Opinión

 

Larga distancia es el film nacional que ya se encuentra en cartelera. Tiene a Miguel Iza de protagonista, acompañado de Denise Arregui y Valquiria Huerta. Además, presenta un reparto destacado con figuras como Víctor Prada, Fiorella Pennano, Diego Pérez, Ximena Palomino, Joaquín de Orbegozo y Eduardo Camino.

La ópera prima de Franco Finocchiaro presenta una historia sobre la desconexión generacional entre Miguel (Miguel Iza) y su hija Camila (Valquiria Huerta), contada con toques de comicidad, sin dejar su sentido dramático de lado y con una banda sonora integrada por bandas locales agrupadas en un playlist de Spotify bajo el nombre del film.

Conversamos con el director de la obra, Franco Finocchiaro y con su protagonista, Miguel Iza.

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Entrevistas, Podcast

 

El presidente Castillo ha vuelto a insistir en la necesidad de reforzar el proceso de descentralización. Si acaso no ha sido la suya una frase hueca, como muchas a las que nos tiene acostumbrados, debería repensar el proceso y darle auténtico impulso. Es, en ese sentido, un activo político que debiera ser empleado, su llegada a los sectores provincianos del país.

No va a ser posible reconstruir el Estado peruano, modernizarlo y adecuarlo a las exigencias de los tiempos que corren si no se emprende una transformación radical del modelo de descentralización aplicado desde el año 2000, el mismo que explica, en gran medida, por qué la prosperidad macroeconómica no se siente, en su justa medida, en buena parte del territorio nacional.

Los gobiernos regionales y locales han fracasado y se han constituido en antros burocráticos, donde autoridades corruptas o ineficientes dilapidan los ingentes recursos que reciben, propiciando que la ciudadanía no tenga salud, educación, agua potable, infraestructura de calidad, acorde a los años de crecimiento económico que el Perú ha tenido en las últimas tres décadas.

La más reciente encuesta de Datum lo confirma con meridiana claridad. El 71% de la población considera que los gobiernos regionales “no han sido solución” y es en el sur, significativamente, donde la insatisfacción es más grande: el 77% estima negativamente a las autoridades regionales, y es allí, precisamente, donde anida la mayor parte del voto antiestablishment, antilimeño, que sostiene aventuras electorales disruptivas.

Particularmente preguntada la población sobre la no ejecución de obras, un 38% culpa a los gobiernos regionales, un 28% a las municipalidades, y un 22% al gobierno central. Es evidente la ponderación inclinada en contra de sus propias autoridades locales.

De nada servirá que se reforme el gobierno central, que se modernice la gestión pública, que el sector estatal reciba crecientes ingresos fiscales mediante el aumento de la recaudación tributaria, si los gobiernos regionales y locales siguen siendo un hueco en el balde, donde se drenan millonarios recursos.

La agenda del futuro debe incluir no solo la reforma del Estado, un shock de inversiones privadas o un fortalecimiento democrático (mediante reformas por completar) sino, particularmente, una revisión a fondo del fallido proceso de descentralización iniciado hace 22 años y que ha demostrado su carácter equívoco.

Habrá que abrir un amplio escenario de debate. Resalta la notable ausencia del tema en la clase política peruana, que miopemente no percibe que mucho de lo que se pueda hacer en lo que concierne a un buen gobierno, se irá por la borda si no se cambia una estructura regional mal construida.

Ha habido un importante flujo de inversiones privadas hacia las regiones en las últimas décadas. Ese fenómeno es maravilloso, y no ocurría desde los tiempos aurorales de la República, pero no está siendo acompañado por la edificación de un sector público moderno, eficiente y, sobre todo, carente de corrupción.

 

 

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Descentralización, Pedro Castillo

 

Conocí a Jorge Coaguila a inicios de los años 90. En ese entonces yo trabajaba en la sección La Revista, del remozado diario El Peruano. Una tarde, lo recuerdo perfectamente, asomaron la delgada figura de Coaguila y una propuesta que traía bajo el brazo: una entrevista con Julio Ramón Ribeyro, que en ese entonces ya era una celebridad, al tiempo que mantenía ese perfil discreto y huidizo que lo caracterizó siempre. No hubo mucho que pensar. Enrique Hulerig y yo recibimos el texto y sin dar tanta vuelta lo publicamos.

La entrevista, naturalmente, causó revuelo. Si la memoria no me traiciona, publicamos dos o tres partes más del largo diálogo que había logrado emprender Jorge con uno de los prosistas mayores del continente. Pocos años después, esas conversaciones serían reunidas en el volumen La palabra inmortal, que a la fecha lleva varias ediciones. Le debemos también Las respuestas del mudo, volumen que recopila las pocas entrevistas que concedió en vida.

Esta circunstancia marcó a Coaguila como ribeyrólogo, si cabe el término y me dan, lectores, su indulgencia. Es una fuente viva de datos sobre la obra de Ribeyro, conoce al dedillo las anécdotas de sus cuentos, las cuitas de sus personajes, lleva incrustadas en la memoria frases, pasajes, diálogos y muchos de los elementos menudos que componen el universo que fundó el creador de La palabra del mudo.

Creo que debo ser uno de muchos que en algún momento le preguntamos a Jorge cuándo escribiría la biografía de Ribeyro, a lo que él respondía, casi con temor, que era un proyecto que tenía en mente y que algún día vería la luz.

Y el día llegó. Ribeyro, una vida (2021) es una realidad. Es cierto que la tarea del biógrafo es ardua, a lo que hay que añadir el riesgo de que el biógrafo pueda proyectar sus propios deseos y percepciones sobre el personaje. Es una construcción, como lo es el discurso autobiográfico mismo. Y alguien poco avisado tendería a suponer que leyendo La tentación del fracaso, Cartas a Juan Antonio o los apuntes autobiográficos que el mismo Ribeyro trazó, contando la historia de sus antepasados, se tiene parte de la mesa servida.

Diría todo lo contrario. Parte de esta tarea es precisamente cotejar lo que el autor dice de él mismo con lo que el biógrafo puede encontrar en sus pesquisas. La biografía ideal no es un relato objetivo, pues eso es una ilusión. La biografía ideal confiesa sus limitaciones, pero sabe ofrecer una imagen relativamente equilibrada del sujeto. Ese debe ser el logro más significativo de Ribeyro, una vida, un proyecto que Coaguila ha acometido con abnegación y al que debe, de seguro, más de un insomnio.

Paradójicamente o no, con el paso de los años Ribeyro pasó de ser un escritor muy reservado, por momentos secreto, a se lo que es hoy: un nombre totémico de nuestra tradición narrativa, maestro del cuento y de la prosa breve, hacedor de pequeños héroes anónimos que hicieron de su insignificancia una forma de heroísmo.

No fue vana la espera por este volumen. Se esperaba un relato puntilloso, exigente consigo mismo y que no escatimara fuentes. Eso es lo que el libro transparenta. Mención aparte para las fotografías que van acompañando el relato, algunas muy poco conocidas. El arco temporal es ambicioso, es verdad, pero se despliega a lo largo de más de quinientas páginas que todo buen lector de Julio Ramón Ribeyro debería leer.

Ribeyro, una vida

Ribeyro, una vida. Lima: Revuelta Editores, 2021.

 

 

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Jorge Coaguila, Julio Ramón Ribeyro

 

Lo que el presidente Castillo está perpetrando en el sector Salud es de horror. Demuestra una indolencia mayúscula y un desprecio por los cientos de miles de muertos por la pandemia.

Colocar en el cargo rector de la salud pública del país a un personaje como Hernán Condori, un creyente en pócimas y sin ninguna experiencia en gestión pública, tan solo para satisfacer las exigencias de Vladimir Cerrón, es una afrenta al país que el Congreso haría bien en remediar sin esperar al voto de confianza al gabinete en pleno.

 

 

Este ministro, entre otras pillerías, ha nombrado como asesor principal a otro personaje inverosímil, como el médico veterinario William Córdova, quien acumula una veintena de denuncias judiciales, entre ellas una por violación sexual, y está donde está por las mismas razones que le permitieron a él la “suerte” de ser nombrado titular del pliego: su cercanía al ex gobernador de Junín.

Como perla adicional, con total desparpajo, el ministro se luce en cuanto evento participa y en las visitas hospitalarias que efectúa, con el médico César Montoya Cárdenas, quien tiene en su haber una infinidad de sanciones disciplinarias por sus inconductas en el hospital Arzobispo Loayza, además de revelar una sinuosa carrera política, desde las filas de PPK hasta las de Antauro (por quien fue candidato al Congreso). Véase informe publicado en Sudaca https://bit.ly/3GTqU53

 

La salud pública, más aún en tiempos de pandemia, debería ser la prioridad número uno de los gobiernos del mundo. En el Perú, en particular, adquiere una coloratura sociopolítica porque sus carencias la convierten en una fábrica de descontento cívico, dada su ineficacia brutal y su inexistencia en buena parte del territorio nacional.

Entender una adecuada gobernabilidad en un país como el nuestro es impensable sin la edificación de una salud pública presente, eficiente, digna. Ello justamente se le achaca a los últimos gobiernos de derecha, que se preocuparon en demasía del bienestar macroeconómico y no fueron capaces de invertir lo necesario en este rubro, que la pandemia desnudó en su pavorosa orfandad.

Un gobierno de izquierda, como el de Castillo, se pensaba que le daría especial atención al tema, convirtiéndolo en el eje de su programa de gobierno. Por lo que se ve, es una farsa más, de las tantas que el régimen perpetra a diario. Le importa un comino la salud pública y, por ende, el bienestar de los pobres. Es una fullería dolorosa porque afecta a millones de peruanos, pero para Castillo es más importante el botín presupuestal que ha decidido entregar a las fauces de su socio político, Vladimir Cerrón.

 

 

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Hernán Condori, Minsa, Pedro Castillo

 

UNO

Ney, tiene un retrovisor incorporado, volvía por sus pasos, y sin más, hizo un taco fantástico al Elegido. Kylian se posesionó del balón, entró al borde del área e hizo frente a 2 jugadores blancos. Y sucedió lo imposible: Pasó, en medio de ellos, y ante la llegada de un tercero, tiró al arco. Golazo al minuto 93. Si alguien dudaba del francés, pues Él les contestó, con su actuación de esa noche. Es el Mejor del Mundo.

Ayer, ante el equipo parisino, el RM jugó como equipo chico. Como si se sintiera inferior desde el minuto uno. A Ancelotti le salió lo italiano, que tenía escondido. El PSG desnudó las falencias de un inocuo Real. El equipo parisino no se pareció, en nada, al equipo desequilibrado, del año pasado. El 1-0 no muestra lo sucedido en la cancha. Debió ser goleada. Netamente superior el PSG. Y Mbappé opacó, incluso, al Balón de Oro. Lógico, está en su momento. Habíamos dicho que Messi no merecía el Balón de Oro –Se le nota las costuras a Leo – es por la edad y los problemas físicos, que lógicamente aparecen, en esta última etapa de su carrera. Encima falló el penalti.

El Madrid cuenta con veteranos de mil batallas: Modrid 36 años, Benzema 34 años, Tony Kross 32 años, Hazard 31 años, entre otros. Carvajal sufrió lo indecible con KM. Imposible pararlo.

El Real lo va tener difícil para el partido de vuelta. No imposible, va ser un Matar o Morir. Debe recordar su historia. Aun así, dejó una imagen lastimera en Paris.

 

DOS

El Manchester City demostró que, en posesión de balón, nadie le gana. Y si a eso le sumas efectividad, pues imposible. ¿Cómo le puedes vencer si no tienes el balón? Ridiculizó al Sporting de Lisboa. Los únicos que llegaron a ganarle, en algún momento, son Liverpool y Chelsea –añado al Bayern Munich- ¿cómo? Pues con una presión alta y constante los noventa minutos. Ser un Yunque. No dejarlo pensar. Esa es la fórmula ganadora. ¿Existe otra?, que yo sepa, no la hay.

El City, es Líder de la Premier League y, por lo visto, la va a ganar. Sin problemas.

Mientras tanto, Chelsea se coronó Campeón Mundial de Clubes. Han pasado 10 años de la última conquista sudamericana (Corinthians). Pero seamos sinceros, los últimos sudamericanos, que la ganaron, pues anotaron el gol y después se refugiaron atrás. No se puede hablar de superioridad aplastante. En absoluto. Eso sí, le costó al team londinense. Palmeiras, un cuadro tácticamente ordenado, le impuso un cerrojo casi perfecto. A eso, siempre juega el Verdao: a esperar y luego contragolpear.

 

TRES

Antaño el nombre del Real Madrid causaba temor y admiración, al mismo tiempo. A Florentino Pérez le debe dar escozor, no poder competir con el dinero de los jeques saudís o catarís. El que, al inicio de siglo, birló de la forma más desvergonzada a jugadores de elite (Figo, Zidane, Ronaldo, etc) de sus clubes de origen. Pues ahora (como el Barza) no puede competir, con los clubes ingleses y franceses, en comprar los mejores del mundo. Ahí está, el Manchester City, Liverpool, Chelsea o el PSG. La Premier League es la Mejor del Mundo, en forma indiscutible; en tanto, La Liga española está muy por detrás. Los tiempos han cambiado. Todavía está pendiente el tema de la Superliga; que, debido al furibundo rechazo de la afición inglesa, no se concretó. Florentino y Agnelli lloraron miserias para justificarla. Les salió el tiro por la culata.

Entre Liverpool, Bayern, Chelsea, Manchester City y, en menor medida, Inter y Juventus estarán los finalistas de los cuartos de final de la Champions League.

Se vienen partidazos.

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Champions, Fútbol

 

Hola amigos. Soy Pedro Guevara y esto es “En pellejo ajeno”. Hoy hablaremos de las Asociaciones Público Privadas como una alternativa para mejorar la educación peruana.

Démosle una mirada a la educación peruana. La expansión de los servicios educativos de las últimas décadas no ha venido acompañada de una mejora en la calidad. La punta del iceberg son los resultados del examen Pisa del 2019, donde ocupamos el puesto 64 entre 77 países. El sector público por si solo, no ha podido ofrecer educación de calidad y de manera equitativa. En resumen, la educación peruana constituye una traición para millones de estudiantes. Es un sistema que genera discriminación y exclusión social.

 

 

Veamos los sistemas educativos en el mundo. El problema en el Perú y muchos países del mundo es que el sector público, por si sólo, no ha podido ofrecer educación de calidad y de manera equitativa. La alternativa de solución en muchas partes del mundo: las APP (Asociaciones Público-Privadas). En ese sentido, proponemos (como complemento de la educación pública) el establecimiento de APPs para mejorar la calidad y cobertura de la educación peruana.

¿Cómo y dónde funcionan las APPs educativas? Las APPs como mecanismos de “School Choice” o “escogencia de colegios es una alternativa que funciona en muchas partes del mundo, tanto en países industrializados como en países en vías de desarrollo.  Tiene su fundamento en la libertad que se les da a los padres, para escoger la escuela que consideren más aptas para sus hijos. Las APPs funcionan para enseñar a estudiantes de todo nivel socio económico, en diferentes modalidades y niveles educativos.

¿Cómo podríamos clasificar a los tipos APPs que proveen servicios educativos?  (Ver Tabla adjunta)

Tendríamos que considerar primeramente, quienes ofrecen la provisión del servicio y el financiamiento. La provisión, puede ser privada o pública y el financiamiento también. En un caso extremo tenemos a los centros educativos en los que tanto la provisión como el financiamiento son públicos. Es el caso de las escuelas públicas, universidades públicas e institutos tecnológicos públicos. En el otro extremo están los centros educativos en los que tanto el financiamiento como la provisión descansan en el sector privado. Es el caso de los colegios privados, institutos tecnológicos privados, universidades privadas, la educación en casa y la tutoría.

Tipos de financiamiento 

 Lo interesante es cuando -tanto el sector público como privado comparten- el financiamiento o la provisión del servicio. Es el caso en el que el financiamiento es público y la provisión del servicio privada. En este caso tenemos los vouchers. Una alternativa en la que los padres de familia reciben un bono o documento de parte del Estado, que les permite pagar o sufragar la educación de sus hijos, en una entidad privada. Otra modalidad son los contratos con las escuelas. Por ejemplo, se puede contratar a una academia deportiva para que enseñe educación física o entrene a los equipos deportivos del colegio. O una academia de arte para que se encargue de la formación artística en ese centro educativo. Existen también las escuelas en concesión como, por ejemplo, las escuelas de Fe y Alegría, en las que la escuela pública es administrada por una organización privada, una organización religiosa. La subcontratación se da también para determinados servicios, como por ejemplo, el mantenimiento o la construcción de infraestructura.

Otra alternativa es la de provisión pública con financiamiento privado. Este es el caso de pensiones estudiantiles o préstamos estudiantiles.

En el mundo, el sector privado juega un papel cada vez más importante en la educación. El rol del sector privado está creciendo más, puesto que está educando tanto a ricos como a pobres. Está asumiendo nuevos papeles como gestor y operador de escuelas, como consultor (capacitación docente, en diseño curricular y gestión educativa), como proveedor de servicios especiales (a estudiantes con discapacidades, ofreciendo capacitación empresarial, o suplementación alimenticia), e inclusive estableciendo joint-ventures educativos para la construcción y mantenimiento de locales, como es el caso de Proinversión, que en días pasados adjudicó 3 COARS (Colegios de Alto Rendimiento) en los departamentos de Pasco, Huancavelica y Cuzco.

Un caso interesante de APPs educativas es el de Holanda. Funciona desde 1850. La clave está en dar libertad a los padres en un entorno de sana competencia entre los centros educativos. Los padres son quienes escogen el colegio que creen es mejor para sus hijos en función de sus valores y prioridades. Puede tratarse de un colegio que enfatiza la labor artística. Otro que prioriza la ciencia y la tecnología. Otro que enfatice probablemente la educación física y el desarrollo de deportes. En todo caso, el Gobierno financia a todas las escuelas. En Holanda, los privados educan a dos tercios del estudiantado. El Gobierno Central fija políticas educativas y cada escuela es responsable de su gestión. El resultado: un sistema educativo equitativo, eficiente y de alta calidad.

APPs por el mundo: las encontramos en todos los continentes… En Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, en Asia, en África. Básicamente los gobiernos buscan sacar provecho de la capacidad y el “know-how” de los privados. Los privados saben cómo educar. Es el caso, por ejemplo, de los jesuitas, que desde el siglo XVII vienen educando en primaria, secundaria, básica regular y en la universidad. En los países de la OCDE, más del 20% de recursos públicos se transfieren a los privados para la educación. Más del 12% del presupuesto educativo va para que los privados eduquen.

En muchos países en vías de desarrollo, tanto en gobiernos de Africa, Asia y América Latina se subsidia a entidades privadas -mayormente entidades religiosas- como es el caso de la Federación Internacional de Fe y Alegría, una red de escuelas privadas que provee servicios educativos en las zonas más pobres de 17 países de América Latina, ofreciendo educación a más de 2.5 millones de estudiantes. ¿Qué hace el Estado mientras tanto? Financia los salarios de docentes, los textos, o los costos por pupilo. Otro caso es el de Chile, en el que se ofrecen “vouchers” de 100 a 140 dólares por mes. Los privados educan al 51% de los estudiantes en primaria y 52% de los estudiantes en secundaria. Y así, con todos sus problemas, Chile tiene hoy los más altos puntajes en los exámenes PISA de América Latina. En Gambia, Lesotho, Kenya, los gobiernos dan subsidios a las llamadas “escuelas independientes”.

¿Cuáles son los argumentos a favor de las APP Educativas? Primero, la mayor competencia y libertad en el mercado educativo. Hay una mayor flexibilidad en contratación y gestión. Los gobiernos, en licitaciones abiertas, pueden escoger proveedores con requerimientos de calidad educativa específicos. La APP, al compartir mayores niveles de riesgo, incrementan la eficiencia en la asignación y generación de recursos hacia la educación. Es decir, la responsabilidad de la educación, recae en el sector privado, compartiéndola con el sector público. En buena cuenta, aprovechan el “know-how” de los privados, para mejorar en calidad y cobertura educativa, principalmente de los más pobres.

¿Cuáles son las posibles ventajas de una APP bien implementada? Primero, aumentaría la eficiencia, las alternativas educativas disponibles y el acceso a servicios de calidad, especialmente de los que actualmente son marginados en las escuelas públicas tradicionales. El gobierno aprovecharía las competencias y habilidades de ciertas organizaciones privadas. El Gobierno superaría las restricciones operativas como la inflexibilidad de escalas salariales y reglas de trabajo que prevalecen en el sector público. Eso es lo que sucede, por ejemplo, en las escuelas de Fe y Alegría, en donde pueden escoger a los profesores más competentes y con mayor vocación por la docencia. Esto no siempre sucede en las escuelas públicas.

¿Más posibles ventajas de una APP bien implementada? Los hacedores de política no estarían tan expuestos a las críticas y controversias de la llamada “privatización de la educación”. La palabra privatización es para los políticos, como lo que era la criptonita para Súperman. Pues los gobiernos no quieren saber nada con la privatización. Las APPs ofrecen una alternativa más aceptada en la narrativa política. Los gobiernos podrían enfocarse en canalizar al sector privado para conseguir objetivos educativos específicos, dirigidos a los sectores más vulnerables de la sociedad, por ejemplo, los estudiantes con impedimentos, los discapacitados, los más pobres, o los que viven en la sierra o la selva, en las áreas rurales con difícil acceso. Ustedes dirán, ¿cómo es que la empresa privada puede tener incentivos para irse a esas áreas de geografía tan difícil? Bueno, pues se recurre a “Premiums” o mecanismos compensatorios: “Si tú como empresa privada me vas a ayudar a educar en la sierra o la selva, entonces vas a recibir un bono o reconocimiento compensatorio por esa labor”. Los gobiernos entonces se convierten en supervisores, ya no en hacedores. Los hacedores son quienes saben educar. Y esto es importante porque el destino de un educando se define en el aula, en el proceso de aprendizaje. Y es dándole a los expertos la posibilidad de ejercer sus competencias que se consiguen los resultados.

Existen contra argumentos y argumentos, a favor y en contra de las APPs. Argumento 1: Las APP podrían conducir a la privatización de servicios educativos y, por tanto, a la reducción del control del Gobierno sobre un servicio público. Hay contra argumentos semánticos y filosóficos. Contra Argumentos Semánticos: ¿Tiene sentido discutir entre lo público versus lo privado en pleno siglo XXI? Contra Argumentos Filosóficos: (a) Debe primar la libertad individual sobre la presencia y las decisiones del Estado. (b) Debe haber un mínimo de igualdad de oportunidades, con un Gobierno o Estado que sea inclusivo. (c) Se genera capital social, porque quienes ofrecen y comparten los servicios educativos, acumulan los conocimientos y la experiencia de los expertos.

Argumento 2: Al incrementar las alternativas educativas para padres de familia y estudiantes, existe el riesgo de segregación socio económica, si los estudiantes mejor preparados acaban autoseleccionándose para las mejores escuelas y éstas a su vez, obtienen los mejores resultados. Contra argumentos: (a) “Segregación´que se base en  aptitudes, interés, valores: si, son bien venidos, en buena hora. Así, si un padre quiere poner a su hijo para que desarrolle sus aptitudes deportivas, en buena hora si escoge un colegio que destaca por las actividades deportivas. Si un estudiante tiene aptitudes sobresalientes para la música, entonces el padre probablemente escogerá un colegio en el que se ponga énfasis en la formación musical. (b) Segregación socio económica: No, (c) En buena cuenta se propone que existan Premiums compensatorios para operadores privados y vouchers para estudiantes en necesidad.

¿Cuáles son los factores claves para el éxito de una APP en educación? En primer lugar, depende de qué tan bien se diseñe la asociación entre el  sector público y el sector privado. En segundo lugar, del marco regulatorio del país. En tercer lugar, de la capacidad del gobierno para supervisar y hacer cumplir los contratos y asociaciones con el sector privado.

Esto nos permitiría cambiar la visión de los maestros sindicalistas… Hoy en día tenemos maestros sindicalistas que anteponen los intereses políticos del sindicato a los intereses del estudiante. Bajo el modelo de APPs planteado, ¡Los maestros podrían asociarse para constituir empresas educativas! Es decir, en vez de tener maestros sindicalistas, podríamos tener maestros-empresarios para la educación. ¿Cuáles serían los factores clave para conseguir esto? (1) Ascenso en el status social del maestro. Los sistemas educativos en el mundo no son iguales. Así el sistema educativo de Corea del Sur es completamente distinto al sistema educativo finlandés, y este es a su vez distinto al sistema holandés. Pero si algo comparten los sistemas educativos más exitosos en el mundo, es la consideración y respeto que tienen hacia los maestros, que se encuentran en la cúspide de la consideración y el respeto por su status de ser maestros. (2) Incentivos para la capacitación y la innovación (becas para posgrados, diplomados, estudios de pedagogía, gestión e incentivos para innovar). (3) Incentivos económicos que estén amarrados al rendimiento. Los maestros que saben enseñar, no deben salir. Deben quedarse en el aula, recibiendo el incentivo económico por su labor.

(4) Apoyo financiero con créditos, préstamos, donaciones para que puedan constituir sus empresas educativas.

En conclusión: Las APPs Educativas podrían convertir a los profesores sindicalistas en empresarios educativos y así, mejorar la cobertura y la calidad de la educación peruana…

 

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app, Educación, Minedu

 

El 15 de febrero de 1992, de forma infame, Sendero Luminoso asesinó a Maria Elena Moyano, para luego dinamitar su cuerpo enviando un mensaje de desprecio hacia las mujeres y sus luchas por la paz y la justicia social.

Treinta años después Maria Elena vive en nuestras memorias y sigue inspirando al movimiento de mujeres y feminista. Difundir su legado ha sido y es una forma de devolverle la voz, esa que fue arrebatada por el terror y el fanatismo.

A Maria Elena la mataron por plantear un cambio sin armas, por señalar que la lucha se hace en la arena política, con propuestas y sin violencia, que las organizaciones son fundamentales para levantar las demandas del pueblo que sufre hambre y precariedad. Así, hizo un llamado a cerrar el paso a aquellos que, con discursos violentos, querían destruir al pueblo que decían defender.

Maria Elena Moyano, fue una lideresa que con tenacidad y desde las arenas del distrito que tanto amó y que ayudó a forjar (Villa El Salvador), lucho contra el hambre, contra la violencia y creyó siempre en la organización de las mujeres como motor para la transformación social.

“Las mujeres han dado en estos ultimo años una demostración efectiva de lo importante que es participar y hacer política en la propia práctica. Nosotras no nos hemos quedado en el solo hecho de hacer oposición, de reclamar ante la situación por la que atravesamos, o simplemente de denunciar; nosotras hemos combinado el reclamo, la denuncia y la lucha con la participación práctica, con propuestas concretas y alternativas a cada uno de los problemas. (…) La participación de la mujer ha sido muy efectiva en la solución de problemas como el hambre y la miseria. (M.E.M, 1992)[1]

“Si las mujeres están respondiendo a nivel de Lima, algo se puede hacer. Si el pueblo se organiza y centraliza esfuerzos, podemos derrotar a «Sendero». Las cosas no son fáciles, pero tampoco imposibles” (M.E.M, 1992)

“la revolución es afirmación a la vida, a la dignidad individual y colectiva; es ética nueva. La revolución no es muerte ni imposición ni sometimiento ni fanatismo. La revolución es vida nueva, es convencer y luchar por una sociedad justa, digna, solidaria al lado de las organizaciones creadas por nuestro pueblo (…) Seguiré al lado de mi pueblo, de las mujeres, jóvenes y niños; seguiré luchando por Paz con justicia social” (Carta pública Maria Elena Moyano, 1991)

A tres décadas de su ausencia, sus reflexiones se encuentran completamente vigentes, por lo que leer sus cartas y discursos es una invitación a pensar el país de una forma diferente, con una lógica de derechos y una ruta de paz. A la vez, recorrer sus memorias nos permite conocer parte importante de la historia del movimiento feminista, en cuyos pasos ha quedado imborrable su huella.

 

 

[1] Extractos testimoniales recogidos del libro: Maria Elena Moyano: Perú, en busca de una esperanza. Coord. Miloslavich, Diana.  CMP Flora Tristán, 1993. Disponible en: https://lum.cultura.pe/cdi/sites/default/files/documento/pdf/Miloslavich%20-%20Maria%20Elena%20Moyano.pdf

 

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Maria Elena Moyano

 

Lo que está haciendo el premier Aníbal Torres confrontando con el Congreso es un viejo truco político de los gobiernos que quieren remontar sus tasas de popularidad. Lo hizo Vizcarra con gran éxito y mucho antes que él Alberto Fujimori, pero eso no lo convierte en axioma político ineludible.

Para que surta efecto, depende de que la ciudadanía perciba, primero, que en el Ejecutivo se hacen cosas y se despliegan políticas públicas, es decir, se gobierna. Así lo percibía con Fujimori y con Vizcarra (aunque con este último haya sido un espejismo lamentable), y no es ese el caso del gobierno de Castillo.

Por el contrario, el desplome en las encuestas refleja la profunda animadversión que han reafirmado quienes no votaron por él, corroborando en los hechos que no se equivocaron un ápice al no darle su respaldo electoral, a quienes se suman los millones de decepcionados que sí le dieron su voto, pero a quienes resulta cada vez más intolerable el pueril despliegue político de un gobierno mediocre y con atisbos de corrupción.

No va a ser con golpes efectistas que el Ejecutivo va a remontar en las encuestas. No le servirá zarandear al Parlamento (además, maliciosamente, sobredimensionando un supuesto afán sedicioso), como tampoco sacar a las Fuerzas Armadas a patrullar las calles, como no le sirvió antes dar muestras de xenofobia al intentar deportar venezolanos en un show del que fue partícipe el injustamente elogiado por su salida indecorosa del Ejecutivo, Avelino Guillén.

Son ardides ya manidos, que exigen un manejo psicosocial fino, coordinado, y con el respaldo de cierta consistencia gubernativa para que produzcan los resultados deseados.

La naturaleza deleznable del régimen castillista hará que esos “trucos”, lejos de engañar a la platea, la enardezcan aún más. Castillo y su particular premier, Aníbal Torres, están jugando con armas que no saben manejar con la mínima solvencia y solo producirán un daño mayor del que ya cargan a cuestas.

Por supuesto, haría bien el Congreso en no atemorizarse por la matonería política del premier Torres y actuar con firmeza frente al sainete. Primero, respondiendo políticamente a las falsas imputaciones. Segundo, persistiendo en las coordinaciones para tratar de encontrar la mejor fórmula de acortar el mandato de un régimen insostenible. Tercero, estableciendo mecanismos de contención de los despropósitos del Ejecutivo, ejerciendo el mayor control político posible. Eso no es golpismo, es defensa de la democracia y sus instituciones.

 

 

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anibal torres, Pedro Castillo

 

Una anécdota del expresidente Francisco Sagasti[i], ocurrida en los tempranos años setenta ilustra bien las relaciones habituales entre inversión en educación y presupuesto público. Un equipo de jóvenes ingenieros en el que participó Sagasti fue convocado para costear la Reforma Educativa que a partir del año 1972 intentó implementar el Gobierno militar de entonces; los cálculos que realizaron arrojaron que la Reforma costaría cinco veces el Presupuesto Nacional del año en curso, ¡Atención! no hablamos del presupuesto destinado a educación sino de todo el Presupuesto de la República. En broma o en serio, el equipo en que participó Sagasti fue acusado de contrarrevolucionario, y otro joven profesional, Richard Webb, fue encargado de chequear los cálculos, pues los funcionarios responsables de la tarea estaban seguros de que algún error tenía que haber.

A las pocas semanas, según nos han relatado, Webb regresó, ratificando los números que habían entregado Sagasti y colegas. Ese día realmente murió la deseada Reforma Educativa, pues los mandamases militares decidieron que con esos costos no era posible hacerla. Por supuesto hubo pilotos de la Reforma que todavía son recordados por los protagonistas, tanto en la capacitación de maestros como en la producción de materiales (algunos muy buenos); incluso hubo docentes y funcionarios que voluntariamente sufragaron  actividades de la Reforma de su propio bolsillo, pero para efectos prácticos, para la gran masa de profesores y estudiantes del país, esta Reforma no ocurrió, dado que el nivel de inversión necesario resultaba excesivo para el Estado Peruano, y que, además, otros rubros presupuestales, por ejemplo, Defensa Nacional, fueron considerados más importantes en aquel momento.

Esta anécdota coincide con que, efectivamente, en esos años se inicia un descenso gravísimo de la inversión en educación en nuestro país: intentábamos hacer una reforma, proceso que lógicamente implica incrementar costos, mientras expandíamos el sistema educativo, por ejemplo, extendiendo la secundaria a prácticamente todo el territorio, y disminuíamos el presupuesto público en educación, un escenario imposible. Reitero entonces mi hipótesis: esta propuesta de reforma no llegó a implementarse realmente, aunque trajo algunas ideas muy interesantes, recogidas luego en otras latitudes.

Y la reforma quedó pendiente. Pero ¿cuál era el contenido de la reforma?

En las décadas de los 50 y 60, el Perú estaba sufriendo una transformación, empujado por las migraciones, el desarrollo de infraestructura, especialmente vías pero también escuelas, junto con  un inicio de  industrialización y la creación de algunas entidades fundamentales para el Estado peruano; la introducción de nuevas políticas («progresistas», en el sentido que tenía el término en la época); coronando todos estos cambios, se produjo  una desestructuración radical de la sociedad estamental durante los primeros años del gobierno militar encabezado por Velasco Alvarado.

En esos años, muchos educadores peruanos, de los más ilustres a los más anónimos, se percataron de que la educación necesitaba una mutación que preparara a las nuevas generaciones para vivir en un Perú más industrializado, menos rural, con más rutas abiertas (físicas y también simbólicas), con más mujeres trabajando fuera de sus casas, y más encuentros entre diferentes, los cuales seguramente nunca se hubieran conocido en etapas previas de nuestra historia. En esos años se hizo evidente que era necesario modificar la escuela (sobre todo la pública) para educar jóvenes que pudieran responder a esos retos, así como a otros que en ese momento eran insospechables.

Es verdad que la Reforma de los 70 tenía una carga ideológica muy pesada; sin duda les ofrecía a sus estudiantes una visión novedosa pero conflictiva y nada consensual del país. Pero también tenía algunas fortalezas: la importancia dada a la educación inicial y a las variantes técnicas de formación, las cuales eran potenciadas en las ESEP; propuestas metodológicas y  pedagógicas basadas en el nivel de desarrollo científico de esos años, por ejemplo la llamada tecnología educativa (que no tenía que ver con máquinas sino con procesos de aprendizaje), la integración de los cursos de ciencias sociales (que irónicamente hoy se atribuye a Fujimori) y varios puntos positivos más.

Pero, vuelvo a mi punto inicial, la Reforma Educativa no se hizo. Heredamos de esas décadas tareas que aún están pendientes: el cierre de brechas y la mejora de la calidad de nuestros servicios educativos. Y, tal vez más importante, la discusión sobre en qué educar y para qué educar.

Y termino: hay una Reforma Educativa pendiente, discutamos su contenido, porque ya no es la que nos propusieron los expertos de los años 70, muchas de esas ideas no funcionaron y además el país no es el mismo. Pero hay un gran cambio que hacer en educación, que, aunque necesite más recursos, no pasa simplemente por más presupuesto. Las nuevas generaciones lo requieren para poder vivir y desarrollarse en “un Perú nuevo dentro del mundo nuevo”, como escribía alguno de nuestros clásicos.

 

 

[i] Le agradezco al expresidente Sagasti darme detalles de su anécdota y permitirme compartirla en este espacio.

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Francisco Sagasti
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