El LP de 1971, el de la carátula blanca con el título al medio, escrito a mano, está compuesto por retazos de los segundos shows de cada noche, una labor finísima de edición, realizada entre junio y agosto. Contiene dos hilarantes parodias, The Mud Shark, basada en una anécdota real ocurrida en The Edgewater Inn en Seattle, Washington, conocido en los setenta como el hotel de los rockeros, que involucra a miembros de Vanilla Fudge y una “joven señorita con gustos bizarros»; y Do you like my new car?, en que la banda se burla de la subcultura de las groupies, fans femeninas que hacían literalmente de todo para estar cerca de sus músicos favoritos, uno de los temas explorados en el film suprarrealista 200 Motels, que se estrenó cuatro meses después, ese mismo año. O la tríada What kind of girl do you think we are?/Bwana dik/Latex solar beef, en que Flo & Eddie despliegan toda su destreza vocal y deslenguado histrionismo. También hay excelentes temas instrumentales como Willie the Pimp -cuya versión original es cantada por Captain Beefheart (Hot rats, 1969); o la frenética Little house I used to live in -del LP Burnt weeny sandwich (1970) con la que, supuestamente, comenzaba el show- e incluso el éxito radial de The Turtles, Happy together, para dar pase a las del “cierre”, Peaches en regalia (Hot rats, 1969), Tears began to fall; y Lonesome electric turkey, un extracto de las improvisaciones instrumentales de King Kong (Uncle Meat, 1969).
El setlist de los shows originales es, sin embargo, totalmente distinto. La banda arranca cada noche con Peaches en regalia y Tears began to fall, para luego intercalar material nuevo como la secuencia She painted up her face/Shove it right in, un anticipo del soundtrack de 200 Motels con temas grabados previamente como Status back baby (Absolutely free, 1967), Concentration moon y Mom & dad (We’re only in it for the money, 1968), en medio de las cuales inserta otra de sus rutinas humorísticas, The Sanzini Brothers, un circo alocado y escatológico, con Preston y Underwood convirtiendo un concierto de rock en una imaginaria función de carpa, payasos y malabaristas desde sus Hammonds B-3, acompañados por los redobles de Dunbar. Otro de los puntos centrales de aquellos conciertos en el Fillmore East fue la presentación de Billy The Mountain, más de 30 minutos de entretenimiento musical que combina teatro, comedia y rock, que un año más tarde, Zappa lanzó como lado A del LP Just another band from LA (1972).
En el último concierto de la segunda noche del Fillmore, Frank y su grupo recibieron en el escenario a una pareja muy conocida, para un cierre inesperado. John Lennon y Yoko Ono se unieron a The Mothers en una intensa media hora en que hubo blues, composiciones de Zappa y una descarga de jams instrumentales. De más está decir que el histórico encuentro de estas dos importantes lumianrias del rock clásico hubiera sido musicalmente perfecto si no fuera por los insoportables berreos y alaridos de Yoko Ono. El segmento, que ya había sido publicado previamente, con ediciones, en el álbum póstumo de Frank Zappa, Playground psychotics (1992), aparece completo aquí por primera vez, con todos las intervenciones vocales de Flo & Eddie que Lennon, mañosamente, eliminó para la versión incluida en su propio LP Sometime in New York City (1972), donde no solo alteró el audio sino que además cambió títulos y se apropió de autorías, un hecho que rompió los acuerdos previos a los que había llegado Frank con el ex Beatle (más sobre ese tema, aquí).
Pero The Mothers 1971, el boxset, incluye también una grabación inédita, el concierto completo que ofrecieron en Londres, el 10 de diciembre de ese mismo año, en el Teatro Rainbow, una semana después del incendio en el Casino de Montreaux (Suiza) que destruyó sus equipos e instrumentos, evento que quedó inmortalizado en el clásico de Deep Purple, Smoke on the water (LP Machine head, 1972).
El primero de los dos shows programados para esa noche se desarrolló con total normalidad, salvo ciertos problemas técnicos y de sonido ya que la banda tuvo que alquilar todo tras el siniestro. La casa estaba llena. Al final, Zappa anuncia la última canción, sin decir el nombre. Y de repente, las voces de Flo & Eddie comienzan a entonar I want to hold your hand de los Beatles, algo que los más de 3,000 asistentes agradecieron con mucho entusiasmo. Sin embargo, cuando ya la banda se despedía del público, un hombre enloquecido subió y, de un empujón -que se logra escuchar en el minuto y medio final del track- arrojó a Frank desde el escenario hasta la zona donde, normalmente, se ubican las orquestas, una caída de casi 3 metros de altura. Se puede sentir, en ese último tramo de sonido ambiental, la conmoción ante lo ocurrido, un oscuro momento que puso en riesgo la vida y carrera del artista.
La prensa británica cubrió ampliamente el asunto, pero nadie supo, en el momento, la magnitud del ataque. «La banda creyó que yo estaba muerto. Después me enteré de que el tipo pensó que yo estaba haciéndole guiños a su esposa, al final del show. Eso es imposible, en ese momento la luz me da directamente a la cara y no puedo ver a nadie en el público, solo un gran agujero negro. Ni siquiera lo vi venir», comentó el músico años después. El agresor, un joven de 24 años llamado Trevor Charles Howell, fue condenado a un año de prisión. Zappa, de 31, sobrevivió milagrosamente, pero quedó muy mal herido, con una pierna y un brazo fracturados, contusiones en la cabeza y en la espalda, lo cual trajo como consecuencia el final de este corto pero fructífero período de The Mothers Of Invention.
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