Opinión

En el último reporte presentado por el BCRP en el mes de junio, hubo un tema que pasó desapercibido: se evidenció que el segmento donde más ha caído el empleo en el Perú es en el de mujeres jefas de hogar con hijos menores de 6 años, lo cual ha llevado a muchas de ellas a caer en la pobreza. Adicional a ello, en los hogares tradicionales, la pérdida del segundo ingreso familiar (el femenino) ha sido uno de los factores que ha golpeado económicamente a las familias peruanas durante la pandemia.

Esto responde en parte al hecho de que en el Perú, los colegios y centros de cuidado han estado cerrados, forzando a muchas mujeres (quienes asumen en mayor porcentaje el rol de cuidadoras) a quedarse en casa sin poder salir a trabajar. Esto ha reducido la participación laboral femenina y aumentado la brecha salarial entre hombres y mujeres.

El cierre de escuelas en Latinoamérica ha sido el más prolongado del mundo, siendo Perú uno de los pocos países donde aún no se tiene claro cuándo se regresará a clases en zonas urbanas. En este tiempo, las mujeres han asumido el cuidado de los hijos en mayor proporción que los hombres, principalmente en los hogares más pobres, con un aumento de hasta 40% de tiempo dedicado a las tareas del hogar.

Son pocos los hogares privilegiados que tienen la oportunidad de tener ayuda, ya sea por parte de un familiar o de una persona contratada: para la mayoría de mujeres con hijos pequeños, el cierre de escuelas significa una encrucijada entre salir a trabajar o cuidar a sus hijos. No en vano, según la última encuesta de DATUM, el 69% de los padres estaría de acuerdo con que sus hijos regresen a clases si los colegios cumplen con todos los protocolos sanitarios, sin embargo, este porcentaje va en aumento a medida que baja el nivel socioeconómico. Mientras que en el A/B, el 57% está a favor del retorno presencial, en el C hablamos del 62% y en los sectores D y E, el porcentaje es de 68% y 76%, respectivamente. En el ámbito rural, hablamos de un 80% a favor.

Aún no tenemos suficientes estudios que crucen las variables de cierre de colegios y el aumento de pobreza femenina. Solo indicios, como la mayor disminución del empleo adecuado entre las mujeres durante la pandemia, y la mayor tasa de desempleo femenino frente al masculino. Lo que sí queda claro, es que cada día que pasa y los colegios siguen cerrados, los grandes perdedores no son solo los niños, sino también las mujeres.

*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de las organizaciones a las cuales pertenece.

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feminismo

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Pedro Castillo, Vladimir Cerrón

La encuesta de CPI corrobora el sentir general que se había expresado en la medición previa de Datum. Al gobierno le está yendo mal y no ocurre ello por la tozuda oposición o la “prensa obstruccionista”, como la ha calificado el Premier Bellido, sino por los groseros errores políticos cometidos por el presidente Castillo, los cuales parece empeñado en profundizar.

Un 47.7% desaprueba al gobierno y un 40% lo aprueba. Esta disparidad negativa no se ha visto antes en el arranque de ningún gobierno de los últimos cuarenta años (desde el retorno a la democracia luego de la dictadura militar).

A Bellido le va aún peor. Solo 21.1% aprueba su designación frente a un 62.4% que lo desaprueba. Se pregunta, además, por siete ministros: solo Pedro Francke (Economía y Finanzas) y Hernando Cevallos (Salud) tienen más aprobación que desaprobación. Salen jalados Dina Boluarte (Midis), Ciro Gálvez (Cultura), Héctor Béjar (Relaciones Exteriores), Walter Ayala (Defensa) e Iber Maraví (Trabajo).

Por supuesto, la sombra de Vladimir Cerrón pende como un inmenso pasivo en el régimen. Un 58.1% considera que las decisiones del Presidente dependen del exgobernador regional y solo un 32.2% cree que Castillo decide con autonomía (me parece que acá hay un error de percepción: gobiernan de la mano, son interactivos, socios políticos, siameses, propulsores del “casticerronismo”). Pero la percepción popular es contundente: un 85.8% no está de acuerdo con la intervención de Cerrón en asuntos de gobierno.

La opción de Castillo por un formato de confrontación política y copamiento partidario del Estado le ha hecho mucho daño. Y no ha logrado compensarlo acudiendo a la moderación económica que representa el titular del MEF. Esa mixtura economía moderada/radicalismo político, solo parece indicar una estrategia dosificada de imposición del modelo radical que desembocaría en la Asamblea Constituyente, frente a lo cual, la presencia de Francke solo cumpliría un cometido temporal hasta que el gobierno se asiente y pueda desplegar su vena extrema a plenitud.

Por eso el 45.4% de la ciudadanía tiene poca confianza en el gobierno de Castillo y el 25.9% ninguna confianza (inclusive en la sierra centro-sur -su presunto bastión político-, el 43.9% tiene poca confianza y el 12% ninguna confianza).

Queda claro que Castillo corrige rápidamente los dislates políticos cometidos o pronto veremos un desmadre de tal envergadura que la posibilidad de recorte del mandato crecerá con apoyo popular (ya se ha visto en reciente informe de IDL-Reporteros y en otros, que ni siquiera la bancada oficialista parece sólida y se podría quebrar).

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CPI, Pedro Castillo, Vladimir Cerrón

El gabinete ministerial, encabezado por Guido Bellido de clara simpatía por el grupo terrorista Sendero Luminoso, genera ante la opinión pública una sensación de pesimismo frente a lo que se viene por estos tiempos complejos de crisis sanitaria y económica para el país.

Al respecto, si uno analiza la composición de cada ministerio, podemos apreciar que pocos cuentan con experiencia gubernamental y con una apertura clara hacia inversores para la atracción de capitales. Simbólicamente, representan a sectores que apoyaron al actual presidente, y que no tuvieron cargos de Estado importante. Hay docentes sindicalizados que están asumiendo cargos ministeriales que no les corresponde, porque no cuentan con ninguna experiencia sobre el tema, como por ejemplo el reciente nombramiento del ministro de Transportes o el nombramiento del experto en política social Héctor Béjar en Relaciones Exteriores.

Ni qué decir de la designación del presidente del Consejo de Ministros que, para el contexto de división en la que se encuentra el Perú, tendría que haber sido alguien convocante, pero no. El presidente electo designó a Guido Bellido, mostrando así una clara afrenta a la oposición política y social. Producto de dicha decisión, según la encuesta de CPI, Castillo tiene una desaprobación de 47% y una aprobación del 40%. Nada positivo para un gobierno que recién empieza.

Como escribí para mi columna en El Montonero el 21 de abril de este año, Pedro Castillo seguirá en el escenario de radicalización progresiva de su performance política y de confrontación contra la oposición hasta lograr generar las condiciones de una asamblea constituyente que cambie las reglas de juego a su favor, como lo hicieron en su momento Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa.

La designación táctica de Pedro Francke en el Ministerio de Economía no es más una pieza de ajedrez en este escenario. Táctica que pasa por generar ante los inversionistas un poco de tranquilidad.

Como señala Maquiavelo en “El Príncipe” para una estrategia de cambio en las reglas de juego es necesario mantener algunas costumbres para no desbaratar el objetivo a alcanzar. Pedro Castillo sabe que mientras genera las condiciones para un nuevo orden político (léase nueva Constitución) con gasto social que prometió el 28 de julio necesita por el momento que los grupos de poder tengan “calma”.

Los sectores que no han votado por él están avisados de una estrategia nada novedosa, pero que se olvida a veces. Los populismos y grupos de filiación marxista leninista tienen establecido estas estrategias en manuales políticos desde hace décadas. Tengamos en cuenta esta situación para así advertir posibles consecuencias de dar frutos estas estrategias del extremismo.

El país requiere sensatez y para ello la oposición política y social debe generar el resquebrajamiento de esas estrategias y plantear un acuerdo nacional de propuestas de reactivación económica (los comodities como el cobre subirá por largo tiempo) y reactivación sanitaria.

Pensar y hacer políticas públicas en el corto y mediano plazo.

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Asamblea Constituyente, Guido bellido, sendero luminoso

Bajo protocolos sanitarios y siguiendo gradualmente la reaparición de eventos sociales y culturales en formato presencial, el pasado jueves 5 de agosto se festejó por todo lo alto en Vallejo Librería-café de San Isidro la aparición de ARGUEDAS GLOBAL: INDIGENISMO EN EL NUEVO MILENIO, un volumen de ensayos que ofrecen perspectivas novedosas sobre el autor de Los ríos profundos, situándolo en un contexto contemporáneo y en función de los problemas actuales producidos por el modelo económico neoliberal.

Desde los testimonios de Carmen María Pinilla, quizá la mayor biógrafa de Arguedas, y del reconocido antropólogo Luis Millones Santa Gadea, pasando por las investigaciones de las críticas norteamericanas Tara Daly, Irina Feldman, Karen Spira, o las checas Tereza Halzuková y Anna Housková, o los peruanos Santiago López Maguiña, Daniela Dolorier y Cecilia Monteagudo, y muchos más de Chile, Cuba, España, Brasil y otros países, ARGUEDAS GLOBAL cumple con establecer una lectura múltiple y actualizada del gran escritor desde las corrientes críticas y teóricas del momento, sobre todo el llamado “giro decolonial”.

Como dice el editor del libro, José Antonio Mazzotti: “¿Por qué Arguedas mantiene su importancia y la acrecienta mientras avanza el ya no tan flamante milenio? Todo parecería indicar que, con la implantación y auge del sistema económico neoliberal desde la década de 1980 y la consiguiente (an)globalización de todos los ámbitos del quehacer social, la especificidad de las culturas originarias y locales habría perdido vigor y se encuentra en proceso de desvanecimiento. Esto puede ser cierto en determinados niveles de la producción cultural, como se constata, por ejemplo, en la alarmante desaparición de las lenguas originarias en América Latina, proceso que se inició con la invasión europea desde finales del siglo XV, pero que se ha acelerado en las últimas décadas precisamente debido a la mayor efectividad de las políticas extractivas y discriminatorias de los mal llamados estados ‘nacionales’ de la región. Sin embargo, muy lejos de abogar por un regreso al pasado (la quimérica ‘utopía arcaica’ que le achacó Mario Vargas Llosa), Arguedas sorprende por la versatilidad de su visión del mundo andino como un todo cambiante que, incluso, puede aportar vías de conocimiento y soluciones a problemas agudos que son consecuencia directa del modelo económico neoliberal, como la marginación de los pueblos originarios, el calentamiento global y la deforestación”.

Hace falta, pues, mirar con nuevos ojos la obra de nuestros autores mayores, pues todo indica que siguen teniendo cosas importantes que decir. Arguedas no ha muerto, sino todo lo contrario. Los que andan como muertos vivientes son aquellos políticos e intelectuales que apuestan por dictaduras corruptas y depredadoras.

El libro está dividido en cinco partes y contiene veinte artículos y un enjundioso prólogo escrito por el propio editor (Mazzotti), quien nos ofrece una visión esperanzadora en la obra arguediana. Los trabajos formaron parte de un simposio internacional realizado en Casa de las Américas, Cuba, en noviembre del 2019. Fue publicado por el Fondo Editorial de la Universidad César Vallejo, bajo la dirección de Joel Acuña, en convenio con la Asociación Internacional de Peruanistas y la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana.

Sigamos leyendo a Arguedas, que aún tiene mucho que ofrecer. Este libro lo demuestra.

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Indigenismo, José Antonio Mazzotti, José María Arguedas

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Educación, Ministro de educación, Vacunaton

Vale la pena tomarse un pequeño respiro en el análisis político para referirnos a un tema estructural en crisis: la educación peruana. Se equivoca groseramente el ministro de Educación, Juan Cadillo, cuando relativiza el retorno presencial a las aulas escolares, señalando que son los niños los que más contagian el covid19 y que, por ende, es mejor postergar dicha presencialidad.

Primero, no es cierta esa afirmación. No hay ninguna prueba médica o científica que corrobore que a menor edad mayor carga viral y, por ende, mayor potencialidad infecciosa. Y segundo, eso se controla muy fácilmente, asegurando que los maestros estén todos vacunados, ya que serían ellos los principales afectados del problema, al estar en contacto cercano y cotidiano con los alumnos.

Es incalculable el daño social que le hemos producido al país al tener dos años a los niños y adolescentes tomando clases virtuales, sin contacto físico con sus pares, y generando toxicidad psíquica y laboral en los hogares en donde su presencia exige cautelas logísticas que antes el recinto escolar aliviaba.

La socialización es, al final de cuentas, el principal objetivo de cualquier sistema educativo universal. Los conocimientos se imparten por añadidura. Lo fundamental es “civilizar” a generaciones de protociudadanos que se asoman a la vida adulta pedagógicamente acompañados.

Si no se ha completado la vacunación completa a los maestros del Perú, pues el gobierno debería emprender una campaña prioritaria (“vacunatones” exclusivas para profesores, por ejemplo), y si el tema logístico del transporte público -potencial foco de contagio- supone un problema, eso puede pasar por asignar unidades exclusivas para alumnos (aunque ello en verdad no sería tan necesario, bastando que se exija el cumplimiento de los mismos requisitos que hoy se exige al público adulto: mascarillas y protector facial).

Los términos colectivos de profesionalización, nivel educativo y académico, desarrollo cognitivo y adaptación social, han sufrido un menoscabo gigantesco, inconmensurable, que va a traer consecuencias sociales, políticas, económicas y psicológicas permanentes en varias generaciones de habitantes del planeta.

Ya en otros países, con similares cuadros de pandemia que el Perú, están apostando por el retorno a clases. Es imperativo que nuestro país haga lo propio. Eventualmente, debiera empezarse semipresencialmente este año y de todas maneras tomar las precauciones logísticas a todo nivel para que el 2022 ya la plenitud de colegios funcione con presencia física de los alumnos en las aulas reales y ya no virtuales.

-La del estribo: sobresaliente el número 74 de la excelente revista Hueso Húmero. De esta entrega quiero resaltar la extraordinaria selección de textos de los apuntes que realizaba el psiquiatra Francisco Alarco de las visitas a su amigo y pariente Martín Adán, cuando éste pasaba sus últimos días en el asilo Canevaro. ¡Imperdible testimonio aún cabalmente inédito!

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Educación, Ministro de educación, Vacunaton

En esta edición del podcast «Voz en Off» de Camila Vidal: Entrevista a Andrea Hoyos y su película Autoerótica.

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Andrea Hoyos, Autoerótica, Voz en off

A tan sólo diez días de su juramentación, la oposición mediática al gobierno de Pedro Castillo ha expresado —con niveles de estridencia históricos— su malestar y descontento. La retórica de la prensa digital ha sido tanto más artera cuanto poco imaginativa. El subtexto de las criticas son obvias y repetitivas, y de una vez por todas, digámoslo clara y abiertamente, para muchos de los “críticos y observadores” de la oposición: Castillo y compañía son ante todo una banda de “recién bajados” mal hablados, incompetentes, ignorantes, taimados y mentirosos y que además tienen la audacia de querernos gobernar.

Es ese el mensaje que subliminalmente nos es martillado sin cesar a través de las redes sociales. Día a día, en artículos, podcasts y videos las variaciones de este mensaje es lo único que el lector encuentra. Se adula y acicatea al Congreso para que interpele, sancione y condene. No se sabe bien ¿a quién? o ¿por qué? lo importante es que no permitan al gobierno “cerronista” que se adueñe del país.

A nadie parece importarle que el señor Cerrón no ostente cargo alguno en el gobierno. Basta con insistir que, como fundador de Perú Libre, es él, la eminencia gris que teje y desteje la madeja política y, quien conducirá al Perú al precipicio antidemocrático y caótico que es Venezuela, en el peor de los casos, o quien nos hará perder nuestra vida democrática tal y como la conocemos.

Al Primer Ministro Bellido, se le imputa de ser filo senderista, a pesar de que, en repetidas ocasiones, haya afirmado su repudio al terrorismo. Normalmente, y siguiendo las reglas del juego político, una declaración de este tipo es aceptada con su valor de cambio. Para la oposición, esta declaración es inadmisible, porque como dice un columnista de El Comercio, no somos “cojudos”. O sea, vale más, —en un momento de desesperación y para tratar de impedir que el “marxismo-leninismo” se apodere del poder—, creer en el acto de contrición de Keiko Fujimori y su promesa de abjurar de la “corrupción como forma de gobierno”, y celebrar su absolución a través del abrazo a distancia de los Vargas Llosa.

También se le acusa de homofóbico y machista, dejando de lado lo hipócrita, es curioso que la misma prensa que se rasgaba las vestiduras cuando se discutía el material educativo que incluía una visión más liberal sobre la educación sexual, y que temía que la educación “volviera homosexuales a los niños” se haga ahora abanderada de las libertades sexuales. Es cierto que se puede considerar al gabinete Bellido como machista, por estar conformado por sólo dos mujeres, es una observación más que valida y que se debe corregir.

Otra crítica recurrente al gobierno de Castillo es la incompetencia de los funcionarios nombrados en puestos clave del gobierno. Examinemos las credenciales, es obvio que este gobierno no va a tener acceso a profesionales y tecnócratas egresados de Universidades limeñas como la Pacifico, La Católica o la de Lima, al tratarse de un gobierno con raíces provincianas. Probablemente el ministro Pedro Francke a través de sus relaciones con su Alma Mater, la Universidad Católica, pueda proveer de recomendaciones para los puestos de confianza que el Gobierno de Castillo requiere. Pero aquí también hay que decirlo: en el Perú hemos tenido en el pasado funcionarios corruptos provenientes de “buenas universidades”. El criterio clave en este contexto, más que nunca, debe ser probidad moral y vocación de servicio.

Abundan, por supuestos, las noticias tendenciosas que han logrado “investigar” incluso las multas de tránsito que algún recién nombrado ministro pudo haber tenido en el pasado. Se trata de una potestad de la liberta de prensa, no hay duda, lo inquietante es que esas noticias se conviertan poco a poco en lo única realidad que se ofrece a los lectores. El peligro en una sociedad como la nuestra, en la cual la variedad de fuentes de información dignas de ese nombre aún es un lujo, es crear una burbuja que nos imponga una versión fabricada de la realidad.

Por primera vez en su historia, la sociedad peruana vive la experiencia de tener un gobierno de izquierda elegido democráticamente. No hay un problema de legitimidad, las leyes de la democracia establecen las condiciones, y reconoce un vencedor, aunque sea por diferencia de un voto. Los mismos medios que hoy claman “crisis de legitimidad”, coreaban a PPK cinco años atrás cuando la diferencia de votos contra Keiko Fujimori también fue mínima.

Gobernantes como Sánchez Cerro, Manuel Odría o Velasco Alvarado fueron sobre todo dictadores, con programas populistas e incluso demagógicos. Los regímenes de Toledo y Humala —que aprovecharon las expectativas de justicia social de millones de peruanos—, terminaron en debacles de corrupción y desgobierno porque adoptaron los mismos programas y al final generaron los mismos conflictos que los grupos de poder han impuesto al Perú desde hace dos siglos.

Cuenta Basadre en su Historia de la Republica del Perú que, durante la elección del primer Congreso, no todos los recientemente creados departamentos podían cumplir con la elección de sus representantes a la asamblea nacional. Con la sabiduría criolla que nos caracteriza, hubo un tal Manuel Antonio Colmenares que supo hacerse de la representación de Huancavelica —en ese momento aún ocupado por las fuerzas españolas—. Para suplir la falta de votantes, Colmenares fue al mercado y tomó unos cuantos indios de los que cargaban en la puerta del mercado, los condujo al recinto electoral proveyéndoles de cedulas escritas para que votaran por él y por los demás que figuraban en la misma lista y así salió elegido diputado “únicamente por ocho o nueve individuos que él mismo reunió para el acto del sufragio”.

Dos siglos más tarde, hay quienes piensan que el presidente Castillo es el “cholito” de Vladimir Cerrón. Hay quienes creen que a toda esta banda de zopencos mal hablados hay que llevarlos “con las riendas bien ajustadas”. Los más amables —y, quizás los más peligrosos— consideran, como los describe nuestro querido Ricardo Palma en la Tradición “Carta Canta”, que nuestros indios son “seres de sencilla ignorancia”, y que si pretender alguna picardía, serán zurrados y que la palabra escrita siempre penderá como una espada sobre sus cabezas. Ayer en forma de carta, hoy como la prensa digital.

Ginebra, 08 de agosto de 2021

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Guido bellido, Pedro Castillo, Pedro Francke
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