Posibles soluciones a la crisis actual
En democracias consolidadas, un recurso frecuente para enfrentar las crisis de cierta magnitud, es la convocatoria a elecciones generales al breve plazo, pues ellas, se erigen como la sola esperanza de que las cosas pueden mejorar, con nuevos actores y planteamientos políticos, permitiendo así, una salida pacífica a los conflictos. Desgraciadamente, como ha señalado Rosa María Palacios, nuestra representación nacional vive totalmente de espaldas a la realidad, y dedican todos sus esfuerzos a promover legislación que blinde al Congreso frente al ejecutivo. Nuestros parlamentarios abrigan la esperanza, no tan secreta, de permanecer en sus curules el mayor tiempo posible (inversión obliga) y establecer, además, las condiciones legales que permitan la reelección. No cabe duda de que los peruanos necesitamos a grandes patricios como ellos en nuestro Parlamento. Quizás Dina Boluarte tenga que tomar decisiones extremas (renuncia a la Presidencia) para liberarnos de semejante lastre y obligar a una inmediata convocatoria a Elecciones Generales, con o sin reformas. Mirko Lauer ha escrito, que acudir a elecciones sin reformas, nos conduciría a “opciones (que) parecen diseñadas en el laboratorio Castillo-Cerrón”. Algunas veces, como en el caso del virus pandémico, nuestros peores problemas no son diseñados en laboratorio alguno, sino provienen de la naturaleza misma de las cosas. Inútil elaborar teorías conspirativas.
Las últimas encuestas muestran un aumento significativo de los peruanos que estarían de acuerdo con la convocatoria a una Asamblea Constituyente (69%). Es cierto que no se debe gobernar a base de encuestas y que, dada la seriedad y riesgos que implica elaborar un nuevo marco regulatorio de todo nuestro ordenamiento político, social, económico y jurídico, el asunto no debe tomarse a la ligera. En ese sentido, la Jefa de Estado, debería impulsar inmediatamente el llamado a una consulta popular no vinculante, con la finalidad de conocer la opinión del pueblo peruano sobre si hay o no necesidad de convocar tal Asamblea. Si bien no vinculante, dicha consulta permitirá, por una parte, calmar los ánimos, y por otra alinear a los actores políticos en una discusión fructífera de cara a las Elecciones Generales. De cualquier manera, como ha señalado Juan Carlos Tafur, el tema de la Constituyente será parte importantísima de la agenda electoral en el futuro inmediato y quienes pretendan soslayarlo, se encaminan a una estrepitosa derrota en las urnas.
*Fotografía perteneciente a terceros