El amor del padre hacia sus hijos e hijas, hoy en el siglo XXI, es una formación que involucra igualdad y libertad. Tener una masculinidad más igualitaria es fundamental para que exista un cambio social, por eso se desliga la imagen masculina de la violencia y el poder, solo así los hijos e hijas podrán llegar a realizar sus sueños. Es importante ser parte activa de la crianza de los hijos e hijas, la crianza no es una tarea exclusiva de las mujeres y es preciso déjarlos jugar libres sin crear etiquetas.
Estamos en el Bicentenario, para mirar hacia el futuro debemos reconocer a nuestros padres fundadores, analizar sus errores, sus aciertos, aprender para el futuro. El comportamiento de los congresistas de hoy no educa, ni es igualitario ni permite ver un futuro para la República. Es momento de cambiar la forma de ver la paternidad, la política y las masculinidades para ser libres en una patria con futuro. Feliz 28 Manuela.
Pd. Dedico esta carta a mi padre, Alberto Arispe Velarde, quien me educó para ser un mujer libre, independiente y soberana.