Opinión

Esta casita de cartón abre sus puertas despidiéndose de dos grandes amigos al que la vida puso en su camino y tuvo la suerte de conocerlos en mis años en la ‘Ciudad de la furia’, haciendo arte y cultura en una de las capitales justamente del arte de nuestro continente. Cada uno desde sus trincheras como la poesía, la narrativa, la pintura o la radio, pero siempre enalteciendo orgullosamente la bandera de dónde vinimos. Hablo de Germán Martínez Lizarzaburu y Juan Manuel Corbera.
Del primero, Germán, o ‘Yo Germán’ como se hacía llamar en su programa de Radio en la emisora Frecuencia Latina, es oriundo de la calurosa y afable ciudad de Pucallpa. Tuve la oportunidad de conocerlo por esas casualidades de la vida en la Feria del Libro de Buenos Aires, donde publiqué mi libro y tuve una participación sobre Narrativa Peruana contemporánea, entre uno de esos entrañables días fue que nos presentaron y a partir de allí mantuvimos una amistad sincera hasta hoy. Participando de dos entrevistas en su programa radial, entre ellas una conmevodora y grata, que fue la última de su programación. Según me contaría en nuestras largas caminatas por Once ( un distrito como ‘La rica Vicky’ en Perú), desde muy joven ya incursionaba entre el pantanoso y hermoso mundo de las artes donde decidiría estudiarlo a profundidad, obteniendo un título en esta área, a su vez en educación y periodismo, del cual tendría una maestría en Cuba y un doctorado en Perú. Amigo y compadre de otros ‘bravos’ de las letras como Domingo de Ramos u Oswaldo Reynoso, y de una especial admiración por el excelso pintor, Víctor Humareda. ‘Siempre fui también un fiel admirador de Marilyn Monroe, como Humareda. Y mírame, ahora vivo como él, por esas raras pero lindas coincidencias de la vida’. Y era así, viviría en un cuartito en Once, como el aclamado pintor ( aduciendo que está Marilyn a su lado) en La Victoria, en uno muy sencillo, con cuadros rodeándolo y dos camas y con una tv en blanco y negro, fiel estilo bohemio.
En el tiempo que estuvo, pudo tener su espacio radial, donde hablaría de la sociedad, actualidad, las artes, etc. Y estaría en diversos culturales, recitando sus atrapantes y arquitectuales poemas. Ahora se va dejando un poemario que retrata rincón a rincón esta ciudad de vientos tangueros, nacido por y para estas latitudes, ‘Old City’, una descripción poética de esta misteriosa ciudad. Y así dibuja en uno de sus versos: ‘la ciudad que tienen un río de plata / donde los barcos son libros con puertos de viejas bibliotecas/ las calles están llenas de árboles milenarios,/ y la gente quiere ser buena./ Hay un lugar donde los perros son felices,/ menos sus dueños / Hay un lugar de colectivos /menos de pasajeros / Hay un lugar que se bebe mate y se fuma/ menos se alimenta / Hay un lugar con nuevo soñador menos mal que aún no se dan cuenta.
Con ‘Juanma’, como así le dicen los amigos de Juan Manuel Corbera, también fue otro encuentro del destino. El vate, quien nació entre la sinérgica unión de la metrópoli y las playas limeñas, como señala, es también narrador y gestor cultural, a quien llegué a conocer en una de mis visitas a la inmensa Feria del libro de Buenos Aires, al cual cada año asistía religiosamente como miles de argentinos y turistas (siendo de la región de las más visitadas), donde trabajaba en un stand, vendiendo ‘joyitas’ literarias. Y del cual, ni bien no saludamos no paramos de hablar de arte, historia y literatura por horas. Como también de su gran proyecto conocido en Perú, como el ‘Anti fil’ con otras mentes brillantes de la cultura, como una respuesta sonora y ‘under’ a la podredumbre que muchas veces se viste de gala en los mainstream, y que es infaltable para muchos amantes del arte. A raiz de eso, teníamos conocidos en común. De otro lado, tuve la dicha de compartir escenario en algún que otro evento cultural con él, porque si de algo sobresalía tanto como su poesía, era en su gestión cultural. Sobre todo en ‘Ganesha’ (Paraguay 5519, CABA) epicentro y cuna de grandes artistas locales y extranjeros en Buenos Aires y donde se prepara de las más apetitosas pizzas, y donde pude ver en más de una ocasión sus puestas en escena de su poesía electrizante y frenética, vanguardista, no apto para pulsaciones suaves. Y gratamente, ante de decir adiós a esta ciudad, acaba de publicar la segunda edición de su ópera prima, ‘Reconfiguraciones’. De este, parte del poema que desnuda a muchos de los extranjeros que emigramos en busca de otros vientos, y que mejor de los ‘bueno aires’ que latían en esta ciudad y que fue parte naturalmente de nuestro crecimiento. He aquí a esta obra de arte: ‘Exige de la espera,/ viento fuerte/ y un camino pídele al destino/ que te sorprenda/ que a veces te evada/ que así te enseñe/ guarda silencio en cada cruz que te salude/ y algún pan para cuando nadie conteste la puerta / cree en los signos que desaparecen/ esos que solo tú ves, / recuerda que los dioses dibujan con arena y espuma / y a veces fallan con las estrellas/ hoy tu casa puede ser el cielo y el techo, las piedras de un altar; solo aquel que corta sus raíces es libre’.
Esta casita de cartón cierra sus puertas triste por sus idas pero a su vez esperanzado porque sabe que estos dos genios solo han puesto tres puntos sobre las tierras de esta ciudad, porque alguna vez inevitablemente tendrán que regresar. Porque todos los que vivimos alguna vez en Buenos Aires, siempre lo llevamos a cualquier parte del mundo que vayamos. Y para entonces, sin duda los ‘buenos aires’ les estará esperando. ¡Hasta la próxima, vates!

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Tomo conocimiento de una más reciente encuesta de Ipsos sobre identidades ideológicas de la población. Fue realizada a pedido de IDEA Internacional entre el 18 de enero y el 5 de febrero de este año.

Allí los resultados son los siguientes: 10% se define de izquierda, 37% de centro y 12% de derecha, corroborando de alguna manera el perfil ideológico que otras encuestas señalaban. Pero lo más relevante es el dato de que un enorme 42% no precisa ninguna identificación.

Razón adicional para confirmar el temor de que el 2026 aflore un candidato radical antiestablishment, sea de izquierda o de derecha, que rompa la inercia de los partidos ya tradicionales e, inclusive, de los nuevos que se asoman al horizonte, pero que no se caracterizan precisamente por ser disruptivos.

Es una incógnita el pensamiento de ese 42%. Pueden ser peruanos hartos de la política, pueden ser indiferentes anómicos, o simplemente desinformados o desinteresados. Del perfil precedente que tengan dependerá, en gran media, el pronóstico que pueda hacerse respecto de cuál será su inclinación final para las elecciones presidenciales venideras.

Lo que sí queda claro, sin embargo, es que hay mucho terreno por desbrozar de acá al 2026. La mayoría de la ciudadanía no tiene una idea precisa de qué va a hacer el día de la elección y ni siquiera tiene en claro cuál es su preferencia ideológica. Es un público por el momento amorfo, llano a ser conquistado por los candidatos, si se animan, claro está, a salir de su tour mediático formal, que a nada los conduce, y empiezan a recorrer las calles con mayor énfasis.

Hay nuevas tecnologías de campaña, que apuntan a la microsegmentación ciudadana, que trascienden la ya manida fórmula de las radios regionales y las redes sociales, estrategia en base a la que algunos candidatos pretenden basar su campaña, creyendo que lo que fue bueno antaño va a volver a funcionar.

Por allí va a ir el desenlace de una estrategia que debe partir de que un inmenso bolsón ciudadano no anda pendiente de las discusiones ideológicas y lo tiene sin cuidado. Definirse de centro radical, izquierda democrática o derecha liberal, importará poco a la hora de la conquista de las voluntades particulares. Habrá que hilar muy fino para capturar esas mentes hoy no clasificables.

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El Perú es uno de los países que aún no se recupera del golpe económico y anímico que la pandemia del Covid-19 ocasionó dejando a miles de familias en duelo y a una economía en recesión, ahora con algunos visos de recuperación, pero insuficientes para crear empleo y bienestar.

Dentro de los sectores más afectados se encuentra el sector turismo. De 4.5 millones de turistas extranjeros se llegó a unos 2.5 millones en el 2023 y según la última cifra dada por la flamante ministra del Mincetur, Elizabeth Galdo, el objetivo del 2024 es sobrepasar los 3 millones. Cifra aún lejos del 2019 y más lejos aún si nos comparamos con países del continente latinoamericano.

Los hechos violentos de finales del 2021 y principios del 2022, la crecida de la extorsión y el sicariato y últimamente, paros en el Cusco por el tema de la venta de entradas online de Machu Picchu, han dificultado una efectiva promoción de los atractivos turísticos del país en detrimento de un sector caracterizado por su dinamismo y que da empleo directo e indirecto a cientos de miles de compatriotas.

A estos hechos, debemos también hacer referencia a que se percibe que no siempre están alineadas las instituciones que están directamente involucradas en las políticas públicas que repercuten en el turismo, como son el Ministerio de Cultura, a través de su Vice Ministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, a través de su Vice Ministerio de Turismo.

Vimos años atrás, cuando asombrados y apenados observábamos el derrumbe de un sector de la fortaleza de Kuélap, que, en vez de tomar al toro por las astas y establecer inmediatamente un grupo de especialistas para su nueva puesta en valor en conjunto con mayores elementos de prevención de nuevos desastres, estas dos instituciones parecían estar en una cancha de pingpong pasándose la pelota.

Siempre hemos comentado la poca transversalidad del Estado peruano y que a veces las instituciones miran a sus propios pies sin considerar que una acción suya, puede afectar a otro sector. 

Sino miremos lo que ha pasado estos días, cuando nuestra Cancillería, por una reciprocidad diplomática anticuada y poco práctica, decide imponer visas para los turistas mexicanos sin ninguna consideración por el sector turismo ya que México es el cuarto país no fronterizo emisor de turistas hacia nuestro país. Felizmente, y ante la presión de los gremios y seguramente del mismo Mincetur, se revocó rápidamente esta equivocada decisión.

Pero regresando al tema específico de turismo y patrimonio cultural, y sin ahondar en las voces que hace años piden a gritos una fusión ministerial que integre a ambos sectores, es imprescindible que ambos trabajen alineados bajo algunos conceptos que deben estar claros de los dos lados : protección y fomento de nuestro patrimonio cultural ( material e inmaterial ), su puesta en valor y la promoción tanto en el exterior como en el todo el Perú.

A trabajar más unidos y viendo siempre el impacto en el bienestar de los ciudadanos cuando se hace gestión pública. Bien dice el lema de la OCDE : “Mejores políticas para una vida mejor”.

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Cancillería, Cultura, Machu Picchu, México, MINCETUR, MINCUL, Perú, Turismo, Visas

«El poema gana si adivinamos que es la manifestación

de un anhelo, no la historia de un hecho» (Jorge Luis Borges)

Hace unos meses, en setiembre del 2023, la poeta Mariela Dreyfus (Lima, 1960) publicó su octavo libro de creación, La edad ligera. Novela en poesía (Editorial Peisa), que corona una larga trayectoria iniciada en 1984 con su estreno juvenil, Memorias de Electra. Desde entonces se ha distinguido como una clara representante de la poesía de los años 80, y más específicamente de la llamada «poesía femenina» que se desató en esa década a partir del ejemplo de Carmen Ollé y su célebre libro Noches de adrenalina (1981).

La desinhibición del cuerpo, la problemática de la opresión masculina, las limitaciones de una vida en un contexto limeño en que la clase media se veía desgarrada entre una crisis económica feroz y la violencia política del estado y los grupos subversivos contribuían a un ambiente de tensión y fragilidad. Los jóvenes de entonces deambulaban entre la desesperación y la rabia. El lenguaje poético requería de nuevas formas, en lo cual no poco tuvo que ver la llegada de la «movida» española postfranquista y su abierta tendencia a los temas sexuales y la liberación de los tabúes contra las mujeres.

En ese ambiente surge el Movimiento Kloaka (1982-1984), fundado por Dreyfus, Róger Santiváñez, Edián Novoa y Guillermo Gutiérrez, aunque en los últimos años Dreyfus y Santiváñez han reclamado la exclusividad de la fundación. Este revisionismo histórico y otras actitudes de los dos últimos nombrados provocó una sonora ruptura con Santiváñez, que fue expulsado de Kloaka en octubre del 2021, al más puro estilo de los años 80.

Menciono estos datos casi anecdóticos porque son pertinentes al libro que ahora quiero comentar. Dreyfus aborda el tema de Kloaka usando un trillado verso del poeta Garcilaso, el toledano, para referirse a la juventud: «todo lo mudará la edad ligera / por no fazer mudanza en su costumbre». El viejo tópico del ubi sunt?, o dónde quedaron las bellezas de la juventud, tan viejo como la poesía misma, aflora como marco general para ofrecer su versión personal de los años 80, cuarenta años después.

No es raro que los 63 textos que componen La edad ligera coincidan con el número de años que la autora cumplió el 2023. El metarrelato obvio es que se trata de una auto-celebración de la ya avanzada edad de la poeta, que busca así saldar cuentas con algunas versiones de Kloaka que empañan la imagen idílica, rebelde, intensa y supuestamente auténtica que el libro intenta ofrecer.

Kloaka, como bien se sabe, pasó por varias etapas. A partir de 1983 el grupo empezó a desintegrarse y en enero de 1984 un grupo de los miembros (entre ellos el mismo Santiváñez) expulsaron a cuatro de los otros miembros (Guillermo Gutiérrez, Julio Heredia, Mary Soto y, por supuesto, Mariela Dreyfus) por diversos motivos, que no vale la pena desarrollar aquí, pero que se relacionan con la traición ideológica al grupo y pueden encontrarse en el «Parte de Expulsión» emitido por la «Instancia Suprema» de Kloaka en la mencionada fecha.

Con La edad ligera, Dreyfus vuelve a aquellos años, pero solo muestra la parte inicial de Kloaka, no las rupturas y serias desavenencias políticas que marcaron aquellos años del Movimiento. Sin embargo, no importa qué versión de Kloaka ofrezca finalmente Dreyfus (cada quien es libre de dar su propio testimonio, por muy parcial que sea), sino el producto verbal que se asume en esa elaboración de la memoria.

Al subtitularse como «novela en poesía» el libro lanza como «disclaimer» la ficción, de modo que parecería ser inmune a las aclaraciones históricas. ¿Pero realmente un libro puede desentenderse así de la materia vital que lo nutre? ¿No son las novelas también muestras de la ideología de sus autores?

Los 63 textos asumen la forma de pequeñas narraciones fragmentadas que por lo general carecen de imágenes y pueden leerse de manera lineal si uno recompone los textos partidos en versos a lo que parecería ser su forma original: pequeñas prosas. Hasta aquí no hay problema. Hay muchas novelas compuestas de fragmentos narrativos, casi caleidoscópicos, incluso. Y también hay novelas en verso (El cumpleaños de Juan Ángel, de Mario Benedetti, viene inmediatamente a la memoria, entre otras).

Hay siete personajes que con Dreyfus protagonizan los 63 textos. Son los miembros de Kloaka con pseudónimo, excepto su mentor Santiváñez, que aparece claramente como «Roy».

Escojamos al azar uno de los textos, el 17, para citarlo fragmentariamente:

17

En la Biblioteca Nacional David

revuelve ficheros tras sus lentes

verdes de avispón verde en la Edda

menor buscamos cómo nombrar

la palabra bosque la palabra piedra

la palabra cielo y al cielo sin cielo lo

ensombrece un aire de guerra no es

fácil contar la epopeya de los hombres

a caballo hombres-bomba volando

pero David prefiere volar a otras eras

donde su lengua modula su seseo y les

habla a los dioses mientras planea al

ras de las veredas o se detiene y saca

un pan con mantequilla y sí nosotros

solemos comer del mismo plato como tres

ratas ciegas de tanto mirar el panorama […] (p. 32).

Puesto en prosa y puntuado, el texto queda así:

«En la Biblioteca Nacional, David revuelve ficheros tras sus lentes verdes de avispón verde. En la Edda menor buscamos cómo nombrar la palabra bosque, la palabra piedra, la palabra cielo y al cielo sin cielo [famoso verso de Sebastián Salazar Bondy] lo ensombrece un aire de guerra. No es fácil contar la epopeya de los hombres a caballo, hombres-bomba volando, pero David prefiere volar a otras eras, donde su lengua modula su seseo y les habla a los dioses mientras planea al ras de las veredas, o se detiene y saca un pan con mantequilla. Y, sí, nosotros solemos comer del mismo plato como tres ratas ciegas de tanto mirar el panorama […]».

Cualquiera de los otros 62 textos del libro es pasible también de prosificarse, revelando así un descriptivismo bastante heredero del conversacionalismo ya trasnochado desde hace décadas en la poesía peruana.

Al no tener mayor uso de recursos poéticos (ritmo coherente, imagen) ni una visión novelística totalizante de los eventos autobiográficos que se presentan, el libro queda a medio camino entre la novela y la poesía. Sin ser ni una cosa ni otra, se puede apreciar sobre todo como el testimonio personal de esta importante autora de la Generación del 80 peruana. Vale.

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Años 80, Kloaka, Literatura peruana, Novela en poesía

Según la última encuesta que sobre el tema ha hecho Ipsos (abril del 2023), el 14% del electorado se identifica con la izquierda, 48% con el centro y 21% con la derecha. Más recientemente, en enero de este año, IEP hizo la misma pregunta y la ciudadanía respondió así: 29% se autodefine de izquierda, 36% de centro y un porcentaje similar (36%) de derecha.

Como es obvio, hay una clara mayoría centroderechista en el país, que se explica por varias razones sociológicas e históricas: la huella mnémica de Sendero Luminoso, la migración del campo a la ciudad, la proliferación de iglesias y sectas conservadoras, el fracaso estrepitoso de la izquierda, tanto en su versión moderada (Susana Villarán) como en su versión radical (Pedro Castillo), la gran informalidad (individuación forzada) existente, etc.

Ello ocurre a pesar de que la mayor parte de los gobiernos de transición (del centro a la derecha) le fallaron al país en cuanto a la urgencia de emprender reformas de mercado e institucionales. Y a que el gobierno actual y su pacto con el Congreso es percibida como una coalición derechista con enorme grado de impopularidad.

Intuimos, sin embargo, que esta identidad ideológica señalada es muy frágil y que los ánimos antiestablishment crecientes terminarán por desbordarla, haciendo muy probable que a pesar de estos resultados que comentamos, un candidato de izquierda radical -si no, dos- pasen a la segunda vuelta el 2026.

Dos razones hay para ello: primero, el factor anti statu quo señalado, asentado sobre todo en el sur, pero que irradia el mundo andino en general y algunos bolsones de pobreza de la costa y la selva. Y el segundo factor es la irresponsable actuación política de las fuerzas de centro y derecha que se están presentando absolutamente fragmentadas. A la fecha, entre ya inscritos y en trámite de hacerlo, hay diez candidatos que se podría identificar de centro y dieciocho de la derecha. ¡Es de locos!

Si eso no cambia de acá al 2026, estaremos lamentando que una situación sociopolítica proclive a que se repita un escenario como el del 2016, con dos candidatos finalistas de centroderecha, como Keiko Fujimori y PPK, sea desperdiciada.

Durante estas semanas hemos asistido a un nuevo escándalo de corrupción y falta de ética.

La presidenta subestima la inteligencia de la ciudadanía. La falta de transparencia y las explicaciones absurdas en torno a los Rolex y las joyas que están en su poder nos pintan un escenario de podredumbre en la política nacional.

No solo quiero criticar las evidentes mentiras y el laberinto de imprecisiones en el que se pierde la presidenta; también quiero llamar la atención sobre la utilización e instrumentalización de las luchas por la igualdad y los derechos de las mujeres.

En repetidas ocasiones, Dina Boluarte ha señalado que existe sexismo, acoso y discriminación contra ella por ser mujer. Trata así de construir una fachada y justificar lo injustificable.

Toda autoridad tiene la obligación de rendir cuentas a la ciudadanía y explicar sus bienes. Que la ciudadanía exija explicaciones reales y mayor transparencia no es una actitud sexista ni racista. Es un reclamo legítimo de quienes queremos un país con autoridades probas.

Por supuesto, muchas mujeres que participan en la política sufren acoso y otras formas de violencia y discriminación. Pero, en este caso, no estamos ante estos hechos, sino frente a un escándalo de corrupción que indigna y cansa.

La violencia contra las mujeres y el acoso político son realidades que afectan a gobernadoras, regidoras, autoridades locales y nacionales; abordar el tema de manera seria es una tarea pendiente del Estado. Usar estos temas para justificarse, para tratar de ocultar posibles delitos, es completamente indignante.

Como defensora de derechos, me preocupa el retroceso en el Estado Peruano en materia de igualdad, así como las resistencias para avanzar en normas y políticas que garanticen buenos servicios de atención a la violencia y la prevención del problema. Si la presidenta está tan preocupada por el sexismo, que garantice, por ejemplo, que la Política de Igualdad de Género y la Estrategia contra la violencia de género se implementen.

Es vergonzoso observar cómo la más alta autoridad del Estado usa un problema tan delicado para justificarse, mientras no hace nada realmente para luchar por los derechos de las mujeres y la igualdad.

Que sepa la presidenta que las defensoras de derechos no le vamos a permitir instrumentalizar una lucha de siglos; sabremos evidenciar el descaro y denunciarlo de inmediato.

La discriminación y la violencia contra las mujeres no son un juego.

La simple conformación de un grupo político nuevo, de centro, como él mismo se define, denominado Lo Justo, ha generado una sobrerreacción inusitada de cierto sector de la derecha, zahiriéndolo y atacándolo con saña.

No se entiende, la verdad, el encono ciego de este sector de la derecha hacia todo lo que se conduzca por los carriles del centro o la centroizquierda. Detrás del epíteto de “caviar” sobreviene de inmediato una ola de adjetivos descalificatorios que no guardan proporción con los que le endilgan a quienes de verdad sí pondrían en riesgo todo el modelo económico y político instalado desde la Constitución del 93, como es la izquierda radical, que viene creciendo paso a paso en el país y que amenaza con ser protagonista electoral.

El verdadero enemigo que el país democrático tiene al frente es el que conforma la izquierda radical aludida, que de llegar al poder construiría, sin dudarlo, un modelo chavista en el país. A esa izquierda, sin embargo, la prensa de ultraderecha hasta la apapacha porque coincide con ella en su odio anticaviar.

A los sectores de centro o de centroizquierda lo que sí cabe reprocharles es haber desmontado de a pocos el modelo económico que brilló hasta finales del segundo gobierno de García y que fue el que permitió la inmensa reducción de la pobreza obtenida. Hipnotizados por el apego a la institucionalidad democrática mal entendida estos sectores fueron, poco a poco, trabando la inversión privada, bajo sinfín de regulaciones burocráticas, haciendo que la transición post Fujimori termine construyendo el lecho sobre el cual luego se montó un triunfo electoral como el de Pedro Castillo.

La lección, sin embargo, parece aprendida. De lo escuchado hasta el momento a diversos voceros del centro, queda claro que el respaldo incondicional al modelo de inversión privada se da por descontado. Ese constituye un avance político en el país que la derecha haría bien en ponderar antes que denostar con furia.

Se va a necesitar que tanto el centro como la derecha conformen frentes multipartidarios para el 2026 y sean dos actores de tales predios ideológicos los que pasen a la segunda vuelta, sacando de carrera a la expresión de los ánimos antiestablishment que enarbola la izquierda radical. Ojalá la ultraderecha y sus voceros mediáticos lo entiendan.

La del estribo: imperdible la obra teatral Mudarse de sí (pollito con papas), una autoficción del dramaturgo Tirso Causillas, quien también actúa en la obra, y que es dirigida por Nani Pease. Desnuda una tragedia familiar con humor y mordacidad, además de recursos teatrales muy propios. Va por pocas semanas en la casa Yuyachkani.

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democracia peruana, frentes multipartidarios, la derecha peruana

Como en muchos sectores, la pandemia supuso un antes y después en el turismo ya que impulsó destinos rurales, no masificados, donde los visitantes puedan disfrutar de la naturaleza.  

¿Qué es el ecoturismo?

Según la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (UNWTO), las características del ecoturismo se basan en el cumplimiento de una serie de requisitos básicos:

  • Debe contribuir a la conservación del Patrimonio Natural y Cultural.
  • Incluye a las comunidades locales en su planteamiento y bienestar.
  • Interpreta el Patrimonio Natural y Cultural.
  • Opta por viajeros independientes y grupos pequeños.
  • Es sensible en lo que respecta al ámbito político, ambiental y social del destino.
  • Opta por las energías renovables.
  • Potencia la participación local para generar riqueza en la población rural.

¿Cuál es la diferencia con el turismo sostenible?

Aún cuando coinciden en varios puntos, la principal diferencia es que el turismo sostenible nace de una concientización en temas relacionados al medio ambiente, pivotando los tres puntos básicos de la sostenibilidad: economía, medioambiente y sociedad, sin la necesidad de cumplir con las condiciones que sí son exigidas para el ecoturismo y que fueron detalladas anteriormente.

¿Son un nuevo tipo de turista?

Desde mi punto de vista, sí. Son un grupo de personas que se preocupan por el lugar que están visitando, lo respetan, cuidan y valoran; esto los vuelve más educados que el turista convencional.

Las autoras Marta Nel-lo y Claudia Llanes plantean, en su libro L’ecoturisme, el surgimiento de un nuevo tipo de turistas: personas con valores diferentes al resto de turismo de masa, con perfil experimentado y personalidad independiente. Un nuevo viajero que busca un disfrute más auténtico y un turismo alternativo. 

El libro plantea cuatro modalidades de turismo alternativo: ecoturismo, turismo cultural, turismo de aventura y turismo rural.

Entre las características principales de este ecoturista cabe citar que se muestra interesado por el contacto con la naturaleza, que busca nuevas formas de entender y vivir la vida, que mantiene su mentalidad de principiante (aprende, es activo y colaborador), y que suele ser educado y está informado sobre el lugar al que viaja.

Y tú, ¿qué clase de turista eres?

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Hay dos probables escenarios en el horizonte político del régimen de Boluarte, en principio legalmente sostenido hasta el 2026. La pregunta que cabe hacerse es si ello es lo que más le conviene el país o no.

Escenario A:

-Escándalo Rolex decrece.

-Resuelve crisis ministerial.

-Mejora manejo económico

-No reaparece el conflicto social (cambio de estrategia represiva, diálogo, gestos políticos).

-No acontece Niño grave.

-Si no reaparecen conflictos y no hay escándalo de corrupción, podría durar con relativa tranquilidad.

Escenario B:

-Escándalo Rolex crece.

-Eventual sospecha de corrupción.

-Riesgo de que se incremente convulsión social.

-Niño severo.

-Nivel bajo de aprobación (popularidad) se acrecienta y la vuelve más vulnerable.

-Gestión ineficiente del aparato estatal.

-Sin bancada, hay riesgo de vacancia o eventual nivel de confrontación entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Hace un mes la probabilidad era 80% escenario A, 20% escenario B; hoy es 50-50%, debido a la torpe gestión presidencial, el factor más determinante del cambio de probabilidades.

El problema es que ello se agrega a las incertidumbres que ya existen respecto del escenario electoral del 2026 -que ya retrae inversiones de largo plazo- y dificulta que la presunta “estabilidad” que algunos gremios empresariales y un sector importante de la derecha torpemente alientan, sea lo mejor que le pueda pasar al país en el corto plazo.

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