Opinión

Abusiva, irracional e inmotivada ha sido la medida de allanamiento dispuesta en mi contra por el equipo de la fiscal Marita Barreto. No se me imputa ningún delito, salvo una referencia inicial difuminada a una supuesta pertenencia a una organización criminal y a la publicación de un informe crítico contra la propia fiscal por el caso Sada Goray, por el viaje que la magistrada efectuara a Punta Cana y Miami a tomarle sus declaraciones.

En base solamente a ello se ha procedido a un allanamiento de mi vivienda y a la incautación de mi equipo telefónico y tres laptops (la mía, de mi esposa y del personal doméstico). El objetivo es claro y evidente: acceder a mis fuentes informativas, que son muchas y sobre diversos temas, pero que en el caso del allanamiento buscan encontrar quiénes eran las personas que me proporcionaban información que sustentaba los informes publicados. Si no fuera así, se me hubiera podido investigar normalmente citándome a la fiscalía, a la que ya varias veces he acudido a rendir testimonio por casos vinculados.

Yo he negado mis fuentes y lo seguiré haciendo. Es un juramento profesional que, maliciosamente, la fiscal Barreto quiere romper, violando los preceptos constitucionales de resguardo de la libertad de prensa. Con mis fuentes siempre he mantenido una reserva absoluta y el compromiso de no revelar identidades bajo ninguna circunstancia, compromiso que estoy obligado a cumplir.

Se esconde además en este presunto afán investigatorio una clara represalia por el informe de Sada Goray, que no faltaba a la verdad en ninguna línea del mismo. Tanto es así que yo no he merecido ninguna carta aclaratoria, carta notarial o querella por difamación de ninguno de los artículos publicados.

Hay un sector del Ministerio Público, que en estos momentos transita por conflictos sangrientos en su seno, que está encontrando víctimas en civiles que no tenemos vela en ese entierro.

Yo no he participado de ningún trasiego de dinero, no he sabido de ello bajo ninguna circunstancia, no he realizado asesorías institucionales ni media training a nadie del Ministerio Público y a ninguno de los imputados, no he recibido jamás emolumento alguno, tampoco he sido operador de ningún favor administrativo de los muchos que se les imputan a otros inculpados en el expediente fiscal.

Conmigo se ha cometido una grave injusticia, se ha atentado contra la libertad de prensa y se ha vulnerado derechos democráticos esenciales. Frente a ello, la frente en alto, la conciencia tranquila y la disposición absoluta a cualquier investigación que se me quiera hacer al respecto.

Tags:

allanamiento Tafur, Caso valkiria XI, Sada Goray

Se han juntado mis dos pasiones: el chocolate y el cuidado del medio ambiente. Están directamente relacionados, el cuidado del medio ambiente “asegura” chocolate eterno, el problema es que no estamos solos en su cuidado y dependemos de todos para lograrlo.

El alza del cacao

El costo del cacao, ingrediente clave para la elaboración de los aclamados chocolates, se disparó un 136% entre julio de 2022 y febrero de 2024, según el monitoreo de los precios realizado por UNCTAD (órgano principal de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la esfera del comercio y el desarrollo). Cabe mencionar que según los expertos, el precio seguirá subiendo.

El precio por tonelada en el mercado de futuros superó los 10.000 dólares por primera vez en la historia el 26 de marzo pasado. La subida ha repercutido en los consumidores de todo el mundo, ya afectados por la inflación y la crisis generacional del coste de la vida.

Las consecuencias 

Los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (UNUA, conocida además como la FAO) muestran que el cacao se cultiva en países más vulnerables y menos preparados para afrontar el cambio climático. Los países africanos son los más afectados por el cambio climático a pesar de ser los que menos contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero.

Ghana y Costa de Marfil, que producen casi el 60 % del cacao mundial, experimentaron fuertes lluvias en diciembre, las más instensas de los últimos 20 años. Las inundaciones causaron daños a los cultivos y provocaron que las plantas de cacao se pudrieran con los parásitos de la enfermedad de la vaina negra. Por esto, Ghana ha reducido su estimación de producción de cacao este año de 850.000 a 650.000 toneladas.

Los expertos en clima señalan que las olas de calor solían ocurrir una vez cada 100 años antes de la quema generalizada de combustibles fósiles, pero en el clima actual, las olas de calor ocurren una vez cada 10 años.

Tags:

cacao, chocolate, derivados del cacao

“Mediocracia: Cuando los mediocres llegan al poder”, de Alain Deneault, es un lúcido análisis que desentraña cómo la mediocridad se ha infiltrado en las esferas de poder de la sociedad contemporánea. Deneault expone cómo los mediocres no solo ocupan posiciones de liderazgo, sino que también moldean y perpetúan un sistema que premia la mediocridad en detrimento de la excelencia y el mérito. Además, precisa la relación entre la «mediocracia» y los medios de comunicación.

¿Cómo se manifiesta esta «mediocracia» mediática? En una serie de prácticas que socavan la integridad del periodismo y debilitan el debate público. El sensacionalismo y la banalidad reinan en la mayoría de los medios, donde el contenido escandaloso y superficial eclipsa las noticias relevantes y los análisis profundos. La falta de crítica y análisis serios del poder contribuye a la perpetuación de la mediocridad en la esfera política y social. Además, los medios celebran y exaltan a figuras mediocres como políticos sin ideas, alimentando una cultura que valora lo banal sobre lo significativo.

De igual modo, el discurso vacío y carente de contenido que caracteriza a muchos medios solo empeora las cosas, mientras que la falta de diversidad de voces limita la pluralidad de ideas y perspectivas en el espacio público. Las consecuencias de esta «mediocracia» mediática son profundas y preocupantes: desinformación, manipulación, apatía política y un debate público empobrecido que prioriza los ataques personales sobre el diálogo constructivo. Al respecto, cualquier parecido con la realidad, la nuestra, no es pura casualidad.

Por el contrario, en nuestro caso, medios de comunicación independientes o programas periodísticos como Bunker, Epicentro.TV, La Encerrona, A pensar más con Rosa María Palacios, Ojo Público, El Foco, Wayka, IDL-Reporteros, Sudaca, IDL-Radio, entre otros, ofrecen un periodismo de calidad, serio y comprometido. Los ataques a estos medios y programas por parte de la “mediocracia” política no son fortuitos; responden a razones concretas que reflejan sus intereses y estrategias.

En primer lugar, los mediocres buscan desacreditar a los medios para evitar la fiscalización de sus acciones y el escrutinio público sobre su gestión. Al difamar a los medios intentan socavar su credibilidad y legitimidad, debilitando así su capacidad para exponer la corrupción y la ineptitud. Además, los mediocres ven a los medios independientes y críticos como una amenaza a su dominio, ya que estos pueden desafiar su narrativa oficial y ofrecer una visión alternativa de la realidad. Por lo tanto, los ataques a los medios son una estrategia para mantener su poder y perpetuar la mediocridad en la sociedad.

Ante este panorama desolador, ¿qué podemos hacer para combatir la “mediocracia” en la política y en los medios de comunicación? Deneault ofrece algunas sugerencias valiosas. Es crucial apoyar a los medios independientes que no están sujetos a presiones políticas o comerciales; promover la educación mediática para fomentar la capacidad crítica de la ciudadanía; y trabajar en la creación de nuevos espacios de comunicación alternativos que promuevan perspectivas críticas y diversas. Solo así podremos construir una sociedad más informada, crítica y participativa, capaz de resistir los embates de la mediocracia política y mediática; y avanzar hacia un futuro donde la excelencia y la calidad sean los pilares de nuestra vida pública y democrática. La batalla está en nuestras manos. ¿Estamos listos para librarla?

Tags:

ineptos, Mediocracia, mediocres, medios de comunicación, Política

Las posturas ideológicas de Haya de la Torre han generado un interminable debate, que deviene inútil cuando se sugiere que por abrazar el marxismo al comenzar su trayectoria, debió mantenerse siempre dentro de sus cauces. En el Perú estamos llenos de pregoneros del dogma inamovible, de guardianes celosos de doctrinas pasadas, de relojeros del ayer intentando que las manecillas de la historia giren en sentido inverso para retornar a utopías que jamás existieron

A todos ellos se los llevó la fábula, se los llevó rápido o se los llevará pronto. A Haya no, porque Haya comprendió al tiempo, comprendió al espacio y comprendió la historicidad. Cuando el leninismo se convirtió en estalinismo -léase la dictadura más larga, sangrienta y represiva de la historia- Víctor Raúl buscó mejores rumbos para América Latina, felizmente. Y no tuvo que esperar a que Karl Popper publicara La Sociedad Abierta en 1945. Víctor Raúl se le adelantó una década con su Sinopsis filosófica del aprismo. Pero no importa: si la academia no lo valida entonces no existe, como no existe la realidad española cuando no aparece publicada en la edición matutina del diario El País.

Pero sí hubo un Haya marxista, que coincidió casi exactamente con la trayectoria socialista de José Carlos Mariátegui. Ambos tuvieron una feliz y valiente coincidencia: a los dos les parecía que el marxismo debía adaptarse a la realidad local. Por eso la Internacional Comunista los botó a patadas a ambos. Primero a Haya en 1927 y después a Mariátegui en 1929, aunque luego Rabines limó asperezas entre el Partido Socialista del amauta y la Internacional a cambio de cambiarle el nombre a Comunista y someterlo sumisamente a sus designios.  

Un marxista en formación 

Perú hablemos del Haya marxista. A diferencia de su palpable desinterés por los bienes materiales, sus planes no eran para nada austeros. Sus viajes al interior del país, en 1917 y 1920, y a Argentina, Uruguay y Chile en 1922 lo convencieron de que había nacido para liderar la revolución latinoamericana. Víctor Raúl era demasiado líder, demasiado magnético, demasiado convincente y estas demasías resultaron a la postre un arma de doble filo. Un hombre, un ser humano y un líder pueden lograr muchas cosas, pero no basta la mera voluntad para cambiar los destinos de un continente.

Haya estudió la revolución mexicana, estudió la revolución rusa, estudió la teoría marxista en las mejores escuelas de Londres; se tomó muy en serio su formación para convertirse en ese líder cuyo destino manifiesto era la unidad de América Latina. Víctor Raúl miró a la Comintern, entendió que nadie podía ofrecerle mayores apoyos que los rusos. Ese fue el objetivo principal de su viaje a la Meca del comunismo y entonces las cosas comenzaron a complicarse. Viejos y duchos revolucionarios, los jerarcas soviéticos se admiraron del talento del impetuoso joven peruano pero notaron también su voluntarismo. Aprobaron sus planteamientos sobre América Latina pero apuntaron que aún no existía el partido para pasar de inmediato de la teoría a la praxis.  

Pero Haya no quería esperar. Sentía que ya estaba listo. Era el jinete sobre un veloz caballo de carrera que se desplazaba a todo galope con rumbo a la revolución. Nada ni nadie lo iba a parar y así decidió continuar su camino sin los rusos. 

El marxismo de Haya y sus enemigos

Los planteamientos de Haya no fueron menos marxistas que los de la Comintern. Su ímpetu revolucionario lo llevó a superar en radicalidad a los moscovitas. La Comintern creía en la revolución en dos etapas: la primera demo-burguesa y recién la segunda socialista. 

En cambio, en 1928, Haya lanzó el Esquema del Plan de México, proyecto revolucionario para derrocar al dictador Leguía y que prácticamente postula la dictadura del proletariado. ¿Y por qué Haya no lo llamó socialismo entonces? Porque pensaba que la revolución debía exportarse al resto de América Latina pues al imperialismo yanqui solo se le podía derrotar en bloque. Mientras tanto, había que actuar a la defensiva, nacionalizar y socializar la producción, gobernar el país verticalmente. Es el Estado Antimperialista modelo que Haya explica en el sétimo capítulo de El Antimperialismo y el APRA.

Y el caballo de Haya seguía cabalgando en dirección de la revolución pero al margen de la Comintern. Ese fue el pecado original, la imperdonable herejía que lo convirtió en blanco del comunismo internacional y de sus lugartenientes latinoamericanos. Entonces lo acusaron de nacionalista, de desviacionista demo-burgués,  de apóstata por incluir a las clases medias en la revolución. Curioso, una somera mirada a las conclusiones del V y el VI Congreso de la Internacional* (1924 y 1928) demuestran que dichas alianzas las proponía la propia Comintern. El problema era político: lo que estaba en juego no era Marx sino el control de la izquierda continental. 

Esta encarnizada confrontación, de la que forma parte la polémica con Mariátegui, casi destruye al APRA y al propio Víctor Raúl. Exiliado a Berlín a fines de 1928, Haya está a miles de millas del escenario de las hostilidades. El terreno queda a merced de sus enemigos. La Comintern, con Julio Antonio Mella en México y José Carlos Mariátegui en el Perú, como disciplinados portaestandartes, golpean una y otra vez al APRA, reclutan a sus cuadros, confunden a sus bases. La meta: la total destrucción de la organización cuyo líder languidecía al otro lado del Atlántico. En Lima, el dictador Leguía se frotaba las manos. Divide et impera. 

Haya tras Stalin

En su segundo periplo europeo, Haya comprendió que no había socialismo soviético y menos socialismo latinoamericano digitado desde Moscú. Sólo había estalinismo, “bolchevización”, absoluta verticalidad, obsecuente sumisión y mecánica repetición de fórmulas importadas.  Entonces tornó su mirada hacia la socialdemocracia, la de Eduard Bernstein, esa que planteaba un socialismo sin marxismo, en democracia. La que sostenía que las organizaciones obreras y campesinas podían alcanzar la “utopía comunista” sin acabar con el capitalismo sino negociando con él, presionándolo, invadiéndolo,  interviniéndolo para elevar el nivel de vida de obreros y campesinos como nunca pudieron ni la URSS de Stalin, ni mucho menos la China de Mao. 

Víctor Raúl, visionario, le atinó una vez más a la hora de la historia. Desde 1931 le planteó a la militancia del Partido Aprista Peruano conceptos como el de Democracia Funcional en la línea de la internacional socialdemócrata (llamada también socialista). Al mismo tiempo, siguió teorizando acerca de la unión latinoamericana, desde su original mirada aprista. 

Conclusión: el legado marxista de Haya de la Torre

Hubo un Haya marxista que se gestó el 7 de mayo de 1924, cuando compartió con las juventudes mexicanas la bandera de un enorme y emancipador movimiento continental que nunca llegó a realizarse. Este Víctor Raúl dejó una literatura inestimable, cuyas máximas expresiones las constituyen Wath is the APRA (1926), Por la emancipación de América Latina (1927), El Antimperialismo y el APRA (1928) y el Esquema del Plan de México (1928). 

Aunque no mantuvo estas posturas hasta el final de su trayectoria, Víctor Raúl Haya de la Torre es el primer marxista de América. Nadie como él nos legó una doctrina, un modelo de Estado y un plan insurreccional marxistas, basados en sus rigurosos estudios de los textos fundamentales de Karl Marx, Friedrich Engels y Vladimir Lenin, los que adaptó de manera brillante a la realidad continental. 

Una trayectoria política de 60 años necesariamente se divide en etapas. Lástima que algunos no lo entiendan y quieran encerrar a los grandes ideólogos en campos de concentración intelectual, que aprisionan la libertad de pensamiento como aprisionaron y apagaron la vida de millones de seres humanos aquellos Gulags en los que José Stalin purgó a todo aquel que, en su imaginación, amenazaba su ilimitado poder. 

A 100 años de la fundación del APRA, no olvidemos al Haya marxista, y a su obra, que constituye un aporte fundamental a la filosofía política latinoamericana. 

* El V Congreso de la Internacional Comunista apoyó abiertamente la conformación de frentes multiclasistas para derrotar al enemigo imperialistas en las colonias, bajo la estrategia denominada “a las masas” la que se difundió desde el III Congreso realizado en 1921. A su turno, el VI Congreso lanzó la estrategia “clase contra clase” impulsó el liderazgo del proletariado en la revolución y advirtió que las alianzas con las clases medias debían ser supervisadas pues sus miembros podían a convertirse en cuadros revolucionarios o contrarrevolucionarios. En todo caso, no descartó de plano la participación de estos sectores en la revolución. 

Foto de centro: Haya vestido a la usanza de un militante bolchevique, Moscú 1924

Foto de fondo: Portada de revista aprista Indoamérica, publicada en México, 1928

Bibliografía:

ARICÓ, José (Dir.), V Congreso de la Internacional Comunista, 17 de junio-8 de julio 1924, Informes, Segunda Parte, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 1975

BERGEL, Martín, La travesía iniciática: Haya de la Torre en el cono Sur. en BERGEL, Martín. La desmesura revolucionaria. Cultura y política en los orígenes del APRA. Lima, La siniestra, 2019. 

BERSTEIN. Eduard, las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia. México, siglo XXI, 1982. 

COMINTERN. Sexto Congreso de la Internacional Comunista. Primera Parte. Tesis, manifestaciones, resoluciones. Cuadernos de pasado y presente 66, México, ediciones pasado y presente, 1977. 

FLORES GALINDO, Alberto, La Agonía de Mariátegui, La Polémica con la Komintern. Lima, DESCO, 1980. 

HAYA DE LA TORRE, Víctor Raúl. El Antimperialismo y el APRA, Santiago, editorial Ercillas, 1936. 2da ed. 

HAYA DE LA TORRE, Víctor Raúl, “What is the APRA”, en The Labour Monthly, (Diciembre,1926).

HAYA DE LA TORRE, Víctor Raúl, “Sobre el papel de las clases medias en la lucha por la independencia económica de América Latina”, en Revista Amauta, 9 (Mayo,1927).

HAYA DE LA TORRE, Víctor Raúl. Espacio Tiempo Histórico. Lima, Ediciones La Tribuna, 1948. 

HAYA DE LA TORRE, Víctor Raúl, Por la emancipación de América Latina. Artículos, mensajes, discursos (1923-1927), Buenos Aires, M. Gleizer Editor, 1932 

INTERNACIONAL COMUNISTA. VI congreso de la Internacional Comunista, primera parte, tesis, manifiestos y resoluciones, México, ediciones pasado y presente, 1975

JEIFETS, Lazar; JEIFETS, Víctor, “Haya de la Torre, la Comintern y el Perú: Acercamientos y desencuentros”, en Pacarina del Sur [En línea], año 4, núm. 16, julio-septiembre, 2013.

MANRIQUE, Nelson. Usted fue aprista. Bases para una historia crítica del APRA. Clacso, PUCP, 2009.

MARTÍNEZ DE LA TORRE, Ricardo. Apuntes para una interpretación marxista de historia social del Perú. T.II, Lima, Empresa Editora Peruana S.A. 1948. 

MELGAR BAO, Ricardo. Haya de la Torre y Julio Antonio Mella en México. El exilio y sus querellas. Buenos Aires, ediciones del CCC, 2013

MELLA, Julio Antonio. Qué es el ARPA. Lima, Editorial Educación, 1975.

PARODI REVOREDO, Daniel, “Lima no respondía. El fracaso del plan insurreccional planteado en México explicado en carta de Víctor Raúl Haya de la Torre a Wilfredo Rozas, fechada 22 de septiembre de 1929”. En Revista Investigaciones Históricas, dic. 2022. 

PLANAS, Pedro. Los orígenes del APRA, el joven Haya. Mito y Realidad de Haya de la Torre, Lima, Okura editores S.A. 1986.  

PLANAS, pedro y VALLENAS, Hugo. Haya de la Torre en su espacio y en su tiempo. Aportes para una contextualización del pensamiento de Haya de la Torre. Lima, Ediciones HV, 2010. 

ROJAS, Rafael. Haya, Mella y la división originaria. Telar 20 (enero-junio, 2018), pp. 45-67. 

VALLENAS, Hugo, “Haya de la Torre: político de realidades” en Concurso Latinoamericano de Ensayo Vida y Obra de Haya de la Torre, Lima, Instituto Víctor Raúl Haya de la Torre, 2006. T.II. 

Tags:

Apra, haya marxista

Va a ser difícil que el aprismo resucite, peor aún luego del zafarrancho interno que lo atraviesa ya desde antes, inclusive, de la muerte de Alan García. En esa batalla cruenta se van todas las energías que difícilmente harán que de tales canteras pueda surgir una opción política potable, capaz de encaramarse sobre los evidentes éxitos obtenidos en su segunda gestión gubernativa.

Algunos apristas amigos me señalan que ellos confían en que armar una buena plancha o constituir parte de una buena alianza los puede volver a hacer tener el protagonismo político de antaño. Veo difícil que ése sea el camino.

Primero van a tener que efectuar una purga ideológica capaz de hacer entrar en vereda a quienes quieren todavía ver en el APRA a un partido de izquierda populista, a la usanza del periodo 85-90.

Alan García cambió eso de un plumazo y quienes denostan ese periodo como el causante de la implosión del aprismo se equivocan garrafalmente. García no hizo en su segundo gobierno que la inmensa ola de inversión privada, crecimiento económico y reducción de la pobreza que se produjo, fuera acompañada de reformas institucionales en sectores claves como salud y educación públicas, regionalización, seguridad ciudadana, etc.

Si lo hubiera hecho habría sido el mejor gobierno de la historia del Perú, sin lugar a dudas, pero se conformó con la inercia del capitalismo liberado y de allí el rechazo popular a su gestión (con las justas pasó la valla en la siguiente elección a la que se presentó, el 2016).

El APRA debe reinstalarse ideológicamente en las orillas de una centroizquierda liberal, que complemente la agenda alanista. Tiene pueblo, tiene organización partidaria, tiene generaciones nuevas activas e inteligentes, muy preparadas. Debe basar en esa generación, y ya no en los achicharrados sesentones o setentones, las vías de su refundación. Se necesita un partido como el APRA en el Perú.

Pero si su resurrección pasa por las rutas equivocadas le sucederá lo mismo que a Acción Popular, partido que pareció reverdecer laureles y hoy es un antro político donde predominan los corruptos y sinvergüenzas, ya sin descaro. La historia del APRA lo conmina a algo mejor.

Tags:

Apra, Partido Aprista Peruano

Hemos venido diciendo con terca insistencia, que si la centroderecha liberal (que debe excluir a los partidos merca mafiosos del Congreso), no se une para las elecciones del 2026, le va a regalar el triunfo a la izquierda radical.

Pero hay otro riesgo que podría ocurrir si tal cosa no sucede: permitirle a Keiko Fujimori que pase una vez más a la segunda vuelta y sea por cuarta vez derrotada en esas elecciones.

Keiko Fujimori debe tener, con el upgrade del padre indultado, un 12 o 15% ya en el bolsillo. Si no se produce un aluvión por la izquierda radical -que la lleve a meter dos candidatos a la jornada definitoria-, la candidata de Fuerza Popular tiene asegurado su pase a la segunda vuelta.

Contra escenario de alto riesgo también cabe invocar sensatez en el resto de candidatos. Anderson, Añaños, Chiabra, Belaunde, Marisol Pérez Tello, etc., son lo más potable de la oferta electoral nueva que se aprecia. Están obligados éticamente a conversar y tratar de sacar adelante un proyecto común, que impida no solo la avalancha radical sino el retorno indeseado del fujimorismo a las instancias decisivas.

El keikismo se ha convertido, ya sin ambages, en un movimiento autoritario, conservador y mercantilista. Ha colapsado el centro liberal que alguna vez su padre encarnó. Las pocas luces de Keiko Fujimori hicieron que su labor congresal contra PPK frustrara su triunfo el 2021. Su bancada congresal está volviendo a hacer lo mismo, pero esta vez para el 2026.

Se necesita una opción plenamente liberal, que nos saque del atolladero económico, social y político en el que nos encontramos. Si accede al poder una opción de ese tipo, y dado su éxito, repite la jornada el 2031, en un decenio habremos dado vuelta a la página y retornado, con mejor institucionalidad, a la espiral de crecimiento de los primeros años de este milenio.

Un buen candidato, un conglomerado de partidos, y equipos tecnocráticos bien afiatados, son la fórmula a aplicar para aspirar a tener éxito y distinguirse del aventurerismo del resto. La extrema derecha y la extrema izquierda deben ser derrotadas en las elecciones que se avecinan.

La del estribo: tres exposiciones artísticas imperdibles en estos días. Canto abierto. Homenaje a Jorge Eduardo Eielson, en el marco del centenario del poeta, escritor y artista plástico peruano. Va en el CCPUCP hasta el 12 de mayo. Ver por contacto. Fotogramas 2014-2024, de Roberto Huarcaya, en el ICPNA (acaba de inaugurar su muestra en la Bienal de Venecia). Va hasta el 23 de junio. Y la de Alejandro Alayza en Galería Fórum, que va hasta el 4 de mayo.

Entre el 6 y el 17 de abril -es decir, en el breve lapso de once días-, cuatro artistas de géneros musicales diferentes ofrecieron en Lima un total de siete conciertos, de concurrencia masiva. Me refiero a la banda norteamericana de thrash metal Megadeth, la orquesta chiclayana de cumbia Grupo 5, la reggaetonera colombiana Karol G y el cuarteto mexicano de pop-rock Maná. Este tema, en apariencia poco importante si lo ponemos frente a la coyuntura local -corrupción política, recesión económica-, nos dice algunas cosas interesantes sobre perfiles, gustos, hábitos de consumo y prioridades de una muestra considerable de profesionales con ingresos fijos y diversos niveles socioeconómicos que son, además, votantes que anteponen sus ansias de entretenerse a la construcción de ciudadanía.

Más de ciento cincuenta mil personas movilizadas, algunas de las cuales llegaron desde el interior y hasta de otros países, para asistir a los espacios acondicionados especialmente para estos eventos -estadios de fútbol, universidades, coliseos cerrados- y corear sus canciones favoritas. Si añadimos las dos fechas que realizó el cantante portorriqueño-mexicano Luis Miguel, baladista/bolerista y astro del pop en español, en febrero, estamos hablando de prácticamente un cuarto de millón de individuos que dejan sus rutinas, se endeudan y trasnochan solo por ver/escuchar a sus ídolos durante una o dos horas.

Lo más notorio es, desde el punto de vista estrictamente musical, la diversidad de gustos y preferencias que encuentran sus propios públicos masivos en nuestra capital, caracterizada a su vez por una variopinta mezcla de procedencias, poderes adquisitivos, formaciones académicas de distintos niveles -privadas, públicas, escolares, superiores, técnicas- en muchos casos deficientes o inconclusas y una fuerte predisposición a consumir únicamente lo que les ofrecen los medios de comunicación masiva. 

Sin adentrarnos del todo en los ámbitos de la sociología, es necesario advertir que aludo a “las masas” desde un punto de vista híbrido. Por un lado, como aglomeración desordenada, caótica, que responde de forma pasiva, irreflexiva y homogénea a estímulos determinados -para distraerse, para diferenciarse- y, por el otro, como concentración de individuos con fines e intereses comunes que posee la potencial capacidad, si así lo deseara, de producir cambios y transformaciones sociales, por encima de lo que imponen las autoridades, los medios y el establishment.

Megadeth es un grupo de culto, subterráneo. Ninguna persona que esté actualmente bordeando los 50 años podría decir que escuchó, en su adolescencia, a Megadeth en las radios o canales de televisión, durante sus épocas doradas (1985-1995). En esos años, lo más “duro” que podía uno encontrarse en emisoras como Panamericana, 1160 o Studio 92 era Guns ‘N Roses, Twisted Sister, Poison o Bon Jovi. En cuanto a la generación grunge de la primera mitad de los 90 -Nirvana, Alice In Chains, Soundgarden y afines-, estuvo a nuestro alcance gracias a Radio Doble Nueve, la cadena MTV -la casa matriz norteamericana y su filial latina- y el circuito pirata de mercados populares, las Galerías Brasil en Jesús María y los alrededores del Centro de Lima (Av. Colmena, Jr. Quilca, etc). Las hordas de desaliñados metaleros vestidos de negro, entre hombres y mujeres -más de 12 mil según estimaciones conservadoras- que se dieron cita en el Arena I Costa Verde de San Miguel, el pasado 6 de abril, para disfrutar de la fuerza y vigencia del cuarteto liderado por Dave Mustaine, son resultado de décadas de incubación a oscuras y, muchas veces, a solas, en contra de lo convencional, resistiendo críticas y miradas de soslayo de familiares y amigos. Y eso que Megadeth, siendo exponente de una variante poco accesible del rock duro, no califica como una banda de metal extremo.

El caso de Luis Miguel nos ubica en la esquina contraria. Inmensamente popular desde niño en toda Hispanoamérica, sus baladas y canciones de limpio y socialmente correcto pop comercial son reducto de nostalgia para un público mayoritariamente femenino y urbano, que soñaba con el príncipe azul adolescente y las novelas de Televisa. Sus esfuerzos por convertirse en crooner de terno y corbatín, cantando boleros, le aseguraron vigencia en la radio, la televisión y las antiguas tiendas de discos compactos, además de ampliar su público por interpretar clásicos del cancionero romántico del pasado. Su posterior decadencia, expresada principalmente en una forma de ser desagradable y un aspecto físico destruido, opuesto a su paradigma de “galán”, no fue suficiente para desaparecerlo del recuerdo de sus fans. Una serie de Netflix, centrada en sus paradójicos inicios como cantante infantil, entre el éxito público y la tragedia privada, ocasionada por la sobreexposición mediática y la explotación laboral, sumada a varias terapias de reencauchado estético apuntalaron el retorno del cantante, que llevó aproximadamente 90 mil almas al Estadio Nacional en dos noches seguidas, el 24 y 25 de febrero.

El caso del Grupo 5, representante local en este breve recuento de conciertos certificados como “sold out” a pesar de la crisis económica y el descalabro político, nos permite aterrizar aun más en la idiosincrasia del público peruano moderno. Después de casi tres décadas de presencia en coliseos del norte, la orquesta originaria de Monsefú (Chiclayo, Lambayeque) llegó a Lima a fines de los noventa y encabezó la ola de masiva popularidad que alcanzó la cumbia tras la dictadura fujimorista, con todas las características escapistas, aspiracionales y reivindicativas de un género que, en la década anterior, se había concentrado en su vertiente andina, con los migrantes y el movimiento de la chicha. Con un repertorio que combinó composiciones del piurano Estanis Mogollón con canciones de conjuntos mexicanos -los famosos “gruperos”-, el Grupo 5 se convirtió en un fenómeno de multitudes que ni las peleas internas de la familia Yaipén, origen de otros combos de sonido homogéneo, calcado (Los Hermanos Yaipén, Orquesta Candela); ni la competencia con otras agrupaciones con las que compartían raíces norteñas y largas trayectorias -Armonía 10, Agua Marina, Caribeños de Guadalupe- han logrado abatir. Una celebración atípica -¿51 años?- fue pretexto para organizar tres conciertos, también en el “coloso de José Díaz”, los días 5, 6 y 7 de abril, con altísimos niveles de derroche técnico e invitados especiales. Los tres fueron llenos totales, entre 36 y 40 mil personas por noche y millones de soles recaudados en comida, merchandising y, por supuesto, cervezas.

La reggaetonera Karol G colmó la capacidad del estadio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos con dos conciertos llevados a cabo los días 12 y 13 de abril, ocasionando hasta problemas de tráfico en distintos puntos de la ciudad. A diferencia de Megadeth, Grupo 5 y Luis Miguel, aquí estamos frente a un personaje de la música comercial de consumo masivo de absoluta actualidad. Procaz y sobreestimada, disforzada y vacía, la actual y transitoria reina de lo que los medios distraídos y paporreteros del mundo latino y su sucursal de Miami insisten en llamar “música urbana” atrajo a decenas de miles de espectadores, desde niñas que se disfrazan como ella y cantan a voz en cuello sus majaderías hasta personajes de la farándula y congresistas, dejando claras cuáles son sus prioridades.

Maná, la banda mexicana más vendedora de los noventa, ofreció un concierto el pasado miércoles 17 de abril. Siempre anclados en el estribo más comercial del pop-rock latino, la propuesta del cuarteto conformado por Fher Olvera (voz, guitarra), Sergio Vallín (guitarra), Juan Calleros (bajo) y Álex González (batería, voz), comenzó a hacerse aburrida y repetitiva y, para finales de esa década, era una presencia intragable para los conocedores, aunque su popularidad se mantuvo intacta entre los consumidores de radios convencionales. Para su regreso al Perú después de siete años, otra vez el escenario fue el estadio de San Marcos. Y, otra vez, fue un concierto multitudinario.

Esto de los espectáculos abarrotados en Lima es una dinámica sorprendente y desprovista de respuestas únicas, pero rica en interpretaciones y subtextos. Pensemos, por ejemplo, en los altos presupuestos que se destinan a estas actividades recreativas, en la capital de un país como el Perú, con gravísimos índices de pobreza extrema, casos preocupantes de anemia infantil, fracasos educativos de toda clase y servicios públicos pésimos a causa de la corrupción, el amiguismo y la incompetencia. Mientras que las entradas más caras para Karol G, Maná y Luis Miguel costaron entre 750 y 850 soles; los tickets de mayor precio para cada noche del Grupo 5 y Megadeth no superaron los 360 soles. Y, si hablamos de reventas, en el caso de la colombiana que tanto emociona a niñas y adolescentes con sus malcriadeces, hubo padres capaces de desembolsar hasta más de 1,500 soles para que sus retoñas no se traumen ni sean víctimas de bullying por no haber podido asistir al “concierto del año”. 

Por supuesto que cada quien tiene la potestad de gastar su dinero en lo que le dé la gana, pero no deja de causar pena e indignación que eventos como el de Karol G -por lo menos en los otros casos algo de música puede apreciarse, en distintos niveles-, que no aportan nada a la vida de los más jóvenes y solo sirven para consolidar modelos de conducta encanallados que promueven las interrelaciones ligeras y agresivas, la ambición por lujos y el materialismo hueco, sean costeados por padres y madres para complacer a sus hijos. Por supuesto que esas mismas personas no darían ni veinte soles si se tratara de alguna convocatoria para apoyar un proyecto educativo ciudadano, una mejora vecinal común o la conformación de un movimiento político ajeno a los tóxicos círculos de poder.

Otro aspecto interesante tiene que ver con un fenómeno mundial: la transformación de lo que conocemos como sociedad de masas, debido a la sobrepoblación y la nueva escala de valores compartida por individuos de espectros socioeconómicos que, teóricamente, podrían considerarse diametralmente opuestos. 

Si en el pasado Gustav Le Bon (Francia, 1841-1931), José Ortega y Gasset (España, 1883-1955) o Ayn Rand (Rusia, 1905-1982) estudiaron a las masas casi como si se tratara de una única muchedumbre, un monstruo que las élites debían combatir, hoy tenemos que prácticamente todas las actividades humanas -políticas, comerciales, deportivas, artísticas, socioeconómicas, culturales- pueden generar sus propias masas, las mismas que conviven y se entrelazan de manera permanente. A un tiempo, estas masas pueden, por acción de medios de comunicación, publicidades e intereses individuales repartidos entre miembros de un mismo colectivo familiar, compartir a sus integrantes, piezas anónimas que van estructurando multitudes. En otras palabras, hay público para todo y, aunque son bastante diferentes unos de otros, por momentos confluyen y se cruzan sin perder su propia individualidad.

Ensayemos un ejercicio de especulación, como ejemplo de todo esto: el padre, un hombre de 50 años que vive en Lima, metalero desde el colegio, compra su entrada para ver a Megadeth y desempolva el polo negro con la carátula del LP Rust in peace (o decide comprarse, en el evento mismo, un T-Shirt oficial de la gira 2024) para ir con su hijo mayor, que acaba de cumplir 20 y tiene los mismos gustos del papá. Al mismo tiempo, su esposa, un poco menor que él, muere por Maná y no puede perderse su presentación, en primerísima primera fila de la zona VIP -además, tampoco se perdió el de Luis Miguel, dos meses atrás, también con entradas caras-. Y, por supuesto, estuvieron juntos, uniendo sus cabezas durante La incondicional y bailando Suave. 

Por cierto, la pareja tiene dos hijas menores, una de 16 y la otra de 12, que ya se compraron, desde hace meses, sus pelucas azules, sombreros y trajecitos de plástico rosado, porque no hay forma de que se pierdan a Karol G, su reggaetonera favorita. Para colmo, como la familia entera es de Chiclayo, no pueden dejar de ver a sus paisanos del Grupo 5 para bailar Motor y motivo y ver, en pantalla gigante de alta resolución, las lágrimas de Christian Yaipén mientras escucha la voz desafinada de su hijo, “el heredero” del imperio monsefuano, un día después de haber saltado y pogueado con Wake up dead y Holy wars. No es tan improbable como parece, ¿verdad?

POST-DATA: Al cierre de este texto me enteré de fallecimiento, a los 80 años, de Dickey Betts, uno de los guitarristas de country-rock y blues más importantes de la década de los años setenta, integrante original de The Allman Brothers Band. De fondo, suena la brillante Jessica (LP Brothers and sisters, 1973).

Suelo dar charlas de análisis político a empresarios o gremios empresariales desde hace décadas y sorprende ver, en el presente, la ceguera casi absoluta del sector respecto del abismo al que podemos caer el 2026 si toda la sociedad civil en su conjunto no reacciona y participa activamente, cada uno desde sus responsabilidades y posibilidades.

Se malcree que la relativa estabilidad alcanzada por el gobierno de Dina Boluarte antecede a una acción colectiva de acá a dos años en favor de las políticas de mercado y pro democracia que, mal que bien, este gobierno mantiene como líneas directrices. Se basan para ello en la casi inexistente protesta social respecto del régimen y asumen que esa paz sostenida con pinzas es el mejor anticipo de que el 2026 no ocurrirá ningún sobresalto.

Las encuestas, miradas en perspectiva y multidimensionalmente, muestran, sin embargo, otro panorama. Se viene al galope la insurgencia de candidatos radicales disruptivos y no uno sino varios. La inmensa desaprobación de un gobierno que es percibido de derechas, la refractaria postura del sur andino, la atomización de los partidos de centroderecha y otros factores psicosociales apuntan, claramente a que disputaremos una segunda vuelta con al menos un candidato radical, y si el panorama actual no cambia de repente hasta con dos (que no sorprenda una jornada definitoria entre Antauro, Bellido o Aníbal Torres).

Los empresarios tienen mucho por hacer al respecto. Primero, no financiando a candidatos aislados sin exigir como condición previa cierto afán de concierto. Segundo, apoyando con dinero bien habido a las varias ONGs que ya existen en el país y tratan, con enorme esfuerzo, por la carencia de financiamiento, de generar un cambio de actitudes ideológicas en los sectores populares (conozco por lo menos tres iniciativas al respecto y a pesar de haber pasado el sombrero a los principales grupos económicos no han recibido ni migajas).

En ese plan mezquino, vamos a perder el país que hasta hoy conocemos, que amerita correcciones urgentes, pero bajo la matriz de la economía de mercado y la democracia representativa. Si no se actúa, vamos a transitar en menos tiempo del esperado por los senderos del populismo estatista radical del chavismo o algo aún peor, y tardaremos décadas en poder librarnos de ello, porque nadie va a acudir en nuestro auxilio. Ojalá los empresarios recapaciten y asuman su cuota de responsabilidad en el asunto

Hace 55 años, en febrero de 1968, los Beatles —junto con sus esposas y asistentes— llegaron a la India para participar en un curso de meditación trascendental en el ashram del gurú Maharishi Mahesh Yogi, lo cual impulsaría en la banda una ola de composición creativa que nos ha dejado como legado unas 30 canciones, 18 de las cuales fueron incluidas en el álbum blanco “The Beatles”, obra maestra del rock.

Ringo Starr regresaría a Inglaterra sólo diez después, aburrido ante lo que le parecía un campamento familiar. Paul McCartney se iría después de un mes de estadía debido a que tenía otros compromisos comerciales. John Lennon y George Harrison permanecerían cerca de seis semanas, dejando repentinamente el ashram tras desacuerdos financieros con el Maharishi, a lo cual se sumaron rumores del comportamiento inadecuado que éste tenía con algunas de sus discípulas. Incluso se habló de un intento de abuso sexual de la actriz Mia Farrow, que también se encontraba allí.

 

Como consecuencia, Lennon escribiría una de las canciones más polémicas de los Beatles, originalmente intitulada “Maharishi”, pero que luego —a fin de evitar controversias y problemas en su difusión comercial— fue renombrada como “Sexy Sadie”, convirtiendo al personaje al que está dedicado en una mujer y quitándole algo de la mordiente que originalmente tenía.

Estos son algunos extractos de esta canción:

Sexy Sadie, what have you done?

You made a fool of everyone

You made a fool of everyone

Sexy Sadie, oh, what have you done?

Sexy Sadie, you broke the rules

(Sexy Sadie, ¿qué has hecho?

Le tomaste el pelo a todos

Le tomaste el pelo a todos

Sexy Sadie, oh, ¿qué has hecho?

Sexy Sadie, rompiste las reglas)

Sexy Sadie, how did you know?

The world was waiting just for you

The world was waiting just for you

Sexy Sadie, oh, how did you know?

Sexy Sadie, you’ll get yours yet

However big you think you are

However big you think you are

Sexy Sadie, oh, you’ll get yours yet

We gave her everything we owned just to sit at her table

(Sexy Sadie, ¿cómo lo supiste?

El mundo te esperaba sólo a ti

El mundo te esperaba sólo a ti

Sexy Sadie, oh, ¿cómo lo supiste?

Sexy Sadie, aún recibirás lo tuyo

Por muy grande que creas que eres

Por muy grande que creas que eres

Sexy Sadie, oh, aún recibirás lo tuyo

Le dimos todo lo que teníamos solo para sentarnos a su mesa)

Tras esta experiencia, Lennon se convertiría en un crítico mordaz de las religiones organizadas desde una postura humanista atea, mientras que McCartney optaría por una espiritualidad deísta en privado y sin publicidad, mientras que Starr y Harrison —sobre todo este último— mantendrían en público y en privado una admiración por las religiones védica e hinduista de la India.

Las prácticas abusivas de la organización de la Meditación Trascendental, fundada por el Maharishi Mahesh Yogi, serían develadas posteriormente en el documental “David Wants to Fly” (2010) del cineasta alemán David Sieveking, quien, llevado por su admiración hacia el renombrado director de cine David Lynch —uno de los promotores de la Meditación Trascendental— recibiría autorización para hacer un documental sobre el grupo para finalmente descubrir prácticas sectarias y —cómo no, por supuesto— un gran negocio de millones dólares a su sombra.

Harrison se reconciliaría posteriormente con el Maharishi, y McCartney y Starr participaron en 2009 en un concierto de la Fundación David Lynch para recaudar fondos para la Meditación Trascendental. Tanto Harrison como McCartney consideraron que lo que se dijo sobre el Maharishi fueron simplemente rumores no corroborados, y creyeron en su inocencia.

Sin embargo, lo que describe Lennon en su canción encaja perfectamente dentro de lo que se conoce como “abuso espiritual”, el humus donde se incuban los demás abusos en organizaciones que pretenden darle un sentido último a la vida de sus integrantes.

Curiosamente, no fue en un contexto arreligioso donde tal vez se haya usado por primera vez este término, sino en el ámbito cristiano en los Estados Unidos. En 1991 apareció publicado el libro “The Subtle Power of Spiritual Abuse” (“El sutil poder del abuso espiritual”). Sus autores son David Johnson, pastor evangélico de la Iglesia de la Puerta Abierta (The Church of the Open Door), y Jeff VanVonderen, conferencista y consultor especializados en temas de adicción, iglesia y bienestar familiar. Se trata de un libro escrito por cristianos para cristianos.

Queda claro desde un principio que la religión no es el problema, sino el uso abusivo que hacen de ella algunos líderes y consejeros espirituales con puestos de responsabilidad en las iglesias cristianas, si bien lo que dicen podría aplicarse también a organizaciones fuera del ámbito cristiano. Y dentro de esa lógica, sustentándose en citas bíblicas —sobre todo del Nuevo Testamento—, muestran cómo en una vivencia auténtica del mensaje cristiano original y su ética no hay lugar para los abusos espirituales que se constatan en las iglesias cristianas.

La definición que dan ambos autores es la siguiente:

«El abuso espiritual es el maltrato de una persona que necesita ayuda, apoyo o un mayor empoderamiento espiritual, con el resultado de debilitar, socavar o disminuir ese empoderamiento espiritual».

En otras palabras, el abuso espiritual daña profundamente a las personas que lo sufren, pues afecta su núcleo más íntimo, aquél que lo vincula con la trascendencia y le da sentido a su vida.

Los autores señalan siete características de los sistemas abusivos espirituales y detallan los efectos sobre las víctimas de estas relaciones basadas en la vergüenza (o humillación), cosa que ellos designan como “impotencia aprendida”.

1. Postura de poder (de los líderes), que tiene como consecuencia una imagen distorsionada de Dios; alto nivel de ansiedad basado en otras personas o circunstancias externas; un deseo exagerado de complacer a los demás; una alta necesidad de ser castigado o pagar por errores para sentirse bien; ignorar tu «radar» porque estás siendo «demasiado crítico»; alta necesidad de estructura; dificultad para decir «no»; permitir que otros se aprovechen de ti.

2. Preocupación por el rendimiento, que lleva al perfeccionismo, o rendirte sin intentarlo; hacer sólo aquellas cosas en las que eres bueno; falta de autodisciplina; no poder admitir errores ni cometerlos; visión de Dios como más preocupado por cómo actúas que por quién eres; no poder descansar cuando estás cansado; no poder divertirte sin sentirte culpable; alta necesidad de aprobación de los demás; sentido de vergüenza o autojustificación; ser exigente con los demás; eres duro con tus hijos, o no esperas lo suficiente de ellos; visión negativa de uno mismo, incluso odio hacia uno mismo; autocrítica negativa; avergonzar a los demás; habilidades defensivas (culpar, racionalizar, minimizar, mentir); dificultad para perdonarse a uno mismo; dificultad para aceptar la gracia y el perdón de Dios; sentirse egoísta por tener necesidades; preocupación excesiva por rescatar a otros de las consecuencias de sus comportamientos.

3. Reglas tácitas (no expresas), que lleva a tener un gran «radar», o la habilidad para coger la tensión en situaciones y relaciones; capacidad para descifrar los mensajes ambiguos de los demás; decir las cosas en código en lugar de decir las cosas directamente; hablar de las personas en lugar de hablar con ellas; esperar que los demás conozcan tu código; interpretar otros significados en lo que dicen las personas.

4. Falta de equilibrio, que deviene un una alta necesidad de controlar los pensamientos, sentimientos y comportamientos de los demás; estar desconectado de los propios sentimientos, necesidades y pensamientos; suponer qué es normal; enfermedades relacionadas con el estrés; permitir continuamente que personas no seguras se acerquen; formas extremas de negación, incluso delirio.

5. Paranoia, que lleva a la sensación de que si algo está mal o te molesta, tú debes haberlo causado; la sensación de que si hay un problema, tú debes resolverlo; sentir que nadie más te entiende; sentirse amenazado por opiniones que difieren de las tuyas; temer tomar riesgos saludables; desconfiar o tener miedo de los demás; establecer límites que mantienen alejadas a las personas seguras; sentimientos de culpa cuando no has hecho nada malo; dificultad para confiar en las personas.

6. Lealtad fuera de lugar, que conduce a la necesidad obsesiva de tener la razón; ser crítico con los demás; interrogar a los demás con intensidad; mente cerrada; miedo a ser abandonado; posesivo en las relaciones.

7. Código de silencio, que te convierte en puramente autoanalítico; rebelándose contra la estructura; sentirse solo; llevar una doble vida; ser intermediario de mensajes para las personas; incapacidad para pedir ayuda.

Quienes hemos pasado por el Sodalicio de Vida Cristiana hemos experimentado muchos de estos síntomas, lo cual demuestra que estábamos inmersos en un sistema espiritual abusivo, que en algunos ha llevado a echar por la borda todo tipo de creencia y práctica religiosa en bloque (incluso las manifestaciones auténticas), mientras que otros hemos tenido que reconstruir nuestro sistema espiritual y nuestra relación con la trascendencia dentro de otras coordenadas. Ambas han sido estrategias de supervivencia, que —según el caso— nos han permitido encontrar nuevamente el verdadero rostro de nuestra humanidad. Lo triste del asunto es que no todos lo logran, y los efectos deshumanizadores del sistema sodálite, producidos por el abuso espiritual, persisten en ellos.

Tags:

abuso espiritual, ateísmo, Beatles, iglesias cristianas, sectas
Página 72 de 418 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120 121 122 123 124 125 126 127 128 129 130 131 132 133 134 135 136 137 138 139 140 141 142 143 144 145 146 147 148 149 150 151 152 153 154 155 156 157 158 159 160 161 162 163 164 165 166 167 168 169 170 171 172 173 174 175 176 177 178 179 180 181 182 183 184 185 186 187 188 189 190 191 192 193 194 195 196 197 198 199 200 201 202 203 204 205 206 207 208 209 210 211 212 213 214 215 216 217 218 219 220 221 222 223 224 225 226 227 228 229 230 231 232 233 234 235 236 237 238 239 240 241 242 243 244 245 246 247 248 249 250 251 252 253 254 255 256 257 258 259 260 261 262 263 264 265 266 267 268 269 270 271 272 273 274 275 276 277 278 279 280 281 282 283 284 285 286 287 288 289 290 291 292 293 294 295 296 297 298 299 300 301 302 303 304 305 306 307 308 309 310 311 312 313 314 315 316 317 318 319 320 321 322 323 324 325 326 327 328 329 330 331 332 333 334 335 336 337 338 339 340 341 342 343 344 345 346 347 348 349 350 351 352 353 354 355 356 357 358 359 360 361 362 363 364 365 366 367 368 369 370 371 372 373 374 375 376 377 378 379 380 381 382 383 384 385 386 387 388 389 390 391 392 393 394 395 396 397 398 399 400 401 402 403 404 405 406 407 408 409 410 411 412 413 414 415 416 417 418
x