Opinión

La última encuesta del IEP es reveladora respecto de la fuerza política de la derecha, que prácticamente supera en todas las variables de medición a la izquierda. El Perú es un país inclinado a la derecha: lo de las últimas elecciones fue un hipo disruptivo producto de la pandemia que difícilmente se va a repetir en nuestra historia electoral.

De acuerdo a la medición referida, el 35% del país se define de derecha frente a un 24% de izquierda. En el Perú rural, supuesto bastión izquierdista, el 38% se autodefine de derecha mientras que solo el 29% dice ser de izquierda.

En la región centro -reino de Perú Libre- la derecha obtiene un 35% de identificación mientras que la izquierda representa al 28%. Solo en el sur gana la izquierda, con 28%, pero la derecha tiene un nada despreciable 26% de identificación.

En todos los sectores socioeconómicos, la gente se considera más de derecha que de izquierda. En el AB, 32% de derecha versus 18% de izquierda; en el C, 36% de derecha versus 23% de izquierda y en el DE, la derecha 36% y la izquierda 28%.

Lo más interesante, sin embargo, radica en la respuesta que acontece cuando se distingue por edades. En el rango de 40 a más, 36% dice ser de derecha mientras que 23% de izquierda; en el rango de 25 a 39 años, el 32% es de derecha y el 26% de izquierda; lo sorprendente ocurre cuando nos vamos al rango más joven, de 18 a 24 años: allí, el 40% dice ser de derecha mientras que solo el 24% dice serlo de izquierda.

Es hora de que la derecha se despercuda y se deje de tibiezas ideológicas. El país espera un liderazgo que claramente se defina de derecha, democrático, promercado, defensor del orden público, de la reforma de un Estado elefantiásico, y que en ese trance no esquive ningún tema polémico sino que lo responda con absoluta transparencia y propiedad.

Empiezan a surgir nuevos liderazgos. Hay que tenerlos en cuenta. Se requiere cambiar el elenco estable de la derecha. Su fracaso en las últimas elecciones ha obedecido, en gran medida, a ello. Se impone una derecha que salga de los corsés fujimoristas y convoque al país a una apuesta reformista y transformadora, con una narrativa moderna y antiestablishment. La tribuna está su favor.

La del estribo: no deje de participar en el taller El amor en la literatura, que dictará el escritor Alonso Cueto, a través de cinco novelas del siglo XIX y XX: Jane Eyre (Charlotte Bronté), Eugenia Grandet (Balzac), Rojo y Negro (Stendhal) El amante de Lady Chatterley (Lawrence) y La tía Julia y el escribidor (Vargas Llosa). Inscríbase en www.edicionescueto.com/productos y arranca este miércoles 17 de noviembre hasta el 9 de diciembre, de 7 a 9 pm.

Tags:

antiestablishment, Derecha, IEP, Perú Libre

Desde tiempos coloniales las relaciones entre lo que hoy son Argentina y Perú se han visto alimentadas por diversos acontecimientos de tipo cultural, militar, político y, por supuesto, literario.

Se sabe, por ejemplo, que el primer contacto que tuvo un europeo con el imperio incaico fue a través de los territorios de las actuales Argentina y Paraguay, cuando en 1525 el explorador portugués Aleixo García llegó a la zona del Collasuyo e intercambió objetos que alimentarían las fantasías de los conquistadores por una civilización hecha de oro. Pizarro, desde el norte, les ganó por puesta de mano a esos conquistadores del Chaco y logró la conquista como ya la conocemos. Pero, ¿qué hubiera pasado si los incas hubieran sido conquistados desde el sur? Nunca lo sabremos.

Lo que sí sabemos es que el virreinato del Perú, creado en 1542, comprendía los vastos territorios de Charcas y todo el Cono Sur, hasta que recién en 1774 la corona española decidió crear el virreinato del Río de la Plata y separarlo del virreinato del Perú. Esa fue la base de las divisiones territoriales surgidas de la independencia, lo que no anulaba el comercio constante entre el Cuzco, el Alto Perú y Buenos Aires que se llevaba a cabo desde viejos tiempos.

Con el desembarco del general José de San Martín en 1820 en la bahía de Pisco se reforzaron los lazos políticos, y los culturales encontraron su expresión en propuestas como las de Belgrano de entronizar a un príncipe incaico en el poder de la naciente Argentina o en los símbolos como el sol que hoy ostenta la albiceleste bandera del hermano país.

Y hay muchos otros indicios más, como el apoyo de Perú a la Argentina durante la guerra de las Malvinas y la actual migración peruana al país del Plata, que crea una interesante fusión culinaria y cultural en ese querido sur. 

En términos de poesía, por lo menos dos autores peruanos terminaron viviendo en Argentina: Alberto Hidalgo y Reynaldo Jiménez. La poesía peruana, en general, goza de buena recepción por esos lares, así como los vates argentinos son muy apreciados en el Perú.

Con todos esos antecedentes y algunos eventos poéticos realizados en la década pasada, finalmente se dará el Primer Gran Encuentro de Poesía Perú-Argentina, que busca ampliar el mutuo conocimiento académico entre ambas tradiciones poéticas, incluyendo el importante componente de la creación a través de recitales conjuntos.

Se trata, pues, de un súper congreso que cubrirá no solo el estudio académico de numerosos autores peruanos y argentinos, sino que reunirá a creadores notables de ambos países a fin de que contrasten sus obras y dialoguen sobre temas de interés común.

 El evento es organizado por la Asociación Internacional de Peruanistas (AIP), la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) y empieza el miércoles 24 de noviembre hasta las últimas horas del jueves 25. Poetas peruanos como nuestros queridos Carlos Germán Belli, Marco Martos, Domingo de Ramos, Mónica Carrillo, Carlos López Degregori, Andrea Cabel, Róger Santiváñez, Rubén Quiroz, Ethel Barja, José Antonio Mazzotti, Luis Fernando Chueca, Paolo de Lima, Pedro Favarón, Ch’aska Anka Ninawaman, Rafael Hidalgo y las jovencísimas Valeria Chauvel y Brenda Vallejo se juntarán con los argentinos Diana Bellesi, Daniel Freidemberg, Irina Garbatzki, Denisse León, Bernardo Massoia, Claudia Masin, Lila Zemborain, Susana Villalba, Carlos Battilana, Loreley El Jaber, Lucas Margarit, Guillermo Siles, Sonia Scarabelli y Alicia Genovese, entre otros.

Las ponencias no son menos interesantes, pues cubrirán temas que van desde César Vallejo y las revistas altiplánicas de los años 20 hasta el neobarroco de Néstor Perlongher y la complejidad de Oliverio Girondo y Alejandra Pizarnik.

 Por supuesto, el encuentro será virtual y todos los detalles aparecen en el siguiente enlace:

 https://asociacioninternacionaldeperuanistas.blogspot.com/2021/11/primer-gran-encuentro-de-poesia-peru.html

Siempre hubiera sido mejor llegar a Buenos Aires, comerse un buen bife empujado por su vino tinto y departir con poetas y estudiosos en esta fiesta de la poesía. Pero la pandemia es cruel y no nos deja hacer todo lo que quisiéramos. Como decía Borges:

“Nadie pierde (repites vanamente) 

sino lo que no tiene y no ha tenido 

nunca, pero no basta ser valiente 

para aprender el arte del olvido. 

Un símbolo, una rosa, te desgarra 

y te puede matar una guitarra”.

 

rostros-literarios

Los rostros de César Vallejo, Alejandra Pizarnik, Oliverio Girondo y Ch’aska Anka Ninawaman iluminan el encuentro

Tags:

Argentina, lazo político, Literatura, Perú

Si en algo hay consenso entre los peruanos, es que este gobierno no es como los demás. Para empezar por su origen, el gobierno de Pedro Castillo no proviene de la clase política que nos ha gobernado los últimos veinte años y que podemos señalar, sin duda alguna, como la más mediocre de la historia de la República. 

Castillo no vino de esa argolla, donde, en realidad, daba lo mismo el partido, o vientre de alquiler, de gobierno. Castillo, mucho más que Vladimir Cerrón, venía tanto de las luchas sindicales, como de las rondas campesinas y del Perú andino rural, una combinación nunca vista en Palacio. 

Los primeros 100 días de su gobierno, que en otros casos constituyen el lapso en el que el Presidente establece sus líneas maestras, a Castillo le han dado tiempo apenas para formar equipos y para establecer las alianzas -al día de hoy muy precarias- para gobernar. 

Son 100 días en los que ha logrado zafarse de su secuestro por parte de Vladimir Cerrón y la izquierda radical cuyo partido -Perú Libre- lo llevó al poder, lo que, al mismo tiempo, le ha ganado el momentáneo apoyo congresal de Acción Popular, APP y Podemos, además de las sabidas de SP + PM y JP, con cuyos votos el gabinete de Mirtha Vásquez ha obtenido la confianza de la representación parlamentaria. Al mismo tiempo, ha mejorado sustancialmente la composición del gabinete, con la ya mencionada Vásquez en el premierato, acompañada de Pedro Francke, Aníbal Torres, Gisela Ortíz y el flamante Avelino Guillén.

La recomposición de las fuerzas políticas en el Perú admite otra lectura, de acuerdo a la coyuntura global: el espectro demoliberal -que abarca desde izquierdas hasta derechas- se ha consolidado frente a sus pares radicales y esencialistas, que se mueven en las fronteras de la democracia y que encontramos en los extremos de la derecha y la izquierda. De esta manera, Fuerza popular se afirma como la “Vox peruana” y votó en bloque contra la investidura de Vásquez, mientras que Renovación Popular y Avanza Perú también la balotaron, pero dividiendo sus votos. Por el lado izquierdo, se confirma la división de la bancada de Perú Libre y 16 congresistas seguidores del marxista Cerrón le han negado el respaldo a Vásquez, en una ruptura que, en realdad, le era exigida al Presidente por la mayoría del país. 

Lo que se viene

Criticar el caos de los cien días que hoy se cumplen es una perogrullada. Hay que ver un poco más allá de lo obvio, es posible que este gobierno acabe de obtener una victoria que se extienda mucho más allá de la propia investidura; podría haber obtenido las alianzas necesarias para gobernar y a las personalidades claves para formar el equipo requerido para la tarea. Sin embargo, hay que advertir la precariedad de la alianza de centro-izquierda que recién se ha logrado. César Acuña es una veleta que cambia como el viento y sus cambios de humor son los de la bancada de APP. Por otro lado, ha sorprendido gratamente el voto proinvestidura de AP, esperemos que signifique una vuelta por el camino de la institucionalidad luego del desastre del “gobierno de los 6 días”. 

Una conclusión se cae de madura: el Presidente Pedro Castillo se encuentra mejor posicionado que hace 100 días. Habrá que dejarlo trabajar y apoyarlo críticamente, eso hacemos quienes queremos al país. 

 

Tags:

100 días de gobierno, Congreso de la República, Presidente Castillo, Vladimir Cerrón

Aunque podría parecer fuera de sitio hablar de felicidad en esta época, el tema no ha salido del escenario científico. Se hizo la encuesta mundial sobre felicidad y, en general, no hubo el bajón que vivir una pandemia hubiera hecho esperar. Los escandinavos sonríen, como siempre, en los primeros lugares. Nuestro país, como siempre, más o menos en la mitad de la tabla, ni chicha ni limonada, puesto 63, desde 2019 hasta ahora. 

No está claro qué determina el nivel de bienestar con la vida. ¿El dinero? Probablemente tiene algo que ver, pero solo mientras permita financiar aquello que en una sociedad asegura que a la generación siguiente le pueda ir mejor que a la anterior. A partir de un cierto nivel de ingresos, lo que sea que defina en un país la clase media, más riqueza no tiene nada que ver con más felicidad. 

Hay personas que fluyen fácilmente, que se involucran en lo que están haciendo sin mirar al costado, que bailan, por así decirlo, sin mirarse lo pies y pensar en ellos, que miran lo que ocurre con cierto sentido del humor —sobre todo cuando se trata de sí mismos—, sin excesiva solemnidad y sin tomar las cosas de manera demasiado personal. 

Algo, entonces tiene que ver la manera en que cada uno vibra, probablemente determinada por nuestro hardware, más vivir en una sociedad predecible, que ampara sin sobre proteger, donde sus integrantes reciben lo que les corresponde sin hacer un esfuerzo especial y que obtienen ventajas diversas si muestran empeño y persistencia. 

¿Y aquello que ocurre cuando uno está en un tiempo y un lugar determinado? Seguramente no es lo mismo vivir el final de una guerra que pasar la adolescencia en un refugio antiaéreo, una época de crecimiento económico que una de recesión sostenida. O algo debe influir enfrentar circunstancias inesperadas, como enfermedades, agresiones delictivas, desastres. 

Pues nada de lo investigado hasta ahora permite decir que nuestra felicidad depende de lo que nos pasa —influye en estados de ánimo por lapsos relativamente breves, digamos un par de meses— en un sentido u otro. Sacarse la lotería o lo que sea lo contrario de ella, no divide la vida en dos desde el punto de vista del bienestar. 

¿Y qué pasa con ciertos hitos que son parte del ciclo vital convencional? Finalizar la escuela, cumplir la mayoría de edad, el primer trabajo, casarse, son ejemplos de lo anterior. ¿Dan un empujoncito al índice de satisfacción con la vida?

Una instancia de lo anterior es, sin duda, tener hijos. Papá o mamá recién estrenados son casi la definición de la felicidad. Para los responsables de su llegada, un bebé abre las puertas del paraíso. ¿No es que además de plantar un árbol y escribir un libro, la parentalidad es un pasaporte a la trascendencia?

Sí, nos asegura trasladar nuestro genes a la siguiente generación. Pero, ¿felicidad?

De todas las actividades, estar con los niños es de las menos apreciadas, la satisfacción de pareja se va al piso cuando nace un hijo, hasta… que se va de la casa. Alguien dijo que el único síntoma del síndrome de nido vacío es una sonrisa que no cesa. 

No es para menos. Privación de sueño, endeudamiento, discusiones sobre maneras de criar, o, si alguien quiere salir de duda, vivir con un niño de dos que hace pataletas o un adolescente de 15 que amenaza con acudir al juez de menores. 

¡Claro que es difícil! Y mucho depende de las expectativas y de la comprensión de que lo mejor es suficientemente bueno. Y de la suerte de vivir en una sociedad que ofrece ayudas y apoyos a los padres. 

Hay el yo que vivencia. Ese no escogería jamás muchas de las tareas que vienen con la parentalidad. Pero el yo que recuerda, que relata, ese no cambia a su hijo por nada, no acepta un mundo en el que su hijo no está, ese hijo, no otro, con todos sus problemas. En el fondo, nuestros hijos son una casualidad de la que no queremos arrepentirnos. ¡Que diablos la felicidad!

Tags:

bienestar, felicidad, hijos, vida

La definitiva ruptura de 16 congresistas cerronistas respecto del gobierno altera el mapa político vigente, trastocando significativamente la correlación de fuerzas en el Congreso. Si antes era imposible, por ejemplo, pensar en una vacancia, dado el apoyo que ocho congresistas lescanistas y el parlamentario Héctor Valer le daban al gobierno, reduciendo las filas de la oposición de 88 a 79, hoy con los cerronistas ese número pasa a ser de 95, número más que suficiente para que, dada una situación de crisis mayor, la vacancia caiga por sí sola.

Aunque Evo Morales lo esté intentando, no parece que vaya a haber pronta reconciliación, menos si tanto Cerrón como Castillo avanzan con agendas electorales paralelas respecto de los comicios regionales y locales del próximo año (Cerrón con Perú Libre y Castillo con el partido político magisterial).

Aunque no lo quiera, Castillo, sin renunciar a sus ideas de izquierda -nadie, en verdad, aspira o espera que se humalice-, tendrá que mirar a los partidos de centro (básicamente Acción Popular y Alianza para el Progreso) y tender puentes que le permitan sobrellevar en buen pie una eventual crisis futura.

El 2022 va a ser un año horripilante: tercera ola pandémica, crisis económica, crisis política azuzada por las elecciones, crisis social, que ya se ha empezado a apreciar. La tormenta perfecta para que la aprobación presidencial se vaya por los suelos y aliente a quienes lo quieren desde el primer día fuera de Palacio. Se configurará un “momento destituyente”.

Esos puentes solo pueden pasar por el abandono explícito y declarativo de la idea de forzar una Asamblea Constituyente. Es improbable que eso ocurra en el corto plazo, pero no queda duda de que Castillo cree que va a obtener un triunfo resonante con su partido en las elecciones para gobernadores  regionales y alcaldes, y si eso ocurriese, se sentiría empoderado y probablemente vuelva a resucitar la peregrina idea de llevar al país al despeñadero constitucional.

Si descartase de antemano esa pretensión, podría generar enorme tranquilidad en los mercados financieros, alentar quizás la reactivación del flujo inversor, pero, sobre todo, podría consolidar un pacto político con el centro que le permita soslayar la labor de zapa que sus exsocios cerronistas traman para sacar a su examigo del poder.

Tags:

2022, Congreso de la República, Vladimir Cerrón

28 de octubre de 2016, horas de la mañana en Frankfurt, en una lujosa suite doble del Grand Westin Frankfurt Hotel, que cuesta 520 euros la noche. He recorrido unos 125 km en tren desde mi domicilio en el pequeño pueblo de Kleinfischlingen para encontrarme con Ian Elliott, experto internacional de origen irlandés contratado por el Sodalicio, a fin de conversar sobre mi caso y ver cuánto se me daría como indemnización en mi calidad de víctima de la institución.

Cuando el hilo de la conversación llegó al tema de las reparaciones, Elliott me dijo que el Sodalicio había determinado una suma para ser repartida entre todas las víctimas reconocidas por la institución. Aunque en ese momento no me quiso decir cuál era el monto, dos años más tarde, gracias a las declaraciones de Alessandro Moroni, entonces Superior General del Sodalicio, ante la Comisión De Belaúnde en el Congreso de la República (noviembre de 2018), se sabría que el monto era de alrededor de 4 millones de dólares, a ser repartidos entre 67 víctimas del Sodalicio.

Pero aun no sabiendo en ese entonces a cuánto ascendía esa suma, le pregunté a Elliott si había averiguado a través de documentos contables el monto del patrimonio del Sodalicio, para que, como experto profesional en abusos, hiciera la recomendación de cuánto se debía pagar en concepto de indemnizaciones para reparar el daño ocasionado a las víctimas de manera justa. Ciertamente, no había averiguado nada, y tampoco le interesaba hacerlo. Le bastó con le dijeran el monto destinado a reparaciones pues, como se luego se inferiría de su labor en la comisión de expertos convocada por el Sodalicio, Ian Elliot nunca estuvo del lado de las víctimas sino del lado de la institución que lo había contratado, a fin de realizar un efectivo control de daños.

Y de eso mismo se encargaría también el Sodalicio, asegurándose —mediante la implementación de un sistema de prevención, apoyo y denuncias absolutamente inútil e ineficaz— de que no aparecieran nuevos casos en el futuro, es decir, dificultando y obstaculizando —en la medida de lo posible— cualquier acción que pudiera tomar una eventual nueva víctima de abusos, desalentando cualquier denuncia en vistas de las consecuencias y obligando a las víctimas que aceptaron las reparaciones a guardar silencio sobre lo ocurrido. De hecho, cinco víctimas no recibieron nada porque se habrían negado a aceptar las condiciones impuestas por el Sodalicio a través de sus abogados.

Si bien hubo una víctima que habría recibido US$ 250,000 de indemnización, la mitad habría recibido sumas inferiores a los US$ 30,000, que difícilmente cubren todos los daños y perjuicios sufridos en diferentes rubros, con lo cual no se puede hablar de una reparación justa.

Ahora que Paola Ugaz, en un reportaje publicado el 3 de noviembre en La República, estima en mil millones de dólares las utilidades de los negocios del Sodalicio en el Perú, se puede legítimamente especular que el monto que se destinó a las reparaciones de las víctimas no agota lo que efectivamente podría pagar el Sodalicio. Ese monto no se habría establecido en base a estándares internacionales de justicia, teniendo en cuenta los daños ocasionados a las víctimas, sino más bien calculando lo mínimo que podía desembolsar la institución para sacarse el problema de los abusos de encima, como quien ahuyenta una fastidiosa mosca de su cara. Aparentemente, una de las cosas más sagradas para la institución es el dinero que han acumulado y que nadie sabe a qué destinan, si a fines estrictamente religiosos o de otra índole. De ahí saldría el dinero destinado a mantener el ritmo de vida de Luis Fernando Figari hasta el fin de sus días en su exilio dorado en Roma, monto que debe superar ampliamente los cuatro millones de dólares que la institución por él fundada destinó a las víctimas.

Lo más escandaloso es que la manera en que el Sodalicio adquirió este patrimonio está plagado no sólo de irregularidades, sino de prácticas de saqueo y explotación que habrían afectado en primer lugar a la gran masa de los miembros de la misma institución. Esas prácticas yo las he sufrido en carne propia.

Los estudios de teología que realicé en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima los pagó mi madre, no obstante que yo ya no dependía de ella y vivía en comunidades sodálites. Cuando comencé a tener ingresos propios trabajando como docente en instituciones que ya no existen —la Escuela Superior de Educación Catequetica (ESEC), el Instituto Superior Pedagógico de Educación Catequética (ISPEC) y el Instituto Superior Pedagógico “Marcelino Champagnat”, que se convertiría en la Universidad “Marcelino Champagnat— tenía que entregar el monto entero de lo ganado a la comunidad y se me dejaba una pequeña cantidad para gastos personales, que no incluían gastos médicos o de ropa. Para cubrirlos tenía que sablear a mi progenitora. Durante todo el tiempo que viví en comunidades sodálites (de diciembre de 1981 a julio de 1993), el Sodalicio nunca me pagó un seguro médico. Durante ese tiempo, los trabajos que realicé para la asociación cultural Vida y Espiritualidad, gestionada por el Sodalicio —entre ellos artículos, reseñas de libros y traducciones, además de revisiones de libros y folletos a ser publicados— nunca fueron remunerados.

Pero quizás el saqueo más descarado que he sufrido ha sido el de las canciones que compuse para el Sodalicio. Porque Figari siempre quiso que la institución tuviera canciones propias, e inició esta labor cambiándole la letra a antiguos himnos políticos, militares y religiosos. De esta manera, el Himno de la Cruzada Eucarística de 1940 se convirtió en el Himno Sodálite a Cristo Rey; el himno “Llámame camarada” del falangista Frente Nacional de Juventudes, grupo integrante del fascismo español, se convirtió en “Alza tu frente”, un himno sodálite cantado en ceremonias internas; el “Bella ciao”, himno de los partisanos italianos durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en “Oh gran amor”, canción repetitiva y machacona que se usaba en los retiros para concientizar a jóvenes y adolescentes: la Marcha Peronista se convirtió en “América, levántate”, una canción que se solía entonar a viva voz al inicio o al final de las Misas, y que tenía un estribillo que decía: «América, levántate / América a evangelizar / el Plan de Dios sigamos hoy / el Plan de Dios sigamos hoy».

Cuando en la década de los 80 comencé a componer canciones con música y letra propia, a lo cual se sumaron las composiciones de otros sodálites de comunidad, Figari vio en ello su sueño cumplido, y en el año 1988 se hicieron las primeras grabaciones interpretadas por el grupo Takillakkta, del cual fui uno de los fundadores e integrante como guitarrista y voz de apoyo. Finalmente, 23 canciones mías terminaron incluidas en cinco fonogramas de Takillakkta que fueron publicados en formato cassette y CD entre 1989 y 2004 por el Instituto Cultural, Teatral y Social (ICTYS), vinculado al Sodalicio, además de 3 canciones mías que fueron interpretadas por el conjunto Voz de Esperanza. Las canciones han sido luego comercializadas en plataformas como iTunes, Spotify y Amazon. Y nunca he recibido un solo céntimo por concepto de regalías, no obstante que ICTYS me reconoce como autor y compositor de esas canciones.

En carta de ICTYS del 28 de marzo de 2019, se me comunicó lo siguiente:

  1. «Mediante contratos de edición y cesión de derechos suscritos el 28 de agosto de 1989 y el 10 de diciembre de 1990, usted cedió gratuitamente, a favor de la asociación ICTYS, todos los derechos de autor de su titularidad».
  2. «En razón de ello, ICTYS es la titular de derechos de las obras musicales que forman parte de dicho contrato».
  3. «En tal sentido, las regalías provenientes del uso de las obras musicales antes referidas le corresponden a su titular, quien en este caso es ICTYS».
  4. «Cabe mencionar que los referidos contratos fueron registrados, en su oportunidad, ante la Biblioteca Nacional. Sin perjuicio de ello, todos los registros de contrato y obras, a la fecha, se encuentran a cargo de INDECOPI. De necesitarlos, podrá acceder a los mismos, acudiendo a dicha institución». 

Hecha la consulta a INDECOPI, recibí copia de la documentación a que se refería esta carta. Efectivamente, con fecha del 1° de septiembre de 1989, firmé un contrato de edición y cesión de derechos, por el cual yo concedía a ICTYS «la CESIÓN, en forma gratuita, de la propiedad de todos los derechos y beneficios que le corresponden como autor de las obras mencionadas en la cláusula primera, sin restricción ni limitación de ninguna clase y en virtud de lo establecido en la Ley No. 13714 de Derechos de Autor y por sus Reglamentos». Las obras mencionadas consisten en las ocho canciones mías que aparecieron en “Améríca de nuestra fe” (1989) de Takillakkta.

Anteriormente no conocía el contenido de este contrato que yo mismo firmé, pues el P. Jaime Baertl, quien era entonces director de ICTYS, abusó de su puesto de autoridad y me indicó que debía firmar esos contratos por la obediencia religiosa a la cual yo estaba sujeto, sin necesidad de leer su contenido. Lo hice de buena fe, con la confianza inocente que a uno le brota una vez que uno ha sido sometido previamente a un lavado de cerebro.

No existe ningún otro contrato de edición y cesión de derechos posterior al de 1989. Con fecha del 12 de diciembre de 1990 sólo hay en INDECOPI registros de cuatro canciones de Javier Leturia y una de Alejandro Bermúdez. De modo que la explotación comercial en el lapso de dos décadas que ha efectuado ICTYS de por lo menos 18 canciones compuestas por mí sería ilegal, y se me estaría adeudando todas las regalías que durante este tiempo han ido a engrosar una parte del patrimonio sodálite.

Conociendo las prácticas del Sodalicio, no me extrañaría que yo no haya sido el único que fue objeto de saqueo y explotación.

Finalmente, después de la conversación en Frankfurt, Ian Elliott me comunicó el 9 de noviembre de 2016 por e-mail, sin darme mayores explicaciones, que yo no calificaba para ser incluido en el programa de reparaciones a las víctimas del Sodalicio. Según me comunicaría posteriormente Alessandro Moroni el 31 de enero de 2017, se había concluido que mi relato no era verosímil. Con lo cual la obra saqueadora del Sodalicio alcanzaba la cumbre de su perfección: al saqueo material y la explotación de sus propios miembros, se añadía el saqueo de la esperanza y de la verdad.

Tags:

explotación, saqueo, Sodalicio

Examinar a profundidad los siete discos que conforman el boxset The Roxy Performances (2018) revela los altos niveles de meticulosidad y adicción al trabajo que podía alcanzar Frank Zappa (1940-1993) cuando se trataba de manipular cintas analógicas y construir, como un complicado rompecabezas, una pieza sonora diferente, única, a partir de múltiples fuentes.

Todos los que hemos escuchado el álbum Roxy & Elsewhere compulsivamente, hasta aprendérnoslo de memoria, sabemos que no es un disco en vivo, propiamente dicho. Se trata, más bien, de un fino trabajo de edición para combinar cinco conciertos diferentes, realizados en tres días, entre el 8 y el 10 de diciembre de 1973, en un legendario nightclub del Sunset Strip, en Los Ángeles, California, el Roxy.

Pero no solo es que se intercalan canciones completas de un show con las de otros. Eso sería tan simple como cuando uno hacía una de esas mixtapes (selección de canciones de diferentes artistas) para regalar a alguien especial en los años del cassette y el disco compacto. En el trabajo de laboratorio sonoro que hizo FZ para Roxy & Elsewhere –una práctica común en su discografía desde 1967-, hay tracks en los que la presentación hablada corresponde al concierto 1, la primera sección al concierto 4, el solo de guitarra comienza a la mitad de lo que realmente tocó en el concierto 2, la siguiente sección instrumental regresa a la del concierto 3 (… o 1, o 4…), y así, con tal nivel de precisión que el oyente promedio es incapaz de detectar los cortes. 

Roxy & Elsewhere, el disco, apareció en su versión original de LP doble el 10 de septiembre de 1974, bajo el sello discográfico DiscReet Records, creado por el mismo Frank como una extensión de sus dos anteriores emprendimientos empresariales, Bizarre y Straight Records. Esto significa que Zappa pasó nueve meses completos, entre enero y septiembre, escuchando, escogiendo, editando, mezclando, encerrado en un estudio junto a su ingeniero de sonido Kerry McNabb. Un trabajo titánico en esos años, que hoy se resuelve en segundos con el copy-paste que las nuevas generaciones usan para unir y desunir fragmentos en mp3.

Sobre todo si consideramos que, en ese período de tiempo, no solo se dedicó a la confección del disco, sino que siguió de gira -de hecho, en Roxy & Elsewhere hay un par de temas de conciertos en dos lugares más, en Pennsylvania y Chicago (de allí el “Elsewhere” del título)- e inició los registros, en dos estudios distintos, de los álbumes Apostrophe (‘) y One size fits all (en marzo y agosto de ese mismo año). Si pensamos en el nivel de detalle de arreglos, overdubs, ensayos, traslados y etcétera de actividades en cada etapa del proceso de composición y grabaciones, sin mencionar los temas de índole administrativa -trato con managers, periodistas, administradores, sonidistas, cuestiones familiares- uno se pregunta ¿a qué hora dormían estas personas?

The Roxy Performances nos da, por primera vez, la oportunidad de escuchar cómo fue realmente cada una de esas noches. La expectativa de los minutos previos, la interacción entre Frank y sus músicos, o los diálogos con el público, poseen un nivel de calidez que, si bien es cierto también se siente en la edición de 1974, se diluyen un poco en medio de los intencionales cortes y la secuencia artificial del vinilo original. Fueron, en total, cinco shows: uno el sábado 8 y dos por noche, los días restantes (9 y 10 de diciembre). Otra vez, la capacidad de trabajo de Zappa y su grupo –la cuarta y final encarnación de The Mothers Of Invention- parece sobrenatural y totalmente diferente a la forma de operar que desarrollaron otros famosos músicos de aquel período glorioso que hoy todos llamamos “rock clásico”.

Pero lo más importante y valioso de esta colección son los conciertos en sí mismos, con una banda extremadamente capaz y entrenada, en su mejor momento, que echaba humo por donde iba. George Duke (teclados, voz), Ruth Underwood (vibráfono, percusiones), los hermanos Bruce y Tom Fowler (trombón y bajo), Napoleon Murphy Brock (voz, saxo, flauta) y los bateristas Ralph Humphrey y Chester Thompson realizan proezas instrumentales de alto calibre técnico con una actitud dinámica, relajada y divertida, a casa llena (el Roxy tenía, en ese época, un aforo máximo de aproximadamente 500 personas).

Esa breve residencia de Zappa y The Mothers en el Roxy -que aquel diciembre de 1973 apenas tenía dos meses abierto- debe haber sido uno de los eventos musicales más importantes de la década. El local, que aun sigue activo como bar y sala de conciertos, es parte de la historia del West Hollywood. El productor David Geffen, fundador de importantes sellos discográficos como Asylum Records, Geffen Records y la compañía cinematográfica DreamWorks, fue uno de los dueños del conocido teatro. Hoy Geffen, de 78 años de edad, es uno de los magnates más importantes de la industria musical, con una fortuna que supera los 10 billones de dólares.

Además de los diez temas que conforman el álbum Roxy & Elsewhere (ocho en realidad, pues Son of Orange County y More trouble every day provienen de los conciertos adicionales mencionados, que se realizaron en mayo de 1974), que aquí aparecen tal y como se tocaron, sin intervención alguna, hay una serie de alucinantes sorpresas para el fan de FZ. Por cierto, algunas ya habían sido vistas y oídas en Roxy: The Movie, un lanzamiento del 2015 en DVD y CD, editado por Joe Travers y la familia de Zappa, para conmemorar los 30 años de su lanzamiento. La calidad del material interpretado esas noches es oro en polvo para quienes conocen y admiran esta etapa de la extensa discografía del genio de Baltimore.

Por ejemplo, la presentación en sociedad de Cosmik debris, antes de grabar la versión definitiva del disco Apostrophe (‘), con cínica dedicatoria a L. Ron Hubbard, líder y fundador de la Cientología (en dos extraordinarias versiones); la punzante Dickie’s such an asshole, sobre Richard Nixon y el entonces reciente escándalo de Watergate, con la que cerró tres de los cinco conciertos; o las contundentes rendiciones de Montana y I’m the slime, temas del que era su más reciente disco en estudio en ese momento, Over-nite sensation (lanzado en septiembre de 1973), son algunos de los puntos estables en cada setlist.

Una conexión inesperada con el Perú: en la introducción de Inca roads, también de estreno y a una velocidad totalmente diferente a la que quedó registrada, dos años después, en One size fits all (1975), Frank habla de los Caminos del Inca y las Líneas de Nasca como fuentes de inspiración para esta alocada historia sobre naves extraterrestres que aterrizan en los Andes.

Roxy & Elsewhere comprime, en 68 minutos, todos los elementos que hicieron especial a Zappa: humor negro, crítica al establishment, jazz, blues y rock de alta calidad, participación del público y harta complejidad instrumental. En las casi ocho horas de música de The Roxy Performances (que también incluye un disco de ensayos y rarezas) estos elementos aumentan en progresiones geométricas.

Si el segmento Echidna’s arf (of you)/Don’t you ever wash that thing? te sorprendió cuando lo escuchaste por primera vez en el vinilo de 1974, espera a oír Dupree’s Paradise -muy común en los setlists de Zappa de esa época, en YouTube puede verse una versión en vivo de 1973 con Ian Underwood y Jean-Luc Ponty aún en la banda-, RDNZL o T’Mershi Duween, inéditas hasta ahora. Todas estas composiciones, que Zappa estrenó en esta época, diez o doce años antes de lanzarlas oficialmente al mercado, tienen aquí una frescura especial y muestran los aspectos más afilados de su versátil y preparada banda.

Por otro lado, The Mothers se dieron tiempo para tocar algunos clásicos de su repertorio como The idiot bastard son (We’re only in it for the money, 1967), The dog breath variations/Uncle meat (Uncle meat, 1969), Big swifty (Waka jawaka, 1972) y un medley de tres temas del periodo 1969-1970: King Kong, Chunga’s revenge y Son of Mr. Greene Genes. Aunque la gente le pide temas como Peaches en regalia -se escucha a un hombre gritar «play Regala!» a lo que FZ responde «it’s not regala, is regalia!»- y hasta The Mud Shark, aquella rutina con la que hizo bailar al Fillmore East en 1971, Frank no accede y presenta, en cambio, el Be-bop tango, de estructura similar que incluye la participación del público. En una de las dos versiones del boxset, Zappa se burla del ícono del jazz Miles Davis y su conocida costumbre de tocar dándole la espalda al público.

En una entrevista publicada hace unos meses en la revista Rolling Stone, el baterista Chester Thompson (72) recuerda que, durante su tiempo con Zappa, casi no dormía transcribiendo y ensayando sus partes. También cuenta que fue un trabajo sumamente satisfactorio y, sobre todo, divertido, pues Frank estaba «en una fase muy feliz de su vida». Según Chester, quien después alcanzaría fama mundial junto a Genesis y Phil Collins –quien se decidió a llamarlo tras escuchar el dúo de batería que hace con Ralph Humphrey para cerrar Don’t you ever wash that thing?-, el guitarrista, conocido por su carácter elusivo y hasta antisocial, pasaba mucho tiempo con el grupo, entre ensayos, grabaciones y conciertos, bromeando y pasándola bien. Esa buena onda se nota en estos fabulosos conciertos del Roxy, que puedes escuchar aquí.

Tags:

Frank Zappa, Música, The Roxy Performances

Lograda la confianza del gabinete ministerial -como era deseable-, es imperativo que la Premier se aboque a atender varios incendios de corto plazo, en primer lugar, y luego, a trazar algunas políticas públicas que distingan su gestión.

Por lo pronto, debe poner orden en la casa ministerial. Es inadmisible que haya dos ministros, como el de Educación y el de Transportes, que pretendan tirarse abajo todo lo avanzado en materia de reformas en sus dos sectores, peor aun en el caso educativo, ya que responde a una agenda radical de un sector del magisterio vinculado nada menos que al Movadef.

Vásquez debe llamar la atención a ministros que se disparan por la libre con declaraciones altisonantes o fuera de quicio, como es el caso del titular de Energía y Minas, acusando, en la práctica, a las empresas mineras, de ser ellas las responsables de las asonadas violentistas que contra campamentos mineros ha habido en los últimos días. O las del propio ministro de Justicia, el normalmente templado Aníbal Torres, señalando presuntas intenciones golpistas de partes de los accionistas de Antamina (luego se desdijo y pidió las disculpas correspondientes).

Un gabinete ministerial debe funcionar como una sinfonía, con ninguno de sus miembros desafinando groseramente respecto de lo que es la política general del gobierno. Esa debe ser la primera obligación política de la Premier, quien ya ha demostrado tener el temple suficiente para haber resuelto satisfactoriamente la crisis originada por el impresentable exministro del Interior, Luis Barranzuela.

En segundo término, la Premier debe priorizar la agenda gubernativa. Y allí, lo que corresponde a un gobierno de izquierda, como el que ella conforma, es, sobre todo, enfatizar que se produzca un giro de 180 grados en materia de salud y educación públicas. Allí radica la principal demanda de la población y esa es la valla que impide una mayor equidad social en un país como el Perú.

Y para eso, necesita diseñar las reformas y afiatar los equipos que las lleven a cabo. No necesita mayores recursos. Que no se esperance en ello, que difícilmente, el Parlamento le va a otorgar facultades legislativas al Ejecutivo y en esa medida, la reforma tributaria planteada por Pedro Francke lo más probable es que naufrague. En cinco años es perfectamente posible construir una salud pública digna para los más pobres y una educación pública ecualizadora e inclusiva, con los recursos que hay, que ni siquiera son gastados por los titulares de pliego.

Mirtha Vásquez tiene sobre sus hombros la responsabilidad principal del gobierno. El presidente Castillo es un lastre, no es un motor ejecutivo sino una rémora que más estorbará que ayudará. La Premier tiene el peso del gobierno encima y se espera que sea consciente de ello.

Tags:

agenda política, gabinete magisterial, Mirtha Vasquez, Presidenta del Consejo de Ministros, Presidente Castillo

Continuando con tu preocupación por los niños, niñas y adolescentes peruanos en el bicentenario, quería contarte en esta carta cómo se encuentra la educación hoy en la República. Hace 600 días que los niños, niñas y adolescentes no van al colegio ni los jóvenes a las universidades. La salida fue educar a la distancia mediante el uso de la tecnología y  la conexión de internet.

Como te mencioné en la carta anterior, entiendo tus consultas o preocupaciones por los más pequeños de la República. Tú estuviste con Don José de San Martín cuando llegó a Lima, ayudaste a la causa independista y eras una mujer mestiza educada. Tú sabes lo importante que es saber leer, escribir, conocer sobre historia y filosofía.  Fuiste una mujer educada, una excepción de la época y eso te ayudó o muchísimo para tomar las decisiones políticas, estrategias de guerra y ser persona de confianza de los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar.

En nuestra primera constitución republicana, el libertador plasmó su interés por la educación, universal y democrática – Constitución de 1823. Sé que tú tuviste algo que ver con esta iniciativa. Ahí, como bien recuerdas, el Congreso debía dar  «todo lo necesario para la instrucción pública por medio de planes fijos, e instituciones convenientes a la conservación y progreso de la fuerza intelectual y estímulo de los que se dedicaren a la carrera de las letras»; además establecía que  «la instrucción es una necesidad común, y la República la debe igualmente a todos sus individuos». A partir de ese documento, las normas educativas tomaron una clara orientación democrática al otorgarle al Estado a la responsabilidad de garantizar: «La Instrucción Primaria gratuita a todos los ciudadanos, la de los establecimientos en que se enseñan las ciencias, literatura y artes; la inviolabilidad de las propiedades intelectuales y los establecimientos de piedad y beneficiencia».

El reto de la educación viene dándose hace 200 años y aún no terminamos. La implementación de una educación de calidad para todos y todas aún está lejos de llegar. Con la pandemia y el encierro creo que se ha empeorado a pesar de los derechos de los niños reconocidos en nuestra constitución y el derecho internacional. Tenemos aún un sistema colonial, donde los colegios públicos gratuitos para todos los niños, niñas y adolescentes carecen de servicios públicos adecuados, infraestructura, con un capital docente desgastado por el tiempo y falta de claras políticas de educación. A esto se suma las brechas entre niños y niñas así como las de la zona urbana y rural. No hemos logrado una equidad en los derechos de educación por múltiples excusas como geografía, políticas laborales, género y principalmente carencia de capacidades y compromiso político. Hace más de un año que los niños, niñas y adolescentes no pueden ir a sus colegios debido a la pandemia. Lo irónico, Manuela, es que sí están abiertos los casinos, los teatros, los viajes, cines y los restaurantes. 

Todos los espacios de recreación para los adultos están abiertos., Según Our World in Data, a nivel regional, Sudamérica tiene una tasa promedio de vacunación parcial de 67,09% y el Perú 56.84% que nos deja bastante bien. Entonces, tú me preguntarás, por qué no se permite a los niños, niñas y adolescentes volver a sus clases presenciales y por qué en los primeros 100 días, el actual presidente, siendo maestro de profesión, no ha tenido un plan claro de retorno a clases. Por qué los últimos dos presidentes que hemos tenido durante la pandemia con sus respectivos ministros no han podido invertir en infraestructura, en regular los lineamientos laborales de los maestros en forma presencial ni han supervisado que las regiones y los municipios se involucren en facilitar el regreso presencial al colegio. No tengo las respuestas. Solo se deduce de esta dejadez que la infancia, niñez y adolescencia no son del interés de la sociedad peruana. 

Te comenté que los niños, niñas y adolescentes están estudiando a la distancia y a través de la tecnología. Esta modalidad a la distancia afecta la socialización y pone en especial riesgo a las adolescentes, como bien ha advertido el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables hace unas semanas,  ya que ellas junto con jóvenes mujeres de 12 a 29 años han sido las más afectadas (67%) por situaciones de acoso virtual, como ha informado el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). Esa misma semana el Ministerio de Salud con el apoyo técnico de UNICEF publicaron el documento ‘La salud mental de niñas, niños y adolescentes en el contexto de la covid-19’ donde se establece que durante el primer año de la pandemia, 1 de cada 3 niñas, niños y adolescentes presentaron problemas conductuales o emocionales, lo que da indicios de posibles enfermedades mentales. La exposición al encierro y la tecnología no solo los lleva a riesgos de sufrir violencia sexual, cyber-delito, sino que su salud mental está en juego. Es urgente no solo que se regrese a asistir a las escuelas, sino que el Estado garantice una navegación segura en internet para los niños, niñas y adolescentes, que haya un plan de asistencia segura en las escuelas así como un plan de salud mental.

¿Por qué  no nos interesa tener una sociedad educada? Manuela, no sabría contestarte nuevamente. Solo puedo recordar a mi abuelo Alejandro Bazán Maríñez, su pasión por la enseñanza de la química y física en colegios públicos y privados, y su lucha por no mejorar el sistema. Pensar en el futuro es difícil, pero confío en los profesores(as) como mi abuelo, que dan todo por sus alumnos y más aún en estos tiempos de pandemia y que es por ellos que sobrevive la patria y la República. 

Tags:

Clases virtuales, colegiales, Colegios, escuelas, niños y niñas
x