Opinión

Hay algo terrible en los discursos de odio, sobre todo porque aumentan las probabilidades de la realización de actos de odio. Pero, ¿no es acaso la realización del acto una certeza absoluta? ¿Y no son acaso la violación y el asesinato la consumación máxima del odio? En el caso de Fujimori-Castillo, muchos optamos por el desastre probable (Castillo), en lugar de la legitimación del desastre ocurrido (Fujimori), en parte, pero no solamente, porque esto traería peores consecuencias. Esto da para una clase de filosofía, pero (¿dónde está mi vodka? Sí, aquí. Eso, Así, puro no más, sin naranja), es posible que para alguien que votó por Castillo en el 2021, sea coherente el haber deseado que gane López-Aliaga en el 2022. 

[Nota: no creo que los simpatizantes de RLA lean mis columnas. Si lo hicieran, y tomaran lo dicho como algo positivo, esto simplemente demostraría que no saben leer].  

* Manuel Barrantes es profesor de filosofía en California State University Sacramento. Su área de especialización es la filosofía de la ciencia, y sus áreas de competencia incluyen la ética de la tecnología y la filosofía de las matemáticas. 

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Candidatos, Elecciones, Voto

La oposición debe pensar y establecer líneas de acción en torno no solo a la vacancia. Debe agregar a ello un discurso que proponga una agenda económico y social para hablarles a los no convencidos en regiones. Es así como se podría cambiar la correlación de fuerzas para una transición democrática que se requiere para evitar el colapso económico del país.

¡Ojo!

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Pedro Castillo

El Perú de centro y de derecha se ha hecho sentir y ha puesto las cosas en su justo sitio, aquel que debió primar el 2021, si no hubiera sido por la pésima campaña en segunda vuelta de Keiko Fujimori y la euforia antiestablishment que la pandemia generó a favor de Pedro Castillo.

Habrá que estar atentos, por cierto, para que el gobierno de Castillo no quiera hacer lo mismo que ha hecho con buen número de congresistas, con las autoridades locales, es decir cooptarlas políticamente a cambio de prebendas presupuestales y eventualmente utilizarlas como espolón político en su defensa, dada la orfandad de votos obtenida por los candidatos de sus aliados (Perú Libre y Juntos por el Perú) en la mayoría de circunscripciones electorales del país.

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Junín, Pedro Castillo

La del estribo: muy recomendable Tiempos Mejores, obra escrita por Rasec Barragán y Mikhail Page. Fue seleccionada en el FAE Lima 2021 y posterioremente ganó el premio Estímulo Económico a las Artes Escénicas del Ministerio de Cultura. Soberbias actuaciones de Javier Valdéz, Denisse Dibós, Alicia Mercado y Mario Cortigo. Dirigida por Roberto Ángeles (disclaimer: es mi querido y admirado primo hermano), va en el Centro Cultural Ricardo Palma hasta el 24 de octubre.

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elecciones regionales y distritales, JNE, ONPE

Vallejo en general, y Trilce en particular, son ya parte de nuestra identidad nacional. Lo curioso es que nadie ha podido dar una explicación plena del significado de este neologismo, que suena tan natural a las reglas del castellano. Unos dicen que es una síntesis de «triste y dulce». Otros, que alude al precio del libro (tres soles). Y hay varias teorías más. Sus 77 poemas están llenos de percances personales y meditaciones difíciles de seguir. Su lenguaje es por momentos hermético, pero de un brillo poco común, que cautiva aunque no lo entendamos del todo.

A pesar de las legiones de críticos y lectores que han contribuido a desentrañar el significado de algunos poemas, Trilce alberga zonas oscuras que Vallejo se llevó como un secreto a la tumba aquel Viernes Santo de 1938 cuando murió en París, donde vivía desde 1923, después de salir del Perú.

Quizá nunca llegó a intuirlo, pero su legado como el escritor más completo que haya surgido de nuestras tierras lo ha hecho el día de hoy un verdadero símbolo de nuestra desgarrada nacionalidad.

Con ese motivo ya ha habido varias celebraciones importantes por el centenario de Trilce. Conversatorios y congresos como el que organizaron la Universidad de Sevilla y la Universidad César Vallejo junto con la Asociación Internacional de Peruanistas en España, en abril de este año, y otros que vendrán, como el de octubre en Londres y Oxford (puede verse el programa en este enlace:

https://asociacioninternacionaldeperuanistas.blogspot.com/2022/09/v-congreso-intyernacional-vallejo.html ), el de Casa de las Américas, en La Habana, Cuba, en noviembre ( https://asociacioninternacionaldeperuanistas.blogspot.com/2022/08/trilce-y-las-vanguardias.html ) y el de Universidad Católica también en noviembre ( https://www.facebook.com/events/1218272962046400/?ref=newsfeed ).

Asimismo, vale la pena la exposición «Contra todas las contras: 100 años de Trilce» que han curado los destacados vallejólogos Carlos Fernández y Valentino Gianuzzi en la Biblioteca Nacional en San Borja.

Y me quedo corta, porque hay otros eventos y publicaciones que no son menos importantes.

¿Qué sería del Perú sin Vallejo? Pues tendría una literatura notable, pero no tan destacada. Vallejo, que es considerado el mayor poeta de la lengua y uno de los más grandes de la literatura universal, no puede sino llenarnos de orgullo.

Sigamos leyéndolo y comentándolo, que es la mejor manera de celebrarlo.

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César Vallejo, Trilce

Se trata de una realidad que plantea retos importantes: ¿cómo se va a definir e interiorizar la cultura organizacional, el sentido de pertenencia y lealtad?, ¿cómo se va a realizar la supervisión de los colaboradores y evaluar su desempeño, ¿de qué maneras se va a ejercer el liderazgo y la autoridad?, ¿qué significa ser colega y compañero de trabajo? y, sobre todo, ¿qué papel va a tener lo laboral en la definición de la identidad personal, el sentido de agencia y el nivel de bienestar con la vida?

Nadie tiene muy claro lo que todo lo anterior va a terminar significando, pero las organizaciones que no comiencen a pensarlo de manera desprejuiciada y creativa, van a perder la capacidad de reinventarse en un mundo que se anuncia precario, rudo e incierto.

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laboral, Trabajo híbrido

Esta denuncia en concreto hace referencia al caso del ya fallecido sacerdote Winfried Pilz (1940-2018), quien fue entre los años 2000 y 2010 presidente de la Obra Misional de Niños (Kindermissionswerk) con sede en Aquisgrán, organizadora de la mayor colecta de la Iglesia católica realizada por niños disfrazados de Reyes Magos durante la Epifanía, generalmente a beneficio de obras humanitarias en países del Tercer Mundo. También compuso canciones religiosas que se siguen cantando durante las celebraciones litúrgicas católicas en toda Alemania.

El 29 de junio de este año el arzobispado de Colonia dio a conocer públicamente que había acusaciones de abusos en contra del clérigo. Pilz habría abusado sexualmente en dos ocasiones de un joven adulto (nacido en 1956) en situación vulnerable, en la época en que fue rector de un centro de formación juvenil entre 1972 y 1989. En 1988 la víctima habría hablado sobre los abusos sufridos con un obispo auxiliar de la arquidiócesis y habría señalado que habría otras víctimas. Parece que esto no tuvo ninguna consecuencia. Porque según el arzobispado de Colonia, recién en el año 2012 se habría tomado conocimiento de la acusación, y tras la debida investigación y corroboración, el arzobispo de entonces, el cardenal Joachim Meisner, recién en el año 2014 le impartió a Pilz una amonestación, le impuso una multa y le prohibió cualquier contacto con menores de edad. La denuncia ante la fiscalía se hizo en el año 2018 y fue archivada por prescripción del delito. En el año 2021, tras la muerte del abusador, se habría tenido indicios de que había más víctimas.

Por supuesto, la víctima no sabía nada al respecto y tomó contacto con el arzobispado en el invierno de este año. Woelki declaró bajo juramento que recién había tomado conocimiento del caso durante la cuarta semana de junio. Sin embargo, el 6 de mayo la directora de la oficina arquidiocesana le había enviado a la víctima una invitación para una conversación con el cardenal, donde decía textualmente: «El cardenal me ha pedido…» Éste es el argumento principal en la denuncia de los tres sacerdotes que acusaron a Woelki del delito de mentir bajo juramento.

Pero todas estas cosas son solamente la cereza de la torta, pues desde hace tiempo el cardenal Woelki está en el ojo de la tormenta y la mayoría de los católicos de Colonia, incluidos sacerdotes, agentes pastorales y trabajadores de la arquidiócesis, han manifestado su descontento y exigen su renuncia.

Entre las perlas cardenalicias de Woelki que han causado malestar está la decisión expresada el 30 de octubre de 2020 de no hacer público el informe independiente sobre abusos sexuales en la arquidiócesis encargado al bufete de abogados Westphal Spiker Wastl de Múnich, aduciendo graves fallas metodológicas, encargando un nuevo informe a los abogados penalistas Kerstin Stirner y Björn Gercke, que fue presentado el 18 de marzo de 2021, y donde no se encontró ninguna responsabilidad en el arzobispo Woelki de haber encubierto abusos, a diferencia de los informes de otras diócesis alemanas, donde sí se determinó responsabilidad de parte de los obispos a cargo.

Los dos informes costaron en total 1.27 millones de euros, y si a eso se suma lo desembolsado por la arquidiócesis en abogados especializados en derecho de medios y consultorías de comunicación y relaciones públicas, se llega a la suma de 2.8 millones de euros. Mientras tanto, a las víctimas de abusos se les ha pagado desde el año 2010 en concepto de reconocimiento del sufrimiento padecido apenas 1.5 millones de euros.

Se sabe también que entre los años 2015 y 2016, por orden de Woelki, el arzobispado asumió las deudas de juego de un eclesiástico, que ascendían a la suma de 1.15 millones de euros. El dinero se tomó de un fondo arquidiocesano para necesidades especiales, que también sirve para pagar las reparaciones de las víctimas de abusos, ninguna de las cuales ha sido beneficiada con el monto concedido al afortunado clérigo.

Woelki, además, desde una postura conservadora, ha sido muy crítico del Camino Sinodal, el proceso de reforma que ha emprendido la Iglesia católica en Alemania y que se encontraría ahora en un callejón sin salida, ahogando así las esperanzas de tantos católicos alemanes que quisieran una Iglesia más cercana a las inquietudes y preocupaciones de los mortales comunes y corrientes.

¿Es el cardenal Woelki un caso trágicamente excepcional dentro de la Iglesia católica? Ocurre frecuentemente que cada vez que se investiga a un obispo católico, aparecen turbiedades e inconductas difícilmente conciliables con las enseñanzas del Jesús de los Evangelios. Porque la crisis de la Iglesia católica no enraíza en las personas, sino en un sistema que propicia que ocurran estos escándalos y donde la mayoría de los miembros de la jerarquía eclesiástica parecen cortados en el mismo molde, aunque haya excepciones.

Mientras tanto, la fiscalía de Colonia ha decidido archivar la denuncia hecha por los tres sacerdotes, aduciendo que las expresiones que dan a entender que el cardenal Woelki sabía previamente del caso son usuales en la correspondencia burocrática y que no son prueba de que efectivamente tuviera conocimiento al respecto y, por lo tanto, no hay sustento suficiente para afirmar que ha mentido. La pregunta que queda pendiente es cuánto habrá tenido que pagar el cardenal Woelki a los abogados que lo libraron de este proceso judicial. Pero que no lo libran del escándalo que sigue representando ante los fieles católicos de su arquidiócesis y de toda Alemania.

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Woelki

Dadas las condiciones favorables de los mercados internacionales, la izquierdización regresiva de la región y las fuerzas y resiliencia de la economía peruana, un buen gobierno de derecha hubiera provocado una disparada fenomenal del país. Otro, muy distinto, sería el panorama, si el país hubiera elegido a Keiko Fujimori el 2021. No era la candidata ideal -no hay, ni siquiera, necesidad de abundar en ello-, pero en comparación a Castillo habría sido maná caído del cielo para un país que necesita a gritos crecer y solo así reducir la pobreza orgánicamente y disminuir las desigualdades, como ha sucedido en los últimos treinta años, proceso histórico e inédito, que ahora se ha congelado por el pésimo gobierno de Castillo.

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Pedro Castillo, vida política

A lo largo de su copiosa discografía, Frank Zappa dirigió muchas otras canciones a criticar, sin eufemismos ni poéticas digresiones, a los corruptos de cuello y corbata que usan el poder para enriquecerse. A pesar de que sus composiciones de tipo político son extremadamente localistas, varias de esas frases y razonamientos, realizados en contextos musicales que abarcan desde el rock hasta la música instrumental de vanguardia, pueden aplicarse a cualquier otra realidad incluyendo, por supuesto, la nuestra. Por ejemplo, al escuchar Dickie’s such an asshole (Roxy & Elsewhere, 1974), que dedicó originalmente a Richard Nixon y, una década después, a Ronald Reagan, pienso en prohombres nacionales como Alan García, Alberto Fujimori, Pedro Castillo o en alguno de los nombres que hoy pretenden llegar -o, como en muchos casos en todo el país, regresar- al sillón municipal, que gritan “¡no soy criminal!” cuando en las caras nomás se les nota.

Otra de esas canciones frontales que Zappa dedicó a los políticos de su país fue Hot-plate heaven at the Green Hotel (Does humor belong in music?, 1986), cuya letra va directo al corazón del sistema bipartidista estadounidense: “Los republicanos te tratan bien / si eres un multimillonario, / los demócratas son justos / si todo lo que tienes es lo que traes puesto, / ninguno de los dos vale realmente / porque a ninguno de los dos les importa / si hay calefacción en este hotel / porque nunca han estado allí”. O su clásico I’m the slime (Over-nite sensation, 1973), en que los disparos son para la telebasura: “Soy vulgar y pervertida, obsesiva y trastornada, / he existido por años pero nada ha cambiado, / soy la herramienta del gobierno para regularte… / Te hago pensar que soy deliciosa / con las cosas que digo, / soy lo mejor que puedes tener / ¿ya adivinaste quién soy? / soy la baba que sale a diario de tu televisor”. Que levante la mano quien no haya pensado en nuestra televisión de señal abierta, sus entrevistas políticas timoratas o sus programas de farándula ramplona.

Finalmente, dos joyas de la corona en el universo zappesco. The idiot bastard son (We’re only in it for the money, 1968), que habla de un personaje oscuro y tonto cuyo padre “es un nazi con un escaño en el Congreso y su madre, una prostituta de algún lugar de Los Angeles”. La compleja melodía de este tema cautivó tanto a Sting que le pidió permiso a Zappa, en 1988, para incluirla en su gira mundial (aquí podemos oír la versión del ex líder de The Police). Y Trouble every day (Freak out!, 1966), una crónica periodística en la que el autor nos habla de racismo, política, abusos policiales y más.

Pero, volviendo a Agency man. En la versión de 1993, sin cortes, aparece una estrofa más, de antología, dedicada a los políticos y sus campañas electoreras: “¡Vamos a California! / ¡Páganos antes de salir! / Conseguiremos a un nazi sonriente / y lo llevaremos marchando por el camino. / Contrata a un niño, besa a un niño, / invita a las damas el té, / y aquí tienes un par de discursos / que te pasaremos gratis”. Con esta canción, Frank Zappa nos muestra su absoluto desprecio por los políticos, sus financistas y asesores, por lo que se hace indispensable, para aquellas personas que sentimos lo mismo, conocer estas canciones que trascendían los límites del espectro rockero tradicional. En estos tiempos de Bad Bunnys y Chris Martins, que navegan entre la vulgaridad y la sofisticación como las dos caras de una misma moneda, la del escapismo individualista, envanecido y ostentoso, hace falta escuchar a artistas como Frank Zappa que, con inteligente rabia, no dejaban títere con cabeza en sus composiciones musicales. O entrevistas, como esta de 1990.

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#Rock, Agency man, elecciones municipales 2022, Frank Zappa, Música, Política
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