De paso, el antifujimorismo reestrenado por el régimen podría ser un parteaguas para volver a colocar frente a frente al gobierno y a la derecha, rompiendo la luna de miel que se había establecido en las últimas horas entre voceros del oficialismo e impensados halcones de la diestra, como el almirante Montoya y Renovación Popular.
La crónica está siempre del lado de la vida. Las historias que reúne Alexiévich nos invitan a pensar en la vida, en la urgente necesidad de defenderla de la brutalidad, la indiferencia y el olvido. El recuerdo de una infancia inocente, el monstruo de la guerra. En esa sucesión ocurren las pérdidas, el terrible vacío en que las víctimas viven su oscuro desamparo.
Y aunque Alexiévich se refiera a víctimas de otro tiempo, esas historias podrán repetirse y pondrán, una y otra vez, el telón de fondo con el que los seres humanos adornamos nuestra decadencia: ejerciendo el poder de destruir a los otros. Dudo que esta sea solo una lectura recomendable, la considero obligatoria.
Svetlana Alexiévich. Últimos testigos. Los niños de la Segunda Guerra Mundial. Barcelona: Debolsillo, 2020.
William Hurt obtuvo el Oscar por ser Luis Molina, personaje que logró empatizar con una sociedad indiferente frente a las minorías. Este precedente permitió a películas como Milk (2008) Brokeback Mountain (2015) Dallas Buyers Club (2014) alcanzar el reconocimiento también, con personajes LGTBIQ+ o el caso de Moonlight (2017), Una mujer fantástica (2017) Call me by your name (2017) Bohemian Rhapsody (2018) o la reciente Green Book (2019).
Hurt nunca se consideró una estrella del cine, nunca destacó por hablar en público y se incomodaba frente a las entrevistas.
Es, pues, políticamente casi imposible que, como están dadas las cosas, se genere un cambio virtuoso respecto de la mejora de alguno de los aspectos institucionales básicos del Estado en una sociedad democrática que se respete, y transforme el sainete que en el Perú llamamos tal. Vamos cuesta abajo.
A diferencia de Pelé y Maradona, el flaco trascendió como entrenador. Gracias a él, disfrutamos del mejor equipo de todos los tiempos: el Barcelona y a dos selecciones campeonas del mundo y una subcampeona, tocadas por su futbol: España (2010), Alemania (2014), y mi amada Holanda. El futbol de hoy, no se podría concebir sin los preceptos del Holandés Volador. Aquel team del 74, podría competir perfectamente con las selecciones actuales, sin problemas. Hace 6 años que nos dejó, pero su legado permanece en equipos y selecciones actuales.
De ahí, que mientras escribo esta columna, tengo puesto mi polo orange ,con el dorsal 14. Gracias por todo flaco. Te seguimos extrañando.
Uno de los desafíos del 2022 es que se logre realizar la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo, la cual permitirá consolidar las bases para un Sistema Nacional de cuidados, que contribuya a erradicar las barreras que limitan el pleno desarrollo profesional, personal, afectivo y laboral de las mujeres.
El pesimismo nos embarga. No hay visos de solución a la vista. No se aprecia ni en el Ejecutivo ni en el Legislativo la lucidez suficiente para salir del atolladero sino, más bien, intereses subalternos para mantener el statu quo y seguir medrando de él. El 28 de marzo no se va a lograr la vacancia. Es puro fuego artificial el que la oposición está levantando, porque en los hechos no hace nada para concertar y lograr los 87 votos necesarios para alcanzar dicho objetivo. En el fondo, solo parece querer jugar con el tema durante todo el periodo del mandato de Castillo, pero sin atreverse a dar los pasos necesarios para hacerlo realidad. Y el Ejecutivo, por su parte, a sabiendas de ello, se burla de la representación nacional con mensajes como el de ayer. Así estamos. Eso es lo que hay en la vidriera.
En todas las luchas políticas hay centristas como parte del contexto. Una vez más, no caben frente a la feroz asimetría de la realidad. No se puede, por ejemplo, hablar de respeto a las minorías en la discusión política sobre los derechos sexuales de la comunidad LGTB, porque en este caso la condición minoritaria no implica diferencia alguna en la calidad ciudadana, pues no hay mirada civilizatoria divergente. Aquí lo que ha habido es un abuso histórico contra todo lo humano que no sea heterosexual y heteronormativo, y por tanto lo único que corresponde al opinante público o actor político progresista es la denuncia y el compromiso con la causa igualitaria y liberadora. Tampoco se puede ser vanguardista en temas de sexualidad y al mismo de derecha económica pro-capitalista, salvo desinformación histórica y epistemológica. La familia hetero-patriarcal es funcional al capitalismo (servicios y cuidados gratuitos en casa, en favor de la mano de obra del sistema y su reproducción por medio de los hijos), y la ciencia moderna tiene este delirio de control sistémico y racionalización total de la realidad porque el mejor ideal del modelo industrial capitalista es la maquinización organizacional de la sociedad, para fines productivos y de acumulación. Se ve aquí, además, que la pulcra ciencia siempre aparece diciendo lo que conviene al orden económico reinante, y luego entra en razón muy lentamente.
Lo más probable, por ello, es que estemos siendo testigos de un juego de espejos y que el día que se discuta la vacancia real, el 28 de marzo, los “niños” vuelvan al redil y el asunto pase al desván. Pero igual creemos importante que se haya aprobado esta moción, que obliga al presidente a asistir al Congreso a dar explicaciones. Y, sobre todo, porque le deja en claro que, así sea por juegos políticos subalternos, su sostenibilidad en el poder depende de que haga las cosas con relativa transparencia y no con la opacidad con la que ha venido manejando la administración pública estos primeros meses de gobierno.