Christmas around the world es un recital en el que la orquesta y coros de André Rieu combinan la interpretación musical con divertidas rutinas para beneplácito de los espectadores, haciendo gestos y usando llamativas vestimentas -pelucas blancas, vestidos de colores pastel, ternos y corbatines- basadas en la moda cortesana de siglos pasados. Cada canción es presentada con coreografías y movimientos milimétricamente preparados para darle una dinámica de vaudeville, alegre y familiar, una actitud relajada que promueve la participación del público con aplausos, emociones y cantos a coro. Cada año, el violinista de 73 años realiza este show navideño, como concierto y especial de televisión, en el sensacional Palacio de Invierno de su tierra natal, Maastricht.
Esta fórmula, que Rieu aplica a todos sus espectáculos temáticos, queda muy bien en contextos pascueros, por lo que tiene un lugar asegurado en el nuevo catálogo de clásicos modernos que acompañarán esta y las próximas Navidades a aquellas familias amantes de la buena música, tanto como los recitales que hace, desde hace ya más de una década, el cantante canadiense Michael Bublé, quien ofrece una versión actualizada de aquellos inolvidables especiales de temporada navideña del norteamericano Andy Williams, los Muppets o los Hermanos Osmond, tan populares en los años sesenta y setenta.
La música de Navidad, sinónimo de todas aquellas emociones y conductas que se ubican en las antípodas de lo que nos ofrece la actualidad política, social y del entretenimiento -inocencia infantil versus vulgaridades y perversiones del mundo adulto, armonía y solidaridad versus corrupción y egocentrismo, unión familiar versus enfrentamientos de toda clase-, puede ser todo lo repetitiva que quieran pero se alza como un bálsamo de escapismo -incluso si la despegamos de su sentido específico de celebración entre lo religioso, histórico y comercial- para aliviar un poco la asfixia de una realidad que se lleva por delante todo atisbo de buenas intenciones. Por eso, la existencia de artistas como André Rieu debe celebrarse y promoverse. Porque busca rescatar lo mejor que hicimos como humanidad, aunque sea una causa perdida.