después de varias idas y vueltas, Thayer recibió una llamada del tándem Stanley/Simmons para llenar oficialmente el vacío que Frehley volvió a dejar, una vez que decidió separarse definitivamente de sus compañeros. Lo que vino después no fue del agrado de los reemplazados, quienes siempre han mantenido una ceja levantada con respecto a que otras personas usen “sus” trajes. A pesar de que tanto Peter Criss como Ace Frehley han alternado, sin ningún inconveniente, con Tommy y Eric, cada vez que a uno de ellos le tocaba reemplazar al otro en sus respectivos papeles, ambos integrantes originales de Kiss han hecho público, en más de una ocasión, su desacuerdo. Frehley incluso llegó a referirse a Thayer como «un simple roadie». Por su parte, Criss comentó que «no importa qué se ponga alguien en la cara, jamás podrá ser yo». Aun cuando ambos han tenido varios desencuentros con Stanley y Simmons, no solo por el asunto de las identidades sino también por temas de regalías, eso no les ha impedido interactuar en varias ocasiones, como cuando fueron ingresados al Rock ‘n Roll Hall Of Fame, el año 2014, algo que sus seguidores reclamaban hasta con manifestaciones frente al local central del museo, ubicado en Cleveland, Ohio. 

A diferencia de todos los músicos que habían pasado por Kiss entre 1980 y 1994, Singer y Thayer fueron los primeros en asumir los personajes de Criss y Frehley. Cuando Eric Carr, el menudo y energético baterista ingresó al grupo, en 1980, se creó para él un alter-ego nuevo, The Fox. Lo mismo ocurrió con Vinnie Vincent (guitarrista entre 1982 y 1984), quien tuvo también su propia identidad como The Ankh Warrior. Y, en los casos de Mark St. John y Bruce Kulick, los otros dos guitarristas que antecedieron a Thayer, jamás usaron maquillajes, capas ni zapatos de plataforma pues en ese tiempo (de 1984 a 1995) la banda salió al ruedo con las caras lavadas. 

Esta decisión de Stanley y Simmons, los indiscutibles dueños del negocio, dividió a los fans de Kiss. Por un lado, estaban quienes lo veían como un agravio, una usurpación de identidad, una actuación que además impedía reconocer cuáles eran los aportes de Thayer y Singer, como individuos y músicos, más allá de replicar los movimientos, vestimentas y personalidades de Frehley y Criss. Y, por otro lado, había quienes veían a los nuevos Spaceman y Catman como una continuidad del concepto Kiss y un homenaje a ambos. En cuanto a Thayer y Singer, ambos tienen muy claro su rol y no dan importancia a las críticas. El guitarrista siente que su legado es “el de un tipo que llegó, trabajó duro y mantuvo unida a la banda”. Por su parte, el baterista considera que los fans exageran en sus apasionamientos. “Entiendo el sentir de los seguidores pero, francamente, no hay que darle muchas vueltas a este asunto. Solo somos una banda de rock”.

Polémicas aparte, lo cierto es que con esta nueva alineación Kiss retomó el camino de toda la parafernalia que los hizo famosos y conquistó a una nueva generación de seguidores, interpretando sus llamaradas de catártico y liberador rock and roll, parafraseando al guitarrista de Rage Against The Machine, Tom Morello, quien hizo una emocionada semblanza de la banda en la ceremonia de inducción en el criticado salón de la fama. Si bien es cierto solo han producido dos álbumes con material nuevo -Sonic boom (2008) y Monster (2012)-, Stanley, Simmons, Thayer y Singer han realizado presentaciones espectaculares en todo el mundo. Fue este cuarteto el que visitó Lima la primera vez, en el año 2009, que remeció el Estadio Nacional e hizo vibrar a más de 35,000 personas, con canciones como Deuce, Black Diamond o Rock and roll all nite, que seguro volveremos a ver y escuchar este 4 de mayo, trece años después de aquella histórica visita.

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Cultura, Música

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