Opinión

Hemos sido testigos, durante algunos meses de mandato de Pedro Castillo, que el silencio es parte de su estilo de gobierno, pero -de un tiempo a esta parte- también hemos sido testigos de un estilo de gobierno en la que la palabra empeñada no es más que una mentira frente al plan que maneja, el cual es el de llevar adelante como sea una asamblea constituyente.

Eso lo pudimos apreciar en estas últimas semanas en la interpelación al ministro de trabajo -Iber Maraví- que tiene presuntos vínculos con el Movadef, brazo político de Sendero Luminoso. ¿Qué dijo el presidente a la oposición? Pues sostuvo que no estaba dentro de sus planes llevar adelante una cuestión de confianza si es que censuraban al ministro en cuestión. Al día siguiente, en plena sesión de censura, Pedro Castillo emitió un tuit en el que manifestaba que la cuestión de confianza formaba parte del equilibrio de poderes. 

¿Qué se puede interpretar de todo este entramado político? Pues que no se puede entablar conversación ni negociación alguna con un plan maximalista (léase Asamblea Constituyente y generar poder a través de las elecciones municipales y regionales) que tiene en mente el presidente y Perú Libre. 

Como dijo Winston Churchill, durante la Segunda Guerra Mundial ante la posible invasión Nazi a Inglaterra: “No se puede negociar teniendo la cabeza en la boca del lobo”. Y es que sucede exactamente lo mismo para la política peruana. Tenemos a un ejecutivo que tiene todo el aparato estatal para poder llevar adelante la Constituyente, y de paso cerrar el Congreso vía cuestión de confianza, que no pretende negociar con la oposición. Tácticamente, de manera coyuntural, establece ciertos “acuerdos” (como mantener a Julio Velarde en el Banco Central de Reserva) para calmar a cierta parte de la oposición que cae ingenuamente en lo que sostiene el presidente. 

Ante este escenario, es necesario que la oposición política salga de su burbuja limeña y comience a tejer nexos con la oposición social en regiones para así hilvanar estrategias que generen retroceso en el plan que tiene el Ejecutivo. El constitucionalista Lucas Ghersi, con la franciscana recolección de firmas que viene haciendo por todo el Perú para impedir cualquier intentona constituyente, nos ha demostrado que se puede establecer ciertas alianzas que permitan generar las condiciones para cambiar la correlación de poder existente. A tenor de ella, otra estrategia es tener en mente hacer oposición política y democrática a través de la participación en las elecciones regionales y municipales el 2022. 

Si la oposición logra generar legitimidad social en regiones va a ser muy difícil que el Ejecutivo intente cualquier estrategia de cambio del Estado de Derecho que vivimos actualmente. Para eso, necesitamos real politik de parte de nuestra oposición para construir esa mayoría que en estos momentos se encuentra dando respaldo a Pedro Castillo y su proyecto maximalista.  

Tags:

Iber Maraví, Movadef, Presidente Castillo

Me he ausentado del país las dos últimas semanas. Vaya que se vive de una manera distinta la realidad de las cosas y la apreciación que se hace de las mismas. Pero estar fuera no ha hecho que perdamos conexión o información con lo que ocurre en este cada vez más lejano y extraño Perú, al que se quiere con todo y con nada.

Así que vamos al entendimiento de algunos sucesos que han marcado algunos días extraños y que me permito haberlos visto de costado.

Lo primero que llama la atención es esta suerte de ley matemática o acción recíproca entre los diversos elementos de la política nacional. Cómo si fuera un axioma aritmético, sin importar el lado de la ecuación que represente, lo que antes fue negro hoy es blanco y lo que hoy es blanco hoy es negro. Solo cambia el emisor, el mensaje y la interpretación, la misma.

Si se descubrieron chats del fujimorismo llamados “La Botika”, donde se daba cuenta de una estrategia de desestabilización del régimen de parte de una aplastante mayoría congresal; hoy han aparecido los chats de la bancada oficialista, haciendo lo mismo: tratando de tumbarse elementos que le dan solidez al régimen (claro, desde el oficialismo, faltaba más). 

Independientemente de lo que representan, el hecho es claramente grave. Una bancada afín al partido del gobierno que petardea a los ministros del gobierno que no son del partido de gobierno. Perdone si suena mal escrito, pero no da. Hasta la gramática es dura para tratar de entender este panorama.

Pero como si axioma -decíamos- se tratara, han salido hordas de afines al régimen a responder: que la investigación de Epicentro exagera, que no se dice nada que en chats grupales no se encuentre, que finalmente se trata de conversaciones privadas… Desde el otro lado se desliza la idea de llamar al premier al Congreso para que explique esto. Invertimos los papeles, pero el resultado es el mismo. Polarización, defensas absurdas, discursos que son memes. 

Porque en el fondo, no importa de qué se trate sino del efecto que queremos dar al hecho, para estar a favor o no. El espíritu de tribu que nos domina está haciendo que ya no exista perspectiva, sino que más bien todo el arsenal argumentativo se valore en torno apoye a una u otra posición. No me da la gana que así sea. Oh, entonces debo ser un “tibio”, esa neocategoría clasificatoria que no permite tutías.

El problema con ello es que ya parece no haber un camino devuelta en esta aventura. Si el experimento de Asch hace 50 años ya nos hablaba de que la conformidad social podía modificar nuestros propio juicio, imagínenselo ahora con redes sociales a tope donde los algoritmos de afinidad nos muestran siempre aquello que más de acuerdo está con esa percepción distorsionada.

Que haya personas que consideren que las cosas solo se pueden analizar en torno a una sola orientación hace que la discusión política pierda fundamento y se vuelva más una guerra de barras en la que quien grite más fuerte va a ganar.

Sin embargo, este fenómeno no ha pasado desapercibido para el oficialismo, o mejor dicho el total del gobierno, que prefiere la comunicación por Twitter antes que la llegada formal a los públicos. El problema con eso es que Twitter no es un ligar para comunicar ofíciela mente nada y es una hoguera donde las palabras llegan incendiadas antes de entrar.

Así las cosas, el PCM decide estar muy locuaz detrás de su cuenta tuitera. Pero parece movido más pro un afán provocador que por un intento de tener una llegada limpia de los mensajes a la población. Bellido suelta mensajes como un militar siembra minas en terrenos hostiles. Busca quien explote con ellos. Azuza a las juventudes del partido a usar la red del pajarito azul como una trinchera de combate. 

Pero es tan pobre de argumentos -y de data- que cae y cae. El ridículo (no encuentro otra palabra) sobre el uso de materia prima de parte de Qali Warma es sobresaliente. Lo interesante es que desde el mismo ministerio le respondieron al premier. Desnudar tensiones de esa manera solo tiene dos explicaciones: una falta total de impericia en el manejo de la cosa pública o mostrar a un público que no es el limeño cómo hay que luchar “contra todos”. Otra vez una narrativa victimiza desde el poder.

Mientras tanto Castillo juega ludo en palacio o esa es la impresión que causa. No toma acción ni pide protagonismo. Deja el piloto automático. Ese nivel de conflicto es adecuado para el, que viene de una vertiente asambleísta, desde donde la contradicción interna es la que permite avanzar.

Castillo exaspera. Pero estoy seguro que lo sabe mejor que nadie. Su estilo es esperar y tomar posición. Si la correlación de fuerzas se inclina hacia Bellido allí estará el. Si lo hace en contra, adiós gabinete.

Además, la idea de futuro de Castillo es un acertijo sin respuesta. Cada vez que promete algo, decide jugar a la incógnita de cuando será. Prometió cambios en el gabinete hace semanas, el gabinete sigue siendo el mismo. Prometió paridad, seguimos dando vergüenza en ello. Promete, promete, promete. Sin fecha de caducidad.

Prometió Reforma Agraria hoy. ¿Sabemos qué significa eso? Después de analizar un poco su discurso… la única respuesta posible es que no.

Pero la oposición sigue sin tomarse en serio y eso hace que proyecte una imagen más cómica que seria. Una encuesta reciente del IEP señala que hay más gente que considera que Cerrón es opositor al gobierno antes que ¡Lopez Aliaga!

Sería anécdota si no fuera el Perú. La oposición sigue devaneándose en lo mismo que la campaña. Fraude y terrorismo. Cómo si fueran argumentos que sean valiosos hoy. De bluf en bluf se avanza poco. Se pierde representación. Fuerza. Y no se articula discurso alguno.

Somos precarios. Pero no tenemos que andar demostrándolo a diario.

 

Tags:

pcm, Presidente Castillo

Durante tres días se estuvo comentando la extensa obra literaria del gran vate peruano César Vallejo en el IV Congreso Internacional Vallejo Siempre que se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York del 30 de setiembre al 2 de octubre. Gozando de gran vitalidad y con una concurrida asistencia de intelectuales y amantes de Vallejo, los participantes apreciamos las distintas propuestas que se han hecho y están haciendo de nuestro poeta emblemático. 

Este es un esfuerzo que continúa las tres versiones anteriores de los congresos “Vallejo Siempre” realizados en Lima, Montevideo y Salamanca. En esta cuarta versión se aunaron los esfuerzos del Centro de Estudios Vallejianos (entidad dirigida por la poeta Gladys Flores Heredia que tomó la iniciativa de los primeros tres congresos), la City University of New York (representada por la profesora Laurie Lomask), la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana (RCLL) y la Asociación Internacional de Peruanistas (AIP), con el auspicio de La Huaca es Poesía, el Consulado General del Perú en Nueva York y City Artist Corps.

En el versátil programa participaron cerca de treinta intelectuales que postularon innovadores y sugerentes temas para aproximarse a la obra de Vallejo. Dividido el congreso en dos partes por la coyuntura que estamos todavía viviendo, las ponencias fueron y se gozaron tanto en la modalidad presencial como en la virtual.  

Desde investigaciones en los textos narrativos vallejianos como Escalas (1923), Fabla salvaje (1923), El tungsteno (1931) y Paco Yunque (1931) hasta los poemarios más conocidos como Los heraldos negros (1918), Trilce (1922), Poemas humanos y España aparta de mí este cáliz (1939), así como las crónicas y hasta la literatura infantil que Vallejo escribió, este congreso ha reunido una temática amplia y representativa del complejo corpus vallejiano. 

El evento incluyó un homenaje a Clayton Echelman, gran poeta y traductor de la obra vallejiana que falleció en este año. Asimismo, hubo un evento en particular que le dio un toque especial, “El ser que vivo”, espectáculo de danza y poemas de Vallejo con las poetas Yarisa Colón-Torres, Violeta Orozco y Marilyn Rivera y la bailarina y coreógrafa Cynthia Paniagua (cortesía de City Artist Corps).

Definitivamente fue un congreso a todo dar, con la presencia de grandes personalidades que se han entregado a la poesía de Vallejo como son los profesores Antonio Merino, Marlene Gotlieb, Alvaro Torres Calderón, Stephen Hart, Olga Muñoz Carrasco, Sandro Chiri, Jorge Valenzuela, Alan Smith Soto, Jannet Torres, Enrique Cortez, Enrique Bernales, Brais Outes-León, Mara García, Javier Muñoz, José Antonio Mazzotti, entre otros, que llegaron en persona o en modo virtual de países como Argentina, Costa de Marfil, Inglaterra, México, España y, por supuesto, Perú.

Ahora nos queda seguir la gran consigna de dejar en actas publicadas nuestras investigaciones.  ¡Al César lo que es del César!

 

El programa completo del congreso puede verse en:

https://asociacioninternacionaldeperuanistas.blogspot.com/2021/08/congreso-vallejo-siempre-iv-nueva-york.html

 

imagen-columnagiancarla

 

Narrador Alexis Iparraguirre, poeta y crítico José Antonio Mazzotti, investigadora Laurie Lomask, profesor Brais Outes-León y poeta e investigador Enrique Bernales participando en el congreso Vallejo Siempre en las alturas de Manhattan.

Tags:

César Vallejo, congreso internacional

El Perú no ha migrado a la izquierda, como pudiera sugerir ingenuamente el resultado electoral, que por razones extraideológicas terminaron consagrando el triunfo de un improvisado disruptivo como Pedro Castillo (sin pandemia, la segunda vuelta era entre Keiko Fujimori, Hernando De Soto o Rafael López Aliaga).

La última encuesta del IEP revela que la mayoría del país se define de centro o de derecha. De derecha un 37%, de centro un porcentaje similar y de izquierda un minoritario 26%. Y si se tiene en cuenta que mucha gente se autodefine de centro porque le ruboriza decirse de derecha, podemos afirmar que el Perú es un país claramente inclinado hacia la diestra.

Inclusive, en zonas del país que la izquierda considera bastiones ideológicos, el tema parece mucho más compartido de lo que se pudiera creer prejuiciosamente. En el “rojo” sur, el 32% se define de izquierda, un mayoritario 37% de centro y un nada desdeñable 31% de derecha, cifra casi igual que aquella que se autoidentifica de izquierda. Y en el centro del país ocurre algo similar. Un 35% se dice de izquierda, un 34% de centro y un significativo 31% de derecha.

La derecha y el centro tienen por delante una batalla promisoria para reconquistar el electorado andino que le ha sido refractario por muchas décadas. No es un tema ideológico, es un tema de actitud hacia malos candidatos capitalinos que no han sabido recoger y cosechar de ese enorme bolsón de personas del sur y el centro que naturalmente podrían votar por candidatos promercado, proinversión privada, etc.

No es un tema de demanda político ideológica. Es un problema de oferta. El país, y con mayor razón, regiones disruptivas como las andinas, están hartas de los mismos rostros desvencijados del elenco estable de la política peruana. Se requiere una renovación urgente.

En anteriores columnas hemos dado varios nombres que tienen las capacidades para reemplazar a los Keiko Fujimori, Hernando de Soto, Rafael López Aliaga, César Acuña, Yonhy Lescano, Alfredo Barnechea, Raúl Diez Canseco, Jorge del Castillo, Mauricio Mulder, Renzo Reggiardo, Julio Guzmán, entre otros. El país está ideológicamente servido, para, sin renunciar a los principios de centro o de derecha, cosechar de una matriz sociológica propicia para este sector político.

La del estribo: sigue con fuerza el teatro presencial. Ahora viene la imperdible Fieras, con la dirección de Norma Martínez y la dramaturgia de Mateo Chiarella, dos grandes del teatro peruano. A ver nomás si Joinnus mejora su plataforma de pagos, que es un desastre. Ya están las entradas a la venta y va del 6 de noviembre al 19 de diciembre en el Teatro Británico.

 

Tags:

Centro, centroderecha, Derecha, ideologías

Son solo 2 meses y pocos días del Gobierno de Pedro Castillo, pero parecen más. Un tiempo político acelerado, donde pasamos sin tregua ni pausa, de una segunda vuelta con el fraude de las denuncias de fraude, el asedio a las instituciones electorales  y una transferencia al límite,  a un nuevo periodo de gobierno con sobresaltos y crisis constantes (y hay que decirlo, porque no es un dato irrelevante, una crisis dentro de la crisis permanente, múltiple, estructural, profundizada además por la pandemia). 

 

La danza inmóvil

Desde el inicio los principales actores mostraron rápidamente sus cartas -marcadas- definiendo las condiciones del juego. De un lado, la derecha dura, en modo “tercera vuelta”, que no se resigna a ser gobernada por sectores subalternos, con el plan de vacancia (plan V) como objetivo estratégico y que no deja de agitarlo cada vez que puede –como en la reciente coyuntura-, exhibiendo además una oposición hiperideologizada, propio de la guerra fría. Del otro, también un gobierno que decidió formar un gabinete que limitaba su base política de apoyo y con una creciente imagen de debilidad, habitualmente  errático, a la defensiva y con poca claridad estratégica.

Ambos, la coalición vacadora, y la coalición de gobierno, especialmente los sectores más dinámicos y a la iniciativa al interior de estos dos bloques,  comparten una  tendencia hacia el aislamiento y el despropósito constante, una suerte de vocación antihegemónica, que los lleva a la permanente autoafirmación y a convocar solo a –sus- convencidos, pero que son incapaces de hablarles –y movilizar- a sectores más amplios del país. Es verdad que este aparente empate –catastrófico-, a cada uno le sirve para objetivos mínimos de corto plazo: a unos, para estar a la iniciativa, y consolidar un relato macartista y terruqueador en sectores medios y altos, mientras espera la oportunidad para dar el golpe definitivo; a otros para mantenerse y avanzar con algunas políticas en medio del fuego cruzado –y el fuego amigo-.

El problema aquí es que, al que menos favorece dicho escenario es a un gobierno cuyo proyecto de cambio, para sostenerse y avanzar, requiere fortalecer su legitimidad, alinear a sus propias fuerzas y tener más claridad en el corto y mediano plazo.  El nudo problemático aquí, en la coalición de gobierno, es que sus actuales componentes son necesarios (por razones de principios y prácticas: mandato electoral, correlación congresal) pero la relación y disposición de estos tienden al entrampamiento y el inmovilismo.

 

No todo lo que brilla es rojo.

Uno de los factores principales de entrampamiento y crisis en el gobierno es que el socio principal Perú Libre -o su conducción-, ha ejercido una permanente presión sobre el gobierno desde un relato de sí mismo como vanguardia imprescindible, de garante izquierdista, cuando en la mayoría de casos -a contrapelo de lo que agitan los medios y la oposición de derecha -, las diferencias no han sido planteadas sobre aspectos programáticos de fondo, de políticas u orientaciones, como se puede comprobar en las actas del consejo de ministros, o la omisión de la asamblea constituyente en presentación del plan de trabajo del primer ministro Bellido en el congreso. Más allá del exhibicionismo radical, de cierta arrogancia doctrinaria, e incontinencia y decisionismo tuitero, las disputas de PL y sus lideres se han dirigido principalmente a defender o alcanzar espacios de poder, un típico juego de la silla, pero con música de protesta y frases de manual de marxismo soviético de los 70. 

Desde Maquiavelo se sabe que la política es una compleja proyección de apariencias o, más cerca, desde juego de tronos, que el poder está donde se cree que está el poder. Así, el radicalismo vacío de Vladimir Cerrón le ha dado cuerda a una política performativa –irónicamente posmoderna- alimentando la histeria anticomunista de la derecha, lo que le permitió a su vez un posicionamiento central en el objetivo –legitimo por cierto- de colocarse como la principal fuerza de izquierda para las elecciones regionales y municipales del próximo año. Mientras tanto las otras fuerzas de la coalición, buscan retomar la iniciativa construyendo un perfil propio desde el soporte programático al gobierno, mientras justifican ante un sector de su electores y la opinión pública sus actuales compromisos que vienen de la segunda vuelta.

En ese marco, hay distorsiones adicionales que alimentan la crisis. Tenemos un  primer ministro que, lejos de blindar al presidente, tiene que ser blindado, en vez de apagar incendios los provoca, en vez de avanzar en la políticas de gobierno genera condiciones de inviabilidad e inestabilidad para estas. Pasa lo mismo con el ministro Maraví, al margen de las verdades y mentiras en su interpelación –cargado de miedos y hechos que no guardan relación con la realidad política actual- lo que se espera es que se pondere es el objetivo político de avanzar en un proyecto de cambio sostenido. 

 

Ponte el sombrero

En ese sentido, el gobierno que en sus primeros días se orientó a atender con urgencia a los eslabones más vulnerables de la sociedad vía bono Yanapay,  o la aceleración de la vacunación, entre otras medidas, sino cierra sus flancos más evidentes y no resuelve sus contradicciones, alineando a su coalición alrededor de objetivos tácticos y estratégicos claros, tendrá aun más dificultades para implementar reformas de mayor envergadura como la reforma tributaria, o la segunda reforma agraria, la renegociación del gas del Camisea o, más aun, la posibilidad de una asamblea constituyente

De continuar la tormenta política, derivando cada vez más en enfrentamiento abierto de poderes, el riesgo ya no sería caer en una normalización mediocre, sino en la posibilidad –bombardeo mediático de por medio- que avance la sensación de estancamiento e ingobernabilidad, lo que puede transformar una expectativa positiva de amplios sectores de la sociedad en malestar y desaprobación en el mediano plazo, abonando así a la emergencia de un proyecto de carácter conservador o, peor aun, reaccionario. 

Por ello, se espera del Presidente que, manteniendo la base de su coalición y su programa de gobierno, tome decisiones urgentes, convoque a más fuerzas sociales y ciudadanas, poniendo por delante el viabilizar política, técnica y comunicacionalmente los cambios que ha prometido y por el que votaron una mayoría de peruanos.

 

Tags:

Pedro Castillo, Vladimir Cerrón

Es un sismo político de gran magnitud el que ha detonado el destape de Anuska Buenaluque en Epicentro.tv, en el que se confirma que al interior del gobierno se libran luchas fratricidas y se despliegan zancadillas mortales entre sí.

Los alfiles de Cerrón (y él mismo): Guido Bellido, Waldemar Cerrón y algunos sumisos congresistas allegados, enfilan baterías en un chat privado partidario en contra de integrantes del propio gobierno y establecen estrategias para hacerles daño.

Así, arremeten contra el canciller Maurtúa, el vicecanciller, la primera vicepresidenta Dina Boluarte, la congresista Betsy Chávez, los ministros Aníbal Torres y Pedro Francke, etc. Y, sin ninguna atribución legal para permitírselo, el secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón instruye los pasos a dar para golpear a sus enemigos dentro del régimen.

Queda claro que el pasmo político del Presidente de la República genera un vacío que, en este caso, un enfebrecido Cerrón trata de llenar a toda costa, a punta del poder que le brinda su bancada fiel y su testaferro en el Premierato.

El gobierno flaquea y se tambalea, no por obra y gracia de la oposición congresal, de los medios periodísticos adversos o de algún imaginario sabotaje de los poderes fácticos. El régimen hace agua por obra y gracia de sus propios integrantes, dedicados con más ahínco, que a gobernar, a capturar cuotas de poder a favor de cada uno de los grupos de la coalición de izquierdas que, dizque, nos gobierna.

Ya se entiende el desmadre cojonudo en medio del cual estamos. Castillo no ata ni desata, se resigna a ser mero espectador de las luchas intestinas, sin zanjar en favor de ninguna de ellas, provocando así un resultado de parálisis, mediocridad y exabruptos por doquier, sin orden ni concierto.

Tal descuajeringue político no se veía ni en los peores momentos del casi inimputable Alejandro Toledo, quien al menos tuvo la sabiduría de nombrar buenos ministros que hiciesen la tarea de gobernar a la que él no era muy afecto que digamos.

Esto solo lo puede arreglar el Presidente, quien tiene que ponerse los pantalones y expectorar de las cercanías de Palacio a los conspiradores cerronistas, que, a sus espaldas, traman golpes políticos contra otros integrantes del propio gobierno, faltándole el respeto a la mismísima investidura presidencial. Si Castillo deja pasar por alto estos hechos, corroboraría que es un pelele con el que se equivocaron grosera e irresponsablemente millones de peruanos.

Tags:

cerronistas, Palacio, Presidente Castillo, Vladimir Cerrón

Sinceramente pienso que Guillermo Bermejo es una persona bien intencionada que dedica su energía a intentar cambiar al Perú para beneficio de los más pobres y necesitados. Es cierto que en el Perú hay mucha pobreza, que los servicios públicos son de pésima calidad, que sufrimos una plaga de corrupción a todo nivel, que la infraestructura es deficiente y que tenemos muchas cosas por corregir. Está claro que nuestro objetivo debe ser corregir estos problemas, pero la pregunta es: ¿Cómo hacerlo? 

Sin embargo, si Bermejo quiere eliminar la corrupción en el Perú, ¿cómo puede tener de socio político a Vladimir Cerrón?, que ha sido sentenciado por corrupción y ahora aparece vinculado al caso “Los Dinámicos del Centro”. Si Bermejo es una persona correcta, como creo que es, tendría que haberse alejado de Cerrón hace rato. Sin embargo, son socios políticos cercanos. ¿Bermejo está siendo políticamente pragmático y se hace de la vista gorda porque romper con Cerrón no ayuda a sus objetivos políticos? Si este es el caso creo que Bermejo pierde mucha legitimidad al mantener esta sociedad vigente. ¿Con que cara puede uno tratar de cambiar al Perú si es aliado de alguien sentenciado por corrupción?

Si Bermejo quiere mejorar la economía peruana ¿porque no critica la política económica chavista que ha empobrecido tremendamente al pueblo venezolano? Puedo entender que Bermejo tenga simpatía por el gobierno venezolano dado que lo ayudaron cuando él lo necesitaba, sin embargo, su lealtad principal es con el Perú y esto implica ser honesto con la realidad. No criticar la economía chavista me hace dudar respecto al criterio de Bermejo.

Bermejo escribió recientemente un tweet en el que indica que en Berlín recientemente los ciudadanos votaron a favor de expropiar 240 mil departamentos para resolver sus problemas de vivienda y que este hecho no afecto a los indicadores de la economía alemana, de lo cual deduce que la subida del dólar en el Perú, despues de la amenaza de expropiación de Bellido, es producto de un boicot maquinado por especuladores locales.

¿Como explicar la lógica de Bermejo en este tweet? Para empezar Bermejo debería saber que ese referéndum fue no vinculante por ende solo registra el deseo de los participantes, no implica que la medida se vaya a tomar. 

También debería saber que esa medida le costaría a Alemania USD 40 mil millones, es decir el 1% del PBI alemán, lo cual no es mucho para la cuarta economía del mundo, mientras que si el Perú expropiase Camisea (un costo de USD 30 mil millones según algunos) implicaría alrededor del 10% del PBI peruano, un golpe durísimo para la economía peruana.

Por otro lado, si Camisea se expropia tendría que ser administrado por el Estado peruano, sabiendo que este es tremendamente ineficiente y corrupto, el resultado obvio es que esa gestión sería desastrosa. 

Finalmente, el mensaje que el gobierno envía al sector privado con una expropiación es el de un gobierno estatista que no respeta los acuerdos pactados lo cual reduce aún más la confianza de los inversionistas en el gobierno. 

Por todas estas razones se entiende fácilmente que la subida del dólar es fruto de la inepta propuesta del primer ministro y no resultado de los esfuerzos de un grupo de especuladores maquiavélicos. 

¿Bermejo en su percepción ideologizada creerá que expropiando empresas que rentabilizan los recursos del Perú se contribuye a reducir la pobreza y corregir los diversos problemas del país? ¿Puede ser posible que Bermejo tenga tal nivel de desconocimiento de cómo funciona la economía de un país?

Que maravilloso seria que toda la energía y buenas intenciones de Bermejo estuvieran acompañadas de una adecuada comprensión del funcionamiento de la economía y de las verdaderas soluciones que requieren los problemas de gestión de nuestro país.

 

Tags:

Camisea, Guillermo Bermejo, Vladimir Cerrón

En la semana del Día del Periodista, que desde 1953 se celebra en el Perú cada 1 de octubre, conmemorando la aparición del Diario de Lima, periódico fundado ese día en 1790 por Jaime Bausate y Meza (nombre real: Francisco Antonio de Cabello y Meza), un escritor, abogado y militar español que vivió en nuestro país durante el virreinato de Francisco Gil de Taboada (1790-1796), dedico esta columna a los quijotescos escribas que insisten, desde diversos espacios, en colocar noticias asociadas al mundo de la música en las mentes de un público cada vez más anestesiado por la farándula, la política y el fútbol.

Lester Bangs (1948-1982), el irreverente cronista y entrevistador de los años setenta, prefería iniciar sus diálogos con estrellas de rock con la pregunta más malcriada posible, pues no creía en endiosar a personas comunes y corrientes. Inició su carrera destruyendo el debut de MC5 (que incluye el clásico proto-punk Kick out the jams) y escribió, sobre el primer disco de Black Sabbath, que “sus jams parecen una carrera de locos drogados corriendo a toda velocidad y que jamás llegan a sincronizarse. Como Cream. Pero peor». Bangs –quien falleció prematuramente a los 33 años-, paseó su implacable pluma por otras publicaciones importantes como Creem, New Musical Express y The Village Voice. Su estilo ácido puede haber sido la causa de que Frank Zappa soltara esta frase, lapidaria contra nosotros, allá por 1977: «La mayoría de periodistas de rock son personas que no pueden escribir, entrevistando a personas que no pueden hablar para personas que no pueden leer».

En contraste, David Fricke (1952), demostró respeto absoluto por todos los músicos a quienes conoció en sus cuatro décadas escribiendo sobre rock. Como editor general de los mejores años de la revista Rolling Stone, ha entrevistado a todos, desde Joe Strummer y Lou Reed hasta Kurt Cobain y Jack White. Su erudición es oceánica y genuina -no como las posturas sectarias del idolatrado británico Simon Reynolds (1963), uno de los escritores de planta del histórico semanario Melody Maker en los ochenta, hoy convertido en celebridad cultural por sus amplios, profundos y muy documentados ensayos acerca de la cultura retro y la escena moderna- y sus descripciones, lo más parecido a escuchar un disco, conocer a un personaje o asistir a un festival. Desde su oficina en Manhattan, Fricke deja las cosas claras, a sus 69: «Cuando voy a un concierto es mi obligación experimentarlo todo. Si lo grabas desde un Smartphone, eres un idiota».

La crítica musical apareció en el siglo 19 en Europa. Prominentes compositores como el francés Hector Berlioz (1803-1869) y el alemán Robert Schumann (1810-1856) la ejercieron, cien años antes de la subcultura pop-rock. En el ámbito de la literatura -antaño tan ligada al ejercicio periodístico-, personajes como el cubano Alejo Carpentier (1904-1980), el norteamericano Norman Mailer (1923-2007) o el irlandés George Bernard Shaw (1856-1950) también nos regalaron exquisitas páginas sobre música, con niveles de altura pocas veces replicados en tiempos modernos, salvo las crónicas y perfiles que, de vez en cuando, se publican en The New Yorker (EE.UU.), El Clarín (Argentina) o The Guardian (Inglaterra). Aunque revistas como Melody Maker (pop-rock) y Down Beat (jazz) aparecieron en 1926 y 1934, respectivamente, a partir de los cincuenta/sesenta surgió, en EE.UU. e Inglaterra principalmente, una generación de periodistas que se entregaron, en cuerpo y alma, a la cobertura de las nuevas escenas populares. Publicaciones como New Musical Express (1956), Creem (1969), Rolling Stone (1967) presentaban extensas piezas periodísticas –crónicas, entrevistas, reportajes- sobre artistas marginales, creando un mundo paralelo de códigos propios, cuando el pop-rock era todavía un fenómeno subterráneo y profundamente disruptivo, al margen de industrias más convencionales como el cine y la literatura, permeando poco a poco sus contenidos, acontecimientos y personajes. Un caso aparte fue Billboard, revista que apareció en 1894 hablando de teatro, circo y otras artes escénicas, para luego dedicarse exclusivamente  a la música.

En los ochenta, la evolución del rock y sus derivados se reflejó en Kerrang! (1981) y Metal Hammer (1983); The Wire (1982), Spin (1985) y Q (1986), que competían por una legión de lectores ávidos de información fresca y especializada. En Francia, Les Inrockuptibles (1986) y en España Rockdelux (1984), marcaban la pauta del periodismo musical no anglosajón, combinando sus escenas locales con lo que pasaba afuera. Asimismo, revistas de música clásica, electrónica o sobre instrumentos –Guitar Player (1967), Bass Player (1988), Modern Drummer (1977), entre otras- complementaban sus ediciones con partituras, cassettes y, más adelante, CD recopilatorios (práctica que aquí fue replicada por Caleta, con varios discos que hoy son artículos de colección).

La década siguiente salieron Mojo (1993), Vibe (1993) y Uncut (1997) con una gama cada vez mayor de propuestas musicales. Classic Rock Magazine combina, desde 1998, hondos artículos revisionistas con información sobre artistas nuevos. El equipo editorial TeamRock/Louder Sound, responsable de su edición, lanzó una familia de revistas asociadas: Prog Magazine, Vintage Rock, AOR y Blues Magazine, todas con textos, fotos y diagramaciones de excelente calidad y rigor periodístico. En el 2015 apareció la colección The History Of Rock, que recopila las páginas de Melody Maker y NME, en lujosas ediciones mensuales de 150 páginas, año por año, desde 1965. Cada fascículo permite un acercamiento directo a aquella época en que los artistas abrían sus puertas a la prensa para mostrarse en estado puro, como reflejó la película Almost famous (2000), dirigida por Cameron Crowe. Todas tienen, actualmente, su versión online, uniéndose a websites como Pitchfork, All Music o MetaCritic, solo por mencionar los más visitados. Pero eso no significa que solo existan páginas de pop-rock en inglés. Una simple búsqueda en Google basta para descubrir una infinidad de opciones con información sobre toda clase de artistas, países y géneros.

En Sudamérica, un caso emblemático fue la revista Pelo de Argentina, fundada por el periodista y promotor de conciertos Daniel Ripoll, que impulsó desde 1970 a su rica escena local. Sus vibrantes páginas se publicaron hasta el año 2001 y hoy están alojadas en la web. En nuestro país, en cambio, el periodismo musical es un bicho raro, espacio para la terquedad de quienes tratamos de sostener ese género que tiene de crónica, recuperación y organización de datos, referencias culturales pero también de amor al arte -en todos los sentidos-, hobby que apenas sirve para cubrir algunas cuentas (del alma) y que pugna por encontrar espacios en medio de noticias de farándulas ramplonas y espectáculos masivos.

Aunque no era estrictamente un periodista, Gerardo Manuel Rojas (1946-2020) se convirtió en el principal difusor del rock en radio y televisión nacional. Gerardo Manuel había sido vocalista de pioneras bandas nuevaoleras y psicodélicas como Los Doltons, Los Shain’s, The (St. Thomas) Pepper Smelter y Gerardo Manuel y El Humo, aunque su talento al micrófono era bastante limitado, a decir verdad. Profundo conocedor de los vericuetos del pop-rock, condujo el programa Disco Club, entre 1978 y 1985 de manera ininterrumpida a través del canal del Estado y luego, esporádicamente, en televisión por cable hasta los primeros 2000 aproximadamente, marcando a fuego la cultura musical de toda una generación de jóvenes peruanos. Siguiendo sus pasos, personalidades como Javier Lishner, Sonia Freundt, Diana García de Palacios, Miguel Milla, Cucho Peñaloza, entre otros, crearon espacios de muy breve duración y fuerte impacto entre públicos rockeros, pero siempre como casos aislados, casi místicos. También vale la pena recordar a divulgadores de otros géneros musicales como Jorge Henderson (baladas), Luis Delgado Aparicio «Saravá» y Roy Rivasplata (salsa y latin jazz), Juan Ramírez Lazo (boleros), Roy Morris y Salvador “Speedy” Gonzales (jazz y música «adulto-contemporánea”), Nicomedes Santa Cruz y Manuel Acosta Ojeda (música criolla y folklórica).

Volviendo al rock, la única revista musical especializada en el Perú fue, por supuesto, Caleta (1995-2002) -sin olvidar a sus antecedentes directos, Esquina (1986 y que siguió, con altibajos, hasta hace poco) y Ave Roq (1983-1986)- que logró reunir, bajo el liderazgo de Percy Pezúa y Julián Rodríguez, a los mejores periodistas musicales del medio, muchos de los cuales aun publican de manera dispersa en diarios, redes sociales y blogs, como John Pereyra (alias Hakim de Merv), en su interesante blog Apostillas desde la disidencia. Hubo otras –mayormente derivadas de Caleta- como SUB, Britania, Interzona, 69 y Freak Out!, de corta duración y siempre bajo el espíritu/formato de fanzine –que merecería una nota aparte, por cierto- por obvias razones presupuestales pero también por rebeldía frente el establishment periodístico limeño. Sucede lo mismo con el fanzine Cuero Negro, dedicado al heavy metal y sus vertientes más extremas. En la prensa convencional, las expertas plumas de Raúl Cachay (Cosas), Ricardo Hinojosa (El Comercio), Fidel Gutiérrez (Diario El Peruano), Rafo Valdizán, entre otros, persisten en este empeño, placentero e ingrato, de escribir para minorías.

Tags:

Música, periodistas

Si el gobierno realmente hace cuestión de confianza por la eventual censura al ministro de Trabajo Iber Maraví, como ha amenazado el premier Bellido, abrirá las puertas del infierno político, en donde la disolución del Congreso o la vacancia presidencial estarán en ristre.

Porque si efectivamente lo hace, quedará claro que será una herramienta que empleará para muchos otros temas: la aprobación de leyes expropiatorias, la solicitud de facultades delegadas en materia tributaria, la reforma del artículo 206 para cambiar la Constitución y permitir la Constituyente, etc., etc.

Y el objetivo final será que el Congreso le niegue en dos ocasiones dicha confianza para, simplemente, proceder a disolverlo. Y entre tanto, gobernar a punta de bonos y concesiones populistas, que le aseguren en las nuevas elecciones congresales que deberá convocar, por lo menos los 66 votos que le permitan aprobar la reforma de la Carta Magna para ir en camino hacia la Constituyente. Y una vez logrado ese propósito, convocar la Asamblea corporativista que tiene pensada y destruir por fin todo vestigio de democracia y mercado, que el Perú ha sostenido a lo largo de los últimos 30 años con tanto éxito.

Felizmente, todo parece indicar que el Congreso ha entendido cuál es el probable juego político del Ejecutivo y ha decidido que no va a ceder a chantajes, primero, y que, dado el caso, pues procederá a vacar a un Presidente que, si intenta forzar la disolución del Congreso por objetivos antidemocráticos, no tendría la capacidad moral de ejercer el cargo.

Hasta antes del exabrupto de Bellido, todo permitía suponer que, contra lo previsto hoy, el titular de Trabajo iba a conseguir salir bien librado de la interpelación. Pero luego de la amenaza del Premier, en el Congreso han cerrado filas y ya tendrían los votos para censurar a Maraví, haya o no cuestión de confianza de por medio.

El Congreso se reivindicaría así de la claudicación de haberle dado la confianza a un gabinete presidido por un inefable testaferro político del prontuariado Vladimir Cerrón. Este gabinete nunca debió entrar en funciones, ya que, salvo tres o cuatro excepciones, es una calamidad absoluta, plagada de radicales cerronistas, filosenderistas, acusados de violencia de género o claramente incompetentes para el cargo que ocupan.

Tags:

Congreso de la República, Cuestión de confianza, Iber Maraví, Premier
x