Opinión

Luego llegó la pandemia y, con ella, una serie de obligatorios cambios y restricciones que afectaron por completo a la industria musical. Como muchos otros artistas alrededor del mundo, A.A. Williams vio la cuarentena como una ocasión para expresarse musicalmente y mantenerse en contacto con su público. Desde su departamento en Londres comenzó a grabar videos de sí misma, tocando al piano algunas de sus canciones favoritas. La primera de ellas fue Creep -aquella canción debut de Radiohead que le dio ingreso a las radios, quizás por primera vez, a todos los freaks y rechazados del mundo -y, de inmediato, sus fans comenzaron a hacerle pedidos. 

A.A. Williams tomó nota y realizó varios videos en esta línea, todos en blanco y negro, como una manera de “tener algo que hacer en lugar de entristecerse con las noticias”. El proyecto se convirtió en un disco, titulado apropiadamente Songs from the isolation (2021) que incluyó otros covers como Lovesong (The Cure, 1989), Nights in white satin (The Moody Blues, 1967), Where is my mind? (Pixies, 1988) o If you could read my mind (Gordon Lightfoot, 1970). Como puede verse, sus referencias muestran una diversidad y ausencia de fronteras que enriquecen la construcción de su propia voz y estilo musical. Ese mismo año grabó arco, una recreación de los temas de su EP debut pero esta vez con el acompañamiento de un conjunto de cámara, The Mayfield Ensemble -cuatro violines, dos cellos, dos violas y dos contrabajos-, con arreglos escritos por ella en su integridad. El resultado es conmovedor y de una forma casi contradictoria, feliz.

La carrera de A.A. Williams está en pleno desarrollo y, sin temor a exagerar, se trata de una artista que habría dado mucho más que hablar en otras épocas. Su última producción discográfica, As the moon rests (2022), la vuelve a reunir con The Mayfield Ensemble pero esta vez con una banda completa, integrada por ella (voces, guitarras, teclados), Geoff Holroyde (batería) y su esposo y productor Thomas Williams (bajo). Las tonalidades de este álbum, siempre bajo el membrete de Bella Union, mantienen la línea trazada por Forever blue, pero con más énfasis en los riffs pesados –Evaporate, Golden-, sin dejar de lado baladas doloridas como Hollow heart, armonías electroacústicas en Pristine y el tema-título As the moon rests, una larga confesión de sentimientos encontrados que aplican tanto para una situación de desencanto amoroso como de dudas existenciales más individuales, de búsqueda y reencuentro con uno mismo.

En un ambiente musical que impone a las mujeres los roles de reinas plásticas de las pasarelas como Jennifer López, Katy Perry o Beyoncé, por un lado; o reivindicadoras del desamor sin perder el glamour como Adele o Lady Gaga; además por supuesto de todas las promotoras del cliché “latina hot-and-sexy y devoradora de hombres” que alimenta a tiempo completo la imaginería reggaetonera y del latin-pop más desechable; la tristeza sónica, de ánimo lúgubre y poco pretensioso de A.A. Williams -cuyo verdadero nombre de pila es Alex y tiene un perro llamado Geezer, en homenaje al bajista de Black Sabbath, Geezer Butler-, es más que bienvenida.

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A.A Williams EP (Holy Roar Records)

No he podido evitar, leyendo los poemas de este libro, ver surgir, en la dicción del poeta, algunos de los fantasmas que animan su diálogo con la tradición peruana: un afán sentencioso y crítico que remite a Wáshington Delgado y Juan Gonzalo Rose, un coloquialismo sobrio y contenido que hace pensar en el mejor Marco Martos y esa mirada sobre el mundo natural que tiende un vínculo con el universo de José Watanabe. Nada de esto desautoriza la autonomía de Sánchez en su lograda expresión, solo creo ver lecturas que consciente o inconscientemente pueden aflorar en la escritura para dar vida a un poemario sólido que, en su tramposa sencillez, muestra una construcción rigurosa.

Dejo al pie de estas notas este poema. 

SILENCIOSAMENTE

Hubo un tiempo en donde tú,

hermosa como una hoja, 

bailabas suspendida en el aire.

Arrojabas tu mirada 

a los suplicantes 

que revolvían sus cabellos 

al otro lado de la vereda 

para quebrar así la inocencia 

de las estrellas del otoño.

 

Hubo un tiempo en donde fuiste 

hermosa como una hoja, sí. 

Luego vine yo a posarme 

en tus rodillas, 

tembloroso como un suspiro 

-como la primera culpa- 

y, generosa, entregaste 

tu voz al viento 

que empezó a descorrer el infinito 

para que yo aprendiera a amar 

silenciosamente,

madre.

 

Diego Alonso Sánchez. Un sol líquido. Lima: 2023, Vallejo & Co.

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poemas

El sur altoandino no va a aguantar mucho tiempo más el proceso autodestructivo impuesto por los violentistas radicales. Va a tener que ceder y para ello, en el mejor de los casos, el gobierno haría bien en tender puentes de plata (ayuda económica para superar el desastre dejado por la izquierda, por ejemplo), que la Fiscalía profundice las investigaciones por las muertes ocurridas y arroje resultados rápidos, y que el Ejecutivo empiece a mostrar resultados tangibles de una represión inteligente de los desmanes, que acabe con la extorsión delictiva que implican los bloqueos de carreteras y que tanto daño económico hacen a la economía regional y nacional.

Lo más importante, al final de cuentas, es que fracasó el intento de imponer por métodos violentos y subversivos, la mentada Asamblea Constituyente. Si la izquierda quiere desplegarla, pues que gane las siguientes elecciones congresales con el suficiente número de votos como para lograr la mayoría que se necesita para hacerlo.

El centro y la derecha actuales le han plantado cara, con firmeza, al intento de tirarse abajo la matriz constitucional que ha permitido que el país saliese de la inviabilidad en la que se encontraba en los 80, y que lamentablemente, muchos jóvenes no recuerdan, ni miran el espejo regional de aquellos países que han colapsado por seguir esa ruta nefasta.

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Asamblea Constituyente

En este escenario de impase total y de bloqueo parlamentario suicida, Dina Boluarte tiene la llave que la llevaría a la posteridad, como aquella presidenta desprendida de poder, que ofreció su presidencia para que efectivamente se adelanten las elecciones en este 2023. De villana para algunos, sería entonces recordada, como la heroína de todos en esta triste historia.

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Congreso de la República, Dina Boluarte

TRES

No te santifiques que los hechos demuestran que eres una terruca lover. Viviste con un terrorista, tuviste una hija con él, presentaste el libro de un terrorista y abogaste para que un terrorista sea cambiado de prisión. No es campaña de terruqueo, esto es información. 

Milagros Leiva

Días atrás, la irritante periodista de WIllax fue condenada por su infamia a Anahí Durant.

La ex Ministra de la Mujer expresó.

  • La sentencia sienta un precedente importante y debe servir para que los periodistas sepan que terruquear es delito y tiene consecuencias.

El gobierno de Dina a terruqueado –sin dudas– a todos los manifestantes. Ídem, la prensa adicta. Lo que parece increíble es que la misma Derecha –recalcitrante– que llenó de epítetos a la propia Dina, antes del fallido golpe, sea ahora su defensor principal. 

  • Insólito, ¿no?

Lo que más me jode es que la gente común hace lo mismo. Sin atisbo de duda. Ya sea Lima o cualquier otra provincia. Y no solo las clases acomodadas. Como si fueran sinónimos, en las redes sociales, se tuitean por miles.

  • Terruco y resentido.
  • ¿A eso hemos llegado?

No entienden la protesta. La misma –lógicamente – ralentiza o paraliza la economía. Sin embargo, mientras unos han logrado cierta estabilidad o progreso (en años de la bonanza neo liberal); olvidan que hay un gran sector que han sido totalmente ignorados o relegados a un rincón.

  • ¿Es justo? 

Muchos políticos o mesocratas – incluso los supuestos cristianos–  vociferan a los cuatro vientos.

  • El que es pobre, lo es porque quiere.

Solamente un ignaro que desconoce el Perú (por ende, sus contradicciones) puede emitir la expresión lapidaria.

La periodista Patricia del Rio emitió una inquietante elocución, en La Mula TV.

  • Si hay gente que aún cree que la tierra es plana. El sesgo de necesitar que te digan lo que quieres escuchar, va a ser mayor. No importa lo que le pongas delante. Va a seguir pensando igual. Que ese joven que murió baleado, mientras estaba atendiendo a un herido, seguro había tirado una piedra hacia media hora. No les importa en absoluto.
  • Entonces estamos en el riesgo que el exceso de información pueda reforzar la dureza del negacionismo, que intenta ocultarla, acotó Cesar Azabache.

En más de medio siglo de vida, creo que nunca habíamos vivido tal nivel de maniqueísmo a ultranza.

  • ¿Acaso nos estamos deshumanizando?

*Fotografía perteneciente a tercero

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Dina Boluarte, protestas, Víctor Santisteban Yacsavilca

Son preguntas que, bajo las circunstancias actuales, no tienen respuesta clara. No hay forma de saber qué sucederá en los próximos días con relativa certeza. Porque no hay claridad respecto de cuál será el accionar opositor, que aparentemente se mueve sin una organización central, y mucho menos cuál será la respuesta del gobierno, considerando que ya empezaron a surgir algunas diferencias entre la Presidenta y su Premier (el último mensaje presidencial y su absurda iniciativa de proponer una reforma constitucional, para el próximo Congreso, fue una muestra de debilidad y un afán, sin sentido, de contentar a un sector de los protestantes inútilmente). Lo único cierto es que nada está dicho ni asumido.

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conflictos sociales, Congreso de la República, Dina Boluarte

«Las armas del juicio», señala, y «trincheras de ideas». El pensamiento debe dirigir la acción, no los apetitos menudos ni los egoísmos de los grupúsculos poderosos. ¿Suena conocido?

Si Martí viviera en el Perú sin duda habría condenado la masacre de más de sesenta peruanos durante las protestas y las estructuras de un poder que es incapaz de reconocer sus errores y la necesidad de irse a casa y dejar que se democraticen el ejercicio político y la economía.

Cuando se encontraba en su primer exilio en España, escribió un largo poema en homenaje a sus correligionarios, los patriotas asesinados por el poder colonial:

A mis hermanos muertos el 27 de noviembre (1872)

¡Cadáveres amados los que un día

ensueños fuisteis de la Patria mía,

arrojad, arrojad sobre mi frente

polvo de vuestros huesos carcomidos!

¡Tocad mi corazón con vuestras manos!

¡Gemid a mis oídos!

¡Cada uno ha de ser de mis gemidos

Lágrimas de uno más de los tiranos!

¡Andad a mi redor; vagad en tanto

Que mi ser vuestro espíritu recibe,

Y dadme de las tumbas el espanto,

Que es poco ya para llorar el llanto

Cuando en infame esclavitud se vive!

Palabras mayores. Es hora de que nuestros poetas aprendan algo de modelos como el de Martí si quieren estar del lado de la historia y no quedar en onanismos y nostalgias de postal.

Despierten, poetas.

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José Martí, patriota cubano

No es un escenario catastrófico. Hace dos meses había 18 candidatos de centroderecha, cuya dispersión amenazaba con entregarle en bandeja el pase a la segunda vuelta electoral a un candidato de izquierda disruptiva, que se llevaría toda la bolsa poblacional izquierdista, dado el desprestigio enorme en el que se ha visto embarcada la supuesta izquierda moderada (Verónika Mendoza y adláteres).

Ojalá seamos testigos de una segunda vuelta entre dos candidatos de centro o de derecha, lo que aseguraría la continuidad del modelo económico, y se esperaría que las reformas urgentes (salud, educación, seguridad, descentralización, etc.) se empiecen a plasmar. En un ciclo virtuoso, con tranquilidad congresal (habrá que suponer que se ha aprendido la lección del 2016), el Perú podría dar vuelta a la página a la crisis política y la parálisis económica por la que discurre.

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Elecciones, política peruana

Al volver por el sentido contrario, buscando a los otros miembros del grupo, como uno que sufre de ceguedad, encontraría con la cabeza rota e inconsciente, alrededor de un charco de sangre desparramado a otra persona en plena esquina. Pedimos a la policía que deje de tirar gases y reprimir. Pero siguieron. Para entonces estaba tan ahogado y pasmado, que comencé a vomitar. Yo tengo problemas de salud en relación a la respiración. Pero de alguna forma tenía que vivir todo esto en carne propia para poder escribir y así dar la mayor objetividad posible a los que me leen. Estos son los gajes del oficio. Pero, a decir verdad, nunca imaginé que algo así pudiera desencadenarse. Me sentí como en las crónicas que leía muy joven de Hemingway en la guerra civil española. Y el solo hecho de pensar que pude haber sido yo o cualquiera de los del grupo alguna de las víctimas muertas o heridas, me aterra. En eso, entre los mareos y llantos, me detuve agitado y vi una pancarta en los suelos inscrito con las siguientes palabras: “Mamá, estoy aquí. ¡Volveré, te lo prometo!”. Pero muchos no volvieron como pasaría días atrás en el interior del país, y como esa noche tampoco volvería a ver más a su familia, Víctor Santisteban Yacsavilca.

Acompañé a la gente que lo llevaba al hospital EsSalud de Grau en una camilla. Del que entraría una familiar o esa era la intención, puesto que entró una chica que de la impresión ni podía esgrimir ninguna palabra. Dentro, había un tipo haciendo mimos burlescos, riéndose asquerosamente de lo que veía. Y que lastimosamente representa cierto sector fascistoide que ya no solo lo piensan sino que abiertamente dicen: “deben matarlos a todos”. Muchos de los presentes estuvimos allí, en espera y vigilia. Luego, como se ven en videos, la policía una vez más actuó de manera desproporcionada y sacó a la gente de la puerta de emergencia a golpes.

Esa noche otra vez Lima fue manchada de sangre. La única ciudad en donde si pareciera importar los fenecidos de nuestro país. Al escribir esto, sigo absorto y con la perplejidad en la mirada ante estos hechos que nunca pensé vivir y como del cual dudo mucho poder olvidar. Y ya al terminar, agradezco entrañablemente a las personas que me acompañaron el jueves después del accidente, como el abogado Arturo Morales, mi hermana, quien es mi mejor amiga, y una de mis compañeras de vida, Grecia. ¿Cuánto más seguirá todo esto como cuánto más podremos aguantar? Cuántas sangres más tendremos que ver derramadas para decir “ya basta”. Ahora hay un canto al cielo y me pregunto con una tristeza tan grande depositada en los ojos, a dónde irán sus esperanzas y sueños de todos nuestros hermanos peruanos fallecidos estas últimas semanas. A dónde…


Fotografía: Pua Nozi

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protestas, Víctor Santisteban Yacsavilca
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