¿Qué nos queda a los litigantes?
Lamentablemente el TC se ha convertido en un tribunal que no garantiza los derechos de los litigantes, especialmente de poblaciones que históricamente han sido violadas en sus derechos. ¿Qué nos queda a los litigantes? Ganar los casos en primera y segunda instancia. Y de llegar al TC un caso que tenga las mismas características de las demandas que fueron declaradas improcedentes o infundadas, habrá que evaluar la posibilidad de que los afectados se vayan a instancias internacionales para que la Corte IDH sea quien finalmente haga un llamado de atención al Estado peruano por desconocer su jurisprudencia.
En ese entender, el TC se convierte ya no en un tribunal de garantías, sino en una instancia de agotamiento de la vía interna.
No olvidemos que la Corte IDH jugó un papel muy importante en la época del conflicto armado. En esa época no solo el sistema judicial había sido cooptado por un gobierno autoritario y dictador, sino que no había garantías para litigar casos de violaciones de derechos humanos, como esta sucediendo actualmente.
¿Es necesario que se modifique la forma de selección de los candidatos (as) a magistrados del TC?
Creemos que sí, debido a que es una institución autónoma. Sus miembros son elegidos por el Congreso de la República, un Congreso que en estos últimos tiempos nos ha demostrado que solo tiene intereses particulares, olvidándose de quienes los llevaron a ocupar una curul en el parlamento.
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