Opinión

Y eso se debe a que se quiere hacer política con organizaciones que más que ser partidos políticos son una especie de clubes electorales, como en los inicios del siglo XX. Clubes de amigos y no de políticos. Sabemos claramente que esto se debe a la contrarreforma planteado por Vizcarra, pero hay algo más que eso. Esto se debe también a la crisis permanente de los partidos políticos. Lo que actualmente tenemos mayoritariamente en el país son aficionados a la política.

¡Ojo con eso!

Tags:

análisis político, Congreso de la República, Presidente Castillo

Por ejemplo, el 33% del NSE DE piensa que la desigualdad en el país es aceptable. Los que peor la pasan, los que sienten en carne propia la falta de oportunidad son los que menos inconformes se muestran. ¿Las razones? Habrá que hilar fino.

Pero otra vez, la percepción de que la individualidad es el camino para el progreso puede contribuir a generar esta visión de que, en el fondo, no es tanto una lógica contextual, sino de “decisión”. Pero es una suposición. La evidencia está. Hay que entenderla mejor.

La movilidad como clave

El tercer punto que creo es clave en este gran trabajo es el de la movilidad. Desde allí la conclusión es que tanto en movilidad educativa como social, nuestra velocidad es lentísima. Quienes tienen educación superior, en gran medida provienen de hogares que la tenían. Quienes no tienen educación, provienen de hogares similares.

En movilidad social, usando una categorización muy interesante, se nota también que la clase dominante proviene de sí misma y algo de la clase intermedia. Pero la clase trabajadora, básicamente de la misma clase trabajadora.

Es decir que reproducimos más de lo que es esperable ver nuestro origen. Otro elemento que justifica el hecho de que los NSE más bajos consideren que existe un menor nivel de desigualdad. Si nada se mueve y no hay cambio, sólo queda lo individual como respuesta.

Un optimismo que contiene

Además, hay una perspectiva optimista de toda esta movilización. Se cree que sí se da y que sí dará en mayor medida con las siguientes generaciones. El 59% de entrevistados señala que su situación económica es mejor que la de sus padres y además el 81% sostiene que la de sus hijos será mejor que la propia. Muy interesante conclusión que no parece soportarse tanto en datos objetivos como en una lógica de esperanza o de apuesta futura. Esa es una apuesta que también puede justificar que sigamos donde estamos. En el fondo no hay una sensación de que al final del camino hay un precipicio, sino más bien una escalera.

Una escalera que se soporta en la promesa de la educación. 85% considera que la clave para tener una buena posición económica en el país es tener una buena educación. Por eso, cuando existen fuerzas que atentan contra ello, cabe preguntarse qué es lo que está detrás y cómo ello no genera una reflexión mayor que la que hemos observado.

También hay un dato que no puede pasar desapercibido y es la percepción de que para el 52% de peruanos el ingreso del hogar alcanza. Es decir, para la mitad de los peruanos no hay aún una situación crítica en cuanto a su economía. ¿Por qué es relevante? Porque nos lleva a explicarnos por qué no terminamos de estallar sin necesidad de un meteorito.

Hay miles de datos más que cada uno sabrá aprovechar. Yo solo comparto lo que me ha llamado la atención de manera particular: la visión del progreso individual, la justificación de la desigualdad de los sectores más pobres, la falta de movilidad y la ausencia de crisis.

[1] https://iep.org.pe/wp-content/uploads/2022/07/I-Encuesta-nacional-de-percepcion-de-desigualdades-ENADES-2022-v2.pdf

Tags:

Análisis de datos, Cultura, Últimas encuestas

La fórmula es simple y viable : Una ley aprobada con 66 votos + Referéndum = Elecciones Generales 2022. Para lograr nuestro objetivo, iremos en busca de esos 66 PATRIOTAS, para que la ciudadanía sepa quién es quién; para que el pueblo sepa con quiénes cuenta y con quiénes NO. Para que el país conozca a quienes pondrán los intereses nacionales por encima de los personales y también conozca a quienes postularon sólo por el sueldo y no les importa el país.

Eso lo podemos lograr rápidamente. Si logramos comprometer y sumar esos 66 votos en agosto, podremos incluir la consulta popular para
noviembre de este año y lograremos las ansiadas e impostergables ELECCIONES GENERALES 2023 en abril del próximo año. Conseguir esos 66 votos es una tarea que nos toca a nosotros los ciudadanos. Busquemos a los congresistas de Lima y a los de nuestras regiones, pidámosles desde las redes y los medios que sean valientes.

Que el país reconozca a los que se atrevan y repudie a los que sólo privilegien sus intereses. Dejemos nuestras diferencias por un momento y unámonos en un mismo objetivo: ¡QUE SE VAYA!

Tags:

Pedro Castillo, Presidente Castillo

Me hace falta el calor

Que lanzó el Astro Rey

Todo acusa esta humilde orfandad

Ya no se oye el cantar de los pájaros mil

Que a las flores besan por vivir

Esta estrofa, que es la última del vals, nos muestra a la violeta sola en el jardín, ya no hay nadie. Fue la última en resistir el crudo invierno, por eso la humilde orfandad, por eso los picaflores ya no hacen su trabajo de polinizar las flores para permitir la reproducción de decenas de especies vegetales. La Violeta está sola, y puede notar el silencio de ese jardín vencido-ya no se oye el cantar– que no pudo soportar más el asedio del invierno, como un castillo medieval, finalmente superado en todas sus defensas.

Este bello vals de Felipe Pinglo tiene la particularidad de ser breve. Consta de la estrofa de introducción en tercera persona y la estrofa de desenlace en primera persona. Polifacético, el Bardo criollo tiene valses extensos y otros que representan poemas breves como sus Boston vals Horas de Amor, Oh Mujer y Hawái.

Respecto de la música, la melodía es sutil, suave y ligeramente cadenciosa, lo que genera un hermoso maridaje con la letra. Tiene, además, una variante genial cuando, apenas iniciada la canción pasa, súbitamente, si comenzásemos en Re, a Fa sostenido, desafiando la escala tradicional del vals criollo, pero obteniendo por resultado el placer estético que ofrece la genialidad musical, precisamente cuando se quiebra una estructura tradicional suplantándola por otra novedosa y de delicada belleza.

El pasado 18 de julio se cumplieron 123 años del nacimiento de nuestro gran compositor criollo Felipe Pinglo Alva. Si observamos el panorama de su obra, en un hombre, como José Carlos Mariátegui, autodidacta, podemos observar una búsqueda constante de nuevas formas y de nuevos destinos, tanto musicales, literarios y temáticos.

En nuestra historia, hay personajes que vienen obligadamente juntos. Por ello, si el Estado se ocupa de homenajear a Haya de la Torre, tendrá que hacerlo con el ya mencionado Mariátegui, pues representan las dos miradas del Perú, desde la izquierda, cuando se nos iba, junto con la década de 1920, la vida del Amauta. Del mismo modo, los reconocimientos que desde el Estado se le brindan a Chabuca Granda, se le deben brindar también a Felipe Pinglo, pues lo contrario significa excluir, no solo al propio artista, sino al Perú que lo ama y lo venera.

A 123 años del nacimiento de Felipe Pinglo, los jóvenes todavía identifican al compositor del vals El Plebeyo, emblemática canción que cuenta con versiones grabadas por celebres interpretes argentinos, mexicanos, entre otros. Hagamos mucho más por este excelso embajador de nuestra cultura.

Link el Vals Decepción, equivocadamente nombrado como Astro Rey, interpreta E-Zequiel

Tags:

Historia, Música

El centro y la derecha tienen que sentarse desde ya y plantear pactos, dividirse cuotas parlamentarias, designar probables planchas, hacer campaña larga, no apostar a que compitan todos en la primera vuelta y después apoyar al que pase (está probado que en el Perú no hay endoses: recordemos cómo más del 20% de los votantes de López Aliaga en la primera vuelta del 2021, terminó votando en la segunda vuelta por Pedro Castillo). Es la hora de pensar en el Perú antes que en el propio interés.

La del estribo: expectativa de ver El ocaso de una estrella, sobre la vida de la cantante de jazz, Billie Holiday, con la actuación de Ebelin Ortiz, la dirección de Mateo Chiarella y la producción de Carlos Arana. Va en el teatro Ricardo Blume hasta el 19 de setiembre.

Tags:

Alianza Democrática, Avanza Pais, el APRA, Fuerza Popular, Renovación popular

Mientras nuestras corredoras y surfistas compiten y conquistan, como en distintos rubros del quehacer humano hacen o tratan de hacer millones de compatriotas, los actores oficiales, quienes ejercen la autoridad, representan, producen y ejecutan la ley, los que transmiten y comunican la realidad, en su gran mayoría, juegan a la ronda.

Tomados de la mano —sí, a pesar de que juran odiarse y enarbolan principios que se contradicen— dan vueltas interminablemente, preguntando de tanto en tanto a alguno de los lobos que encarnan sus temores y odios si ya está listo para destruir la sociedad que ellos representan o quieren representar. Dispuestos a salir corriendo despavoridos cuando haya peligro real a sus intereses. Dispuestos, igualmente, para volver a enlazarse en la ronda, sin importarles los esfuerzos y eventuales conquistas del resto de ciudadanos, que muchas veces torpedean y entorpecen.

Tags:

Deporte

El film de Jacques Rivette, sin duda la mejor y la más fina de las adaptaciones, fue objetado desde su rodaje por círculos de la Iglesia católica, que lo consideraban blasfemo. Lo cierto es que la película obtuvo dos veces la requerida “visa d’exploitation”, es decir, el permiso para proyectarla en cines, y las dos veces el Ministro de Información Yvon Bourges bloqueó esta decisión. Otro Ministro de Información posterior, Alain Peyrefitte, argumentó que el film hería de manera grave los sentimientos y la conciencia de una gran parte de la población. Intelectuales como la periodista Françoise Giroud y el cineasta Jean-Luc Godard protestaron contra la censura, y finalmente el escritor André Malraux, quien había asumido el cargo de Ministro de la Información, dio permiso para que el film fuera exhibido en el Festival de Cine de Cannes, donde obtuvo una nominación a la Palma de Oro. Este hecho le abrió la puerta a las exhibiciones cinematográficas en Francia, que se iniciaron en julio de 1967, obteniendo el film un relativo éxito.

La adaptación de Joe D’Amato es la que más libertades se toma respecto al texto original de la novela. Pero también es la versión más escabrosa y sórdida. Pues la cinta se ubica dentro del subgénero de explotación de monjas en conventos, dirigido al público adulto que acudía a los cines de segunda donde se ofrecían filmes cargados de violencia, sexo y sensacionalismo. Y si bien D’Amato sabe utilizar muy bien los códigos del lenguaje cinematográfico con una exquisitez que no encontramos en otros cineastas más pedestres y vulgares, su cinematografía está plagada de películas sensacionalistas sin restricciones, que van desde el terror sanguinolento hasta el erotismo e incluso la pornografía. Y eso se nota en este film que, si bien no es pornográfico, en ocasiones se le va la olla. Suzanne es violada por su padrastro en la primera escena, la afección de la Madre Superiora es gráficamente lesbiana, no hay reparo en mostrar desnudos de monjas e incluso una monja masturbándose frente a la estatua de un santo, se ve el sadismo de las monjas cuando azotan con crueldad manifiesta a Suzanne, se hace hincapié en la falta de control que algunas monjas tienen sobre su sexualidad. No obstante, ninguno de estos hechos aparece como inverosímil y se evidencia la crítica a la hipocresía y la doble moral del estamento religioso y clerical de la Iglesia, sobre todo en la impactante escena final del juicio, donde casi todos los testigos mienten a fin de salvaguardar la imagen de la institución eclesiástica, aunque tenga que ser condenada una inocente.

Parece que en la década de los 80 los tiempos ya habían cambiado, pues el film de D’Amato, a diferencia del de Rivette, no sufrió ningún tipo de censura, no obstante que tenía un enorme potencial para herir la sensibilidad de más de un católico mojigato.

El tercer film, de estilo clásico y académico, es quizás el más mesurado de todos, aunque se aparta al final de la trama original urdida por Diderot. Y más acorde con los tiempos actuales, presenta a Suzanne como una mujer que lucha por su derechos y al final logra escapar del convento y encontrar el lugar de residencia de su padre, quien había muerto el día anterior. No ocurre lo mismo en el film de Rivette, donde si bien Suzanne logra escapar, es acogida por una matrona dueña de un burdel y termina lanzándose por la ventana a fin de evitar una vida indigna. Y en la película de D’Amato Suzanne es condenada a muerte, acusada de haber hecho un pacto con el Diablo y ser una endemoniada.

Lo cierto es que, después de leer el libro “Siervas”, las historias que presentan estas películas ya no me parecen tan ficticias y lejanas de la realidad. Pues cada vez ocurre con mayor frecuencia que detrás de un gran ideal heroico, pero alejado de la vida de los mortales comunes y corrientes, se oculte una gran tragedia. O un gran infierno.

Tags:

mujeres, Religión, Sodalicio

Otro músico peruano de categoría mundial es Álex Acuña, que saltó de su natal Pativilca (Barranca, Lima) a las grandes ligas del jazz-rock norteamericano, como baterista de Weather Report, una de las bandas más importantes de los setenta. Con ellos grabó dos discos fundamentales de este género, Black market (1976) y Heavy weather (1977) y tocó en el Festival de Montreaux, como apreciamos en este video. Desde entonces, Acuña ha tocado y grabado con los mejores artistas del pop, R&B, rock y jazz del mundo. Acuña nunca perdió su conexión con nuestro país, al cual regresa siempre para recitales y clases maestras. Probablemente no habría alcanzado tales logros en el Perú discriminador de entonces (y de ahora).

En los ochenta, Susana Baca pasaba los días en casa de Chabuca Granda, cantando y componiendo sofisticados landós y festejos, géneros que aprendió de sus familiares, fundadores de Perú Negro. Sin embargo, nadie notó su existencia hasta que David Byrne, inquieto músico de rock (cantante y guitarrista de Talking Heads), la descubrió y convirtió en estrella internacional a través de su sello Luaka Bop. Hoy es una artista global de gran importancia e incluso en 2011 fue invitada por el gobierno de Ollanta Humala para ser Ministra de Cultura, aprovechando su fama y buenas intenciones. Duró cuatro meses en el cargo. Baca se codea siempre con las ligas mayores de la escena del jazz, como por ejemplo aquí, junto a los sorprendentes Snarky Puppy.

Otros casos: el guitarrista Lucho Gonzáles, que hizo una exitosa carrera en Argentina, donde acompañó a Mercedes Sosa y formó El Trío, junto al pianista Lito Vitale y el quenista Jorge Cumbo -después reemplazado por Bernardo Baraj (aquí su extraordinario primer álbum de 1984); los hermanos Óscar y Ramón Stagnaro -fallecido en febrero de este año a los 67 años-, solicitados músicos de sesión que han grabado con Alejandro Sanz, Yanni, entre otros. Más recientemente, es notable el trabajo de Tony Succar, joven multi-instrumentista y productor que grabó en Miami el álbum Unity (2015), catorce canciones de Michael Jackson en ritmo de salsa, arregladas por él e interpretadas por más de 100 músicos y luminarias de la escena latina como Tito Nieves, La India, Jon Secada y Obie Bermúdez.

El éxito mundial de nuestros compatriotas es, sin duda, un orgullo para el país. Pero no debemos olvidar que son casos aislados pues sus trayectorias florecieron y se desarrollaron lejos de nuestras fronteras, libres de las limitaciones del sistema educativo nacional.

A los casos mencionados, podemos añadir otros, notables artistas que en nuestro medio solo son conocidos por tres tipos de público: sus colegas o allegados, los nostálgicos que vivieron en la época en que surgieron, y los conocedores, melómanos y coleccionistas, siempre minorías frente a los públicos masivos que admiran a los jueces de La Voz Perú. Por ejemplo, la cantante chiclayana Tania Libertad, a pesar de haber desarrollado una amplia carrera discográfica en el Perú, grabando música criolla, encontró éxito internacional únicamente cuando decidió emigrar a México, donde compartió escenario con grandes estrellas de la música latina, incrementando su repertorio con boleros, rancheras y poemas musicalizados. Un ejemplo, en este enlace.

Pero esta indiferencia interna hacia el talento nacional es de larga data: en los cincuenta, la soprano vernacular Yma Súmac -nombre real: Zoila Augusta Emperatriz Chávarri del Castillo- salió del Perú siendo una desconocida y llevó su impresionante rango vocal a los mejores auditorios de Norteamérica y Europa e incluso llegó al cine, grabó cuatro LP de antología para el prestigioso sello Philips Records y hasta obtuvo una estrella en el famoso Paseo de la Fama de Hollywood. Escuchemos Bo mambo, de su tercer álbum Mambo! (1954). Ambas comenzaron a recibir atención en nuestro país solo cuando las noticias de sus triunfos llegaron, como realidades innegables y de suculento potencial comercial, desde afuera. A partir de ello sus conciertos y producciones discográficas, antes limitados a pequeños grupos de seguidores, se anunciaron con grandes titulares en los cuales una frase hecha aparecía como repetición efectista y disforzada: “orgullo peruano”.

Lo mismo ocurrió con Aníbal López (percusionista) y Lucho Cueto (pianista), músicos y arreglistas cuyas habilidades fueron apreciadas por Celia Cruz, Héctor Lavoe, Cheo Feliciano, Willie Colón, entre otros. Ambos recorrieron Latinoamérica acompañando a estas estrellas de la salsa y acá son, por supuesto, material para los clásicos reportajes de cinco minutos que, una vez emitidos, se olvidan instantáneamente. Jamás podríamos relacionar sus exitosas trayectorias al apoyo del Estado, la empresa privada o el público nacional, siempre más dispuesto a “hacer famosos” a otros personajes de la escena local, destalentados que apelan sin descaro al escándalo mediático, la chacota o el barato exhibicionismo que tanto disfrutan las masas. Un caso reciente es el joven vocalista limeño Renzo Padilla, que desde hace varios años canta en la orquesta del extraordinario pianista Eddie Palmieri en los mejores escenarios y festivales de salsa y latin jazz sin que nadie se entere en los medios locales.

Y es que la ausencia de la música en las currículas escolares no solo afecta a la formación de artistas sino también a la capacidad apreciativa del público, que termina consumiendo únicamente lo que ofrecen los medios de comunicación convencionales y no desarrollan un conocimiento integral de las principales manifestaciones musicales del Perú. Nombres como Jorge Bravo de Rueda, Miguel Ángel Hurtado Delgado o Daniel Alomía Robles, por ejemplo, son absolutamente desconocidos masivamente, a pesar de haber compuesto Vírgenes del sol, Valicha y El cóndor pasa, tres emblemáticas canciones peruanas admiradas en el mundo entero.

Como vemos, la situación de los músicos talentosos -los conocidos y los que están en formación- en el Perú no está exenta de los problemas comunes que aquejan a su situación social, política y económica. Todos estos ejemplos –y otros, más populares, como Eva Ayllón o Gian Marco- han tenido posibilidades de crecer y consolidarse por las condiciones que les brindó el mercado internacional o los contactos que lograron hacer desde muy pequeños. Solo promoviendo la educación musical desde la niñez esta situación podría cambiar y dejar de ser una colección de casos aislados.

Tags:

Música
x