Opinión

Con este preámbulo, el IEP por fin logra incorporar la pregunta que todos esperábamos que se hiciera: la aprobación al anuncio del presidente Castillo de convocar a una Asamblea Constituyente.

Los resultados fueron enormemente comentados el domingo y seguramente lo serán durante la semana. Porque luego de muchas predicciones por fin se conoce que cerca de la mitad de la población nacional sí quisiera ver tangibilizada esta alternativa.

De pronto empezaron los argumentos absurdos: no es la mayoría, no se debe considerar que eso es apoyo, o del otro lado: constituyente ya, con el margen de error ya validamos su convocatoria.  Desde luego que esto no es algo que se resuelva con una encuesta. Pero lo que no debe confundirnos es que la idea no ha caído en saco roto y tiene un asidero importante que hay que tomar en cuenta.

Nuestra interpretación para este fenómeno, que no deja de ser paradójico, pues el presidente va en caída libre y la idea fuerza que más puede identificar a su gobierno va subiendo en su respaldo, es que la idea de cambio sigue allí en la cabeza y el corazón de los peruanos. Ese cambio que el presidente Castillo no logra concretar, ni siquiera iniciar, ni siquiera atisbar, ese cambio por el que fue electo pese a sus grandes dudas y limitaciones evidentes, no está sintiéndose.

La idea de cambio es dinámica. Creo que estamos aprendiendo que no solo significa dirigentes o cabezas, sino también acciones efectivas y concretas. El cambio también puede estar encarnado en la modificación de la Constitución, lo que sea, que se cambie. Si no funciona, que se cambie. Porque algo hay que cambiar. Así no sea claro qué es lo que se debe cambiar.

No importa ya, probablemente, el que se cambie a Castillo o a Alva o a todos. Queremos que se vayan todos, pero ya hemos perdido la capacidad de entusiasmo con lo que venga. Entonces si no cambiamos a las personas, podemos empezar a soñar con cambiar aquello que nos da forma. Tal vez, es sólo una hipótesis.

Por eso tampoco debe asombrarnos que más del 40% diga abiertamente en una encuesta que no ha leído la constitución. Me atrevo a decir además que se trata de una pregunta que debe tener una carga de deseabilidad social importante, con lo que ese porcentaje debe ser más alto. El discurso de “quieren cambiar algo que ni siquiera conocen” debe tratar de ser algo más analítico. Consideramos que justamente eso es algo que le da forma: queremos cambiar algo porque queremos cambiar algo. En el fondo, tenemos que considerar la importancia del cambio antes que pensar que se trata de una idea vacía. Por eso Castillo se siente tan seguro a veces. Y la oposición es capaz de ser tan torpe y falta de inteligencia. Porque en el fondo, ellos ya no importan para el imaginario colectivo. Han empezado a ser más relevantes otras lógicas de cambio. Cómo tome forma ello, lo tendremos claro con el tiempo.

Parece que los peruanos estamos en plena crisis adolescente. Sabemos lo que no queremos pero no tenemos una idea muy clara de lo que sí queremos. Mientras eso no se clarifique, muy posiblemente tendremos elecciones como las que tuvimos, presidentes y congresistas como los que tenemos y la constitución siga siendo un terreno de lucha más que algo que regule nuestra vida colectiva. Que claramente no existe.


  1. En: https://iep.org.pe/noticias/iep-informe-de-opinion-mayo-2022/
  2. En: https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2022-05/6980522INF_V5_26May22%20%28EL%20COMERCIO%20PUBLICADO%29%20%28002%29.pdf

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Gobierno, Pedro Castillo

El poema 1 nos dice:

 

Así hemos llegado
En cajitas, sin gracia, sin apogeo
Uno ya no sabe cómo será el invierno 

Solo reconocemos el estertor
Y el labio frío
Un poco de agua tal vez, sobre el césped 

Un poco de agua amarga en los tulipanes 

La certeza acontece con todo su territorio 

Y los pasos son diminutos
Inalterables, acombados, efímeros
Es que el fulgor avanza
Con el impulso del aleteo
De la marea
De la tardanza 

 

Y el poema 2 continúa:

 

Detrás de la ventana hay un centro muy denso 

Y nadie puede esconderse 

Aunque se encendieran las luces 

Fue lo que nos ofrecieron 

Los primeros días de mayo 

No había luna ni verdor 

Solo huesos como una torre
Arroyos & chillidos como urdimbre
Y una puerta con una inscripción
El mirlo dijo que volvería a aparecer
Aquí abajo y con sus consonantes heridas
Eso lo escuchamos nosotros mucho antes del desborde 

Seguro el encuentro será táctil
Incluso con la ropa limpia como exige la costumbre
Y será imperceptible en cualquier dirección 

 

Se inicia así el viaje al otro mundo, donde el poeta meditará sobre la pérdida e intentará revertirla, con inesperados resultados, no menos transbarrocos que su lenguaje.

Como decía, se trata de un conjunto de 33 poemas, como la edad de Cristo, que murió para resucitar, o sea, para volver a cruzar la frontera entre los vivos y los muertos, eternizándose en el Paraíso, que no es otra cosa que la poesía.

Larga vida al poeta.

 

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poemas

Ampliar la convocatoria y agregar a la agenda temas como la lucha contra la corrupción, la inseguridad ciudadana y el alza del costo de vida, y no la cantaleta inocua de la negativa de la Constituyente, que resulta inviable y por ende inútil como arma convocante, es un imperativo opositor.

La del estribo: no la había visto en su momento (es del 2015), pero una grata sorpresa ver la película Trumbo, con una constelación de actores (Briyan Craston, Diane Lane, Helen Mirren y más) sobre la época negra de la cacería anticomunista en los Estados Unidos y que tuvo en Hollywood un centro particular de ejecución, siendo el guionista Dalton Trumbo una de las víctimas centrales. La encuentra, por supuesto, en su proveedor favorito.

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Derecha, ideología

El siglo XX no fue el siglo de los partidos políticos porque fue el siglo de las dictaduras militares Jorge, las pro-oligárquicas, las antioligárquicas y la de Fujimori; por eso aquí nunca se fundó una democracia formal de partidos gobernando y alternándose el poder. Lo único que hemos tenido en doscientos años de política peruana republicana ha sido, en el siglo XIX, caudillos con Congreso, en el siglo XX dictadores militares, y en el siglo XXI, de nuevo caudillos con Congreso. Nos estamos reencontrando con una vieja historia, aquí nadie está inventando la pólvora. 

El telón de fondo de 200 años de república sin democracia -a ver quién desata el nudo de este oxímoron- es la execrable corrupción de casi todo aquel que se acerca al Estado. Desde Francisco Pizarro, Jorge, ese siempre fue el rol del Estado en el Perú.  Los tratados y leviatanes son para otras latitudes. Aquí nada ha cambiado, Jorge, aquí al joven Haya no lo dejaron hacer su revolución y después ya no quiso hacerla; cuando Mariátegui se nos fue no se había decidido a realizarla, y la de Velasco demostró cuanto sabe nuestra sociedad eso de transformarse mucho para no cambiar nada. ¿Por eso la anomia? ¿ha triunfado finalmente el roba pero hace obra

En cada lectura de El Quijote, en la misma página, nuestro romántico caballero la emprende contra los molinos de viento y es derrotado, pero vendrán nuevas y nuevas lecturas de la misma novela, Jorge. 

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Partidos políticos

En el lapso durante el cual el ser humano desarrolla habilidades ejecutivas para administrar situaciones complejas, resolver problemas interpersonales dentro de grupos y colectividades y armonizar emociones contradictorias, se disparan síntomas inequívocos de patología.

15% sufren desórdenes mentales. Depresión, ansiedad generalizada y problemas de conducta están entre las principales explicaciones de discapacidades y pérdida de potencial. 15% pensaron seriamente en el suicidio. Casi todos esos indicadores se han duplicado y aceleran su crecimiento en los últimos meses. Aquí también se revelan disparidades puestas en evidencia por el Covid: los cuadros que desbordan los servicios de salud son mucho más frecuentes y complicados en mujeres. 

No es solamente el tiempo frente a la pantalla —la tecnología de la virtualidad ha tenido ventajas y permitido nuevas experiencias que serán parte indesligable de la vida cotidiana futura—, sino un cambio brutal y brusco de rutinas en el momento en que comenzaban a consolidarse: socialización grupal independiente de la escuela, distancia frente a los adultos, ceremonias de iniciación y despedida. Justo cuando sentían que no tenían que ser cuidados y aún no debían cuidar, fueron encerrados —en nuestro país de manera cruel y estúpida— para, entre otras cosas, proteger a los veteranos.

En esas circunstancias y sin el optimismo sobregirado de los 90 —todo es posible, actitud y aptitud concretan cualquier sueño, el pasado no se repetirá y el futuro solo depara crecimiento—, consolidar identidad y pertenencia sin someterse, manteniendo capacidad de cuestionamiento al orden (ahora desorden) establecido, es harto difícil. Nadie sabe bien cómo responder a ese reto.

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adolescencia, Salud Mental

Y se requiere que ello empiece a hacerse pronto. La trama judicial que se está generando alrededor de Palacio y que puede llegar a comprometer al presidente, quizás -ojalá- pueda hacer que el Congreso se ponga los pantalones y lo vaque o adelante elecciones. ¿Está la derecha preparada para ese escenario precoz? Por supuesto que no. No sorprendería que vuelva a perder si persiste en la modorra política y en la grisura ideológica. Estamos perdiendo el país y los llamados a rescatarlo no parecen conscientes de la alta responsabilidad y del sentido de urgencia que les cabe y cabrá desempeñar.

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Derecha, ideología

El P. Dariusz Oko, tras la denuncia del P. Rothe, había sido condenado por la fiscalía a pagar una multa de 4,800 euros. Y el editor de la revista donde fue publicado el artículo, el P. Johannes Stöhr, a una multa de 9,100 euros. Sin embargo, apelaron la decisión. Por lo cual, el viernes 20 de mayo se realizó una audiencia judicial en la Sala 142 del Juzgado de Primera Instancia de Colonia, ciudad donde tiene su sede la revista Theologisches.

El proceso estuvo tachonado de momentos pintorescos. En un audiencia judicial pública en Alemania no se suele aplaudir. Aquí ocurrió precisamente eso. Asistentes a la audiencia aplaudían por momentos al sacerdote Dariusz Oko, algunas mujeres levantaban la voz cuando el fiscal explicaba la situación judicial, sonaban celulares, un hombre telefoneaba en polaco, dos mujeres rezaban el rosario, un hombre llevaba una camiseta con la inscripción “Soldado de Cristo”. La jueza Sophie Schwartz no reaccionaba ante las interrupciones y el ambiente estaba cada vez más caldeado. Cuando se aplaudía, sólo sonreía irritada. En un momento el fiscal supremo Ulf Willuhm toma el micrófono y aclara que no se acostumbran las ovaciones en un juzgado: «no se trata de una representación teatral».

Más de 25 simpatizantes del sacerdote polaco han venido a Colonia, la mayoría de ellos habla sólo en polaco. En las pausas algunos se toman fotos con el clérigo sexagenario, muy popular en Polonia entre los conservadores nacionalistas e invitado frecuente de talk shows, además de director de la cátedra de Filosofía Cognitiva de la Pontifica Universidad “Juan Pablo II” de Cracovia.

El denunciante P. Rothe también estaba entre los presentes. En la pausa un hombre quiso leerle pasajes de la Biblia.

Tres horas dura la lectura pública de dos artículos del P. Oko sobre el tema de la homosexualidad en la Iglesia católica.

A continuación, el P. Oko manifiesta que sus textos han sido malinterpretados y que él mismo se considera defensor de las víctimas de abuso. Afirma no tener nada contra los homosexuales en general. «Yo sólo escribo sobre sacerdotes homosexuales que cometen delitos y destruyen la Iglesia». Sin embargo, en la segunda parte del artículo, publicada posteriormente, el sacerdote polaco había escrito: «No se debe intentar convertir a estas personas, pues para ello ya están demasiado corrompidas y degeneradas, sólo se debe rezar por ellas, y reflexionar y planear cómo uno puede proteger a los jóvenes, a jóvenes clérigos, a sí mismo y a toda la Iglesia de ellos». 

Su abogado defensor alega que la traducción alemana del artículo es cruda e imprecisa. Tras una conversación con su abogado defensor, P. Oko termina diciendo que lamenta sus expresiones y que le pide perdón a todos los que haya ofendido a través de ellas. El coacusado P. Stöhr ya había pedido perdón. Finalmente, la jueza considera que ambos acusados han recapacitado y decide archivar el caso sobre la base de un acuerdo extrajudicial por el cual el P. Oko debe pagar 3,150 euros y el P. Stöhr – que cuenta con mayores ingresos- el monto de 4,000 al Weisser Ring, una asociación sin fines de lucro dedicada a ayudar a las víctimas de delitos.

El P.Rothe, en declaraciones a Domradio, expuso su parecer sobre la decisión judicial.

«No fue ninguna condena, pero tampoco fue precisamente una absolución. El acuerdo entre la fiscalía y el tribunal fue precedido de una disculpa del autor del artículo incriminado por sus expresiones, formulada muy claramente. Le ha pedido perdón a todos aquellos que se hayan sentido ofendidos con ello. Y ha reiterado que nunca más volverá a expresarse de esa manera.

En esa medida considero esto como un resultado positivo. Pues en última instancia se trata de que esas expresiones no tienen lugar en una sociedad libre y en una democracia. De esto eran conscientes tanto la fiscalía como el tribunal. Y esto fue puesto también de manifiesto por el acusado».

Ya antes de la audiencia, cuando se conoció la orden penal que multaba al sacerdote polaco, el Viceministro de Justicia de Polonia, Marcin Romanowski, había manifestado su desacuerdo, declarando que veía «tendencias contrarias a la libertad en el sistema de protección legal de Alemania».

En las sanciones contra el P. Dariusz Oko, ¿había una amenaza a la libertad de expresión?

En Alemania la libertad de expresión tiene límites especificados por la ley. Se tolera prácticamente todo, excepto aquello que incite al delito o que socave la tolerancia. Lo que el P. Dariusz Oko escribió no puede estar protegido por la libertad de expresión, pues invita a la discriminación y maltrato de las personas homosexuales. Y lo que él planteaba llevar a cabo en su artículo era prácticamente una razzia contra los homosexuales en la Iglesia católica. Lamentablemente, hay muchos católicos que piensan así. Y la Iglesia católica sigue siendo uno de los espacios de este mundo donde todavía hay derechos fundamentales de la persona humana que todavía no han sido conquistados. Entre ellos, el derecho de las personas homosexuales a no ser discriminadas de ninguna manera.

En esta época, Nito Mestre incorporó a su repertorio, de manera definitiva, dos canciones del último periodo de Sui Generis: El fantasma de Canterville y Fabricante de mentiras. Ambas habían sido tocadas por Sui en sus conciertos de despedida pero no llegaron a ver la luz en discos oficiales del grupo. La primera fue grabada, precisamente, para el disco PorSuiGieco -que contiene, además, otros clásicos que Nito aun canta en vivo como Quiero ser, quiero ver, quiero entrar (otra composición de Charly), La colina de la vida (de Gieco) y Fusia; mientras que la segunda se incluyó en el debut de Nito Mestre y Los Desconocidos de Siempre, lanzado en 1977. En este LP figuran alucinantes composiciones como Tema de Goro (del guitarrista Gorosito), Y las aves vuelan (otra de de León Gieco) y Mientras no tenga miedo de hablar, de su propia autoría.

Ese grupo lanzó dos álbumes más: Nito Mestre y Los Desconocidos de Siempre II (1978) -aquí videos promocionales de las canciones Algo me aleja, algo me acerca y Esto sí que es pensar– y Saltaba sobre las nubes (1979)- ya con Ciro Fogliatta y Juan Carlos Fontana, en teclados y batería, respectivamente. Fogliatta venía también de Los Gatos y Fontana, de tocar con Madre Atómica. El popular “Mono” se quedaría al lado de Mestre en sus siguientes lanzamientos, empezando por el extraordinario 20/10 (1981), el debut como solista de Nito, en el que está acompañado por una constelación de sus amigos, todos ellos padres fundadores del rock argentino, con quienes registra clásicos de su repertorio personal como Distinto tiempo, Hoy tiré viejas hojas, Afuera de la ciudad -otra vez, Charly en composición y teclados, con un aire al clásico Running on empty de Jackson Browne- o El mar de esta locura, con una alucinante línea de bajo fretless, cortesía de Pedro Aznar.

Desde entonces, el cantante, guitarrista y flautista desarrolló una discografía que, al día de hoy, supera la docena de álbumes, siempre con la colaboración de la crema y nata de la escena local argentina, aunque con fuertes altibajos. Por ejemplo, hay una gran diferencia entre discos como Escondo mis ojos al sol (1983) -que incluye una versión de otro clásico de Sui Generis, Alto en la torre, y un dúo con Mercedes Sosa en La colina de la vida- o el concierto Porque cantamos (1984), un álbum doble compartido con sus colegas Celeste Carballo y Juan Carlos Baglietto; y los decepcionantes Nito (1986) o Tocando el cielo (1991), en que el compositor intentó adaptarse al sonido del rock en español de esos años. 

Esta irregularidad también se debió, en parte, al grave problema de alcoholismo que lo aquejó durante buena parte de los ochenta y noventa. “Casi me muero -contó el artista en entrevista del año 2017-… Los médicos me dijeron: ‘te despertaste de casualidad’. Cuando me dieron el alta, pedí quedarme un mes más para recuperarme porque había perdido 16 kilos y tenía problemas físicos. Cuando salí, pedí ayuda”. En aquella ocasión, el colapso lo tuvo seis días en coma. Nito Mestre dejó definitivamente el alcohol el año 1997, a los 44 años.

Después de esa etapa vino una notable recuperación, que trajo consigo también de regreso su brillo musical. A finales del siglo XX, llegó la buena noticia en forma de disco. Colores puros (Polygram, 1999), su séptima placa en estudio, exhibe el soft-rock de Nito en su mejor forma, estrenando temas como Último verano o Te adoro desesperación, compuestos por dos notables colegas, León Gieco y Fito Páez, respectivamente. De hecho, fue el famoso rosarino quien le sugirió el título, ya que es una producción que arropa con sus sonidos acústicos, sin disfraces. Canciones nuevas de Nito como La verdad, Vienes con el sol o Sin mirar atrás, se mezclan con nuevas versiones de clásicos de su primera época como Algo me aleja, algo me acerca, del segundo LP de Los Desconocidos…- o Esperando crecer, de su segundo disco en estudio Escondo mis ojos al sol (1983), uno de los temas que ha regrabado en más de una ocasión y es uno de los favoritos de su público. El álbum incluye además un cover de Silvio Rodríguez, En busca de un sueño, que el cubano lanzó originalmente en su disco Descartes (1998).

En sus recitales, como aquel que dio hace algunos años, en el 2018 para ser más exactos, en el mismo Gran Teatro Nacional donde tocó hace dos noches, en el cual estuvo acompañado por la orquesta juvenil Sinfonía por el Perú, el maestro Nito Mestre combina las inolvidables canciones de Sui Generis con las de su propia discografía, generando un repertorio fino y elegante, capaz de convocar a las emociones más tiernas y puras. En esta última visita a nuestro país, Nito estuvo acompañado por sus compatriotas Julia Horton (voz), Ernesto Salgueiro (guitarra, voces y dirección musical), Fernando Pugliese (piano y voz) y dos músicos peruanos, el experimentado bajista Eduardo Freire (de la banda ochentera de Miki Gonzáles) y el baterista Guillermo Vallejos (batería).

Su último álbum en estudio lo lanzó hace ya siete años -Trip de agosto (Acqua Records, 2014)- y en el 2019, apareció en un concierto conjunto con Lito Nebbia (Los Gatos), Ricardo Soulé (Vox Dei) y Silvina Garré (Juan Carlos Baglietto), realizado en Rosario. Ya con la pandemia encima, Mestre inició un programa por YouTube, llamado Rock and Road, en el que combina sus anécdotas musicales con su otra pasión, manejar. A punto de cumplir 70, el legendario rockero dice sentirse “como un pibe” y le saca lustre a su renovada rebeldía, que ahora le hace arremeter contra el reggaetón y los antivacunas. “Soy rebelde, pero no soy boludo” sentenció.

El país pagará las consecuencias de la hegemonía de una izquierda primitiva como la de Cerrón, a la que se suma, borregamente, la izquierda de Juntos por el Perú, vergonzosamente a la espera de que le caiga por allí alguna cuota de poder, alguna migaja de la mesa que la dupla Castillo-Cerrón dejen caer.

La peor izquierda nos gobierna y lamentablemente parece que lo hará hasta el 2026. El Perú que recibiremos entonces será uno con un Estado colapsado, sin políticas públicas decentes, con la calidad de vida por los suelos y con la corrupción totalmente enquistada en el sector público. Después del ajuste de cuentas cerronista de ayer, eso ha quedado más que claro.

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Vladimir Cerrón
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