Alonso-Rabi-Do-Carmo

Vamos de feria y otras yerbas

"La FIL Lima abre sus puertas el 22 de julio y tiene como país invitado a Portugal, que será figura central en el programa."

Uno de los eventos más esperados por los lectores debe ser sin duda la próxima Feria Internacional del Libro de Lima, a punto de abrir sus puertas luego de meses de encierro y de limitaciones por todos conocidas. Y aunque en el camino se realizaron ferias itinerantes en varios distritos de la capital, es indudable que la FIL Lima representa un acontecimiento de envergadura mayor.

Aunque es siempre bienvenida la realización de una feria del libro, no cabe duda que esta reapertura ocurre en un momento muy crítico. El oscuro contexto global, los palos de ciego del gobierno, la carestía generalizada y la incertidumbre que acompaña a todo esto constituyen factores difíciles de enfrentar.

Entonces hay que saludar la constancia de la Cámara Peruana del Libro (y en general de todos lo que organizan ferias de este tipo) porque ayudan a mantener viva la llama de la lectura, que no es solo una herramienta para escapar o dejar volar la fantasía, es también un método para relacionarse y comprender mejor el entorno.

La FIL Lima abre sus puertas el 22 de julio y tiene como país invitado a Portugal, que será figura central en el programa. Razones no faltan para ello. La tradición que va desde Luis de Camoes hasta Lobo Antunes, pasando por Eca de Queiros, Fernando Pessoa o José Saramago nos habla de una de las literaturas más fascinantes del mundo romance. Esta es, en suma, una oportunidad para tender lazos con obras y escritores desconocidos o poco difundidos en el Perú.

Preocupan, sí, las aglomeraciones. ¿Qué plan hay para contenerlas o evitarlas? ¿Qué medidas se tomarán? ¿Hay aforo limitado o no hay aforo? Supongo que en los próximos días los organizadores ofrecerán información más específica y concreta a los medios de comunicación. Mejor saberlo con antelación.

Ahora bien, el escenario posterior a la FIL debería ser un buen momento para repensar y discutir una serie de problemas alrededor de ese objeto precioso que es el libro. Por ejemplo, la devolución del IGV a los editores pequeños. ¿En qué estado se encuentra este asunto? ¿Qué falta hacer y quién es el responsable de hacerlo?

Otro tema es la exoneración del IGV al libro, que vencerá el próximo año. ¿Existe ya algún plan de acción? ¿Cuándo comenzará la campaña para pedir que se amplíe esta exoneración? ¿Es viable proponer una prórroga mayor? En un país con índices de lectura penosos, medios que en su mayoría se han desentendido de la cultura, estudiantes que no leen, un alto porcentaje de maestros con problemas de comprensión lectora, habría que pensar más en el largo plazo.

Ojalá la reapertura de la FIL (desde aquí el mejor de los éxitos) deje abiertas las puertas de la discusión y el análisis de la situación del libro y la lectura en nuestro país. Es urgente entender estas dos cosas como un asunto de primerísima necesidad.

 

 

Tags:

Feria Internacional del Libro de Lima, FIL Lima, Portugal

Mas artículos del autor:

"Releer a Vallejo"
"La intimidad histórica"
"El caso Roald Dahl"