Opinión

El ingreso al gobierno de un profesor sindicalista que representa a una de las provincias más olvidadas del Perú y cuyo poder significa, para muchos, la reivindicación ante 200 años de injusticia, pobreza, discriminación y desigualdad, han generado una «seguridad» y » orgullo» traducido en fanatismo de un sector social y político que, considera que cualquier crítica o cuestionamiento que se haga a este gobierno de izquierda es «hacerle el juego a la derecha».

Es un planteamiento insostenible, que solo responde a un falso orgullo que el mismo gobierno no está ayudando a justificar. El gobierno de Pedro Castillo y Vladimir Cerrón nació desorganizado, sin cuadros ni objetivos claros, y priorizando símbolos de identificación con ese Perú excluido -hablamos del uso del quechua durante el discurso del premier Guido Bellido durante el pedido de confianza en el Congreso y que la derecha revanchista, tontamente, criticó-, que podrán servirles un tiempo limitado; pero que no sostienen un gobierno.

Pareciera que el acto de reconocer errores y actuar al instante, cuando se necesita, no está entre las prioridades de este gobierno. Los errores en los planteamientos del presidente, su falta de claridad; un premier con la cultura del desatino, su terquedad, su pésima forma de comunicar; y lo más importante, su vergonzosa posición ante un ministro con vínculos senderistas que sigue calentando el sillón en el Ministerio de Trabajo. Esto es un insulto para el país. Tenemos que decirlo, presidente: el Perú olvidado y discriminado no le dio su voto para tener a amigos de terroristas en el poder y con dinero del Estado.

Intentar tapar estos errores; y lo peor, defenderlos indirectamente con los débiles argumentos de » hacerle el juego a la derecha», sólo contribuyen a hacerle creer a este gobierno que el sombrero es todopoderoso. Pero no lo es.

Sus simpatizantes, en base al fanatismo, alientan a seguir cometiendo más errores que van a terminar debilitando a la figura presidencial, su entorno y la sostenibilidad política y económica del país. Un objetivo que los adversarios políticos conocen y lo tienen claro. ¿O ustedes creen que le dieron la cuestión de confianza en aras de la gobernabilidad?

Todas esas acciones son parte de un plan. Y el presidente está contribuyendo a ese plan. Los fanáticos de las derechas dentro del Congreso no faltan, defendiendo posiciones racistas, clasistas y que, a pesar de que ya terminó la campaña política, continúan minimizando al votante que escogió «al Profe» como presidente; y eso los mantendrá en el rincón de la desaprobación.

Si el presidente no llega al año de mandato, no será solo porque «los golpistas» están organizando su salida. El mérito también lo tendrán esas acciones e inacciones de un partido que llegó al poder y no sabe cómo manejarlo y ejercerlo; y además por esa masa de fanáticos que tuvieron la oportunidad de decir, sin aspavientos, los errores a este gobierno, pero eligieron llenarlos halagos e inservibles narrativas.

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Congreso de la República, Presidente Castillo, Vladimir Cerrón

“El pequeño Jesús, quien perdió a su madre hace 26 días por COVID-19, se encuentra bajo el cuidado de un albergue. Un coágulo en el cerebro lo tiene al borde de la muerte, por lo que piden ayuda para conseguir un dispositivo de S/ 5.000 lo más pronto posible. El Hogar Mantaro de la Congregación Hijas de María Auxiliadora hace un llamado a la comunidad para conseguir de manera inmediata un kit cerebral que permitirá salvarle la vida a uno de los niños que tienen a su cuidado.

Se trata del pequeño Jesús, de 4 años de edad, quien ha sido diagnosticado con un coágulo en el cerebro. En estos momentos él permanece en una cama de cuidados especiales ubicada dentro del albergue, pero necesita ser intervenido quirúrgicamente con urgencia, pues la ruptura del coágulo puede darse en cualquier momento, lo que significaría su muerte inminente”.

Me tomo la licencia de citar in extenso una nota publicada por el diario La República porque llama a la sublevación moral ver que la salud pública es una calamidad sin nombre, que explica sobradamente la anomia cívica que se extiende en el país entre los sectores populares.

Sin una salud pública eficiente y de calidad, ecualizadora de las desigualdades sociales, no seremos viables como República. En este caso en particular, el Minsa está obligado a tomar cartas en el asunto y actuar para resolver el problema. No se debería necesitar la caridad. Es una obligación del Estado brindar una salud pública como derecho consagrado. Ojalá el ministro Ceballos actúe de inmediato.

Está pocos días en el poder la administración de Castillo, pero si algo se espera, más allá de sus devaneos ideológicos y su incapacidad de liderazgo, es que al menos en salud y educación marque la diferencia respecto de gestiones precedentes que hicieron poco o nada al respecto.

Se debe construir un sistema único de salud pública. EsSalud debería ser disuelto y pasar al Minsa, sus aportes sumarse a la remuneración mensual de los trabajadores (y pronto ojalá ocurra lo mismo con los aportes a la ONP y a las AFP, haciendo voluntario el sistema) y para ello se necesita que se produzca un incremento presupuestal significativo para atender la necesidad de construir ese sistema.

En el proyecto de presupuesto para el 2022 hay un incremento del 6% para el sector Salud respecto del pliego del año en curso. Es muy poco y debiera revisarse. La viabilidad del país y el debilitamiento de opciones antiestablishment pasa por edificar una educación y una salud públicas de primer orden. El caso que da pie a esta columna no hace si no revelar cuán lejos estamos de alcanzar ese objetivo.

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AFP, ONP, Presidente Castillo

UNO

“Imperdonable que el Canciller renueve el convenio con la USAID, cómplice de todos los golpes de Estado en América Latina…esta política no corresponde a un gobierno de izquierda” – Congresista Bermejo

Pelo crespo y su tez cobriza inconfundible. A cara lavada y con el café al costado, esa mañana, nerviosamente, twitteo su malestar. Pensó: “Me calienta tres carajos que este convenio tenga la venia del Presidente”. Tiene, según él, en todo su derecho de emitir una opinión. No es de extrañar, lo ha hecho desde marzo, e incluso antes: “Y si tomamos el poder, no lo vamos a dejar. Con el respeto que nos merecen Uds. y sus pelotudeces democráticas”.

Si hubiera cursado Ciencias Políticas, no aprobaría las materias “Análisis Político Nacional” y “Liderazgo y Política”.

Tengo 55 años y no conozco que un congresista – siendo del mismo partido – haya manifestado tan abiertamente, su oposición a una designación (la del nuevo Canciller) en el primer mes de gobierno. Insólito. El silencio de Pedro Castillo ya era lastimero.

El personaje de marras responde a la caricatura que se tiene de un izquierdista. Esto es, recalcitrante, obtuso y que parece vivir aun en tiempos pretéritos.

 

DOS

“La revolución no necesita peluqueros y el trabajo los hará hombres. El nuevo hombre no puede ser maricón”. La sociedad socialista no puede permitir ese tipo de degeneraciones”.

Bellido parafraseando a Castro

El Premier nunca pierde. Jamás. Uso el quechua en forma demagoga. Tentó a los opositores; quienes pisaron el palito, cojudamente. Y los hizo quedar mal ante la opinión pública. Simple nomas. Se floreó en entrevistas televisivas. Es mordaz.

Según su percepción, el caso de Patricia Chirinos no es tal. Hay testigos, aun así, lo niega. Tiene un historial, en las redes, de misoginia y homofobia, difícil de eludir. Ud. es el Premier, no es un ciudadano cualquiera. Debe dar el ejemplo. El destrato a las mujeres ha tenido un historial largo e hiriente en nuestro país. Sus posteriores declaraciones empeoraron su imagen.

Lo que sorprende, o ya no, es que el Presidente, mantenga su mutismo.

“El pueblo votó por un cambio real y profundo, no para administrar la crisis neoliberal” refiriéndose burdamente a Julio Velarde, al frente del BCP. Dando a entender que de economía tiene nimios conocimientos.

Pues bueno, desde la semana pasada, hay una increíble escasez de agua potable en el distrito más populoso de Lima.

¿Dónde están los que iban a gobernar para los excluidos?

 

TRES

“Cualquier disidencia es traición”. “Si el gobierno defrauda las expectativas del pueblo…se convertirá en un segundo humalismo”. Declaraciones de Vladimir Cerrón – Fundador de Perú Libre

Nunca imagino este escenario. Jamás. Y ahora se regodea. Se cree Presidente. El, que, según Pedro Castillo, no sería ni portero de Palacio; pues ahora es una de las cabezas de este Gobierno bicéfalo. Es el hermano mayor, bastardo de Bermejo y Bellido: en actitudes y despropósitos. No lee la realidad, solo la distorsionada.

Siempre he desconfiado de los dogmáticos, tanto en religión, como en política. En pleno siglo XXI, la megalomanía sigue rampante, envolviendo a las personas. Es lo que dijo en una ocasión Sartre: “Tienen chancro de poder”. En igual manera, podemos deducir que su necesidad de reconocimiento es patológica: Sabe que le hace daño a la imagen del gobierno electo, pero no le interesa.

Eso sí, debe odiar a Pedro Francke y Aníbal Torres (las figuras del gobierno, junto con Maúrtua), que están en las antípodas: profesionales y pragmáticos. Los 2 primeros conforman la izquierda moderna, la del siglo XXI.

Antes de las elecciones del 90, mucha gente clamó por nueva gente en la política peruana. De ahí el fenómeno Fujimori. Que de sueño trocó en pesadilla. Desaparecieron los Belaunde, Bedoya, Haya de la Torre, Townsend Escurra, Pease, Barrantes, etc. Emergieron políticos ignotos, ignaros, coprolálicos que con el tiempo han quedado en el túnel del olvido. Que es lo peor que le puede ocurrir a un hombre dedicado al quehacer político; o terminar preso.

¿La solución? Romper lo más pronto con ese lazo umbilical. Mientras no lo haga, la derecha se seguirá frotando las manos: la vacancia está a la vuelta de la esquina.

“La venganza es un plato que se come frio” – Francisco de Quevedo Villegas.

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Guido bellido, Patricia Chirinos, Pedro Castillo, Perú Libre, Vladimir Cerrón

La arremetida contra el gobierno sigue incontenible. No hay día en que no se cuestione, denuncie, critique o exija la vacancia de un presidente que no tiene ni dos meses en el cargo. Es cierto que esta situación en parte es responsabilidad del Presidente Castillo por haber hecho nombramientos inoportunos, en algunos casos provocadores, y no haber sabido rectificar a tiempo ahondando aún más la crisis y colocándose en un lugar aún más delicado de la fragilidad con la que sostiene su tambaleante gobierno. Pero, el modo impune en que se azuza a la población con el fantasma del terrorismo, el clasismo y racismo han sacado a luz las profundidades de una sociedad fracturada, corroída por centurias de olvido, exclusión e injusticia.

El momento que vivimos se torna dramático pues no se trata sólo de una lucha entre izquierda y derecha, sino del modo en que queremos vivir como sociedad. Y ahí se juegan dos visiones opuestas y hasta contradictorias del Perú. Lo chocante para algunos es que la que hoy gobierna es aquella que siempre fue silenciada y excluida de los centros de decisión del poder. Por eso aparecen como improvisados, inexpertos, torpes, no porque lo sean sino porque no se condicen con la tecnocracia que durante treinta años nos impusieron haciendo del estado un productor de técnicos-burócratas insensibles a las necesidades populares que se crearon un mundo paralelo y distante de los ciudadanos.

Hoy no sólo se acusa al gobierno de eso sino además se pretende crear la imagen de que ha sido tomado por sendero luminoso. Corresponderá al Presidente Castillo deslindar, aclarar y cambiar el rumbo. No puede haber concesión alguna con esa horada de asesinos enloquecidos que destruyeron material y espiritualmente nuestro país. Consecuencia de sendero es el fujimorismo y por eso son las dos caras de la misma moneda: corruptos, asesinos, autoritarios, felones, oportunistas, en suma, mequetrefes cualquiera.   

Por eso, lo que estamos viendo ahora es el enfrentamiento de dos extremos igualmente irracionales y autoritarios. Enfrascados en una pugna por el poder, ambos extremos se muestran incapaces de ver y atender a los más necesitados y aquellos que claman atención. Castillo, si quiere seguir siendo presidente, debe aprender las dotes del equilibrista tratando de no caer en el abismo de la derecha o de la izquierda. Ese equilibrio es aquello por lo cual hoy ocupa el cargo de presidente. Atender a una población de regiones que siempre fue despreciada y excluida. Él es la voz de los que nunca la tuvieron. Pero, no sólo es esa voz sino que, además, está ahí para resolver los problemas efectivos que aquejan a los peruanos más pobres. Si bien, Castillo es el presidente de todos los peruanos, su principal deber está con los más pobres y olvidados.

El ciudadano promedio del Perú es desideologizado y por tanto no ha votado por un partido político en concreto. Que Castillo sea ahora presidente se lo debe no a un partido sino a que supo cohesionar el descontento popular que se identificó, no con el militante ortodoxo de una izquierda trasnochada, sino con el profesor rural y campesino de sombrero ancho como el mundo que prometía. En ese sentido, su partido es más un lastre que una oportunidad de poder llevar a buen puerto el gobierno. Su torpeza política, siendo el partido de gobierno, ha demostrado que la elección la ha ganado Castillo y no ellos. 

Con esto no queremos proponer una ruptura entre el presidente y su partido, pero sí un replanteamiento en las relaciones de poder y función que tendrán cada uno. No se puede seguir generando la imagen de ingobernabilidad y falta de rumbo en medio de una crisis que amenaza a diario nuestras vidas y nuestra ya muy maltrecha economía. Eso sólo hará que el pueblo, siempre pragmático cuando tiene hambre, mire para otro lado, sienta que se equivocó y busque cambiar de presidente.

La función principal del presidente Castillo es aliviar lo antes posible el castigo que significa el alza de los precios en los productos de primera necesidad en medio de la pandemia. El pueblo quiere soluciones concretas o el contento se volverá ira, no importa si se trata de un gobierno de derecha o de izquierda cuando el hambre y la muerte arrecian la ideología desaparece. 

El gobierno aún está a tiempo de deslindar y sacudirse de los elementos que le son más un lastre que un alivio en su deber de solucionar los problemas de los más pobres. Para ello, si se hace imprescindible que nos señale claramente cuál es el rumbo trazado para poder acompañarlo. No puede haber más incertidumbre, porque el principal problema de este gobierno es que nadie –parece que ni el mismo presidente- sabe para dónde vamos. Si a esa incertidumbre le sumamos los cuestionamientos e incompetencias de varios de los ministros y funcionarios nombrados, entonces el gobierno está, por mano propia, camino al desbarrancadero.

En nuestro caso, los senderos que se bifurcan no son los del tiempo infinito en forma de laberinto que imaginó Borges. Son los senderos que en nuestra historia siempre nos han llevado al desastre. Los senderos de la derecha y la izquierda extremas que llevan a la muerte y la miseria. Está en manos de Pedro Castillo conducirnos por alguno de estos senderos y arrojarnos a las profundidades del abismo o dar un giro a su gobierno y empezar a preocuparse u ocuparse de aquello para lo que fue elegido.

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Presidente Castillo

Es hora de que el Congreso vuelva a poner sobre el tapete una interpelación al gabinete Bellido en su conjunto -no solo a Maraví- y de no encontrar cabales respuestas, proceder a la censura. Nunca, en verdad, debió otorgársele la confianza cuando se presentó en el Congreso.

Hoy después de confirmarse los vínculos filosenderistas del Premier y de varios ministros, además de la absoluta incompetencia de otros, o la proliferación en otros tantos titulares de pliego de conductas reñidas con temas de equidad de género (violencia familiar, incumplimiento conyugal, etc.), sin contar con el radicalismo de la facción cerronista que este gabinete alberga, es imperativo que el Congreso ejerza control político sobre este desaguisado y gaste su bala de plata para conminar al Presidente a recomponer el gabinete y ver si así lo ayuda a salir del entrampamiento en el que se encuentra y del que aparentemente no puede escapar.

Está fuera de toda tolerancia democrática admitir que se permita a Sendero Luminoso, a través del Movadef y del Fenate, merodear Palacio de Gobierno como si fuera su casa. Eso no admite consideraciones estratégicas ni cálculos de gobernabilidad. Hay que zanjar con esas licencias ideológicas que el Primer Mandatario permite con ligereza punible. No es tema de polarización gratuita o de terruqueo ultraderechista. Es evidente el grosero papel que cumplen agrupaciones filosenderistas en las esferas del poder, con la anuencia o pasividad del propio presidente Castillo, y eso no puede permitirse.

El Congreso, baluarte de control político del poder Ejecutivo, debe ponerse los pantalones y actuar en consecuencia. Este es el momento en el que debe hacerlo, no cuando sea demasiado tarde y ya se haya normalizado la inconducta palaciega.

El pueblo que votó por Castillo no es proterrorista ni prosenderista y, como revelan las encuestas, rechaza ese comportamiento político del gobierno. Ese pueblo creciente y mayoritario requiere que el Congreso esté a la altura de su representación.

A ese esfuerzo deben sumarse todos los partidos de la oposición democrática. No solo la derecha -que ha mantenido en ristre una actitud de vigilancia- sino también el centro, que claudicó en la presentación del gabinete Bellido, pero que ahora tiene la oportunidad de reivindicarse frente a sus propios electores.

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Congreso de la República, Gabinete Bellido, Maraví, Movadef, Pedro Castillo

Alguna vez gritaste un Chorrigolazo. De fuera del área, como venía la pelota y en primera, clavada en un ángulo. Lo gritaste como si fuera un campeonato del mundo. Durante años, Roberto Palacios, el Chorri, fue una gran motivación para ser hincha de la selección. En una época oscura donde no habían tantas razones tangibles para alentar a Perú.

El Chorri es el jugador que más veces se puso la blanquirroja y es uno de sus goleadores históricos. Después del partido con Uruguay, dijo en Radio Ovación que a Perú le había faltado ataque frente a Uruguay. Vio a Guerrero sentido por la lesión, a Flores ausente y esperaba más de Cueva. De inmediato, Renato Tapia lo señaló como un enemigo para la selección. 

Y a Tapia lo siguieron Ramos y Gallese, otros referentes del equipo actual. El Chorri los puso en su sitio. En Exitosa ha dicho que él jugó cinco eliminatorias y logró llegar a un repechaje con los mismos puntos, solo que en ese entonces no había esa opción. ¿Qué han ganado? dice, erguido en la voluntad popular, que lo apoyó masivamente en redes sociales.

Discúlpame, Renato, pero el Chorri tuvo razón. Y te pido disculpas porque en tu calidad de capitán del futuro, de ex Mundialista, de jugador que vale veinte millones de euros, de titular de La Liga española, pues, cuidado con haberle dado la bienvenida a la invasión de la soberbia al equipo de todos. Si a ti te parece que el ataque peruano no es criticable, pues, ha llegado la invasión de la soberbia al equipo de todos.

Lo de Tapia, Ramos y Gallese es un aspecto de la selección actual no detectado hasta este entonces. De hecho, hasta el mismo último partido, con Venezuela. La mentalidad del equipo ha cambiado. Hoy se ha retirado la humildad, la tranquilidad y la convicción, por una nube negra de soberbia, nerviosismo e imprecisiones. Generalizado en el accionar, aún cuando se han resultado buenos resultados.

Y la discusión con el Chorri por redes sociales no es el único síntoma. En principio, están todas las imprecisiones de los delanteros en el último partido. Carrillo y Cueva no finalizaron jugadas. Flores, nuevamente desaparecido. Y Lapadula, con demasiadas ansiedad de cara al gol, rematando muy apurado o en posiciones adelantadas. Es como si al equipo le faltara de pronto el “Pensá”.

De hecho, el gol llegó de un error del rival. Y claro, eso hay que aprovecharlo. Pero cuando fue Perú el sumo protagonista con la expulsión de Rincón, fue más evidente que la selección era un equipo incapaz de llegar al arco rival con contundencia. No pasó demasiado apuros ni quiere decir que Venezuela estuvo más cerca del empate. Pero no liquidó. 

Y eso es particularmente doloroso porque entonces, ¿ante qué equipo Perú va a disminuir ese -7 de diferencia de gol que tiene? Si el partido más accesible de la eliminatoria es contra el colero, Venezuela, y de local, con un hombre más durante casi todo el encuentro. La necesidad del equipo no fue un resultado envuelto en convicción, fue un desembolso de desprolijidades.

En eso, las cámaras en el Estadio Nacional poncharon siempre a un Gareca nervioso, preocupado y frustrado al ver a su equipo incapaz de terminar jugadas. No fue un par de veces, fue durante todo el segundo tiempo al menos. No es anecdótico, sino parece ser la extinción del “Pensá”. De esa parsimonia de un técnico seguro y paciente ante sus jugadores. 

Su angustia es la de todo un equipo que parece poco a poco divertirste menos y perder esa seguridad, por la ansiedad de tener que encontrar los resultados a toda costa. ¿Qué hay del otro lado impidiendo la calma? Pues esa humildad que parece irse de los referentes, preocupados quizás más en ser reconocidos y menos enfocados en volver a conseguir sobre lo logrado.

Y también hay mucho sentido de cuerpo y defensa del colectivo. Es el resultado natural de haber creado un equipo cerrado funcional, con líderes muy claros, pero al mismo tiempo hermético. No por nada diversos personajes vinculados al fútbol señalan la existencia de una argolla dentro de la selección, también asociado al poco recambio entre las convocatorias.

Para enfrentar el resto de las Eliminatorias, Perú necesita hacer al menos cinco triunfos más. Quedan Chile, Bolivia, Ecuador y Paraguay en Lima. Todas esas son finales de vida o muerte, y todos deben ser triunfos peruanos. Son selecciones que este Perú ha sabido ganarles, con sus propias cualidades. Y superarlas depende de la convicción y la contundencia para sentirse superiores. Incluso aquí es importante mejorar la diferencia de gol.

Luego toca Brasil, Argentina, Colombia y Uruguay de visita, partidos donde Perú debe apostar por un empate. Y Bolivia y Venezuela de visita, donde al menos deben llegar cuatro puntos, sino son los seis. De nuevo, contundencia en ataque, seguridad y esa calma transmitida en las eliminatorias a Rusia 2018. Son rivales conquistables, con la mentalidad adecuada. 

Discúlpame, Renato, pero el camino a Qatar requiere de pensamientos diferentes. De que la seguridad por los logros obtenidos no se vuelva una soberbia que nuble la convicción de tener un equipo cohesionado y con las condiciones de conseguir los resultados para llegar al Mundial. Y ahí, por qué no, callar esas bocas. Porque eso se demuestra en la cancha. Quizás haya mucho que aprender del Chorri Palacios en ese retorno a la mentalidad adecuada.

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Chorri Palacios, Renato Tapia, Selección peruana de fútbol

El 12 de setiembre se celebra el día de la historieta peruana. La fecha celebra cuando el año 1952 el diario Última hora, un famoso tabloide peruano que desapareció en los ochenta, publicó nuestras “Historietas 100% nacionales”. Aunque algunos crean el tema intrascendente, se trata de un momento histórico lleno de intrigas, decisiones políticas y anécdotas vinculadas a un género de grandes consecuencias en la vida limeña, cuando los artistas que lo profesionalizaron marcaron nuestro imaginario popular.

La historia comienza con Pedro Beltrán Espantoso, uno de los hombres con mayor poder en el Perú hasta el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. Fue un hacendado que estudió Economía en la London School of Economics en 1918, en tiempos en que los primeros ministros y futuros presidentes del mundo se formaban en sus aulas. Al regresar, trajo la mejor tecnología, como la fumigación con avionetas (¿se imaginan el tamaño de sus tierras?). Desde la presidencia de la conservadora Sociedad Nacional Agraria y el Banco Central de Reserva del Perú, Beltrán manejó la economía peruana por décadas. Era un hombre tan influyente que durante su labor diplomática con el gobierno estadounidense (que gobernaba tras la Segunda Guerra Mundial a todo Latinoamérica a través de la OEA), fue quien tuvo la iniciativa de retirar a Cuba de la Organización de Estados Americanos. Es a Beltrán a quien se dirige Ernesto “el Che” Guevara en su famoso discurso de Punta del Este.

El año 1947, Beltrán compra el diario La Prensa pero, tras el asesinato político de su director en 1947, decide él mismo hacerse cargo y con ello modernizar el periodismo nacional. Como contraparte al estilo neoyorquino que trajo para la prensa peruana, introdujo el tabloide con Última hora. La dirección se la entregó al oscurísimo Eudocio Ravines, personaje sobre quien pronto, tal como se ha anunciado, saldrá una novela. Ravines, quien cambió el nombre del Partido Socialista al de Partido Comunista, fue un famosísimo anticomunista (sí, aunque suene contradictorio) dedicado a la publicación de noticias falsas y sesgadas. Un precursor de una nefasta práctica política que ahora pareciera estar en el Perú en su máximo esplendor y que las nuevas generaciones conocen como fake news

Pero la obsesión de Ravines no era la del resto del Perú y a Beltrán también le molestaba el poco impacto de su diario con ese estilo. El dictador Odría finalmente lo desterró y Beltrán le dio la dirección a dos jóvenes de veinte años que darían mucho que hablar: Raúl Villarán y Efraín Ruiz Caro, personajes en los que no me detendré, pero que también tienen grandes historias. Ellos comprobaron que cómics como “Roy Rogers”, “El Pato Donald” o “Buck Rogers” no calaban del todo en la sensibilidad de los lectores y pasaban desapercibidos, a diferencia de la tira cómica más “popular”, la única peruana: “Sampietri” de Julio Fairlie. El contar con pocas historietas peruanas y el culto al personaje Sampietri, reflejaban una situación más compleja que preocupaba a sus lectores. Estados Unidos había comenzado una idea del “desarrollo” donde se ubicaba en la cima y que nos situaba en el último lugar ante todo lo que nos para ser “como ellos”. En ese marco ideológico tan difundido por el periodismo de Beltrán y el modelo educativo y social de Odría, resultaba vergonzoso no contar con historietas y superhéroes nacionales.

De ahí que el proyecto de Ruiz Caro y Villarán demandara desarrollar un cómic “nacional”. Y fue complejo. Los ganadores fueron Hernán Bartra con “Boquellanta”, protagonizada por un niño blackface afroperuano, “Chabuca”, clasemediera desesperada por el matrimonio, Vera Castillo con una versión peruana de Tarzán, “Yasar del Amazonas”;  Juan Osorio, con Juan Santos en la “Cadena de oro”, héroe andino defensor de nuestro patrimonio; David Málaga con “Serrucho”, el migrante andino que debe adaptarse a la “modernidad” limeña; Jorge Salazar con “Cántate algo” que usaba con fino humor las canciones para criticar el día a día limeño. Y, por supuesto, el genial Fairlie con “Sampietri”. 

El día de la historieta peruana nos muestra, entonces, cómo se “ilustraba” nuestro nacionalismo:  con personajes heroicos como Yasar y Juan Santos, pero también con personajes como Sampietri, Boquellanta y Serrucho que construyeron una imagen que hoy consideramos despectiva del limeño vividor, de las familias afrodescendientes y de los migrantes de la sierra que no tenían a qué otro lugar ir dado que los servicios básicos estaban concentrados sólo en la capital. Incorrectos o no, como lo narra José Luis Rodríguez Toledo en su tesis sobre “Serrucho”, personajes como Sampietri llegaron a ser tan populares que se puso de moda vestir como él o poner su nombre al de una “barriada” junto al río Rímac en 1959.

Rubén Osorio y Hernán Bartra se retirarían pocos años después para protagonizar con sus personajes la primera revista de historietas que el Perú exportó: Avanzada, proyecto de la Iglesia católica que siguiendo la pauta de las historietas 100% nacionales, los condujo como “Osito y Monky” a dibujar los cómics que configuraron a más de una generación. Coco, Vicuñín y Tacachito, sus personajes más entrañables, confirman la tripartición étnica y racial inaugurada por los directores de Última Hora.

Gracias a sus artistas y al lenguaje popular, Última Hora no sólo fundó nuestras historietas profesionales, sino también una manera de mirarnos como tres grandes etnias y consolidando la burla y el desprecio a la población migrante y afro. Hoy, tras el rechazo contra personajes ofensivos como la Paisana Jacinta y el Negro Mama y el orgullo por nuestra diversidad cultural, estamos recomponiendo nuestras miradas y jerarquías; y nuestros cómics están ahí, para dar cuenta del pensar de las nuevas generaciones. ¡Feliz día de la historieta peruana!

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El país esperaba, con expectativas, el anunciado Mensaje a la Nación del Presidente Castillo anoche. Claro, los temas que se consideraba iban a ser mencionados eran aquellos que preocupan a la mayor parte de la ciudadanía: la permanencia del gabinete Bellido, la presencia dominante del secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón, los ministros filosenderistas y la devastadora insistencia en una Asamblea Constituyente corporativista que llevaría al país al abismo.

Pues, oh sorpresa, nada de eso. Ni una letra. No existieron esos problemas para el Primer Mandatario. Se dedicó los pocos minutos que nos regaló a enumerar una serie de programas asistenciales que ya había anunciado el Premier en su presentación ante el Congreso y la única gran novedad fue el anuncio de la construcción de una planta de producción de vacunas Sputnik, sin saberse bajo qué términos, si ha habido licitación, para cuándo (por lo menos tres o cuatro años).

Fue, claramente, un mensaje escapista. Ni siquiera fue uno dirigido a sus huestes radicales, que aún confían en el gobierno y que esperan el despliegue de una serie de reformas que cambien el modelo, el establishment. No buscaba ello. Evidentemente, se trató de un afán distractor que ha buscado que la ciudadanía deje de aturdirse por la inusitada asiduidad de las denuncias que revelan los pasados cuestionables de los personajes del gobierno o las inconductas de espanto de muchos de ellos. Objetivo iluso, por cierto, que no logrará su cometido psicosocial. El problema, sin embargo, es que este mensaje básicamente revela que el Presidente no está dispuesto a cambiar su modus operandi. No parece entender que el menjunje que ha armado, mezclando al maoísta Movadef, el leninismo trasnochado del cerronismo y la tecnocracia caviar, en un solo guiso, no conduce a nada bueno.

La llegada al poder de alguien como Castillo -más allá de su ideología desorientada- era una ocasión maravillosa para que el acceso al poder del pueblo tal cual, porque eso está detrás de este régimen, activara una situación étnica-cultural que ayudase a cerrar brechas seculares de nuestra República. Pero el propio Castillo está devaluando ese proceso, con la malversación de los cargos públicos que ha puesto de manifiesto y su terquedad para corregir los tremendos errores políticos que viene cometiendo.

Castillo está destruyendo la legitimidad de la democracia popular que ha accedido a Palacio. El pueblo no está representado en el sainete que
perpetra el profesor chotano.

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Mensaje a la nación, Movadef, Pedro Castillo, vacunas, Vladimir Cerrón

Hace casi veinte años, el filósofo Nick Bostrom, de Oxford University, escribió un artículo que alcanzó una fama inusual para un artículo académico. En él Bostrom sostiene que existe la posibilidad de que actualmente estemos viviendo dentro de una simulación computacional. A su vez, este argumento ha sido difundido hacia el público en general por personalidades del mundo de la ciencia y la tecnología tales como Elon Musk y Neil deGrasse Tyson.

Bostrom no se refiere a simulaciones como las de la película The Matrix, en la que millones de personas están conectadas a una computadora que estimula su cerebro para crear un mundo de sueños. En este tipo de simulación es el cerebro (y el resto del sistema nervioso) el que genera una realidad virtual, tras ser estimulado adecuadamente por la computadora. La logística que requiere ese tipo de simulación hace que sea implausible que actualmente estemos viviendo en una de ellas.

El argumento de Bostrom, por el contrario, no se centra en simulaciones que parten de un substrato biológico, sino que el substrato de la conciencia es el hardware mismo de la computadora. Eso es justamente lo que le da plausibilidad al escenario.

Bostrom parte de dos premisas, y a partir de ellas obtiene una conclusión que abre tres escenarios posibles. La primera premisa es la de la inteligencia artificial. La idea es que la conciencia humana no depende esencialmente de una base biológica, sino que puede ser generada (tal vez no ahora pero sí en el futuro) por una base no biológica, tal como un procesador de silicona. Esta tesis implica que es posible desarrollar máquinas que no solo actúen como los humanos, sino que posean una vida mental, un mundo interior. La segunda premisa es que, dado lo que conocemos actualmente acerca de las leyes de la naturaleza, es posible (tal vez no ahora pero sí en el futuro) crear computadoras que sean capaces de generar mundos simulados que reproduzcan el mundo real con niveles de detalle suficientes como para que sean indistinguibles del mundo real.

En base a estas dos premisas, Bostrom razona de la siguiente manera. Si es posible crear conciencias en base al hardware de una computadora, entonces es posible también crear todo un universo para que dichas conciencias interactúen entre sí. Una civilización suficientemente avanzada podría crear computadoras que simulen miles de millones de conciencias interactuando en un mundo puramente virtual, pero que sea indistinguible del nuestro. Llamemos M 0 al mundo real, en el que vive dicha civilización avanzada, y M 1 al mundo en el que vive la civilización simulada.

Si ese mundo M 1 es indistinguible del nuestro, entonces para ellos también será posible crear una simulación. Así se origina el mundo M 2 , y luego M 3 , M 4 , etc., en una cadena que se puede prolongar casi infinitamente. En esa situación, existiría solo un mundo real, y una cantidad enorme de mundos simulados. Entonces, por un principio básico de indiferencia, nuestro mundo no tendría por qué ser el mundo real. Ya que existen tantos mundos simulados, las probabilidades de que nuestro mundo también sea simulado son altísimas. Si ese fuera el caso, nosotros seríamos una simulación de los ancestros de dicha civilización tecnológicamente avanzada, y técnicamente no estaríamos en el año 2021 sino muchos años después.

Ahora bien, hay dos escenarios que podrían bloquear esta situación. Por un lado, es posible que, dadas las características de la especie humana, no sea posible llegar al estado de civilización avanzado que permita crear estas sofisticadas simulaciones. La idea es que el avance de la tecnología va de la mano con el avance del poder bélico y las armas de destrucción masiva, y por lo tanto sea casi un hecho de que la civilización humana se destruya a sí misma antes de llegar a la madurez tecnológica. Si este fuera el caso, entonces las probabilidades de que actualmente estemos viviendo en una simulación serían muy bajas. El segundo escenario es que impedimentos morales, o simplemente apatía, hagan que dicha civilización tecnológicamente madura no esté interesada en crear simulaciones de sus ancestros. En este caso también sería poco probable que estemos viviendo en una simulación.

En resumen, de acuerdo a Bostrom, si aceptamos que es posible que substratos no biológicos generen conciencias similares a las humanas, y que es posible que las computadoras del futuro reproduzcan mundos enteros, entonces tenemos que aceptar como verdadera al menos una de las siguientes tres afirmaciones: o la humanidad se destruirá a sí misma antes de ser capaz de desarrollar estas tecnologías, o sí llegará al nivel en el que pueda desarrollar estas tecnologías pero no estará interesada en hacerlo, o vivimos en una simulación computacional.

Así que ya sabe, señor, señora. Cuando despierte en las noches asustado porque es bastante probable que el actual ministro de trabajo haya sido un senderista que capacitaba a otros senderistas en el arte de armar explosivos, recuerde que hay cosas peores en la vida. Por ejemplo, su entera vida y existencia podría estar ocurriendo en la computadora de un adolescente del futuro sentado en el sillón de su sótano comiendo doritos.

[En la web https://www.simulation-argument.com se puede encontrar el artículo original, así como una versión simplificada de tres páginas, y muchos otros recursos relacionados a este tema. Espero poder escribir una respuesta a este argumento en alguna de mis columnas siguientes]

 

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Bostrom, computadoras, Tecnología
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