Opinión

[PIE DERECHO] El solo hecho de que ante la presunción de su salida, el aún ministro de Economía, Álex Contreras, haya pretendido irse tirando un portazo al gobierno que lo ha colocado en el puesto que ocupa, acusando “falta de transparencia”, ya debería ser causal de despido.

Si a ello le sumamos una gestión ineficaz, mediana, que no está a la altura del desafío enorme que tiene al frente, sobran las razones para que la presidenta Boluarte o el premier Otárola, busquen su reemplazo en el lapso más inmediato posible.

El manejo económico no requiere arreglos cosméticos sino una reingeniería estructural. El modelo económico instaurado en la década de los 90, ha ido siendo trastocado a paso lento, pero firme, desde el gobierno de Ollanta Humala, y los efectos los sufrimos hoy, con la recesión en curso, la pérdida de confianza, las bajas tasas de crecimiento (cuando nuestro potencial es alto) y el terrible dato del aumento de la pobreza.

No basta por ello con respetar el manejo monetario del BCR o ajustar las cuentas fiscales (lo que, dicho sea de paso, este gobierno no está haciendo), para que la economía se enderece y volvamos al círculo virtuoso de aumento de la confianza empresarial, inversión privada, crecimiento del PBI y reducción de la pobreza.

Se debe volver a desregular las actividades económicas, potenciar los organismos reguladores, fomentar la inversión promercado, sacar los proyectos mineros trabados, privatizar lo que resta por privatizar (Petroperú, Sedapal, Córpac, etc.), y la suma de todo ello generará la atmósfera económica necesaria para volver a enrumbar al país por la senda del desarrollo que habíamos seguido hasta el 2011, con los impresionantes resultados obtenidos.

La única forma de revertir la espiral descendente de la economía pasa por hacer reformas estructurales nuevamente. Si no se hacen, seguiremos atrapados en la recesión o el bajo crecimiento, que ya no se explican solo por la pandemia o por las protestas de fines del 2022 e inicios del 2023.

Un ministro que se presta a la lógica política de diseñar un aumento exorbitante del gasto público, tan solo para revertir la baja popularidad del régimen, y que cree que con ello basta para remediar la crisis económica, no es lo que el Perú necesita en estos momentos.

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Desafíos Económicos, Economía, Gestión Ministerial, Reformas estructurales

[EN UN LUGAR DE LA MANCHA]  Los niños como personajes en la literatura peruana no han tenido mucha fortuna que digamos, pero, en el fondo, todo es según el color del cristal con que se mire. Recordaré aquí algunos ejemplos. Empecemos por el satanizado “Paco Yunque”, de César Vallejo, interpretado desde ciertos radicalismos de derecha como el símbolo del resentimiento y la derrota. Sin embargo, “considerando en frío, imparcialmente”, como diría su autor en un célebre poema, ¿no terminan revelando las amargas lágrimas de Paco Yunque la continuidad histórica de la desigualdad en nuestro país?

“Warma Kuyay” (“Amor de niño”) es un cuento de José María Arguedas que tiene indudable sabor autobiográfico, pero más allá de esa circunstancia, ubica a los lectores en el meollo latifundista, ese mundo terrible fundado en el abuso. Ernesto (notar por favor la coincidencia en el nombre con el protagonista de Los ríos profundos) se enamora de una indígena, la bella Justina, pero ella prefiere a Kutu, un joven y diestro novillero que trabaja para el hacendado, llamado Don Froylán. El amor no correspondido, la ingenuidad de Ernesto, se enmarcan en el contexto de la hacienda y sus implicancias. Ernesto termina viajando a una ciudad de la costa, donde se sentirá “como un animal de los llanos fríos trasladado al desierto”. Ernesto, vale la pena anotar esto, pertenece a la familia del hacendado, por lo que su amor por Justina transparenta las distancias sociales y la separación tajante de clases existente en ese mundo.

En “El trompo”, cuento de José Diez Canseco, el personaje central, Chupitos, no solamente es víctima de un hogar disfuncional, donde impera más la violencia que el afecto, sino también debe enfrentar la pérdida de un objeto muy preciado: un trompo “de naranjo purito”. El trompo es por cierto un objeto lúdico, pero lleno de contenido simbólico: representa la virilidad, el machismo impulsado por el padre de Chupitos, un hombre cruel y que ve en la mujer a un ser destinado a su servicio.

Julián Huanay, en su extraordinaria y olvidada novela corta El retoño, nos cuenta la conmovedora historia de Juanito Rumi, un niño que decide abandonar su pueblo natal, en la sierra central, para migrar a Lima, pasando mil peripecias. Durante el viaje, Rumi (nombre ya conocido por ser la comunidad que protagoniza El mundo es ancho y ajeno, la novela de Ciro Alegría) es enganchado en una hacienda algodonera sin que él supiera nada y cuando finalmente llega a Lima, ciudad sobre la que ha escuchado relatos de maravilla, enferma y es internado en un hospital. Al ser dado de alta, Juanito reflexiona: “Tenía hambre. También tenía miedo a la gran ciudad desconocida que se alzaba frente a mí. Así, con muchas dudas y grandes temores, me quedé, de pie, en el umbral de la puerta del Hospital Dos de Mayo”.

Esteban, el protagonista de “El niño de Junto al Cielo”, relato de Enrique Congrains, sufre también una dura experiencia citadina. Por azar un día se encuentra una libra (diez soles de hoy) y Pedro, a quien acaba de conocer en una calle del centro, lo convence de hacer un negocio. Pedro desparece con el billete y Esteban queda profundamente decepcionado de su experiencia en Lima, el “monstruo de mil cabezas”, como suele llamar a la capital. Como dice el final del relato, “(…) ya nada importaba. Dejó el muro, mordisqueó una galleta y, desolado, se dirigió a tomar el tranvía”. Ironía aparte para “Junto al Cielo”, que designa el lugar que ocupan las viviendas ubicadas en la parte alta del cerro San Cosme.

“Los gallinazos sin plumas” es uno de los textos más emblemáticos de Julio Ramón Ribeyro. En él, dos niños, Efraín y Enrique, son cruelmente explotados por su abuelo, el viejo don Santos. Ellos viven en una casucha en uno de los acantilados de la capital y dedican sus días a buscar en los basurales cercanos comida para Pascual, el cerdo que don Santos cría con cariño digno de mejor causa. El relato es espeluznante. Uno de los niños recoge un perro de la calle, lo que irrita a don Santos, que finalmente lo entrega a las fauces del voraz artiodáctilo. El relato termina con el propio don Santos siendo devorado por Pascual, situación que aprovechan para huir. Efraín y Enrique se liberan,  así,  del ominoso trato del abuelo pero enfrentan ahora un peligro mucho mayor: la ciudad, que “abría ante ellos su gigantesca mandíbula”, mientras “desde el chiquero llegaba el rumor de una batalla”.

Hay que decir que no todo tiene un sesgo negativo o violento. Un hermoso relato, también de Julio Ramón Ribeyro, titulado “Por las azoteas” muestra la infancia como un periodo de descubrimientos y experiencias trascendentes, incluso podríamos decir formativas. En la relación que se da entre un niño de diez años y un enigmático anciano que, según la madre del niño, “está marcado”. Hay entre ambos una complicidad lúdica, algo que el niño parece no encontrar en su hogar y eso le resulta muy seductor. La muerte del anciano, “rey de los gatos”, provoca en el niño una honda tristeza, un acendrado sentimiento de soledad.

Este recuento termina aquí, pero volveré sobre el tema. Gracias lector por tu compañía.

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Análisis Literario, infancia, Literatura peruana, Paco Yunque

[PIE DERECHO] A pesar de los conflictos militares que involucran a Rusia y Ucrania, y a Israel y Gaza, el gran trasfondo internacional del 2024 será la creciente disputa hegemónica entre los Estados Unidos y China, según reportan los principales medios de comunicación internacionales especializados.

El país de Norteamérica sigue siendo la principal potencia económica y militar del planeta, pero el coloso oriental emerge con tal fuerza que es previsible alcance la cúspide antes de la primera mitad del siglo. Y como suele suceder en semejantes trances, los conflictos militares salen a flor de piel (nunca olvidaré las clases con el brillante historiador y periodista Efraín Trelles y su insistencia en leer la historia bajo esos ejes interpretativos).

Y esa disputa coloca al Perú en una situación expectante porque somos uno de los países con mayor presencia inversora china en la región y ya EEUU ha lanzado advertencias sobre los riesgos de esa espiral de crecimiento transoceánico.

El camino correcto, parece quedarle claro a los últimos gobiernos que hemos tenido, es mantener la equidistancia necesaria. No estamos para hacerle ascos a la inversión china, por más que la mayor parte de ella provenga del propio Estado chino y no de empresas privadas y quepa el riesgo, por ende, de que puedan albergar, dados ciertos momentos, una lógica política contraria a nuestros intereses.

Corresponderá, al respecto, a los organismos reguladores nacionales evitar que un abuso de las posiciones de dominio que eventualmente ejerzan las empresas chinas (como ocurrirá con la distribución eléctrica en Lima, por ejemplo) cruce las fronteras de lo permisible en una economía abierta y presuntamente competitiva.

Y en materia política, cabrá a la Cancillería diseñar una estrategia de largo plazo que sepa aquilatar los ejes internacionales que no controlamos, pero que debemos transitar. Hoy más que nunca se impone una mirada geopolítica del planeta, más aún cuando es pasible de ocurrencia la aparición de conflictos en nuestra propia región (el cambio climático y su devastadora lógica de recursos escasos y apetencias imprevistas, desatará problemas que calentarán las fronteras, inevitablemente).

No es un exceso pedirle a la tríada Boluarte-Otárola-Gonzáles Olaechea, que incorporen esa mirada en su manejo de la política exterior. Es parte de las obligaciones básicas de un gobierno atender las políticas de Estado, la perspectiva geopolítica y la sapiencia diplomática, más aún en un periodo altamente tenso que amenaza con explosionar en distintos frentes en el momento más inesperado.

 

 

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Disputa EEUU-China, Estrategia Internacional, Geopolítica, inversiones

[AGENDA PAÍS]  En los últimos años, los peruanos nos hemos enfrentado políticamente, y de manera feroz, sin poder establecer un derrotero en común que (lejos de las pasiones ideológicas) permita a la ciudadanía ver una luz de bienestar y paz.

Las confrontaciones están dejando de lado prioridades elementales como la seguridad, la alimentación, la salud y la educación. Ahora el gobierno tiene el plan de construir un Puerto Espacial en Talara que costaría a todos los peruanos la friolera suma de $1,000 millones de dólares. Perdidos en el espacio.

La guerra por el control político del Ministerio Público tiene para rato y salvo revelaciones extraordinarias, las próximas elecciones presidenciales serán, lo más probable, en el 2026, con más de 30 candidatos para escoger.

Esta tormenta perfecta no deja de crecer y sus principales fuentes, como las aguas cálidas que incrementan la intensidad de los huracanes, son las falacias ad hominem, que la alimentan y polarizan hasta el punto de que nos impiden encontrar elementos en común.

Un ejemplo clásico es la sentencia por la cual se le condenó a Alberto Fujimori. Una parte de la clase política y de periodistas continúan diciendo, con contundencia, que el expresidente fue condenado por delitos de lesa humanidad, argumento por el cual, no cabría un indulto. Esta falacia ya ha sido desmentida por el mismo juez que dictó la sentencia, el juez San Martín, quien en una entrevista televisiva aclaró que la mención a lesa humanidad fue meramente de carácter declarativo porque a Fujimori no se le extraditó ni se le condenó por ese delito. La realidad es que a Fujimori se le condenó por autoría mediata en los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos, pero no por lesa humanidad.

Otra falacia ad hominem es aquella que trata de limpiar al expresidente Pedro Castillo del golpe de estado que un 7 de diciembre de 2022, en un mensaje televisado a toda la nación, claramente expuso. Siendo presidente y jefe supremo de las Fuerzas Armadas, Castillo dio la orden de cerrar el congreso y otras instituciones, violando la constitución en frente de toda la ciudadanía. Castillo dio un golpe de estado que no prosperó porque nuestras instituciones se inclinaron por mantener el orden constitucional y apoyar una sucesión hacia la vicepresidenta Dina Boluarte. Esa es la realidad.

La pelea en el Ministerio Público parece más que evidente. La izquierda apoya la salida de Patricia Benavides para retomar el control de la fiscalía, como lo acaba de confirmar Glatzer Tuesta en una entrevista en Epicentro. Por el lado de la derecha, más bien se apoya a la suspendida fiscal; entonces, siendo tan claras las vertientes políticas que sostienen a uno y otro grupo de fiscales, la realidad nos indica que, efectivamente, lo que se busca, es el control con fines políticos sin importar las graves consecuencias de politizar a la fiscalía, que podría, entonces, perseguir a rivales políticos dañando su imagen y sus aspiraciones.

Así estamos, sin ponernos de acuerdo en cuestiones básicas, que están allí, en esa realidad que el vendaje ideológico no deja ver.

Un verdadero liderazgo, aquel que esperamos de los futuros aspirantes al sillón presidencial, se ejerce primero con valores universales, no con valores a mi manera, con pragmatismo para reconocer la realidad y con la amplitud política de poder convocar a los mejores para de una vez, enfocarnos en el bienestar de los ciudadanos en vez de priorizar intereses mercantilistas e incluso personales.

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Confrontaciones, Falacias, Prioridades perdidas, Proyectos costosos

[LA TANA ZURDA]  La ola Arguedas sigue imparable

Siete ediciones en un año es un récord que pocos libros alcanzan. Kachkaniraqmi, Arguedas, la novela de Eduardo González Viaña, ha sido publicada en Madrid, Lima y Boston y ha completado 77 exitosas presentaciones en universidades, centros culturales y ferias de libros en el Perú y el extranjero.

La primera presentación fue hace un año en la Universidad Complutense de Madrid y la que sigue será en Hunan, China, donde la obra y el autor han sido seleccionados para un congreso sobre literatura mundial el próximo abril.

La novela narra la vida de José María Arguedas. González Viaña lo hace con una prosa que la crítica sin excepción califica de magnífica. Bryce decía que “dan ganas de cantar, mientras se lee a González Viaña”. Pero ¿quién cuenta la historia? Como ocurre siempre en el mundo andino, son las montañas, los zorros y los ríos quienes la entonan en un concierto armónico y poderoso.

Otro acontecimiento en el género novela fue Le dedico mi silencio, la última de nuestro Premio Nobel Mario Vargas Llosa. Sus obras siempre despiertan interés desde antes de que se hayan terminado de imprimir. Ese es el caso de esta historia de músicos y decepciones. En el Perú, su patria, como en el ámbito mundial, se ha esperado con pasión entreverada de angustia esta obra que se anuncia como el «ultimum opus» del gran autor. Las opiniones, sin embargo, están divididas entre quienes la consideran un viaje agradable por la cultura y la música peruana y quienes querían oír el canto final del cisne y no lo hallaron.

Entre los libros más vendidos del género novela figuran, además, Los genios, de Jaime Bayly (desigual pero divertida); El mundo que vimos arder, de Renato Cisneros; Cien cuyes, de Gustavo Rodríguez; Francisca, de Alonso Cueto; Cenizas en el cielo, de Juan Morillo Ganoza; Danza entre cenizas, de Fabiola Pinel; y El Camarada Jorge y el dragón, de Rafael Dummet.

Sobre algunos de estos libros y otros de años recientes sobresale el ensayo lapidario La guerra cultural de baja intensidad en la literatura peruana, de Miguel Arribasplata Cabanillas, que cuestiona la validez ideológica y formal de una buena parte de la que el crítico norteamericano Mark Cox llamó la «prosa pituca peruana». Recomendamos leer este ensayo para tener una visión menos celebratoria de algunos autores ensalzados por intereses editoriales y no por su calidad literaria.

En cuento solo puedo mencionar La rebelión, de Luis Fernando Cueto Chavarría, y Geografía de la oscuridad, de Katya Geraldine Adaui, como lo más legible que llegó a mis manos.

César Vallejo sigue siendo best-seller en 2023

El ilustre poeta peruano continúa impulsando a brillantes estudiosos para tratar de desentrañar su asombrosa obra, dado que el 2023 fue el año del centenario de Escalas y Fabla salvaje, los dos primeros textos narrativos del gran autor de Santiago de Chuco. Por eso, hay que mencionar la muy completa César Vallejo. Correspondencia, de los acuciosos investigadores Valentino Gianuzzi y Carlos Fernández, que contiene el recuento más completo de las cartas de Vallejo y un erudito aparato de notas. También sobresale Vallejo, a un siglo de Trilce: nuevos estudios, del poeta y catedrático peruano José Antonio Mazzotti, quien lee y relee Trilce y explica por qué es un clásico que traspasará los tiempos y las generaciones. El libro está conformado también por 27 artículos de los más destacados vallejólogos del mundo. Otro importante libro sobre el poeta es César Vallejo, Trilce y dadá París: huellas de un estímulo silenciado, del ya mencionado Carlos Fernández, que estudia la relación del primer vanguardismo europeo con la obra de Vallejo. Asimismo, hay que destacar Las mujeres de Vallejo, de Miguel Pachas Almeyda, uno de los mayores biógrafos del poeta, que nos cuenta la importancia de las musas y la madre de Vallejo tanto en su vida como en su poesía, y la edición facsimilar y los estudios que acompañan a Escalas, por el infatigable editor Jaime Chihuán y su sello Sinco Editores (sí, con S).

Poesía, producto peruano de exportación

En poesía destacaron, sin duda, Murmullos del delfín Koshoshka (Antología mínima), de José Antonio Mazzotti, la edición inglés-español de Nawa Isko Iki / Amazonian Chants (en Nueva York) y la edición francés-español de Nawa Isko Iki / Chants Amazoniens (en París), del mismo autor. También Exhumaciones del colibrí, de Edián Novoa (otro destacado poeta del Movimiento Kloaka); Cosecha de invierno. 50 años de poesía 1973-2023, de Dante Lecca; Cenizas en la aurora, de Edwin Camasca (en tono ecológico); el regreso del noventero Xavier Echarri después de treinta años de silencio con Un ciervo en la carretera y la publicación de Enrique Bernales Albites con El lenguaje que la nombra; el notable Canta en mi nuca el ruiseñor, de la excelente Zoila Capristán; y Poesía reunida 1985-2016, que compila los cinco libros publicados de la poeta ochentera Rossella Di Paolo. Menciono también Cisnes del transbarroco José Morales Saravia y la antología que compilé del grupo La Huaca es Poesía, donde aparecen voces jóvenes como Valeria Chauvel, Brenda Vallejo, Lesley Costello, Sandra Luna, Yazmín Cuadros y Santiago Morales junto a los ya consagrados Rafael Hidalgo, José Antonio Mazzotti y Raúl Bueno.

Perú, país histórico y crítico

La historia y la crítica fueron foco de atención en libros como Presidentes por accidente, de Christopher Acosta; La guerra del Pacífico, de Carmen McEvoy; Yo tirano, yo ladrón: memorias del Presidente Leguía, de Augusto B. Leguía; Esclavos, jesuitas y el baratillo, de Zelmira Aguilar; Coros mestizos del Inca Garcilaso: resonancias andinas, segunda edición corregida y aumentada de este ya clásico de los estudios garcilasistas por José Antonio Mazzotti; Non onan Shina, libro de los artistas e investigadores Pedro Favaron y Chonon Bensho, con enfoque altamente interdisciplinario; la edición más completa hasta ahora de las Tradiciones cuzqueñas de Clorinda Matto de Turner, por el investigador peruano Christian Fernández Palacios; y sin duda Los incas, en la ruta del Antisuyo y el Atlántico, del reconocido antropólogo e historiador José Carlos Vilcapoma.

Dejo fuera muchas cosas, pero, como decía al principio, no se puede ser exhaustivo y completamente objetivo, ni a la vez ni por separado. Si quieren ver otras opiniones, vayan a los periódicos de la DBA y de la caviarada, donde abundan las componendas grupales y editoriales.

Feliz Año Nuevo y mucha lectura.

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Autores Destacados, Literatura peruana, Novelas 2023, poesía peruana

[ENTRE BRUJAS] En el umbral de un nuevo año, reflexionamos sobre los acontecimientos que marcaron el 2023, un periodo plagado de retrocesos y resistencias en materia de derechos humanos e igualdad.

La crisis política que lo definió fue determinante para el auge de actores autoritarios que buscaron socavar toda propuesta en favor de la libertad y la igualdad.

Estos actores usaron la categoría “democracia”, para destruirla. Haciendo uso de métodos como la amenaza, la calumnia, compra de conciencias y medios de prensa; fueron preparando el terreno para asirse del poder.

Con indignación, hemos observado cómo se ha vulnerado la libertad de expresión y de prensa, así como el derecho a la protesta. En esta misma línea, la igualdad de género y el enfoque de derechos en las políticas públicas han sufrido fuertes ataques. ¿Quiénes son los ganadores del viejo año? La corrupción, la impunidad, la injusticia, la ambición de poder, la violencia de género, la inseguridad ciudadana, la xenofobia y el racismo estructural.

Fotografía: Connie France

El ser humano, presa de sus creencias, necesita pensar que, inaugurado un nuevo año, se pueden dar nuevos comienzos. Aunque la esperanza nunca debe perderse, es difícil pensar en nuevas rutas con los mismos actores políticos y sociales.

Este 2024, quienes defendemos derechos vamos a tener que contribuir a que el miedo cese y exigir un cambio real, siempre siguiendo la legalidad y el Estado de Derecho.

Habrá que iniciar por exigir nuevas elecciones, pero con eso no basta.

La sociedad civil organizada, las feministas, los/as defensores/as de derechos, los gremios, los/as estudiantes, deberán tomar el liderazgo de procesos más largos. Se tendrá que vencer el miedo a protestar y exigir justicia para las masacres. Se tendrá que superar algunas diferencias ideológicas y centrarse en la importancia de defender garantías mínimas para construir una democracia real.

El 2024 es un año de desafíos, en donde tocará seguir resistiendo a posturas autoritarias y narcisistas de las y los políticos. El 2023 ha sido un año intenso, en donde muchos escenarios se definieron. Ahora ya sabemos frente a quiénes estamos y lo que está en riesgo: la paz, la democracia y la justicia.

Que sigan avanzando ya no es una opción. Nuevas elecciones sí, pero necesitamos renovar la clase política también, sino será más de lo mismo.  La esperanza de un país mejor no se pierde.

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Análisis 2023, Crisis política, derechos humanos, Resistencia 2024


Jorge Coaquira Del Arroyo
Socio Fundador – Grupo PRACDA

[HACIENDO EMPRESA] En términos simples, el interés compuesto se refiere a la capacidad de generar intereses sobre los intereses acumulados previamente. En lugar de recibir solamente intereses sobre el capital inicial, el interés compuesto permite que esos intereses se reinviertan y se sumen al capital original, lo que genera un crecimiento exponencial a lo largo del tiempo.

En las finanzas, el interés compuesto se aplica en una variedad de situaciones, como inversiones, préstamos y cuentas de ahorro. Por ejemplo, si invertimos una cantidad de dinero en una cuenta de inversión con una tasa de interés compuesto anual del 8%, al cabo de un año obtendremos intereses sobre el capital inicial. Sin embargo, en el segundo año, los intereses se calcularán no sólo sobre el capital inicial, sino también sobre los intereses generados en el primer año. Esto crea un efecto de «bola de nieve» donde los intereses se acumulan y se multiplican año tras año.

El interés compuesto en las finanzas puede ser una herramienta poderosa para hacer crecer nuestro dinero a largo plazo. Cuanto más tiempo se mantenga el dinero invertido, mayor será el efecto del interés compuesto. Por esta razón, es importante comenzar a invertir lo antes posible y ser disciplinado en la reinversión de los intereses generados.

Sin embargo, el interés compuesto no se limita solo a las finanzas. También tiene aplicaciones en nuestra vida diaria. Por ejemplo, si establecemos metas personales o profesionales y trabajamos de manera constante para alcanzarlas, el interés compuesto puede jugar un papel importante en nuestros resultados a largo plazo.

Imaginemos que queremos aprender un nuevo idioma. Si estudiamos regularmente y nos esforzamos por mejorar cada día, el conocimiento y las habilidades que adquirimos se acumularán con el tiempo. Cada palabra aprendida, cada concepto dominado se suma a nuestro «capital intelectual». Con el tiempo, nuestro progreso se acelera y estamos en una posición mucho más fuerte que cuando empezamos. Este efecto acumulativo se asemeja al interés compuesto en las finanzas.

Del mismo modo, en el ámbito de la salud y el bienestar, el interés compuesto puede ser aplicado. Adoptar hábitos saludables, como hacer ejercicio regularmente y mejorar la alimentación, tiene un efecto acumulativo en nuestra salud con el tiempo. Pequeñas mejoras diarias se suman y contribuyen a un bienestar general sostenible.

En resumen, el interés compuesto es una fuerza poderosa tanto en las finanzas como en nuestra vida cotidiana. Comprender cómo funciona y aprovecharlo a nuestro favor puede marcar una gran diferencia en nuestro éxito financiero a largo plazo y en el logro de nuestras metas personales y profesionales. Ya sea que estemos invirtiendo dinero o esforzándonos por mejorar en algún aspecto de nuestra vida, el interés compuesto puede ser un aliado valioso para alcanzar el crecimiento y el éxito continuo.

Ya lo decía Albert Einstein: “El interés compuesto es la octava maravilla del mundo, aquel que lo entiende se beneficia, aquel que no, lo paga”.

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crecimiento personal, Decisiones Financieras, Finanzas personales, Interes Compuesto

[PIE DERECHO] Según señala un último informe de Apoyo Consultoría, desde el 2019, las denuncias per cápita por casos de extorsión han aumentado más de 400%. “En el 2023, de acuerdo con una encuesta realizada por Ipsos, más de un millón de peruanos reportó pagar frecuentemente algún tipo de cupo para poder trabajar y el 82% afirmó sentirse inseguro al caminar por las calles en Lima”, señala textualmente el mismo.

Las cifras son de espanto. Ya no se descubre nada diciendo que nuestro país está gobernado por la delincuencia. Una oligarquía del delito, porque unos pocos, organizados en bandas, someten la voluntad de la mayoría de ciudadanos peruanos de bien, pacíficos y respetuosos del orden social.

El daño que eso le genera a la viabilidad democrática del país es enorme. No solo porque desafecta a las víctimas, quienes sienten la ausencia del Estado y alimentan un resentimiento por ello, sino porque alienta la aparición de fenómenos políticos autoritarios que prometen la solución fácil frente a la problemática descrita.

Además, golpea duramente a la economía. Según la referida encuesta de IPSOS, “realizada para APOYO Consultoría y Backus, el 86% de las bodegas encuestadas en Lima califica a la inseguridad o extorsión como un problema grave para el crecimiento de su negocio, porcentaje que asciende a 90% en el norte”.

Uno esperaría que ante un problema de carácter social y, por ende, responsabilidad de los gobiernos, éstos actúen buscando una solución al mismo, con estrategia y conductores afinados, pero no, se aprecia absoluta indolencia y desaprensión. Baste decir que en los últimos cinco años, hemos contado con 20 ministros del Interior y 11 jefes de la Policía Nacional del Perú (PNP). Inestabilidad que atenta contra el despliegue de una política pública que pretenda ser eficaz.

No debemos esperar a que el 2026 advenga un nuevo gobierno que plantee y ejecute soluciones efectivas al respecto. Debemos exigirle ello al gobierno actual. No debería equivaler a pedirle peras al olmo. Por más mediocre que el régimen de Boluarte sea, tiene entre sus obligaciones básicas la resolución de dos problemas: la inseguridad ciudadana y la crisis económica. Si no es capaz de resolverlos, debe dar un pase al costado, por mano propia o congresal. No podemos aguantar como sociedad que la situación siga empeorando dos años y medio más.

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Extorsión, Gobierno, Informe Apoyo Consultoria, inseguridad ciudadana

[EMPRENDE]  Comienza un nuevo año, y con él un cúmulo de retos y nuevas perspectivas para el cambio, en lo social, en lo económico y por qué no en lo político, nuevos rumbos son necesarios y repensarlos es deber de todo aquel que tiene la posibilidad de hacerlo. Desde toda trinchera es necesario y urgente aportar para construir y no limitar conceptos de lamentaciones, se hace docencia en el aporte constante. Considerando este detalle, el emprender es un gran encargo.

Por eso en esta columna se trata de definir o avistar lo que es emprender y para tales efectos, cabe muy bien, buscar la manera más fácil de mostrar lo que significa y en qué circunstancias se convierte en una palabra que abarca no solo un sueño personal sino también un sueño país. El Perú debe emprender, y para eso es necesario un gran esfuerzo. Las instituciones deben apostar seriamente por hacer cambios, por construir, por gestionar y no todo es presupuesto, es tener la mirada emprendedora a esos niveles.

Emprender significa tener la oportunidad de poder desarrollar al máximo las habilidades tanto profesionales como también las personales. Para ello, es muy importante aprender a emprender, no limitarse a la creación de una empresa, sino a la gestión sacrificada para impulsar un proyecto que tenga líneas de largos plazos, por ello, emprender es también encontrar la oportunidad de convertirse en personas más creativas, innovadoras y por supuesto proactivas. Empezar “algo”, que tenga dosis de dificultad o de peligro, siendo consciente de ello asumirlo, he ahí cuando se emprende.

Es por eso, que encontrar un único concepto de emprender es difícil y por eso es factible de atribuirle varias acciones, pero en un sentido bastante general podemos entender que el emprender es tener la posibilidad de comenzar un proyecto sustentado por una idea o un deseo que va a buscar satisfacerlo. Es por ello, que no solo el emprender es llenarse de personalismos y oportunidades o necesidades, es también, encontrar y descubrir que las condiciones pueden darse también a nivel de todo un pais, en el lado social, un cambio estructural de la sociedad como tal, mucho se ha escrito sobre eso, en lo cultural, buscar una transformación que conlleve a aceptarnos y adaptarnos a lo nuevo, la identificación de brechas y necesidades es una constante que nos posibilita visualizar los cambios, la construcción de una nueva cultura popular urbana es una tarea que el Perú debe emprender, y no lo hace. Es una tarea urgente y necesaria. Hay la institución rectora de esa mirada y no lo está haciendo. En fin.

Al final no es solo atribuir el emprendimiento al entorno empresarial, aunque quizás en el lado de los negocios se entienda y visualice mejor este concepto, lo importante es que por hoy no quisiera entrar en solo un concepto que por costumbre se ha consensuado a nivel nacional, sino poner en el tapete que si el Perú es un país emprendedor pues lo debería ser en todo terreno. Y las diversas definiciones que se pueden encontrar amplían y permiten generalizar el significado de esta palabra, me permito transcribir algunas de ellas:

“Emprender es expandir tu zona de confort”

“Emprender es tomar y afrontar riesgos con el propósito de cumplir objetivos”

“Emprender es materializar las ideas creativas de uno mismo en las que estas generen un beneficio”

“Emprender es un pensamiento del deseo de cumplir un propósito pese a las dificultades”.

“Emprender es ver desde un punto de vista diferente a la sociedad”.

“Emprender es huir de la calma y afrontar la lucha”

Existen muchos más significados, generados por la subjetividad con los que puedan ser entendidos, marcando distintas líneas. Lo cierto es que EMPRENDER, como se ha dicho es un reto, es voltear la mirada a lo no obvio, mirar lo imposible, entender la necesidad del cambio, arriesgarse a comentar lo que no funciona, aceptar, tolerar, apostar, en fin, un buen emprendedor es el que considera siempre que los puentes se deben construir, con sacrificio y sin temor. Creo que yo ya empecé a emprender también. Un abrazo y feliz año 2024.

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Cambio Cultural, Cambio social, Desafío Emprendedor, Emprendimiento
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