El ensayista, por cierto, construye su propia imagen. No es gratuito por ejemplo que se refiera a Mozart en estos términos: “se esforzó por ser un artista libre, sin ninguna fatal subordinación, emancipado de la mansedumbre exigida por un jefe supremo (…) fue el primero entre todos los que se rebelaron frente a un destino de agobiante obediencia, y tercamente conquistó su autonomía” (p.114).
Destaco también el manejo de la ironía y el humor. El inicio de “El noble genio de Camus” es, en ese sentido, aleccionador: “La superficial creencia de que Albert Camus fue mejor periodista que ensayista, mejor ensayista que dramaturgo y mejor dramaturgo que novelista empezó a propagarse cuando su cadáver aún no se enterraba en Lourmarin. Incluso en los obituarios más elogiosos, sus detractores empezaron a reprocharle la extrema claridad de sus ideas, juzgando que tanta claridad no podía congeniarse con una profunda reflexión” (p.157).
No faltan observaciones igualmente perspicaces sobre la vida cotidiana así como tampoco una coda que contribuye a pensar el ensayo como híbrido: un puñado de ¿poemas? ¿apuntes? de carácter narrativo e impregnados de reflexividad. Termino diciendo que este es un libro brillante, acometido con falsa modestia, como se deduce del breve prefacio escrito por su autor: “A fin de cuentas, es el bloc de un hombre ocioso, echado a perder, que únicamente trabaja cuando tiene ganas y no se propone más que disfrutar soltando palabras como quien juega con naipes incompletos y dados que nunca dejan de rodar”. Si ese era el plan, lo cumplió con creces.
Bloc de viaje. César Silva Santisteban. Trujillo: Nectandra Ediciones, 2023.