Opinión

Roberto ‘Titín’ Drago (Lima, Perú, 1951), reconocido por su larga y sustancial trayectoria en el fútbol, es, además, un “hípico de toda la vida”. Actualmente, desde la conducción del  programa Charlas de Cuarentena —el cual ha superado las cien ediciones—, ’Titín’ se mantiene vigente y, al mismo tiempo, transmitiendo, con su peculiar estilo y sentido del humor, la experiencia acumulada durante tantos años de carrera. Así, conversamos con él, a partir del eje hípica-fútbol, para explorar los diversos momentos de su vida; a continuación la provechosa entrevista, marcada por excepcionales anécdotas junto a su padre, el mítico ‘Tito’ Drago e historias privilegiadas vinculadas al Deportivo Municipal, 

Comencemos hablando de tu infancia. Es sabido que creciste entre la hípica y el fútbol. ¿Cómo se forjó, desde tu niñez, la relación entre ambas en tu vida?

Los primeros recuerdos que yo tengo de muy pequeño son más pegados a la hípica que al fútbol, porque ‘Tito’ me llevaba al stud de Carlos ‘Calquín’ Pianezzi, tío de ‘Lalo’ Pianezzi, preparador actual en Monterrico. ‘Tito’ me llevaba a su stud en el Hipódromo de San Felipe, cuando yo tenía tres o cuatro años. Yo tengo hasta una foto montado en un caballo que se llamaba ‘Destroyer’, un tordillo del stud de ellos, porque allí ‘Tito’ tenía un par de caballos en sociedad con mi padrino ‘Lucho’ Miranda. También iba a ver los aprontes con ‘Tito’ entre los tres y cinco años. Y a partir de los siete años, comienzo a tener recuerdos del fútbol, cuando ‘Tito’ me llevaba a los entrenamientos del Municipal de aquella época en el campo del entonces llamado Ministerio de Hacienda. Concretamente, los primeros recuerdos son más del Hipódromo, después ya me voy acercando más al fútbol y, hasta ahora, ambos caminan en paralelo. 

Claro, y te has mantenido, siempre, ligado activamente a las dos. Ahora, siguiendo un poco más por el segundo, con respecto a los entrenamientos en los que acompañabas a Tito en Municipal, ¿qué recuerdos tienes de aquellos momentos? 

De los entrenamientos en aquella época, me acuerdo de alguna gente. El ‘Muni’ era uno de los mejores equipos del Perú, a finales de los cincuenta aproximadamente. Yo nací el 51’, por lo tanto te puedo decir que en esos momentos tenía 8 o 9 años. Los entrenamientos eran diferentes: tres pelotas, un preparador físico, dar vueltas a la cancha y partido. Eran otras épocas, imagínate, entrenamientos de los años cincuenta. 

Te voy a contar una anécdota tremenda de estos años. Un día, mientras ellos entrenaban, yo estaba a un costado jugando, haciendo pataditas con ‘Luchín’, el hijo del tío Lucho ‘Arequipa’, famoso utilero del ‘Muni’. Me acuerdo que estábamos pateando y él se fue para un lado. De pronto, me quedé con la pelota y vino un “viejito”. Me llamó con la mano y me dijo “hazme gol” o “tira al arco”, no me acuerdo la frase exacta. Me tiraba la pelota y yo pateaba, ¡pum!, un pelotón que parecía de basket (risas), y en una de esas se dejó hacer gol. Me aplaudió y todo. Lo recuerdo siempre con su ‘gorrita’. Con el tiempo, supe, por versión de mi papá, de Montalvo y de Carrasco, que era Juan el ‘Mago’ Valdivieso, en ese momento entrenador del Municipal. 

Qué increíble esa anécdota con  el ‘Mago’ Valdivieso, histórico guardameta de Alianza Lima y de la selección peruana.

Histórico del arco peruano, un capo total. Con él tuve esta anécdota y, con el tiempo, me di cuenta de quién era. Esos son los recuerdos de los entrenamientos, que eran en las tardes, después acompañándolo al camarín a ‘Tito’, viendo los partidos del ‘Muni’, saliendo a la cancha con el equipo, luego me quedaba en la banca porque no habían tantos controles como ahora, no había suplentes tampoco. Así fui creciendo: con camarín, carreras, y entrenamientos. La vida me fue involucrando y dando el gusto por el fútbol y la hípica desde muy chiquito. A muchos chicos puedes llevarlos y simplemente no les gusta. Pero, a mí, en buena hora, me gustaron ambas, y he vivido feliz con eso toda la vida. 

Esas épocas eran de un fútbol de gran calidad. De hecho, ese Municipal se caracterizaba por su juego exquisito. 

A Municipal, ya desde esa época; en realidad, desde finales de los cuarenta, cuando salen los ‘Tres Gatitos’ -‘Tito’, ‘Vides’ y ‘Caricho’- le ponen ‘La Academia’. Por definición propia, era una escuela, enseñaban a jugar. Además, esto se relaciona con que, paralelamente, en Argentina, también había un equipo que tenía un juego vistoso: Racing. De ese equipo, que campeonó tres veces, se hereda ese juego fino y simpático. Ese cuadro, el de los ‘Tres Gatitos’, que yo lo viví de chiquito, con José Carrasco, Óscar Montalvo, José Azofra, ‘Tito’, Claudio Lostanau, Juan ‘Loco’ Seminario, Carlos Bravo, Mario ‘Foca’ Gonzáles, Willy Fleming, el ‘Cholo’ Paredes -mira, los tengo acá como si jugarán ahorita- es un equipazo de fines de los cincuenta hasta, aproximadamente, el 62′. Esa es otra muy buena época del ‘Muni’, que yo la viví con diez u once años, edades en la que uno ya tiene un recuerdo más focalizado. 

De los mejores momentos en la historia del ‘Muni’, con  jugadores excepcionales como los que acabas de mencionar. Entonces, yendo un poco más hacía tu carrera futbolística, mientras aprendías viendo a estos ‘cracks’, empezaste a jugar en las divisiones menores de Universitario hasta que, en el año 1969, con 17 años, debutaste en la primera división con la ‘franja’. ¿Cómo fue esa experiencia del debut en un plantel con jugadores de gran trayectoria y con ‘Tito’ como entrenador? 

Mira, en realidad, fue un poco diferente. No había, cómo se entiende ahora, divisiones menores; eso era muy poco. Yo estudiaba en el colegio Santa María y, en una promoción menor, estaba ‘Papi’ Pellny, hijo de don Miguel Pellny. Entonces, nos invitan a varios del Santa María a jugar un partido frente a los Infantiles de Universitario. Así se catalogaba: Juvenil, Infantil y Calichín. Nada más, y jugabas agrupado con dos o tres años. Y bueno,  le ganamos a los Infantiles de Universitario, por lo que nos invitaron a quedarnos. Ahí se acopló Oblitas e hicimos un tránsito de un par de años, de Infantiles” a Juveniles y, prácticamente, ya estábamos en reservas y el primer equipo de la ‘U’, que por esos años —67’, 68’—  fue a Buenos Aires y sale campeón. 

Entonces, al no haber sitio en la ‘U’, yo llegó a Municipal, que subió en el 68’, y había regresado ‘Tito’ junto a varios jugadores de peso como una especie de homenaje. Entreno el primer semestre y debutó en el segundo, contra Universitario en la segunda rueda. Perdimos 5-2, pero la ‘U’ tenía un equipazo. Jugaban José Fernández, Lucho La Fuente, Nicolás Fuentes, Lucho Cruzado, Roberto Challe, Víctor Calatayud, ‘Loco’  Casaretto, Percy Rojas, etc. Yo debuté contra ellos. Pero también, en Municipal, habían jugadores de mucho peso que integraban el plantel. Nos referenciaban bien, nos protegían futbolísticamente. Allí aprendí lo que significaba una lectura de partido, el respeto y los códigos. Cuando yo debuté, como te digo, de frente, había demasiada gente grande. No había sitio, en esa época menos, para atrevidos ni ‘faltosos’. Así aprendí a tener una línea en el fútbol. 

Un aspecto que me parece interesante de lo que relatas es la noción de «lectura de partido», la cual aprendiste en aquel equipo. En ese contexto si bien el entrenador, que en este caso era ‘Tito’, tenía un rol fundamental, los futbolistas también tenían margen para ordenarse y, a partir de la interpretación de lo que acontecía en el juego, tomar distintas decisiones.  

El porcentaje del entrenador siempre va a ser válido. Es más o es menos, depende del carisma y la credibilidad. Pero, en esas épocas, y después un poco en los setenta, no había tanta planificación, tantos vídeos, tantas cosas como para que el entrenador pueda tener un porcentaje mayor. Si a eso le sumas que, en ese Municipal, habían jugadores bastante mayores que yo, entonces uno capta sus enseñanzas en términos de una lectura de partido. ¿Qué significa esto? Ver cómo viene el ritmo del juego, por dónde llevar la pelota, cómo estar colocado, qué situación buscar, si apretar, retener o tirar largo. 

Esto es la lectura de partido y tienes que captarla dentro de la cancha. Hasta ahora se habla, y eso no ha cambiado, que el entrenador realiza la lectura del partido y, después, vienen los replanteos, las instrucciones, los cambios de posiciones.  Correcto, eso es de afuera, pero siempre tienes que tener a alguno, creo, que sea el «lector» del partido dentro de la cancha, para que lo que intenté transmitir el entrenador con un par de palabras, se realice en el campo. En esa época, jugando en primera algunos partidos, en el 69’ y 70’,  con 17 y 18 años, yo tuve a Nemesio ‘Cochoy’ Mosquera y a José Carrasco que han sido para mí lo máximo en ese sentido. Y después, con el correr del tiempo, también tuve a dos un poquito mayores que yo: el ‘Flaco’ Verástegui y Fernando Cárdenas. Con esos cuatro yo aprendí muchísimo. Fueron, para mí, referentes. 

Centrándonos en los referentes que te influenciaron, hace poco leí que, en tu trayectoria como futbolista, si bien has jugado con verdaderos ‘cracks’, el que más te marcó fue Hugo Sotil. ¿Cómo fue tu experiencia jugando tanto tiempo a su lado? 

Con Hugo he jugado cinco años. Imagínate la cantidad de partidos juntos. Hemos jugado en la Selección, compartido habitaciones en concentraciones como en la gira de los tres continentes que duró casi tres meses. Ahí el ‘Cholo’ fue mi compañero de cuarto. Antes no se cambiaba, no es como ahora. También estuve con él en giras en provincias con el ‘Muni’. Entonces, la compenetración de amistad y en la cancha ha estado al máximo. 

Puedo equivocarme, mi palabra no es la definitiva, he jugado con y he visto a ‘cracks’ nacionales como Teófilo Cubillas, Julio César Uribe, el ‘Ciego’ Oblitas, César Cueto, Percy Rojas, Lucho Cruzado, Roberto Challe, Ramón Mifflin, otros en otros puestos como Nicolás Fuentes, Héctor Chumpitaz, ‘Patrulla’ Barbadillo, pero con el ‘Cholo’ como nunca. Era el impromptu futbolístico. Donde menos pensabas que podía salir del apuro, salía. Invitaba a que lo adelantaran y el siempre terminaba adelantando a los jugadores rivales. Tenía un dominio impresionante. Yo le he visto partidos memorables al ‘Cholo’, jugando conmigo y también desde fuera. A mí me marcó mucho. Mi opinión personal es que, con todo el respeto, y pongo un gran lote, el ‘Cholo’ está ligeramente adelante. 

A propósito del ‘Cholo’, hace unos meses, el Festival de Cine de Lima se inauguró con la transmisión de la película “Cholo” (1972). De lo mucho que se puede hablar del film, me pareció muy llamativa la escena del partido en el Estadio Nacional, que ‘Muni’, con una gran actuación suya, derrota 3-1 a Alianza.

Mira, esa fue una película que hizo Bernardo Batievsky en el 69’. Se demoraron en filmar algunas secuencias, participamos todos los integrantes del equipo como extras, en los entrenamientos en el Lawn Tennis. Había escenas un poco armadas. La nota humorística en el libreto es que el ‘Cholo’ se va a probar, lo cual está lejos de la realidad, pero eso es en la película y el lado anecdótico. Pero a lo que voy es que, ese partido que tu mencionas, mucha gente cree que las escenas son armadas, que fueron editadas con algún programa, pero no, son naturales. Ese día el estadio estaba llenecito, como en varios partidos de ese año. Otro partido memorable fue contra la ‘U’, cuando mí gran amigo ‘H.H’ -Humberto Horacio Ballesteros- terminó en la pista de atletismo. Visualiza en este momento un arquero en la pista de atletismo en el Estadio Nacional: eso no lo vas a ver nunca. 

Esa temporada Municipal llenó estadios. Y el ‘Cholo’, verdaderamente, daba espectáculo con las tribunas colmadas. Con Hugo hemos vivido, también, otros grandes partidos. Con el combinado Muni-Alianza enfrentamos al Bayern Munich y el ‘Cholo’, junto a Cubillas, lo hicieron puré a Beckenbauer. En esos momentos, Franz Beckenbauer era palabra mayor en el mundo, un central espectacular. Al ‘Cholo’ también lo vi triunfar en el Nou Camp. Nos presentaron y jugamos frente al Barcelona en el cuadrangular Joan Gamper. Ahí están los archivos, ante noventa mil personas jugó el ‘Muni’. Yo era el capitán ese año. Nos ganó el Barcelona, con las justas, cinco a uno (risas). 

A los dos días, se juega la final contra el Borussia Monchengladbach y el ‘Cholo’ los hizo puré a los alemanes, tanto así que, en el segundo tiempo, cuando marca un gol de zurda, la gente se para y le saca pañuelo. Ahí no estaba en la cancha, sino desde el borde, mirándolo con mucho orgullo. Entonces, todo esto avala que, para mí, el ‘Cholo’ es épico, puro talento, un impromptu hecho futbolista. Aprendí y disfruté  mucho en esos cinco años en los que jugamos juntos. 

Grandes recuerdos junto al ‘Cholo’. Ahora, es interesante que, al igual que tú, ‘Tito’ también haya enfrentando y derrotado al Bayern Munich en una gira internacional con el combinado ‘Muni’-Boys. Ahora sí, retomando el gusto por la hípica del ‘Maestro’, él contó en varias ocasiones que, en esos largos viajes, no desaprovechaba la oportunidad para conocer los hipódromos. 

Claro, él contaba sobre esas giras, que no solamente eran en Europa, sino también en, por ejemplo, Chile y Argentina, que son países hípicos. Las giras eran bastante diferentes. Por ejemplo, ahora en Copa Libertadores llega el equipo el día anterior, juega y ya está yendo por los calendarios. Antes había más espacio. En los días libres unos se iban al cine, otros al museo, otros a pasear, a comprar, pero otros, como Tito, se iban al Hipódromo. Esa gira de Municipal-Boys que tu me comentas debe ser entre el 59’ y 60’, con Marcos Calderón como entrenador y once jugadores de cada equipo. Hay muchas anécdotas hípicas de ‘Tito’. Unas magnificadas, que con el tiempo se fueron agrandando, pero hay un par de anécdotas que sí son ciertas. 

Justamente a ese punto quería llegar. Me gustaría que nos cuentes algunas anécdotas de ‘Tito’ relacionadas a la hípica. Para las personas de mi edad —22 años—, estas historias no son muy conocidas. 

El cariño de ‘Tito’ hacía los caballos lo tuvo, en algún momento, ‘Chemo’, lo tiene Claudio, pero él está afuera. Es diferente cuando ves un futbolista que jugó el sábado y, el domingo, está en el Hipódromo. Eso ya no se ve porque la época es diferente. 

‘Tito’ con ‘Toto’ Terry, una vez coincidieron en el Hipódromo de San Felipe sin ponerse de acuerdo —esa es la versión que me dieron los dos—; los ‘botaron’ a los dos en un ‘Muni’-U, salieron y se fueron a las carreras. La distancia desde el Estadio Nacional hasta San Felipe era relativamente cerca, entonces gente que los vio ahí los ‘echaron’ y se armó la historia. Tito y Toto eran muy amigos, dos genios del fútbol e hípicos. Esa es una anécdota. Nunca se supo si los ‘botaron’ al propósito o no y que coincidieron casi juntos llegando al Hipódromo. 

La otra que te voy a contar yo la he vivido, pero, al igual que la anécdota del ‘Mago’ Valdivieso que te comenté al principio, recién la entendí después de varios años. Sucede que un día, en un partido a estadio lleno Municipal-U, veo que ‘Tito’ sale lesionado —en esa época no había cambios— hasta el borde del campo y entra el tío ‘Arequipa’, que era el ‘utilero’, con una toalla, con el bolsón y el agua. Tito se echa al borde de la cancha, casi frente a la tribuna de occidente y, al rato, se acerca otro señor. Yo estaba en la banca, preocupado, mirando lo que había pasado. Tendría ocho años pues, y se acerca otro señor, que era ‘Toto’ Terry como para preguntar qué cosa había pasado, cómo estaba ‘Tito’. Lo que sucedía era que dentro del bolsón y la toalla había una radio a transistores y estaban escuchando el Clásico.

Coincidieron a escuchar el Clásico porque ellos dos -‘Tito’ y ‘Toto’ Terry- eran  muy ‘patas’, desde la infancia, de Augusto Ferrando, sobre todo ‘Tito’. El papá de Augusto Ferrando era preparador, al igual que el papá de ‘Calquín’ Pianezzi. ‘Tito’, ‘Calquín’ y Augusto, en el Hipódromo de Santa Beatriz, terminaban en los studs peloteando y ‘mataperreando’. Entonces, Augusto, íntimo amigo de ‘Tito’, dijo que iba a avisar por la radio “bandera arriba, se va a correr el clásico”, y el utilero ‘Arequipa’, que estaba escuchando en la banca, metió un silbido —el silbido e característico de Tito— entonces se dieron cuenta, ‘Tito’ hizo que se lesionó y escucharon el Clásico. Corría un caballo de Tito, si no me equivoco, del Stud Los Titos. Ya después entendí. En su momento no pasó nada, era todo un show. Cuarenta y cinco mil, cuarenta y ocho mil personas, y ellos dos estaban escuchando la carrera. Mira el cariño que tendría Tito por la hípica. Esa creo es la anécdota más grande, que ya después me la contaron y después la entendí. 

La verdad que estas historias son buenísimas. Como bien dices, revelan el profundo amor y la pasión de ‘Tito’ por la hípica. En ese sentido, retomando lo que dijiste, en una entrevista que le dio al recordado periodista Robalca, mencionó que lo introdujo a ‘Pocho’ Rospigliosi a la hípica. Me imagino que escuchar esas charlas hípicas de ‘Tito’ junto a ‘Pocho’ y Augusto Ferrando eran increíbles también. 

‘Tito’, cuando recién se retira, en 1964 —a él le hacen la retirada oficial en 1969— se inaugura Ovación. ‘Tito’ es primo lejano de ‘Pocho’. Había una relación familiar y amical, de muchos años, entre Tito, Augusto, Pocho y Calquín. Y Tito es fundador de Ovación. Y Augusto venía y hacían las “Charlas de Café”, tres en uno en Ovación y yo, con doce, trece, catorce años, los acompañaba. Entonces, ahí aprendes, escuchando uno aprende mucho. Comparando, viendo, midiendo. 

Mira, el cariño de Tito por la hípica era muy grande. Él funda un semanario hípico que se llamaba Ojo Mágico. Yo tengo el ejemplar número uno, debe haber sido del 59’, porque ahí se leía “Monterrico nos espera”. Duró poco, porque para eso se necesita ser periodista de oficio e invertir. Pero creo que salieron, dos, tres, cuatro números. Lucho Quimper, un preparador actual, me regaló el original, porque su papá también era preparador. La mayoría de los preparadores de hoy en Monterrico, sus papás fueron generacionales con Tito. Sabino que ya murió, el papá de Lalo Hernández, de Armando Filipuzzi, los Pianezzi, el papá de Juan Suarez. Personas que, ahorita, si sobreviven, arriba de noventa o ya están descansando. Esa era más o menos la vinculación. 

Lo cual nos revela el lugar de la tradición en el ambiente hípico. Es una pasión que se transmite familiarmente. Esto se relaciona con el Deportivo Municipal, que, también, es un equipo distinguido por lo tradicional de su hinchada. No es un dato menor que 13 integrantes de la familia Drago hayan jugado por la ‘franja’. ¿Qué significa para ti ello ? 

Primero un orgullo, porque es un club vinculado familiarmente. Eso no lo va a cambiar nadie. Segundo, yo creo que debe ser un récord. Y, cuando uno tiene un récord, también se siente orgulloso.  Ahora, habría que probarlo, sacar las planillas, lo cual es bien difícil. Pero en Municipal han jugado trece Drago y los contabilizamos. ‘Tito’, su hermano  ‘Carlos’ —el ‘Cura’, que fue por quien él debuto en primera—, su hermano Virgilio —que después se dedicó al basket—, su hermano Vicente —arquero, medio que lo vacilaban, que llegó a tapar dos o tres partidos—, yo, mi hermano Miguel, mi hermano Jaime —el ‘Diablo’—, mi primo Germán Leguía Drago, ‘Robertito’ mi hijo, ‘Nacho’, Elías que jugó en segunda, mi primo Raúl Gorriti Drago y mi primo Alba Drago, que jugó en reserva. Ahí están.  Eso es un vínculo muy fuerte. 

El ‘Muni’ es un club que despierta mucha simpatía porque la gente ve que no pierde la identidad pese a las malas rachas que tiene. Al igual que el Boys, aunque creo que un poquito más el ‘Muni’, son equipos de segunda opción de mayor hinchada. Esa es una frase que patenté. La gente se identifica, se solidariza y, por épocas, porque no puede ser permanentemente, el buen juego. A mí me ha tocado vivir buenos y malos momentos con el ‘Muni’. Jugar con el Bayern, ir a jugar al Nou Camp, las giras de Tito por todo el mundo, participar en campeonatos sudamericanos de clubes, ser el último campeón amateur. El ‘Muni’ también fue a la Copa Libertadores con mis hermanos, con Franco Navarro, con Eduardo Malásquez, con el ‘Chino’ Sato. Después, han tocado épocas duras, el ‘Muni’ ha bajado, ha pasado por momentos económicamente muy difíciles. Es decir, alzas y bajas. O sea, el ‘Muni’ es un ascensor constante en emociones y sensaciones. Y siempre hemos permanecido con el cariño y el hinchaje. Mi  nieto Cristóbal, el hijo de Roberto, ahora tiene doce y desde los cinco o seis años le encanta ir al estadio con la chompa del ‘Muni’. Eso muestra que ya se transmitió el amor por el ‘Muni’. 

Así es. Y como se ha podido notar durante la entrevista, una persona con diversas facetas, con vivencias importantes, como jugador, entrenador, también he podido conocer tu faceta como formador en la Academia, además de que actualmente sigues llevando un programa en Gol Perú llamado Charlas de Cuarentena, en la que han pasado grandes referentes del fútbol peruano ¿Cómo te sientes, al seguir aportando al fútbol, en este momento de tu vida?

Como tu lo mencionas, lo más importante es sentirse que estás aportando. Eso te hace vivir y superarte. Con los temas de los medios de comunicación, hay que tener máximo cuidado, superación constante. Te pongo todas las facetas juntas. Como formador,  tenemos la Academia que en enero próximo cumple 50 años ininterrumpidos. Como entrenador, en la Liga de San Borja con el equipo de la Academia, en el Lawn Tennis en la Liga de Jesús María; en Copa Perú con Alianza Atlético; en Segunda, el título con Boys, en Primera con el ‘Muni’, en selecciones peruanas sub 17 y 20, asistente también en tres Copa América y tres Eliminatorias. Como futbolista, haber jugado con esa ‘mancha’  de los setenta. Es bien difícil encontrar tantos nombres. En algún momento de directivo, de comentarista de partidos. Mira todas las facetas que uno está tratando de resumir.  Ahora, este programa —Charlas de Cuarentena— a mí me encanta, porque es saber el origen de cada uno, las anécdotas, las vivencias, cómo jugaron, la parte humorística que nunca debe estar lejos. De nuevo, todas estas facetas, las resumimos en una sola,  siguiendo lo que uno es. Hay un dicho que siempre lo decimos: “sonero, nunca dejes tu son”. Es decir, nunca dejes lo que eres y seguir siempre adelante.

Gracias por la entrevista, Titín. Para culminar ¿qué podrías decirle a quiénes permanecen en la tradición de la hípica y el fútbol?

Que son tradición lindas, ricas en experiencias. Tú lo sabes porque también eres aficionado de la hípica. Cuando vas a la hípica, a los hípicos les encanta que les preguntes de fútbol y, al futboleros, le encanta preguntar de hípica. Estas dos son tradiciones compatibles, emocionantes y llenas de pasión. Dicen que el fútbol es pasión; lo mismo la hípica. En ambas hay situaciones imprevistas. De pronto el caballo que te gusta o el que le apostaste no llegó como esperabas. “No, que partió mal”, “lo cruzaron”, «para la próxima”. En el fútbol: “no, que chocó en el palo”, “dominamos, pero el otro equipo atacó una vez”. Eso es incansable, se va repitiendo siempre, y eso es lo bonito. 

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Roberto ‘Titín’ Drago

Resulta más que evidente que el gobierno prepara una estrategia de confrontación que le permita vencer los obstáculos que le suponen no contar con 66 u 87 congresistas en el Legislativo, que le faciliten la reforma constitucional del artículo 206 que a su vez le dé carta abierta al Ejecutivo convocar a una Asamblea Constituyente.

En el evento convocado ayer para anunciar la pomposamente llamada “Segunda reforma agraria”, se reestrenó con mayor claridad el itinerario. Más allá de cuestionar la fecha elegida (no es de grata recordación democrática el golpe militar de Velasco, cuyo gobierno supuso un atraso gigantesco al país), lo cierto es que los anuncios propiamente dichos, respecto de los cambios y propuestas en materia del sector, son, en su mayoría plausibles y positivos. No pareciera que vaya a haber allí mayor motivo de roce o conflicto con el Congreso.

Pero los distintos oradores de la jornada (incluyendo a los cuestionados Guido Bellido e Iber Maravi, y, por supuesto, al mismísimo presidente Castillo), preanuncian algunos elementos políticos beligerantes que es menester resaltar y advertir.

Primero, van de todas maneras por la Asamblea Constituyente. No han renunciado a ello y ya se deben haber percatado que el quimérico esfuerzo del congresista Bermejo y compañía, de pretender recolectar firmas y con ellas forzar a que el Ejecutivo convoque a un referéndum, es abiertamente inconstitucional y que, necesariamente, cualquier iniciativa en ese sentido pasa por el Congreso.

Y allí empieza el problema. Porque el gobierno no tiene los votos para hacerlo. Ni los 87 en dos legislaturas y ni los 66 en una para convocar a un referéndum ratificatorio. Si el gobierno quiere construir la Patria socialista a la que aspira solo podrá hacerlo disolviendo el Legislativo, convocando a nuevas elecciones, y en el interregno llenarnos de bonos y populismo para lograr siquiera los 66 votos que le permiten cumplir sus propósitos en el nuevo Congreso elegido.

Y a eso van. Que no quepa duda. Harán cuestión de confianza por la eventual censura a Maraví y luego lo harán por cualquier cosa que se les ocurra: el paquete de facultades delegadas, la propia reforma del 206, la permanencia de otros ministros impresentables, la expropiación de algunos conglomerados empresariales, etc.

Y los monstruos que construirán en el imaginario popular para acompañar su gesta de alguna aprobación popular, será arremeter contra el propio Congreso, contra los grupos de poder empresariales y contra los medios de comunicación. En diversas manifestaciones y con distinta intensidad ya lo vienen anunciando. Se viene la guerra política y ojalá la oposición dé la talla para enfrentarla airosa y dignamente.

Nota: esta columna reaparecerá el domingo 10 de octubre.

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Congreso de la República, Iber Maraví

Hemos sido testigos, durante algunos meses de mandato de Pedro Castillo, que el silencio es parte de su estilo de gobierno, pero -de un tiempo a esta parte- también hemos sido testigos de un estilo de gobierno en la que la palabra empeñada no es más que una mentira frente al plan que maneja, el cual es el de llevar adelante como sea una asamblea constituyente.

Eso lo pudimos apreciar en estas últimas semanas en la interpelación al ministro de trabajo -Iber Maraví- que tiene presuntos vínculos con el Movadef, brazo político de Sendero Luminoso. ¿Qué dijo el presidente a la oposición? Pues sostuvo que no estaba dentro de sus planes llevar adelante una cuestión de confianza si es que censuraban al ministro en cuestión. Al día siguiente, en plena sesión de censura, Pedro Castillo emitió un tuit en el que manifestaba que la cuestión de confianza formaba parte del equilibrio de poderes. 

¿Qué se puede interpretar de todo este entramado político? Pues que no se puede entablar conversación ni negociación alguna con un plan maximalista (léase Asamblea Constituyente y generar poder a través de las elecciones municipales y regionales) que tiene en mente el presidente y Perú Libre. 

Como dijo Winston Churchill, durante la Segunda Guerra Mundial ante la posible invasión Nazi a Inglaterra: “No se puede negociar teniendo la cabeza en la boca del lobo”. Y es que sucede exactamente lo mismo para la política peruana. Tenemos a un ejecutivo que tiene todo el aparato estatal para poder llevar adelante la Constituyente, y de paso cerrar el Congreso vía cuestión de confianza, que no pretende negociar con la oposición. Tácticamente, de manera coyuntural, establece ciertos “acuerdos” (como mantener a Julio Velarde en el Banco Central de Reserva) para calmar a cierta parte de la oposición que cae ingenuamente en lo que sostiene el presidente. 

Ante este escenario, es necesario que la oposición política salga de su burbuja limeña y comience a tejer nexos con la oposición social en regiones para así hilvanar estrategias que generen retroceso en el plan que tiene el Ejecutivo. El constitucionalista Lucas Ghersi, con la franciscana recolección de firmas que viene haciendo por todo el Perú para impedir cualquier intentona constituyente, nos ha demostrado que se puede establecer ciertas alianzas que permitan generar las condiciones para cambiar la correlación de poder existente. A tenor de ella, otra estrategia es tener en mente hacer oposición política y democrática a través de la participación en las elecciones regionales y municipales el 2022. 

Si la oposición logra generar legitimidad social en regiones va a ser muy difícil que el Ejecutivo intente cualquier estrategia de cambio del Estado de Derecho que vivimos actualmente. Para eso, necesitamos real politik de parte de nuestra oposición para construir esa mayoría que en estos momentos se encuentra dando respaldo a Pedro Castillo y su proyecto maximalista.  

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Iber Maraví, Movadef, Presidente Castillo

Me he ausentado del país las dos últimas semanas. Vaya que se vive de una manera distinta la realidad de las cosas y la apreciación que se hace de las mismas. Pero estar fuera no ha hecho que perdamos conexión o información con lo que ocurre en este cada vez más lejano y extraño Perú, al que se quiere con todo y con nada.

Así que vamos al entendimiento de algunos sucesos que han marcado algunos días extraños y que me permito haberlos visto de costado.

Lo primero que llama la atención es esta suerte de ley matemática o acción recíproca entre los diversos elementos de la política nacional. Cómo si fuera un axioma aritmético, sin importar el lado de la ecuación que represente, lo que antes fue negro hoy es blanco y lo que hoy es blanco hoy es negro. Solo cambia el emisor, el mensaje y la interpretación, la misma.

Si se descubrieron chats del fujimorismo llamados “La Botika”, donde se daba cuenta de una estrategia de desestabilización del régimen de parte de una aplastante mayoría congresal; hoy han aparecido los chats de la bancada oficialista, haciendo lo mismo: tratando de tumbarse elementos que le dan solidez al régimen (claro, desde el oficialismo, faltaba más). 

Independientemente de lo que representan, el hecho es claramente grave. Una bancada afín al partido del gobierno que petardea a los ministros del gobierno que no son del partido de gobierno. Perdone si suena mal escrito, pero no da. Hasta la gramática es dura para tratar de entender este panorama.

Pero como si axioma -decíamos- se tratara, han salido hordas de afines al régimen a responder: que la investigación de Epicentro exagera, que no se dice nada que en chats grupales no se encuentre, que finalmente se trata de conversaciones privadas… Desde el otro lado se desliza la idea de llamar al premier al Congreso para que explique esto. Invertimos los papeles, pero el resultado es el mismo. Polarización, defensas absurdas, discursos que son memes. 

Porque en el fondo, no importa de qué se trate sino del efecto que queremos dar al hecho, para estar a favor o no. El espíritu de tribu que nos domina está haciendo que ya no exista perspectiva, sino que más bien todo el arsenal argumentativo se valore en torno apoye a una u otra posición. No me da la gana que así sea. Oh, entonces debo ser un “tibio”, esa neocategoría clasificatoria que no permite tutías.

El problema con ello es que ya parece no haber un camino devuelta en esta aventura. Si el experimento de Asch hace 50 años ya nos hablaba de que la conformidad social podía modificar nuestros propio juicio, imagínenselo ahora con redes sociales a tope donde los algoritmos de afinidad nos muestran siempre aquello que más de acuerdo está con esa percepción distorsionada.

Que haya personas que consideren que las cosas solo se pueden analizar en torno a una sola orientación hace que la discusión política pierda fundamento y se vuelva más una guerra de barras en la que quien grite más fuerte va a ganar.

Sin embargo, este fenómeno no ha pasado desapercibido para el oficialismo, o mejor dicho el total del gobierno, que prefiere la comunicación por Twitter antes que la llegada formal a los públicos. El problema con eso es que Twitter no es un ligar para comunicar ofíciela mente nada y es una hoguera donde las palabras llegan incendiadas antes de entrar.

Así las cosas, el PCM decide estar muy locuaz detrás de su cuenta tuitera. Pero parece movido más pro un afán provocador que por un intento de tener una llegada limpia de los mensajes a la población. Bellido suelta mensajes como un militar siembra minas en terrenos hostiles. Busca quien explote con ellos. Azuza a las juventudes del partido a usar la red del pajarito azul como una trinchera de combate. 

Pero es tan pobre de argumentos -y de data- que cae y cae. El ridículo (no encuentro otra palabra) sobre el uso de materia prima de parte de Qali Warma es sobresaliente. Lo interesante es que desde el mismo ministerio le respondieron al premier. Desnudar tensiones de esa manera solo tiene dos explicaciones: una falta total de impericia en el manejo de la cosa pública o mostrar a un público que no es el limeño cómo hay que luchar “contra todos”. Otra vez una narrativa victimiza desde el poder.

Mientras tanto Castillo juega ludo en palacio o esa es la impresión que causa. No toma acción ni pide protagonismo. Deja el piloto automático. Ese nivel de conflicto es adecuado para el, que viene de una vertiente asambleísta, desde donde la contradicción interna es la que permite avanzar.

Castillo exaspera. Pero estoy seguro que lo sabe mejor que nadie. Su estilo es esperar y tomar posición. Si la correlación de fuerzas se inclina hacia Bellido allí estará el. Si lo hace en contra, adiós gabinete.

Además, la idea de futuro de Castillo es un acertijo sin respuesta. Cada vez que promete algo, decide jugar a la incógnita de cuando será. Prometió cambios en el gabinete hace semanas, el gabinete sigue siendo el mismo. Prometió paridad, seguimos dando vergüenza en ello. Promete, promete, promete. Sin fecha de caducidad.

Prometió Reforma Agraria hoy. ¿Sabemos qué significa eso? Después de analizar un poco su discurso… la única respuesta posible es que no.

Pero la oposición sigue sin tomarse en serio y eso hace que proyecte una imagen más cómica que seria. Una encuesta reciente del IEP señala que hay más gente que considera que Cerrón es opositor al gobierno antes que ¡Lopez Aliaga!

Sería anécdota si no fuera el Perú. La oposición sigue devaneándose en lo mismo que la campaña. Fraude y terrorismo. Cómo si fueran argumentos que sean valiosos hoy. De bluf en bluf se avanza poco. Se pierde representación. Fuerza. Y no se articula discurso alguno.

Somos precarios. Pero no tenemos que andar demostrándolo a diario.

 

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pcm, Presidente Castillo

Durante tres días se estuvo comentando la extensa obra literaria del gran vate peruano César Vallejo en el IV Congreso Internacional Vallejo Siempre que se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York del 30 de setiembre al 2 de octubre. Gozando de gran vitalidad y con una concurrida asistencia de intelectuales y amantes de Vallejo, los participantes apreciamos las distintas propuestas que se han hecho y están haciendo de nuestro poeta emblemático. 

Este es un esfuerzo que continúa las tres versiones anteriores de los congresos “Vallejo Siempre” realizados en Lima, Montevideo y Salamanca. En esta cuarta versión se aunaron los esfuerzos del Centro de Estudios Vallejianos (entidad dirigida por la poeta Gladys Flores Heredia que tomó la iniciativa de los primeros tres congresos), la City University of New York (representada por la profesora Laurie Lomask), la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana (RCLL) y la Asociación Internacional de Peruanistas (AIP), con el auspicio de La Huaca es Poesía, el Consulado General del Perú en Nueva York y City Artist Corps.

En el versátil programa participaron cerca de treinta intelectuales que postularon innovadores y sugerentes temas para aproximarse a la obra de Vallejo. Dividido el congreso en dos partes por la coyuntura que estamos todavía viviendo, las ponencias fueron y se gozaron tanto en la modalidad presencial como en la virtual.  

Desde investigaciones en los textos narrativos vallejianos como Escalas (1923), Fabla salvaje (1923), El tungsteno (1931) y Paco Yunque (1931) hasta los poemarios más conocidos como Los heraldos negros (1918), Trilce (1922), Poemas humanos y España aparta de mí este cáliz (1939), así como las crónicas y hasta la literatura infantil que Vallejo escribió, este congreso ha reunido una temática amplia y representativa del complejo corpus vallejiano. 

El evento incluyó un homenaje a Clayton Echelman, gran poeta y traductor de la obra vallejiana que falleció en este año. Asimismo, hubo un evento en particular que le dio un toque especial, “El ser que vivo”, espectáculo de danza y poemas de Vallejo con las poetas Yarisa Colón-Torres, Violeta Orozco y Marilyn Rivera y la bailarina y coreógrafa Cynthia Paniagua (cortesía de City Artist Corps).

Definitivamente fue un congreso a todo dar, con la presencia de grandes personalidades que se han entregado a la poesía de Vallejo como son los profesores Antonio Merino, Marlene Gotlieb, Alvaro Torres Calderón, Stephen Hart, Olga Muñoz Carrasco, Sandro Chiri, Jorge Valenzuela, Alan Smith Soto, Jannet Torres, Enrique Cortez, Enrique Bernales, Brais Outes-León, Mara García, Javier Muñoz, José Antonio Mazzotti, entre otros, que llegaron en persona o en modo virtual de países como Argentina, Costa de Marfil, Inglaterra, México, España y, por supuesto, Perú.

Ahora nos queda seguir la gran consigna de dejar en actas publicadas nuestras investigaciones.  ¡Al César lo que es del César!

 

El programa completo del congreso puede verse en:

https://asociacioninternacionaldeperuanistas.blogspot.com/2021/08/congreso-vallejo-siempre-iv-nueva-york.html

 

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Narrador Alexis Iparraguirre, poeta y crítico José Antonio Mazzotti, investigadora Laurie Lomask, profesor Brais Outes-León y poeta e investigador Enrique Bernales participando en el congreso Vallejo Siempre en las alturas de Manhattan.

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César Vallejo, congreso internacional

El Perú no ha migrado a la izquierda, como pudiera sugerir ingenuamente el resultado electoral, que por razones extraideológicas terminaron consagrando el triunfo de un improvisado disruptivo como Pedro Castillo (sin pandemia, la segunda vuelta era entre Keiko Fujimori, Hernando De Soto o Rafael López Aliaga).

La última encuesta del IEP revela que la mayoría del país se define de centro o de derecha. De derecha un 37%, de centro un porcentaje similar y de izquierda un minoritario 26%. Y si se tiene en cuenta que mucha gente se autodefine de centro porque le ruboriza decirse de derecha, podemos afirmar que el Perú es un país claramente inclinado hacia la diestra.

Inclusive, en zonas del país que la izquierda considera bastiones ideológicos, el tema parece mucho más compartido de lo que se pudiera creer prejuiciosamente. En el “rojo” sur, el 32% se define de izquierda, un mayoritario 37% de centro y un nada desdeñable 31% de derecha, cifra casi igual que aquella que se autoidentifica de izquierda. Y en el centro del país ocurre algo similar. Un 35% se dice de izquierda, un 34% de centro y un significativo 31% de derecha.

La derecha y el centro tienen por delante una batalla promisoria para reconquistar el electorado andino que le ha sido refractario por muchas décadas. No es un tema ideológico, es un tema de actitud hacia malos candidatos capitalinos que no han sabido recoger y cosechar de ese enorme bolsón de personas del sur y el centro que naturalmente podrían votar por candidatos promercado, proinversión privada, etc.

No es un tema de demanda político ideológica. Es un problema de oferta. El país, y con mayor razón, regiones disruptivas como las andinas, están hartas de los mismos rostros desvencijados del elenco estable de la política peruana. Se requiere una renovación urgente.

En anteriores columnas hemos dado varios nombres que tienen las capacidades para reemplazar a los Keiko Fujimori, Hernando de Soto, Rafael López Aliaga, César Acuña, Yonhy Lescano, Alfredo Barnechea, Raúl Diez Canseco, Jorge del Castillo, Mauricio Mulder, Renzo Reggiardo, Julio Guzmán, entre otros. El país está ideológicamente servido, para, sin renunciar a los principios de centro o de derecha, cosechar de una matriz sociológica propicia para este sector político.

La del estribo: sigue con fuerza el teatro presencial. Ahora viene la imperdible Fieras, con la dirección de Norma Martínez y la dramaturgia de Mateo Chiarella, dos grandes del teatro peruano. A ver nomás si Joinnus mejora su plataforma de pagos, que es un desastre. Ya están las entradas a la venta y va del 6 de noviembre al 19 de diciembre en el Teatro Británico.

 

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Centro, centroderecha, Derecha, ideologías

Son solo 2 meses y pocos días del Gobierno de Pedro Castillo, pero parecen más. Un tiempo político acelerado, donde pasamos sin tregua ni pausa, de una segunda vuelta con el fraude de las denuncias de fraude, el asedio a las instituciones electorales  y una transferencia al límite,  a un nuevo periodo de gobierno con sobresaltos y crisis constantes (y hay que decirlo, porque no es un dato irrelevante, una crisis dentro de la crisis permanente, múltiple, estructural, profundizada además por la pandemia). 

 

La danza inmóvil

Desde el inicio los principales actores mostraron rápidamente sus cartas -marcadas- definiendo las condiciones del juego. De un lado, la derecha dura, en modo “tercera vuelta”, que no se resigna a ser gobernada por sectores subalternos, con el plan de vacancia (plan V) como objetivo estratégico y que no deja de agitarlo cada vez que puede –como en la reciente coyuntura-, exhibiendo además una oposición hiperideologizada, propio de la guerra fría. Del otro, también un gobierno que decidió formar un gabinete que limitaba su base política de apoyo y con una creciente imagen de debilidad, habitualmente  errático, a la defensiva y con poca claridad estratégica.

Ambos, la coalición vacadora, y la coalición de gobierno, especialmente los sectores más dinámicos y a la iniciativa al interior de estos dos bloques,  comparten una  tendencia hacia el aislamiento y el despropósito constante, una suerte de vocación antihegemónica, que los lleva a la permanente autoafirmación y a convocar solo a –sus- convencidos, pero que son incapaces de hablarles –y movilizar- a sectores más amplios del país. Es verdad que este aparente empate –catastrófico-, a cada uno le sirve para objetivos mínimos de corto plazo: a unos, para estar a la iniciativa, y consolidar un relato macartista y terruqueador en sectores medios y altos, mientras espera la oportunidad para dar el golpe definitivo; a otros para mantenerse y avanzar con algunas políticas en medio del fuego cruzado –y el fuego amigo-.

El problema aquí es que, al que menos favorece dicho escenario es a un gobierno cuyo proyecto de cambio, para sostenerse y avanzar, requiere fortalecer su legitimidad, alinear a sus propias fuerzas y tener más claridad en el corto y mediano plazo.  El nudo problemático aquí, en la coalición de gobierno, es que sus actuales componentes son necesarios (por razones de principios y prácticas: mandato electoral, correlación congresal) pero la relación y disposición de estos tienden al entrampamiento y el inmovilismo.

 

No todo lo que brilla es rojo.

Uno de los factores principales de entrampamiento y crisis en el gobierno es que el socio principal Perú Libre -o su conducción-, ha ejercido una permanente presión sobre el gobierno desde un relato de sí mismo como vanguardia imprescindible, de garante izquierdista, cuando en la mayoría de casos -a contrapelo de lo que agitan los medios y la oposición de derecha -, las diferencias no han sido planteadas sobre aspectos programáticos de fondo, de políticas u orientaciones, como se puede comprobar en las actas del consejo de ministros, o la omisión de la asamblea constituyente en presentación del plan de trabajo del primer ministro Bellido en el congreso. Más allá del exhibicionismo radical, de cierta arrogancia doctrinaria, e incontinencia y decisionismo tuitero, las disputas de PL y sus lideres se han dirigido principalmente a defender o alcanzar espacios de poder, un típico juego de la silla, pero con música de protesta y frases de manual de marxismo soviético de los 70. 

Desde Maquiavelo se sabe que la política es una compleja proyección de apariencias o, más cerca, desde juego de tronos, que el poder está donde se cree que está el poder. Así, el radicalismo vacío de Vladimir Cerrón le ha dado cuerda a una política performativa –irónicamente posmoderna- alimentando la histeria anticomunista de la derecha, lo que le permitió a su vez un posicionamiento central en el objetivo –legitimo por cierto- de colocarse como la principal fuerza de izquierda para las elecciones regionales y municipales del próximo año. Mientras tanto las otras fuerzas de la coalición, buscan retomar la iniciativa construyendo un perfil propio desde el soporte programático al gobierno, mientras justifican ante un sector de su electores y la opinión pública sus actuales compromisos que vienen de la segunda vuelta.

En ese marco, hay distorsiones adicionales que alimentan la crisis. Tenemos un  primer ministro que, lejos de blindar al presidente, tiene que ser blindado, en vez de apagar incendios los provoca, en vez de avanzar en la políticas de gobierno genera condiciones de inviabilidad e inestabilidad para estas. Pasa lo mismo con el ministro Maraví, al margen de las verdades y mentiras en su interpelación –cargado de miedos y hechos que no guardan relación con la realidad política actual- lo que se espera es que se pondere es el objetivo político de avanzar en un proyecto de cambio sostenido. 

 

Ponte el sombrero

En ese sentido, el gobierno que en sus primeros días se orientó a atender con urgencia a los eslabones más vulnerables de la sociedad vía bono Yanapay,  o la aceleración de la vacunación, entre otras medidas, sino cierra sus flancos más evidentes y no resuelve sus contradicciones, alineando a su coalición alrededor de objetivos tácticos y estratégicos claros, tendrá aun más dificultades para implementar reformas de mayor envergadura como la reforma tributaria, o la segunda reforma agraria, la renegociación del gas del Camisea o, más aun, la posibilidad de una asamblea constituyente

De continuar la tormenta política, derivando cada vez más en enfrentamiento abierto de poderes, el riesgo ya no sería caer en una normalización mediocre, sino en la posibilidad –bombardeo mediático de por medio- que avance la sensación de estancamiento e ingobernabilidad, lo que puede transformar una expectativa positiva de amplios sectores de la sociedad en malestar y desaprobación en el mediano plazo, abonando así a la emergencia de un proyecto de carácter conservador o, peor aun, reaccionario. 

Por ello, se espera del Presidente que, manteniendo la base de su coalición y su programa de gobierno, tome decisiones urgentes, convoque a más fuerzas sociales y ciudadanas, poniendo por delante el viabilizar política, técnica y comunicacionalmente los cambios que ha prometido y por el que votaron una mayoría de peruanos.

 

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Pedro Castillo, Vladimir Cerrón

Es un sismo político de gran magnitud el que ha detonado el destape de Anuska Buenaluque en Epicentro.tv, en el que se confirma que al interior del gobierno se libran luchas fratricidas y se despliegan zancadillas mortales entre sí.

Los alfiles de Cerrón (y él mismo): Guido Bellido, Waldemar Cerrón y algunos sumisos congresistas allegados, enfilan baterías en un chat privado partidario en contra de integrantes del propio gobierno y establecen estrategias para hacerles daño.

Así, arremeten contra el canciller Maurtúa, el vicecanciller, la primera vicepresidenta Dina Boluarte, la congresista Betsy Chávez, los ministros Aníbal Torres y Pedro Francke, etc. Y, sin ninguna atribución legal para permitírselo, el secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón instruye los pasos a dar para golpear a sus enemigos dentro del régimen.

Queda claro que el pasmo político del Presidente de la República genera un vacío que, en este caso, un enfebrecido Cerrón trata de llenar a toda costa, a punta del poder que le brinda su bancada fiel y su testaferro en el Premierato.

El gobierno flaquea y se tambalea, no por obra y gracia de la oposición congresal, de los medios periodísticos adversos o de algún imaginario sabotaje de los poderes fácticos. El régimen hace agua por obra y gracia de sus propios integrantes, dedicados con más ahínco, que a gobernar, a capturar cuotas de poder a favor de cada uno de los grupos de la coalición de izquierdas que, dizque, nos gobierna.

Ya se entiende el desmadre cojonudo en medio del cual estamos. Castillo no ata ni desata, se resigna a ser mero espectador de las luchas intestinas, sin zanjar en favor de ninguna de ellas, provocando así un resultado de parálisis, mediocridad y exabruptos por doquier, sin orden ni concierto.

Tal descuajeringue político no se veía ni en los peores momentos del casi inimputable Alejandro Toledo, quien al menos tuvo la sabiduría de nombrar buenos ministros que hiciesen la tarea de gobernar a la que él no era muy afecto que digamos.

Esto solo lo puede arreglar el Presidente, quien tiene que ponerse los pantalones y expectorar de las cercanías de Palacio a los conspiradores cerronistas, que, a sus espaldas, traman golpes políticos contra otros integrantes del propio gobierno, faltándole el respeto a la mismísima investidura presidencial. Si Castillo deja pasar por alto estos hechos, corroboraría que es un pelele con el que se equivocaron grosera e irresponsablemente millones de peruanos.

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cerronistas, Palacio, Presidente Castillo, Vladimir Cerrón

Sinceramente pienso que Guillermo Bermejo es una persona bien intencionada que dedica su energía a intentar cambiar al Perú para beneficio de los más pobres y necesitados. Es cierto que en el Perú hay mucha pobreza, que los servicios públicos son de pésima calidad, que sufrimos una plaga de corrupción a todo nivel, que la infraestructura es deficiente y que tenemos muchas cosas por corregir. Está claro que nuestro objetivo debe ser corregir estos problemas, pero la pregunta es: ¿Cómo hacerlo? 

Sin embargo, si Bermejo quiere eliminar la corrupción en el Perú, ¿cómo puede tener de socio político a Vladimir Cerrón?, que ha sido sentenciado por corrupción y ahora aparece vinculado al caso “Los Dinámicos del Centro”. Si Bermejo es una persona correcta, como creo que es, tendría que haberse alejado de Cerrón hace rato. Sin embargo, son socios políticos cercanos. ¿Bermejo está siendo políticamente pragmático y se hace de la vista gorda porque romper con Cerrón no ayuda a sus objetivos políticos? Si este es el caso creo que Bermejo pierde mucha legitimidad al mantener esta sociedad vigente. ¿Con que cara puede uno tratar de cambiar al Perú si es aliado de alguien sentenciado por corrupción?

Si Bermejo quiere mejorar la economía peruana ¿porque no critica la política económica chavista que ha empobrecido tremendamente al pueblo venezolano? Puedo entender que Bermejo tenga simpatía por el gobierno venezolano dado que lo ayudaron cuando él lo necesitaba, sin embargo, su lealtad principal es con el Perú y esto implica ser honesto con la realidad. No criticar la economía chavista me hace dudar respecto al criterio de Bermejo.

Bermejo escribió recientemente un tweet en el que indica que en Berlín recientemente los ciudadanos votaron a favor de expropiar 240 mil departamentos para resolver sus problemas de vivienda y que este hecho no afecto a los indicadores de la economía alemana, de lo cual deduce que la subida del dólar en el Perú, despues de la amenaza de expropiación de Bellido, es producto de un boicot maquinado por especuladores locales.

¿Como explicar la lógica de Bermejo en este tweet? Para empezar Bermejo debería saber que ese referéndum fue no vinculante por ende solo registra el deseo de los participantes, no implica que la medida se vaya a tomar. 

También debería saber que esa medida le costaría a Alemania USD 40 mil millones, es decir el 1% del PBI alemán, lo cual no es mucho para la cuarta economía del mundo, mientras que si el Perú expropiase Camisea (un costo de USD 30 mil millones según algunos) implicaría alrededor del 10% del PBI peruano, un golpe durísimo para la economía peruana.

Por otro lado, si Camisea se expropia tendría que ser administrado por el Estado peruano, sabiendo que este es tremendamente ineficiente y corrupto, el resultado obvio es que esa gestión sería desastrosa. 

Finalmente, el mensaje que el gobierno envía al sector privado con una expropiación es el de un gobierno estatista que no respeta los acuerdos pactados lo cual reduce aún más la confianza de los inversionistas en el gobierno. 

Por todas estas razones se entiende fácilmente que la subida del dólar es fruto de la inepta propuesta del primer ministro y no resultado de los esfuerzos de un grupo de especuladores maquiavélicos. 

¿Bermejo en su percepción ideologizada creerá que expropiando empresas que rentabilizan los recursos del Perú se contribuye a reducir la pobreza y corregir los diversos problemas del país? ¿Puede ser posible que Bermejo tenga tal nivel de desconocimiento de cómo funciona la economía de un país?

Que maravilloso seria que toda la energía y buenas intenciones de Bermejo estuvieran acompañadas de una adecuada comprensión del funcionamiento de la economía y de las verdaderas soluciones que requieren los problemas de gestión de nuestro país.

 

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Camisea, Guillermo Bermejo, Vladimir Cerrón
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