Opinión

Querida Manuela,

Quisiera dedicarle esta carta a Blanca Varela. La verdad querida, ya me cansé de contarte del desastre político en el que nos encontramos. Como mencioné en la primera misiva, nuestra correspondencia nació con el objetivo de que sepas cómo llegamos al Bicentenario y sobre el desarrollo de la mujer en estos 200 años en una sociedad aún machista y patriarcal. Hoy doy un giro de timón para hablar de la gran poetisa contemporánea a la que acudimos en estos momentos para agarrar fuerza e inspiración.

Me sumergí en sus obras cuando estudiaba letras en 1992 en la Pontificia Universidad Católica del Perú, una etapa de mi vida llena de arte y análisis crítico mezclado con el ímpetu de esa juventud sin miedo a las consecuencias, en compañía de grandes amigas con las que bailábamos, leíamos y vivíamos el teatro. Fue la época en la que más me aproximé a las artes. Blanca nació el 10 de agosto de 1926 y estudió en la Universidad de San Marcos para luego trasladarse a París en 1949. Durante sus estudios de Letras y Educación (1943) hizo amistad con los escritores Sebastián Salazar Bondy y Emilio Adolfo Westphalen, y con el pintor Fernando de Szyszlo (con quien luego se casó). Luego, en París, conocería a Henri Michaux, Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Fue amante del cine.

Sus poemas me inspiran una feminidad única, un estilo de mujer nuevo. Te aseguro que sentirías lo mismo. Ella es miembro de la generación de 50 y, como alguna vez mencionó el propio Octavio Paz en su frase “en aquellos días todos cantamos”, se refería al canto único de una mujer poeta peruana, publicando en un entorno masculino (que la verdad sigue teniendo las mismas reglas implicitas, pero hay esfuerzos por romperlas) de poetas, escritores y arte como Sabastián Salazar Bondy, Javier Sologuren, Jorge Eduardo Eielson, César Moro, Emilio Adolfo Westphalen, Carlos Germán Belli, Jose María Arguedas, Sérvulo Gutiérrez o Alejandro Romualdo. Ella se hizo un lugar en una tierra ocupada y fue la segunda mujer en ganar el Premio Reina Sofia de Poesía Iberoamericana y la primera en ganar el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca. Como ella le dice a la poeta Rosina Valcárcel en la entrevista realizada en 1996 que se publicó en la revista La Casa de Cartón: “Yo nunca me he sentido inferior a un hombre; jamás. Me he sentido una persona que tiene conciencia de que un ser humano jamás será inferior a nadie. No importa cuál sea su condición”. Sé que hubieras dicho lo mismo.

En 2019 fui a su casa en Mariano Carranza 306, Cercado de Lima, cuando era Subgerenta de Organizaciones Vecinales de la Gerencia de Participación Vecinal de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Es el barrio de Santa Beatriz, en el distrito del Cercado de Lima, cuyas dirigentas vecinales tienen una identidad muy marcada por la historia de sus calles. Ellas estaban muy interesadas en promover la casa de Blanca, lo que me lleva a reflexionar sobre las organizaciones sociales y todo el tema de los ronderos o rondas urbanas que se quiso proponer. Es un sinsentido.

Actualmente, para el caso de Lima Metropolitana, la ciudad más grande de todo el Perú, se tiene por ordenanza municipal organizaciones sociales que se dividen en juntas vecinales comunales, organizaciones deportivas, organizaciones económicas, organizaciones de poblaciones vulnerables, organizaciones sociales de base y organizaciones vecinales. No se deben confundir con las Juntas de Seguridad Ciudadana, que se rigen por Ley y dependen del Ministerio del Interior. El 90% de estas organizaciones sociales son dirigidas por mujeres y en el caso de aquellas de base (comedores populares, clubes de madres, vaso de leche) el 99% tiene dirigentes mujeres.  Entonces, ¿no sería mejor empoderar a este capital humano de mujeres organizadas que crear “rondas” donde no se necesitan? ¿Por qué no visibilizamos el capital femenino que nos rodea en vez de buscar crear modelos rurales que no tienen sustento legal ni lógico en las ciudades? “Las mujeres, en general, somos muy valientes. (…) Tenemos mucho que hacer por los hijos, por la sobrevivencia”, le dijo en la misma entrevista Blanca a Rosina. Tenemos las armas y herramientas esperando.

Strip Tease

Quítate el sombrero

si lo tienes

quítate el pelo

que te abandona

quítate la piel

las tripas los ojos

y ponte un alma

si la encuentras

Blanca Varela

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Blanca Varela, Strip Tease

La Biblioteca Nacional del Perú ha entregado recientemente dos libros de sumo interés para quienes, valga la redundancia, consideramos el libro como un artículo de primerísima necesidad. Sus autores, coincidentemente, fueron coetáneos. El primero de ellos es una compilación de artículos de Sebastián Salazar Bondy y en sus páginas todos los problemas que giran alrededor de este precioso objeto ocupan el lugar central. El segundo, es una compilación de ensayos literarios de un notable poeta de la generación del 50 (o del 45 como prefería llamarla el mismo Salazar Bondy): Javier Sologuren.

Sebastián Salazar Bondy fue un hombre multifacético y lleno de talento. Fue narrador, dramaturgo, poeta, ensayista, gestor cultural, crítico de arte y cultura, periodista, en fin, una figura que, lamentablemente, aun no hemos terminado de aquilatar. Entre los muchos libros que escribió destaca Lima la horrible (1964), acaso uno de los ensayos más penetrantes, lúcidos y apasionados de nuestra historia literaria. La odisea del libro en el Perú es una compilación de 40 textos que giran alrededor de la problemática del libro en el Perú.

Desde diversas perspectivas, Salazar Bondy se ocupa del libro, la lectura y los actores de este escenario: editores, lectores, bibliotecas, en suma, buena parte de lo que podríamos llamar el ecosistema de la lectura en el país. Los textos abarcan un arco temporal de once años (van de 1953 a 1964) y muestran la mano ágil de Salazar Bondy y cómo logró, a partir de la crítica periodística, una forma precisa y rigurosa: cada pieza es un ensayo breve y articulado, de coherencia indiscutible.

El carácter visionario es indudable. Un artículo de 1956, titulado “Un país que no lee” pone el acento en varios asuntos que siguen siendo álgidos en el 2021: “Somos un país que no lee (…) Que la lectura no sea un hábito general y que el libro no sea considerado como uno de los más decisivos factores del adelanto nacional, significa sencillamente que estamos muy lejos de ser una nación culta. A pesar, es verdad, de los edificios monumentales, de la introducción de la moderna técnica industrial, del crecimiento de las cifras en los cuadros económicos, del evidente avance que mostramos en algunas ramas de la vida material” (p.39). ¿Le parece familiar este cuadro?

Al andar del camino nos devuelve a la condición de lector literario que ostentó Javier Sologuren, poeta de lenguaje exquisito e inspiración neovanguardista, amante también del libro, como demostró su impecable trabajo como editor de esa colección maravillosa que fue La Rama Florida, un tesoro como pocos. Muchas veces los poetas suelen ser admirables lectores literarios, llenos de agudeza, capaces de iluminar aspectos de un texto o un autor que otros difícilmente podríamos notar.

En esta selección de textos Sologuren recorre diversos territorios, desde la tipografía (“Lo que la letra nos dice”) hasta Javier Heraud, pasando por Arguedas, Westphalen, Eielson, Oquendo de Amat, Carlos Germán Belli, la modernidad, la poesía misma, la traducción, actividad esta última en la que el poeta destacó nítidamente. Hay pasajes reveladores, como aquel en que postula la poesía como un espacio de diálogo ecuménico: “a nadie le extraña sentirse conmovido por la lectura o audición de un poema chino, francés, o quechua. La poesía es un lugar de encuentro de todos los hombres, es un medio de descubrimiento y recuperación de lo humano del hombre” (p.42).

Son igualmente sugerentes sus notas sobre Eguren o Arguedas. En torno al primero, anota: “En la pequeña opera omnia de Eguren (Simbólicas, La canción de las figuras, Sombra y Rondinelas), se ha conseguido representar el misterio del lenguaje: usarlo, ingenuamente, en su fuerza y debilidad, en su pura alusión y en su irremediable silencio” (p.64).

En relación con Arguedas, el hecho de que publicara poemas “no constituía algo inesperado o sorpresivo; era la confirmación, en cambio, de su germinal fuerza poética, una doble vuelta de tuerca en el cabal ajuste de su expresión medularmente nutrida por una rica y densa emotividad” (p.138).

En conclusión, amable lector, te esperan las páginas de dos joyas que pueden ser o bien rescate o bien renovado encuentro, depende de quién se acerque.

 

La odisea del libro en el Perú. Antología de artículos periodísticos de Sebastián Salazar Bondy. Selección y nota preliminar de Alejandro Susti. Lima: Biblioteca Nacional del Perú, 2021.

Al andar del camino. Selección de ensayos, artículos y notas de Javier Sologuren. Selección e introducción de Renato Guizado Yampi. Lima: Biblioteca Nacional del Perú, 2021.

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Al andar del camino, Javier Sologuren, La odisea del libro en el Perú

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Libre mercado, Pedro Castillo

La grave disfuncionalidad que muestra de arranque el gobierno de Pedro Castillo, la misma que difícilmente remediará, generará un nuevo lustro perdido, sobre todo en materia de reformas.

Ya nos hemos resignado a que las reformas de libre mercado estarán congeladas cinco años, con un régimen que no cree en ellas sino todo lo contrario, y al que, más bien, habrá que mantener a raya para impedir que vaya a contramarcha destrozando lo mucho que se ha avanzado en progreso económico los últimos 30 años.

Pero cabía la expectativa, quizás muy ingenua y optimista, de que al menos una gestión de izquierda pudiese ser capaz de llevar a cabo la construcción de un Estado ecualizador e inclusivo, sobre todo en materia de educación, salud y seguridad. Que, digamos, desde la izquierda se hiciese lo que en verdad correspondía hacer estos últimos años de estabilidad macroeconómica, pero cuyos responsables (Toledo, García, Humala, PPK y Vizcarra) fracasaron estrepitosamente por indolencia reformista. La transición post Fujimori, en esa perspectiva, ha sido un fiasco y es por ello, en gran medida, que hemos pagado la factura política de tener en el poder a un candidato antiestablishment.

Al paso que vamos, sin embargo, ni siquiera esa construcción de un mejor Estado se va a lograr. Más allá de los gritos radicales de algunos voceros del gobierno, lo cierto es que es un régimen débil, sin cuadros técnicos, sin mayoría parlamentaria y con las calles crecientemente adversas. Encima de ello, la altisonancia generará incertidumbre y arruinará la moderación económica por la que parece haberse optado y el resultado final será una gestión mediocre, inútilmente confrontacional, y paralítica en reformas.

Políticamente al Perú le convendría la interrupción de un mandato que ya muestra los síntomas sombríos de lo que será por los siguientes cinco años. Sobre ello no caben dudas.

La pregunta que cabe hacerse es si resulta legítimo, constitucionalmente hablando, desembarazarse de un régimen mediocre y malo, como el que promete la dupla Castillo-Cerrón. Pues no, no lo es. Pero la oposición congresal debiera tener claro que le haría un inmenso bien al país si a la primera de bastos que haya justificación para una vacancia moral, proceda a hacerlo, que el Perú no se merece transitar por la travesía penosa de cinco años de improvisación, irresponsabilidad y mediocridad a la que nos asomamos.

El gabinete Bellido, la falta de talla política del Primer Mandatario, la improvisación en la designación de funcionarios públicos, la lentitud pasmosa respecto de las rápidas decisiones que ya corresponde tomar en diversas políticas públicas, y encima de ello la inmadurez de engalanar ese tinglado de medianía, con frases díscolas y petulantemente radicales de muchos de sus voceros, suponen una calamidad intolerable.

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Pedro Castillo

Nos encontramos en una coyuntura de crisis muy distinta si la comparamos con coyunturas similares en los últimos 60 años.

Una constante en la mayoría de las crisis de las últimas seis décadas era la falta de recursos para enfrentarlas. Faltaba dinero, faltaba crédito, respaldo político exterior, no había remedios o posibilidades materiales contra fenómenos como el fenómeno del Niño, etc. Más aún no había consensos políticos y técnicos de cómo enfrentarlas, lo cual mermaba fuertemente las posibilidades de éxito.

En esta crisis la cosa es muy diferente.

Estamos en medio de una pandemia sin precedentes en las últimas décadas, pero ya existen las vacunas para inmunizarnos. No sólo eso, ya las compramos y están en camino.

La pandemia ha generado una crisis económica muy profunda sobre todo incrementando el desempleo. Pero tenemos todos los recursos necesarios para enfrentarla y reponernos rápidamente.

El Estado tiene dinero para invertir, las empresas tienen dinero para invertir, las personas (no las mas pobres por supuesto) tienen dinero para gastar. Hay proyectos listos para desarrollar, tecnología y personal capacitado para desarrollarlos. El país y sus empresas tienen acceso a créditos competitivos. Encima de todo tenemos un ciclo de precios de nuestras exportaciones mineras buenísimo y una demanda fuertísima para todas nuestras exportaciones.

Nunca presencié una situación de crisis con tantas posibilidades de recuperación.

Para cualquier Presidente este sería un regalo. Si dejara a los expertos trabajar podría ser el Presidente más exitoso de la historia!

Con Julio Velarde y su equipo en el BCR (aclamados varias veces mundialmente como el mejor banco central por sus resultados), y un equipo de similar fortaleza en el MEF dirigido por Pedro Francke y ministros con equipos de similar capacidad técnica en Agricultura, Energía y Minas, Transportes, Vivienda y Salud; Castillo podría encargar la PCM a un excelente conciliador, que funcione como director de orquesta en Lima y dedicarse a viajar por el Perú profundo visitando pueblos y ciudades recogiendo las necesidades más urgentes de la población y ordenando su rápida implementación. Actividad que le es por demás atractiva personalmente.

En su quinquenio podría construir más escuelas, hospitales, caminos, canales de regadío, puentes, conexiones eléctricas, conexiones telefónicas y de internet, etc, que ningún otro Presidente de la historia.

Y podría, porque no solo existen los recursos económicos y tecnológicos necesarios para hacerlo, sino también los consensos políticos y técnicos de que eso es lo mas indicado en este momento  para enfrentar la crisis.

Mas aún con los precios de los minerales de hoy podría solucionar todos los conflictos con las empresas mineras generando las mejores condiciones posibles para los pobladores.

Obviamente a Castillo le falta imaginación.

No se puede entender otro motivo para renunciar a esta proeza y cambiarla por estúpidas peleas en Lima que sólo han generado enfrentamientos inútiles hasta ahora.

Pero pareciera que a Castillo no solo le falta imaginación para lo bueno sino también para lo malo.

Prácticamente todos los Presidentes de los últimos 36 años están procesados, presos, con procedimientos de extradición o con impedimentos de salida del país por corrupción. En todos los casos las pruebas de sus actos de corrupción fueron probados por su vinculación con delincuentes que en el momento de realizar los crímenes eran desconocidos o poco conocidos por la opinión pública.

Castillo anda de la mano del delincuente Cerrón y repartiendo puestos a miembros de la organización política Perú Libre, la cual tiene muchos miembros que apoyan la actividad delictiva de Cerrón al punto de aportar personalmente dinero para el pago de reparación civil que los jueces han dictado contra él.

¿No es capaz Castillo de imaginar que si 5 ex Presidentes han sido descubiertos por el excelente sistema anticorrupción que los ha perseguido a pesar de que sus cómplices estaban ocultos, ese mismo sistema anticorrupción lo va relacionar con sus socios delincuentes y sus actividades delictivas?

¿Será falta de imaginación?

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BCR, Pedro Castillo

UNO

Conocí el interior del país entre 1986 y 1987. Me di cuenta que el Perú no era uno, sino varios. Y estaba fragmentado. Viví en lugares disimiles, como Chupaca o San Jerónimo de Tunán, durante interminables meses. Más tarde, bebí de la cultura cuzqueña, cerca de 3 meses; disfruté de la tierra roja y el gran cielo azulado de aquella ciudad. Aun así, había miseria y desamparo en Santiago y San Jerónimo, barrios donde moraba. También Arequipa tenía su lado mísero. Alto Misti no tenía nada en común con la opulencia de otros barrios. Increíblemente, fue en Lima donde conocí mayor miseria. A 45 minutos del Centro de Miraflores había una ciudad, Nueva Esperanza, de interminable cielo grisáceo y calles polvorientas. Pero, sobre todo, de viviendas precarias en los cerros colindantes. Asimismo, me topé con el arenal, interminable, de Tablada de Lurín y el desierto, fordiano, de José Gálvez. Me di cuenta que esa gente vivía como podía. Eran los rezagados, los excluidos del Modelo decrépito, de un tal, Alan García. El país se jodió en aquellos años, y yo estuve allí.

Una década después, hubo crecimiento económico. Su PBI estaba entre los mejores del continente. Aun así, seguían latente las desigualdades. De a poco, las nuevas oportunidades produjeron que la clase media aumentara su grosor, ya sea en Lima o en provincias. Sin embargo, el país pudo haber dado un mayor salto (cualitativo y cuantitativo) en términos macro económicos. Como siempre, los conflictos políticos ralentizaron el crecimiento. Y ahí, Keiko, tuvo un gran porcentaje de culpa. Nunca se recuperó de la perdida de las elecciones de 2016. Y tuvo una fijación morbosa y enfermiza contra el gobierno de PPK. Su partido controlaba el Congreso y, cada vez que pudo, petardeó al débil e inútil de Kuczynski.

Y vino la vacancia de PPK, y luego de Vizcarra.

En marzo de 2020, asomó la Pandemia.

DOS

“La expropiación sin pago de la Industria Nacional y Extranjera. Y la necesidad de dejar en manos de particulares las bodegas, taxis, talleres artesanales y parcelas de tierra.”

Hugo Blanco – entrevista con Cesar Hildebrandt – noviembre de 1979

Era un personaje. Usaba yanquis y un pantalón gastado, sujeto con una soga. Una vieja camisa a rayas y una barba sesentera con un mechón blanco. Su fe en el marxismo-leninismo era inamovible. Poseía un fanatismo, cuasi religioso, acerca de la lucha armada. Y si, era un personaje infumable. Dícese, que a finales de los setenta, luego de sus diatribas congresales; salía del recinto y, al llegar a su auto, se despojaba de su atuendo y se vestía como un burgués más. Se iba junto a su esposa sueca. Si, se casó con una europea.

En Chile, el Partido Comunista tuvo un origen desde principios del siglo pasado. Entre Allende y Bachellet, hay una diferencia abismal, no sólo 41 años. Michelle respetó la propiedad privada y mantuvo la economía en buen estado. Al finalizar su Primer Mandato, tenía un 84% de aprobación y respaldo ciudadano. Incluso, años después, hizo un Segundo Mandato. Personalmente, me parecen increíble las diferencias abismales entre las izquierdas chilenas y uruguayas, con respecto al resto de Latinoamérica.

TRES

Biden está pagando un subsidio a las familias con hijos, para atenuar los efectos de la Pandemia. Mientras tanto, Chile está destinando un punto del PBI, en cheques, al 90% de la población, como una ayuda en tiempos de Covid. Va a cobrar un impuesto extra a las empresas mineras también. Los países más poderosos se unieron para suscribir una ley que permite cobrar un impuesto mínimo global a las Multinacionales (Amazon, Google, Facebook, etc). Y entonces, ¿te jode que las empresas mineras paguen un plus como impuesto?

Eso sí, las Elecciones han sacado a relucir nuestras miserias. Nos creíamos tan unidos, tan orgullosos de nuestra civilización o herencia; pues no lo somos. Aún estamos lamiéndonos nuestras heridas, mientras la derecha aprovecha cada error del incipiente (¿y despistado?) Gobierno, para pedir su vacancia. A doscientos años de nuestra Independiente, ¿vivimos aun en la cornisa política y social?

Ahora Bellido y Bermejo parecen intrínsecamente obtusos. Y no hablo, con respecto a lo que opinan de Cuba y Venezuela, sino creer que ganaron con el 80% de aprobación y pueden impulsar una Constitución como sea. Y se agrava todo, si usas la confrontación como una forma de hacer política. Ya han perdido una batalla en el Congreso.

La Primera de muchas.

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Pedro Castillo, Perú Libre, Vladmir Cerrón

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Guido bellido, Pedro Castillo, Vladimir Cerrón

Una estrepitosa derrota política ha sufrido el oficialismo en el Congreso, en el reparto de las comisiones, quedándose con algunas secundarias y ninguna crucial. Algo inédito en la historia política del país de los últimos cuarenta años.

Esa es la respuesta del Parlamento al gabinete de choque encabezado por Guido Bellido. Si Castillo hubiera entendido que su mandato lo obligaba a ejercer un gobierno de centroizquierda moderado no solo en lo económico sino también en lo político, podría haber conseguido aliados en el Congreso, además de los cinco votos que le aporta Juntos por el Perú y que claramente son insuficientes para tentar alguna mayoría que haga fluida la gobernabilidad del Ejecutivo frente al Congreso.

Pero la necedad política del Presidente ha conducido a un choque de poderes en el que ha salido claramente perdedor y no se asoma con buen pie a la presentación del gabinete en los próximos días.

¿Está en posibilidad el régimen de salir mejor librado? Sí. El camino correcto pasa porque el Presidente ejerza dos actos de gobierno: uno, primero, el apartamiento de Cerrón de la toma de decisiones del Ejecutivo (la última encuesta de Ipsos señala que para el 59% de la población, el gabinete lo ha armado el exgobernador de Junín y un 84% estima que dicho personaje debe alejarse), cuya presencia debilita enormemente la imagen presidencial.

El otro es que acote la pretensión de convocar a una Asamblea Constituyente, la misma que tampoco cuenta con aprobación popular y genera inmensa incertidumbre. Por último, si quiere cumplir su promesa electoral, que presente el proyecto de reforma al Congreso y una vez que éste lo rechace, se quede tranquilo y deje allí nomás el tema. Como ya ha dicho Francke, se pueden desplegar políticas económicas de izquierda sin necesidad de cambiar la Constitución.

Tomando ambas decisiones, el gobierno podría lograr aliados en el Congreso. Había y puede haber disposición de algunas bancadas (Morados, Somos Perú, Acción Popular, Alianza para el Progreso, Podemos y hasta de la derecha fujimorista o de Avanza País), de apoyar al gobierno si éste da señales de moderación y de abandono de la estrategia de choque, estrategia condenada al fracaso, como se ve.

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Guido bellido, Pedro Castillo, Vladimir Cerrón

El Contralor General de la República alarmado, como buena parte del país, por el incumplimiento de los perfiles de algunas personas designadas para ocupar cargos en algunos ministerios, se reunió de inmediato con el presidente Pedro Castillo. Al concluir la sesión, pudo comunicar a la prensa que el jefe de Estado había ya dispuesto las medidas respectivas ante las faltas y que había acogido su propuesta de presentar una iniciativa legislativa para evitar se repitan este tipo de situaciones. La contraloría, nos dijo, se hará cargo de revisar que no exista ninguna irregularidad en la contratación y designación de funcionarios.

Pero mientras ocurría este encuentro en las salas del Ejecutivo, en el Congreso se estaban acordando los parlamentarios que dirigirían las comisiones permanentes. Y tal como en los irónicos listados de ministras y ministros que Fuerza Popular hubiese puesto en cada sector de haber ganado las elecciones, el perfil de sus cuatro congresistas también podría requerir de los métodos de la Contraloría para vigilar su desempeño. Las comisiones que Fuerza Popular ha recibido son cuatro: Relaciones Exteriores con Carlos Bustamante, Comisión Agraria a cargo de Leslie Olivos, Fiscalización y Contraloría bajo Alejandro Aguinaga y Constitución presidida por Patricia Juárez.

Ernesto Bustamante, biólogo y actual legislador de Fuerza Popular, es quien envió un oficio al presidente del Consejo de Ministros contra la vacuna Sinopharm, a la cual meses antes había calificado como “agua destilada”, ignorando los estudios y medidas de la Organización Mundial de la Salud y poniendo en riesgo a la población. A pesar de ese directo interés vinculado a sus intereses laborales, presidirá la comisión que dará pase a iniciativas legislativas e investigará el funcionamiento del Estado en materia de política exterior, relaciones y cooperación internacional.

La Comisión Agraria, de seguro carácter protagónico para las medidas que planteará el Ejecutivo este año, estará a cargo de la abogada Leslie Olivos. En las elecciones 2020, Leslie Olivos fue tachada por no haber declarado en la hoja de vida su sentencia condenatoria por los delitos de falsificación de documento y uso de documento falso. Para llegar al Congreso, en esta ocasión sí declaró el antecedente, pero omitiendo que fue condenada por falsificación y uso de documento falso en agravio del Congreso de la República. Olivos era la candidata auspiciada por el excongresista fujimorista Elard Melgar Valdez, quien para titularse como abogado por una universidad en la que no estudió, sustentó una tesis con más de la mitad de párrafos tomados de otras tantas, incluida hasta la dedicatoria.

La ineficacia que nos preocupa se agrava cuando se trata de congresistas que ya han hecho daño al país en instituciones públicas. Patricia Juárez tendrá a su cargo la Comisión de Constitución, la cual debatirá y aprobará los proyectos de reforma de la Constitución, interpretará y derogará leyes, e investigará la conducta política del gobierno. Patricia Juárez fue presidenta de la Comisión de Procesos Administrativos Disciplinarios de Alto Nivel que estuvo a cargo de investigar el caso Comunicore durante la gestión de Castañeda Lossio. Al exburgomaestre lo encubrió y defendió públicamente hasta que fue sentenciado por recibir sobornos de Odebrecht. Solo entonces se distanció de Solidaridad Nacional.

Quizá lo más lamentable es que la Comisión de Fiscalización y Control que tiene como función principal el funcionamiento eficaz del Estado y toda la administración pública, haya sido entregada a Alejandro Aguinaga, el ministro de Salud de Alberto Fujimori, acusado de haber supervisado las intervenciones de esterilización forzada a centenares de mujeres. Las pruebas sustentan que estaba al tanto incluso de cómo se captaba a las mujeres sin su consentimiento. Aguinaga, hoy médico de cabecera de Fujimori, y su esposa formaron parte de la lista de las 487 personas que se vacunaron contra la COVID-19 antes de que comenzara el proceso de inmunización a nivel nacional.

Un Congreso que se atribuye el querer hacer hasta el plan de gobierno del Ejecutivo, apelando a un ofensivo paternalismo, distorsionando el terrorismo y sembrando miedo en los medios de comunicación para proteger sus intereses, debería contemplar primero si sus integrantes se encuentran preparados moral e intelectualmente para las tareas que las Comisiones exigen.

10 de agosto de 2021

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Odebrecht, Pedro Castillo
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