Opinión

[BATALLAS PERDIDAS] Para la derrota definitiva del ejército español y la concreción de la independencia se tuvo que esperar tres años y medio más, y se logró con la batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824. Sin embargo, la figura de San Martín es la que más resplandece en las fechas patrias y la de Simón Bolívar, el gestor más importante de la liberación de España, parece no solo relegada a un segundo plano sino muchas veces vilipendiada por un sector intelectual y político.

San Martín se quedó en Lima y no quiso arriesgarse al interior del país. La única zona verdaderamente independiente era el norte del país, la Intendencia de Trujillo, que ya lo estaba desde 1820. Si bien esta decisión permitió una estabilidad política temporal en la capital, también facilitó la reorganización de las fuerzas realistas.

El proyecto de Bolívar era ambicioso y prospectivo: una unión entre los países de América del Sur bajo un solo gobierno central. El Libertador pensaba que esta era la única forma de evitar los conflictos y las guerras que asolaban a Europa, y que solo mediante la cooperación y el intercambio se podría lograr el progreso y el bienestar para todos los pueblos sudamericanos. Por eso, en 1826 convocó una reunión internacional en Panamá con el objetivo de plasmar en tratados legales los principios de un novedoso orden global que había ideado desde hacía tiempo. Su proyecto no se limitaba a la unión política, sino que también abarcaba la colaboración económica y cultural entre las naciones.

Sin embargo, este proyecto no fue bien recibido por las élites políticas de la época, que veían en él una amenaza a sus intereses y privilegios. De hecho, la idea de una Gran Colombia se oponía a la tendencia hacia la fragmentación de América en diversos países independientes. Por esta razón, Bolívar se convirtió en un adversario no solo para las élites peruanas, sino también para las de otros países de la región, incluso Colombia y Venezuela.

Así que el próximo 28 de julio, día de la independencia del Perú, (guiño de ojo),  te invito a que digas sin temor a cometer un error: ¡Feliz 9 de diciembre!

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América del Sur, Bolívar, independencia, legado histórico, San Martín

No hay grandes debates en el Congreso, ni polémicas doctrinarias, a pesar de que existen diferencias ideológicas marcadas entre los distintos partidos del establishment. Lo que importa es el trasiego menudo de intereses de poder, no la perspectiva de transformar el país, en un sentido u otro.

Y en cuanto al Ejecutivo, a diferencia de otros gobiernos, que albergaban alas discrepantes, pugnas por ejercer el dominio, movidas estratégicas para alcanzar mayores cuotas de participación en el mundo de las decisiones, todo se reduce a los embistes o codazos que se dan el premier Alberto Otárola y el hermanísimo de la presidenta.

No es un resultado de los nuevos tiempos antideológicos que supuestamente se enseñorean en el planeta. Basta cruzar la frontera y ver lo que pasa en Chile, Argentina, Brasil, Ecuador, Colombia, etc., y uno podrá ver allí intensos debates, despliegue de argumentos, desfile de razonamientos polémicos y confrontacionales. Es la política que se vive con intensidad y de esa manera recoge las disidencias ciudadanas propias de cualquier sociedad democrática.

Entre los mochasueldos, los Niños, los nombramientos cuestionables y aquellos de allegados o familiares, no salimos. Más riqueza temática hay en las páginas de espectáculos o policiales.

La pauperización de la política peruana es la que explica el surgimiento de outsiders cargados de impericia. Cualquiera puede llegar a ser Presidente, cualquier peatón aspirar a ser congresista, un don nadie a alcalde o autoridad regional. No importan los programas de gobierno, las ideas ejecutoras, los planes de acción. Es la política como espectáculo pueril y vacío de contenido lo que se va apoderando del país y amenaza con llevarse de encuentro consigo cualquier forma civilizada de sostener nuestra democracia.

La del estribo: extraordinaria la puesta en escena de Cómo aprendí a manejar, con sobresalientes actuaciones de Melania Urbina (¡brillante!), Óscar López Arias, Alicia Mercado, Óscar Meza y Verony Centeno, y con la correcta dirección de Juan Carlos Fisher. La obra es de Paula Vogel y fue ganadora del premio Pulitzer en 1998. Va en el ICPNA hasta el 10 de setiembre. Entradas en Joinnus.

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análisis político, Congreso de Perú, outsiders, panorama democrático, pauperización política

[LA COLUMNA DECA(N)DENTE] El 30 de julio, la Casa de la Literatura Peruana preguntó a sus seguidores lo siguiente: “¿Un libro que recomiendes para entender a nuestro país?”. En mi opinión, es recomendable no uno sino dos libros para entenderlo. El primero, “El reconocimiento de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario” y, el segundo, “Aspectos legales en la responsabilidad médica en el Perú”, cuya autora, entre otros, es Dina Boluarte. Ambos fueron publicados en el 2004. Ambos depositados en la Biblioteca Nacional. Ambos escritos por la hoy Señora Presidenta de la República, al parecer, para dejar constancia de su necesidad de comunicar sus ideas y experiencias de manera estructurada y convincente; compartir sus conocimientos e información sobre tal temática; destacar como una experta en Derechos Humanos y en los asuntos legales que rodean la práctica médica y la responsabilidad del personal médico en el país; mejorar su reputación profesional y abrir oportunidades laborales.

Sin embargo, ambos libros fueron plagiados. El plagio del primero fue descubierto por los periodistas Christopher Acosta y Hernán Floríndez; y el del segundo por el programa “Al Estilo Juliana”. Como bien dice Acosta, en relación con el primero, “la obra se construye con retazos que se copian y pegan de trabajos académicos, tomando contenido ajeno que se hace pasar como propio. Un caso de plagio sistemático”. Al analizar el contenido del mismo con el Turnitin, un software antiplagio, el resultado es categórico. El 55% corresponde a fuentes bibliográficas no citadas. Es decir, plagiadas. En cuanto al segundo, abundan pasajes extraídos de autores no citados como Brenner Díaz, Ana Collado, Jiménez de Asua o de Internet. Al igual que el primero, no cuenta con bibliografía ni pies de página.

Ambos libros permiten entender, sobre todo, a tan dilecta escritora. En primer lugar, el plagio no es otra cosa que tomar ideas, palabras, obras o trabajos de otra persona y presentarlos como propios, sin dar crédito adecuado al autor original o sin obtener permiso para su uso. Una práctica antiética, la cual, todo indica, sistemática en nuestra novel escritora. En segundo término, evidencia que carece de creatividad o habilidades para generar contenido original y, por lo tanto, opta por copiar el trabajo ajeno. En tercer lugar, nula conciencia sobre el plagio. Muestra de una educación inadecuada sobre la ética y la propiedad intelectual pese a ser abogada. Por último, una absoluta despreocupación por las consecuencias del plagio. El mismo, al no tener consecuencias significativas, lo asume parece ser como una práctica aceptable.

Una vez descubiertas las copias de Dina Boluarte y ante contundentes evidencias, la respuesta gubernamental fue lamentable. Un poco más y su primer ministro Otárola repite la ya legendaria afirmación de otro plagiario serial: “no es plagio, es copia”. En esta ocasión fue algo más original y afirmó que, en cuanto al primer libro, “no es un libro, es un texto”. Es decir, “nunca tuvo la intención de ser un libro como malintencionadamente se dijo. Y prueba de ello que no se publicó, no se comercializó y no se ofreció al público” Boluarte dixit. A partir de hoy, cortesía de Boluarte y Otárola, el plagio no es plagio, ni la copia es copia. Basta con señalar que un libro plagiado es tan solo un texto y punto. Gracias por la licencia para plagiar.

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[LA SEXTA EXTINCIÓN] Cuando los científicos pusieron al 2050 como el año en el que se comenzaría a sentir las consecuencias del calentamiento global fueron llamados alarmistas. Hoy en día, aquellos que mantienen esa fecha son tildados de optimistas. El verano boreal todavía no acaba y muchas ciudades compiten por cuál de ellas alcanzará el máximo de temperatura de este año.

Los seres humanos están hechos para soportar, como máximo, temperaturas de 35°C. Nuestros cuerpos tienen un sistema incorporado para balancear siempre su temperatura (sorpresa, es el sudor) mediante la pérdida y ganancia de calor. El problema surge cuando el ambiente está tan caliente que no permite que el cuerpo pierda calor lo suficientemente rápido para recuperar su estabilidad.

La sensación de calor sofocante no está solo en la cabeza. La deshidratación y la descompensación, especialmente en personas mayores y vulnerables, se volverá pan de cada día para los hospitales durante el verano.

Esto no es todo lo que el calor trae consigo. Las personas no somos las únicas afectadas, los animales y los cultivos también son vulnerables ante los cambios de temperatura. El mismo planeta parece atraparse en un ciclo de daño autoinfligido; el calor implica fuego. Hay incendios forestales en Canadá, Grecia, Algeria, Tunisia, China, Italia. Cuatro continentes, decenas de muertos, cientos de heridos, miles de personas evacuadas. Así se vive el verano en el siglo XXI.

Es difícil encontrar algo de optimismo entre tanta catástrofe, pero desde las cenizas algo nuevo se levanta. Ahora sí el cambio climático está en boca de todos. Dejó de ser algo lejano, con lo que nuestros hijos lidiarán y pasó a ser una noticia inescapable en redes sociales, el motivo por el cual los peruanos seguimos sin guardar la ropa de verano. Ya nadie puede empujar a la búsqueda de soluciones fuera de las discusiones políticas.

Los pasos a seguir no podrían estar más claros. Una transición energética que reduzca la dependencia del combustible fósil. Detener los nuevos proyectos extractivos y las expansiones inmobiliarias que requieren de la destrucción del Amazonas para existir. Crear un transporte público de calidad en todas las ciudades para reducir el uso de vehículos privados. Formar una verdadera cooperación internacional, iniciar una diplomacia verde. El incremento de temperaturas debe proporcionar la chispa para un cambio profundo y urgente, o si no nuestra eterna primavera tendrá sabor a verano.

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Calentamiento global, cooperación internacional, diplomacia verde, Incendios forestales, incremento de temperaturas, verano sin fin

La mentada XIX Encuesta de Gerentes Generales hecha por Ipsos Perú para Semana Económica, reveló que el 71% de los CEO de las empresas del país aprueba el gobierno de la presidenta Dina Boluarte. Y que sus temores han variado notablemente. El 2022 el mayor riesgo potencial percibido era una Asamblea Constituyente (36%); hoy lo es la reactivación de los conflictos sociales (57%).

No se explica la complacencia empresarial con el gobierno mediocre de Dina Boluarte y que no se vea en esa medianía un riesgo potencial, capaz por sí sola de agitar el cuco de los conflictos sociales que, a la vez, tanto se teme.

Es verdad que el empresariado lo que más aprecia es la estabilidad, así ésta sea mediocre. Es la inestabilidad y la falta de previsión lo que aterra a los directorios empresariales, ya que les impide operar con relativa capacidad de previsión del futuro inmediato y mediato.

Pero la levedad para mirar los aspectos críticos del régimen sorprende. Tiene mucho que ver, sin duda, con el alivio generado por la salida de Pedro Castillo (solo 1% de los gerentes lo aprobaba) y su nefasto gobierno, pero ese entusiasmo soslaya las groseras metidas de pata de un gobierno precario y de pocas luces como el de Dina Boluarte.

Se requiere una voz más crítica de los gremios empresariales al respecto. El mensaje de Fiestas Patrias debería haber merecido severos cuestionamientos por su falta de visión reformista y de compromiso con el estímulo a la inversión privada, que está paralizada. No ha sido así.

Un caso particular ilustra lo que denunciamos. Lo que está haciendo el gobierno de Boluarte con EsSalud es de espanto. Los nombramientos en la institución son de un nivel de incompetencia que asegura que la entidad irá a la deriva. ¿Qué ha dicho la Confiep al respecto, teniendo, como tiene, dos miembros en el directorio (un tercio lo nombra el Estado, otro los trabajadores y, finalmente, el empresariado)? Mutis absoluto.

Lo peor que le podría pasar al país es que la derecha fáctica (empresarios, medios de comunicación y tecnocracia) se alinee con un gobierno al que la ciudadanía, a diferencia de los CEO, desaprueba mayoritariamente, reforzando la percepción popular de que este es un gobierno de derecha, con las enormes implicancias negativas que eso traerá para las venideras elecciones presidenciales. Los empresarios deberían mirar un poco más allá de su Excell.

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conflictos sociales, Dina Boluarte, Empresariado, Encuesta de Gerentes Generales, ESSALUD, Inversión privada

[EN EL PUNTO DE MIRA] La semana pasada terminé de leer “Carlos Franco” (Cedep, 2012). Un buen texto en donde se recopilan análisis de varios académicos (que lo conocieron personalmente y de los que lo hicieron a través de su producción intelectual), así como de testimonios de sus amigos de la actividad política por donde transitó Franco

¿Qué se dice de él en la compilación? 1) Incomprendido en su tiempo por la academia, su gran texto “Acerca del modo de pensar la democracia en América Latina” no tuvo la acogida que se esperaba. Fue la lucha contra el régimen autoritario de Fujimori (contexto en la sale a la luz el libro) la que hizo que no se prestara la debida atención a una genial crítica constructiva que hacía a la democracia. Los intelectuales locales en su momento exigían restablecimiento de la democracia; Franco sin entrar en la coyuntura del momento lo criticaba.

En otras palabras, Franco fue un duro crítico sobre el estudio procedimental de este tipo de régimen político. Señalaba que no se debía pensarla universalmente, sino de manera particular. Para ello, entra en el debate con los intelectuales que comienzan a cuestionar la teoría de la dependencia y el marxismo como enfoques complementarios del enfoque pluralista predominante en la academia de ese entonces.

2) Franco fue un intelectual que participó del gobierno de Velasco apoyando las reformas que hizo en ese entonces. También apoyó las reformas que hizo el primer gobierno de Alan García, participando como asesor externo. Fue un intelectual comprometido con proyectos políticos controvertidos y democratizadores. No solo pensaba, también actuaba. Idea y acción relacionada entre sí para influir en el poder y así efectuar los cambios. El libro en homenaje a este gran intelectual y político también se lo puede encontrar en versión online. Es imprescindible leer sus textos.

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En una columna del 7 de julio hablamos de potenciales escenarios de riesgo para Boluarte. Ha transcurrido casi un mes y los mismos siguen en pie. Reactualizamos la columna.

1.- Que surja una movilización masiva y multitudinaria, no como la del 19 de julio, a tal punto que sea capaz de representar el hartazgo ciudadano con este gobierno y con el actual Congreso. Ambos hacen méritos permanentes para incrementar la cólera popular así que es un escenario potencial. Probablemente no pase por nuevas “tomas de Lima” sino por movilizaciones regionales.

2.- Que la respuesta represiva a dichas movilizaciones sea torpe y desmedida. La falta de arrepentimiento real respecto de lo sucedido en diciembre y enero -puesta de manifiesto en el mensaje de Fiestas Patrias- y la respuesta excesiva que suele aparecer ante cualquier protesta (no en la del 19 de julio, donde se cuidaron en extremo, sino en las pequeñas manifestaciones posteriores, donde hubo abusos policiales por doquier), genera dudas serias al respecto.

3.- Que el gobierno no maneje adecuadamente el fenómeno del Niño. Ha destinado una partida millonaria para hacerle frente y ha trazado un conjunto de medidas (se explayó la presidenta en ello el 28 de julio), pero ha cometido el error de entregarle la mayor responsabilidad de su ejecución a los gobiernos locales, que, como se sabe, o son muy ineficientes o muy corruptos.

4.- Que la economía siga enfriándose. No hay visos de recuperación de la confianza empresarial y, por ende, de que se recupere el flujo de inversión privada concomitante. Si eso no ocurre, aumentará el desempleo y la pobreza, dos factores coadyuvantes a un mayor malestar ciudadano. El mensaje de Fiestas Patrias fue, en ese sentido, una oportunidad desperdiciada.

5.- Que el Congreso siga haciendo trastadas, como hasta ahora. Veremos al Legislativo en su salsa, en la repartija de las comisiones, pero su verdadera resistencia al cambio se apreciará cuando sigan apareciendo denuncias de “mochasueldos”, “Niños”, viajes suntuosos e inútiles, mostrando absoluta indolencia frente al clamor popular.

6.- Que le vaya muy mal a la selección peruana de fútbol en los primeros partidos de la eliminatoria mundialista. Podemos perder los primeros cuatro partidos, contra Paraguay en Asunción, Brasil de locales, Chile en Santiago y Argentina acá. Llegar a fines de octubre con cero puntos. Es sabida la relación entre el fútbol y los ánimos políticos. Un mal desempeño de la selección alentará beligerancias cívicas, sin duda. Y Reynoso hasta el momento, no parece dar pie con bola.

 

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Ya es hora de que la derecha tome distancia de las andanzas del gobierno de Dina Boluarte. Que su arribo al poder nos haya permitido salir librados de la catástrofe política, social y económica que supuso la presencia de Pedro Castillo en Palacio, no es razón suficiente para guardar tantas consideraciones hacia un régimen que viene demostrando también una tremenda incompetencia e incapacidad para resolver las crisis que se le ponen al frente.

La abominable actuación represiva durante las protestas de diciembre y enero, su incapacidad para atemperar los ánimos beligerantes posteriores, su nula virtud para remontar la desaprobación que asola a su gobierno, su falta de visión para trazar un derrotero de reformas (más aún si, como se aprecia, pretende quedarse hasta el 2026, es decir tres años más por delante), su inoperatividad para hacer que la confianza inversora retome los cauces normales, su impericia para lidiar con un Congreso que se siente desbordado para hacer de las suyas, nos muestran a un régimen torpe y mediocre, que solo en este talante deja prever cierta estabilidad.

Ya la izquierda se empezó a lavar el rostro de la suciedad moral y política que le cayó encima por fungir de comparsa cómplice del desastre castillista, sobre todo en el aspecto moral, conocida la temprana corrupción que inundó los pasillos del poder palaciego mientras duró la gestión del taimado chotano. Hoy ha encontrado una bandera que con el tiempo será eficaz: arremete contra el “pacto derechista” Ejecutivo-Congreso que nos gobierna, con menos de un dígito de aprobación en ambos casos. Esta oposición de la izquierda, por más cínica que sea, tiene todas las de ganar, si la derecha no actúa preventiva e inteligentemente.

Llegaremos al 2026 con una derecha desgastada y una izquierda en olor de santidad política. Y las posibilidades de que el descontento haga brotar nuevamente una izquierda extrema, radical y disruptiva son muy altas. ¿Y qué va a exhibir la derecha en contraposición? ¿Complicidad con Boluarte? ¿Silencio frente a sus desmanes y despropósitos? ¿Soslayo frente al desgobierno y la crisis? Si así va a enfrentar la crucial coyuntura de la elección presidencial venidera, empieza con el marcador en contra.

-La del estribo: altamente recomendable la última novela del escritor y periodista, Renato Cisneros, El mundo que vimos arder. Apartándose parcialmente de los cánones de la autoficción literaria de sus obras anteriores, Cisneros muestra una tangible evolución narrativa. Publica Alfaguara.

 

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Dina Boluarte, la derecha, pacto derechista, Pedro Castillo, Renato Cisneros

[CARTAS A MANUELA SÁENZ] Querida Manuela,

Hoy es 26 de julio de 2023, estoy escuchando a los niños de los colegios vecinos cantar a toda voz el himno nacional y en especial la estrofa “Somos libres…” con tanta emoción, desde el fondo de sus almas. Qué maravilla pienso, que los niños sean felices con las Fiestas Patrias escuchando las historias de las batallas, los misterios entre los libertadores, bailando danzas típicas peruanas de la costa, sierra y selva. Los escucho primero con la música afroperuana, gracias al legado de la gran Victoria Santa Cruz; luego cantar el hermoso vals peruano José Antonio, de la maestra Chabuca Granda; para finalmente cerrar bailando huaylash y un colorido baile amazónico. Mientras se despedían y salían los padres de familia con los pequeños, se escuchaba a todo volumen la canción icónica de la peruanidad de los últimos años Contigo Perú del gran Zambo Cavero. Escuchaba los aplausos efusivos y los gritos emocionados de los padres, orgullosos de sus hijos al interpretar bailes, canciones y actuaciones nacionalistas. El arte popular y cotidiano que se transforma en el tiempo es lo que crea y recrea la Patria.

Me preguntaba, mientras te escribo y escucho tanta emoción, qué pensarán estos niños y niñas del significado de Patria. Fiestas Patrias, ¿qué festejamos realmente? Trato de pensar que me responderías tú, como mujer independista. Hoy, 202 años después de la proclamación de la Independencia el Perú se enseña en las escuelas que el Perú es un país independiente, ubicado al oeste de América del Sur con una población de más de 32 millones de habitantes cuya capital y ciudad más poblada es Lima, que tiene 1 285 215 km². El decimonoveno país más grande del mundo y el tercero más grande de América del Sur. Los bordes naturales son Océano Pacífico al oeste, Ecuador al noroeste, Colombia al noreste, Brasil al este, Bolivia al sureste y Chile al sur. En este vasto territorio se encuentran valles, mesetas y altas cumbres de los Andes, desierto y la inmensa Amazonía. Es uno de los países con mayor diversidad biológica y recursos minerales del planeta. Imponente descripción, cierta y fascinante. Cada región con sus expresiones artísticas, sus idiomas, sus vestimentas y comidas. Todos, peruanos y peruanas, vivimos nuestra cultura, geografía y costumbres.

Manuela, me la imagino una mujer, la patria, con su túnica blanca cargando una antorcha en la mano derecha, con una llama a su costado y una cornucopia llena de monedas cayendo al suelo en la mano izquierda. Si me pides describirla, así sería. ¿Tú crees que sería feliz, que sería una mujer que ha cumplido sus sueños y sus anhelos? Creo que no. Que esta joven de 200 años, aún no sabe a dónde va, que no ha podido educarse y que está perdiendo poco a poco su inocencia en manos de un sistema patriarcal extractor de riquezas mercantilista. Ella está tratando de sobrevivir, de lograr sus sueños, pero la engañan constantemente y la traicionan. Entiendo porqué cuidaste celosamente los documentos de tu amado Simón Bolivar, tanto que se perdieron. No confías.

Terminados los festejos escolares, salieron los niños, niñas y sus padres caminados a los feriados por Fiestas Patrias. Un fin de semana largo para celebrar viajando, descansando aprovechando el tiempo libre. Manuela tu fuiste húsar y participaste activamente en la división de Vencedores, combatiste bajo las órdenes del Mariscal Antonio José de Sucre en las batallas de Pichincha, Junín y Ayacucho, las cuales consagraron las independencias de Ecuador y Perú. Nunca me canso de repetirlo para que no olvides. Tengo las cartas de Simón Bolívar dirigidas a Sucre que dan testimonio del pedido expreso de cuidado especial a Manuelita en el campo de batalla. Fuiste Coronela del Ejército colombiano en épocas en que la palabra y la espada tenían valía.

202 años después, el Perú tiene una forma de gobierno republicano,​ democrático,​ unitario,​ representativo,​ presidencialista y con separación de poderes. Hace tres años que nos escribimos y siempre en nuestras cartas el Perú creativo, milenario y joven no es el que nos gobierna. Manuela, las batallas ganadas crearon nuevas por ello, estamos en una transición hacia un nueva república. Va a tomar tiempo, pero poco a poco se va a dar. Pienso en estos niños que tan emocionados cantan el himno nacional, en el futuro que podrían recibir. Pensar en el pasado solo genera nostalgia y en el futuro, angustia, enfoquémonos en el presente.

Esta carta la vas a recibir el 28 de Julio, día en que se presenta la presidenta Dina Boluarte ante el Congreso, cuya Mesa Directiva acaba de juramentar, producto de la burla descarada de los últimos años. Los miembros juramentaron con palabras vacías, juramentos egoístas y clásicos que no generan confianza en los ciudadanos. Qué sorpresas no traerá la presidenta. Lo que queda claro en estos últimos días es que no hay derecha ni izquierda, ni “terroristas” ni caviares, ni comunistas ni capitalistas, hay individuos ansiosos de poder, codicia y egoísmo. Un Congreso que ha pasado leyes que solo quiebran la pequeña institucionalidad lograda en los últimos 20 años. Manuela, un recordatorio para nuestra clase política, citando a una gran mujer franco peruana, feminista y bastarda como tú, Flora Tristán: “Dos cosas me llaman la atención: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres”.

 

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